Servicio diario - 11 de octubre de 2017


Papa Francisco: “Conocer a Dios es un deseo encarnado en el corazón de cada persona”
Rosa Die Alcolea

Audiencia: “La esperanza vigilante define a quien se ha encontrado con Jesús”
Rosa Die Alcolea

Fátima: El Papa invita a rezar el Rosario “por la paz en el mundo”
Rosa Die Alcolea

El Papa saluda a las personas de Líbano, Oriente Medio y Tierra Santa
Rosa Die Alcolea

El Papa a los jóvenes: “Sean misioneros de Cristo en su entorno”
Rosa Die Alcolea

Audiencia general 11 de octubre de 2017 – Texto completo
Redacción

La Fiesta de la Virgen del Pilar, por P. Antonio Rivero
Antonio Rivero


 

 

11/10/2017-17:39
Rosa Die Alcolea

Papa Francisco: “Conocer a Dios es un deseo encarnado en el corazón de cada persona”

(ZENIT – 11 Oct. 2017).- Conocer a Dios, como todos sabemos, “no es ante todo un ejercicio teórico de la razón humana, sino un deseo inestimable encarnado en el corazón de cada persona”, ha dicho el papa Francisco.

Hoy, el miércoles 11 de octubre, se ha celebra una conmemoración del Catecismo de la Iglesia Católica en el XXV aniversario de la firma de la Constitución Apostólica ‘Fidei Depositum’ de san Juan Pablo II, un texto que acompaña a la salida del Catecismo.

En este contexto, se ha celebrado en el Vaticano un encuentro con el papa Francisco y con la participación de cardenales, obispos, sacerotes, teólogos, sacerdotes y estudiosos. Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, ha ofrecido una reflexión. También han intervenido Mons. Cesare Nosiglia, Arzobispo de Turín; el cardenal Christoph Schönborn, entonces secretario de la Comisión de Obispos y Cardenales responsable de la redacción de la CCC, y la profesora Katharina Karl, profesora de teología pastoral y de educación religiosa en la Universidad Filosófica Teológica de Münster.

El Papa ha indicado que “Conocer a Dios, como todos sabemos, no es ante todo un ejercicio teórico de la razón humana, sino un deseo inestimable encarnado en el corazón de cada persona”.

El 25º aniversario de la Constitución Apostólica ‘Fidei depositum’, con la que San Juan Pablo II proclamó el Catecismo de la Iglesia Católica, 30 años después de la inauguración del Concilio Ecuménico Vaticano II, es una “oportunidad importante para verificar el viaje realizado entretanto”, ha alentado el Papa.

El papa Francisco ha señalado que san Juan XXIII deseaba y quería que el Concilio “no condenara en primer lugar los errores, sino sobre todo permitir que la Iglesia finalmente presentara con un lenguaje renovado la belleza de su fe en Jesucristo”.

Este conocimiento “se hace fuerte, día tras día, de la certeza de la fe de ser amado”, y por lo tanto incrustado en un dibujo significativo. “Aquellos que aman quieren saber más sobre el ser querido” para descubrir la riqueza que se esconde en él y que cada día emerge como una realidad siempre nueva, ha asegurado el Papa.

“Por esta razón, nuestro Catecismo surge a la luz del amor como una experiencia de conocimiento, confianza y abandono al misterio”, indica.

 

Pena de muerte

“Hay que afirmar que condenar la pena de muerte es una medida inhumana que humilla, de alguna manera perseguida, la dignidad personal”, así lo ha afirmado el Papa.

Este problema no puede reducirse a un mero recuerdo de la enseñanza histórica, no sólo revelando los progresos realizados en la doctrina de los últimos Pontífices, sino también la “conciencia cambiada del pueblo cristiano, que rechaza una actitud consensuada hacia un dolor dolorosamente perjudicial dignidad humana”.

Es en sí mismo “contrario al Evangelio” porque voluntariamente “se decide suprimir una vida humana que es siempre sagrada a los ojos del Creador” y cuyo único Dios es en última instancia un verdadero juez y garante, ha aclarado el Santo Padre.

 

 

11/10/2017-10:02
Rosa Die Alcolea

Audiencia: “La esperanza vigilante define a quien se ha encontrado con Jesús”

(ZENIT – 11 Oct. 2017).- “La esperanza vigilante y la paciencia son dos características que definen a quien se ha encontrado con Jesús” ha dicho el papa Francisco.

El Papa ha ofrecido la 37ª catequesis sobre la esperanza cristiana esta mañana, 11 de octubre de 2017, en la audiencia general, a las 9:45 horas en la Plaza de san Pedro del Vaticano, ante miles de peregrinos de diversos países.

El Santo Padre ha saludado a todos los peregrinos de lengua española, y en especial a la comunidad del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, que “acompañados por los cardenales José Francisco Robles Ortega y Alberto Suárez Inda, así como por algunos obispos mexicanos, celebran el 50 aniversario de su fundación”, ha apuntado el Papa.

“La esperanza vigilante y la paciencia –ha indicado el Papa– son dos características que definen a quien se ha encontrado con Jesús, estructurando su vida desde la confianza y la espera”. Y ha explicado que este convencimiento “lleva al cristiano a amar la vida, a no maldecirla nunca, pues todos los momentos, por muy dolorosos, oscuros y opacos que estos sean, son iluminados con el dulce y poderoso recuerdo de Cristo”.

A continuación, ofrecemos el texto completo de las palabras del Papa en español en la audiencia general, 37ª catequesis sobre la esperanza cristiana.

 

Catequesis del Papa en español

Queridos hermanos y hermanas:

El Evangelio que hemos escuchado nos invita a vivir en esperanza vigilante, es decir, a estar siempre preparados para recibir al Señor, con la total confianza de que ya hemos sido salvados por él y de que estamos esperando la plena manifestación de su gloria. Esto exige que vivamos con responsabilidad nuestra fe, y que acojamos con agradecimiento y asombro cada día de nuestra vida como un regalo de Dios.

La esperanza vigilante y la paciencia son dos características que definen a quien se ha encontrado con Jesús, estructurando su vida desde la confianza y la espera, consciente de que el futuro no es sólo obra de nuestras manos, sino de la preocupación providente de un Dios que es todo misericordia.

Este convencimiento lleva al cristiano a amar la vida, a no maldecirla nunca, pues todos los momentos, por muy dolorosos, oscuros y opacos que estos sean, son iluminados con el dulce y poderoso recuerdo de Cristo. Gracias a él estamos convencidos de que nada es inútil, ni vacío, ni fruto de la vana casualidad, sino que cada día esconde un gran misterio de gracia y de que en nuestro mundo no necesitamos otra cosa que no sea una caricia de Cristo.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en especial a la comunidad del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, que acompañados por los cardenales José Francisco Robles Ortega y Alberto Suárez Inda, así como por algunos obispos mexicanos, celebran el 50 aniversario de su fundación. Animo a todos a que, siguiendo el ejemplo de nuestra Madre la Virgen María, vivan con una esperanza vigilante, y sean para cuantos los rodean portadores de la luz y de la caricia del Dios de la Misericordia. Que Dios los bendiga.

 

 

11/10/2017-12:31
Rosa Die Alcolea

Fátima: El Papa invita a rezar el Rosario “por la paz en el mundo”

(ZENIT – 11 Oct. 2017).- “Invito a todos, especialmente este mes de octubre, a rezar el Santo Rosario con el propósito de la paz en el mundo”, ha exhortado el Papa, y ha declarado que el próximo 13 de octubre se celebrará el ‘Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales’.

Esta mañana, al final de la audiencia general, celebrada esta mañana, 11 de octubre de 2017, el Papa ha invitado a todos a rezar el Santo Rosario, con motivo del centenario de las últimas apariciones mariana en Fátima, que tiene lugar el 13 de octubre.

El papa Francisco ha pedido que “la oración mueva a las almas más rebeldes para que `destierran la violencia de su corazón, con sus palabras y gestos, y construyan comunidades no violentas que cuidan del hogar común´”.

“Nada es imposible si nos volvemos a Dios en la oración. Todos pueden ser artesanos de la paz”, son palabras del Mensaje del L Día Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero de 2017, que el Papa ha recordado esta mañana.

 

Día de Reducción de Desastres Naturales

Asimismo, el Papa ha anunciado que el mismo día, 13 de octubre, surge el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. “Renuevo mi sincero llamamiento –ha afirmado el Papa– a la preservación de la creación mediante una protección cada vez más cuidadosa y el cuidado del medio ambiente”.

El Papa quiere así “incentivar, por lo tanto, a las instituciones y a quienes tienen responsabilidad pública y social a que promuevan cada vez más culturas que tengan como objetivo reducir la exposición a riesgos y peligros naturales. Las acciones concretas que se necesitan para estudiar y defender el hogar común pueden reducir progresivamente los riesgos para las poblaciones más vulnerables”.

 

 

11/10/2017-11:22
Rosa Die Alcolea

El Papa saluda a las personas de Líbano, Oriente Medio y Tierra Santa

(ZENIT – 11 Oct. 2017).- “La renuncia no es una virtud cristiana”, ha dicho el papa Francisco a las personas de habla árabe.

El Papa ha saludado en la audiencia general celebrada hoy, 11 de octubre de 2017, a todas las personas de lengua árabe, especialmente a aquellos provenientes del Líbano, Tierra Santa y Oriente Medio.

En la audiencia general, el Papa les ha dicho que “Nuestra esperanza se basa en la certeza del retorno de Cristo y en estar listo para recibirlo”, y les ha exhortado a “no darnos por vencidos” ante el fluir de los acontecimientos con pesimismo, como si la historia fuera un tren que perdió el control. “La renuncia no es una virtud cristiana”, les ha dicho, y ha terminado con la bendición: “¡El Señor os bendiga y os proteja siempre del maligno!”

 

 

11/10/2017-13:06
Rosa Die Alcolea

El Papa a los jóvenes: “Sean misioneros de Cristo en su entorno”

(ZENIT – 11 Oct. 2017).- “Queridos jóvenes: sean misioneros de Cristo en su entorno con su propia misericordia y ternura”, ha exhortado el Papa.

El papa Francisco ha saludado a los jóvenes, enfermos y nuevos matrimonios en la audiencia general, celebrada esta mañana, 11 de octubre de 2017, en la plaza de san Pedro.

Octubre es el mes misionero, ha dicho el Papa: “Estamos invitados a orar a la Santísima Virgen María, Madre de Misiones”.

A los enfermos, les ha invitado ofrecer su “sufrimiento para la conversión de distantes e indiferentes”, y a los recién casados, les ha llamado a ser “misioneros en su familia, anunciando el ejemplo del evangelio de la salvación”.

 

 

11/10/2017-16:00
Redacción

Audiencia general 11 de octubre de 2017 – Texto completo

(ZENIT – 11 Oct. 2017).- La audiencia general ha tenido lugar esta mañana a las 9:20 horas en la Plaza de san Pedro donde el papa Francisco ha encontrado a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y de todos los lugares del mundo.

En su 37ª catequesis sobre la esperanza cristiana, el Papa ha hablado del tema: “La espera vigilante”.

Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes y a continuación ha invitado a rezar el Rosario por la intención de la paz en el mundo, recordando el final de las celebraciones del centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima el 13 de octubre. Asimismo ha lanzado un llamamiento con motivo del Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.

La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

 

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy me gustaría hablar de esa dimensión de la esperanza que es la espera vigilante. El tema de la vigilancia es uno de los hilos conductores del Nuevo Testamento. Jesús predica a sus discípulos: “Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran “(Lc 12.35 a 36). En este tiempo que sigue a la resurrección de Jesús, donde se alternan constantemente los momentos serenos con los angustiosos, los cristianos no se apoltronan. El Evangelio recomienda que sean como sirvientes que nunca se van a dormir hasta que su amo haya vuelto. Este mundo nos exige responsabilidad, y nosotros la asumimos enteramente y con amor . Jesús quiere que nuestra existencia sea laboriosa, que no bajemos la guardia, para recibir con gratitud y maravilla cada nuevo día que Dios nos da. Cada mañana es una página en blanco que el cristiano comienza a escribir con las buenas obras. Ya estamos salvados por la redención de Jesús, pero ahora esperamos la manifestación plena de su señorío: cuando finalmente Dios será todo en todos (cf. 1 Cor 15,28). Nada hay más cierto en la fe de los cristianos que esta “cita”, esta cita con el Señor, cuando venga. Y cuando llegue ese día, los cristianos quieren ser como aquellos servidores que pasaron la noche con los lomos ceñidos y las lámparas encendidas: hay que estar preparados para la salvación que llega, preparados para el encuentro. ¿Habéis pensado cómo será ese encuentro con Jesús, cuándo venga?. ¡Será un abrazo, una alegría enorme, una gran alegría! Tenemos que vivir a la espera de ese encuentro.

El cristiano no está hecho para el aburrimiento; si acaso para la paciencia. Sabe que también en la monotonía de algunos días siempre iguales se oculta un misterio de gracia. Hay personas que con la perseverancia de su amor se vuelven como pozos que riegan el desierto. Nada sucede en vano, y ninguna situación en la que un cristiano esté inmerso es completamente refractaria al amor. Ninguna noche es tan larga como para olvidar la alegría de la aurora. Y cuánto más oscura es la noche, más cerca está la aurora. Si permanecemos unidos a Jesús, el frío de los momentos difíciles no nos paraliza; y aunque todo el mundo predicase contra la esperanza, si dijera que el futuro sólo traerá nubes oscuras, el cristiano sabe que en ese mismo futuro está el retorno de Cristo. Nadie sabe cuándo sucederá, pero el pensamiento de que al final de nuestra historia estará Jesús misericordioso, es suficiente para tener confianza y para no maldecir la vida. Todo se salvará. Todo. Sí, habrá momentos que susciten rabia e indignación, pero el dulce y poderoso recuerdo de Cristo ahuyentará la tentación de pensar que esta vida es equivocada.

Después de conocer a Jesús, no podemos hacer otra cosa sino escrutar la historia con confianza y esperanza. Jesús es como una casa, y nosotros estamos dentro, y desde las ventanas de esta casa miramos al mundo. Por eso no nos encerremos en nosotros mismos, no añoremos con melancolía un pasado que se presume dorado: miremos siempre adelante, a un futuro que no es sólo la obra de nuestras manos, sino que, sobre todo, es una preocupación constante de la providencia de Dios. Todo lo que es opaco un día se convertirá en luz.

Y tengamos en cuenta que Dios no se desmiente. Nunca. Dios no defrauda nunca. Su voluntad respecto a nosotros no es nebulosa, sino un proyecto de salvación bien definido: “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1 Tm 2,4). Por lo tanto, no nos abandonemos al flujo de los acontecimientos con pesimismo, como si la historia fuera un tren del que hemos perdido el control. La resignación no es una virtud cristiana. Como no es propio de los cristianos alzar los hombros o bajar la cabeza frente a un destino que parece ineluctable.

Los que dan esperanza al mundo nunca son personas pasivas. Jesús nos recomienda que lo esperamos sin estar mano sobre mano: “Dichosos los siervos que el señor al venir encuentre despiertos” (Lc 12,37). No hay constructor de paz que, a fin de cuentas, no haya comprometido su paz personal, asumiendo los problemas de los demás. El pasivo no es un constructor de paz, sino un perezoso, uno que quiere estar cómodo. Mientras el cristiano es un constructor de paz cuando se arriesga, cuando tiene el valor de arriesgarse para llevar el bien, el bien que Jesús nos ha dado, que nos ha dado como un tesoro.

Todos los días de nuestras vidas, repitamos la invocación que los primeros discípulos, en arameo, expresaban con las palabras Marana tha, y que nos encontramos en el último versículo de la Biblia: “¡Ven, Señor Jesús” (Ap 22:20). Es el estribillo de toda existencia cristiana: en nuestro mundo no necesitamos nada más que una caricia de Cristo. ¡Qué gracia si, en la oración, en los días difíciles de esta vida, escuchamos su voz que responde y nos tranquiliza!: “Mira, vengo pronto” (Ap 22: 7).

 

Llamamientos

El viernes próximo, 13 de octubre, termina el centenario de las últimas apariciones marianas en Fátima. Con la mirada puesta en la Madre del Señor y Reina de las Misiones, invito a todos, especialmente este mes de octubre, a rezar el Santo Rosario por la intención de la paz en el mundo. Que la oración mueva a los ánimos más agresivos para que ” aparten de su corazón, de sus palabras y de sus gestos la violencia, y a construir comunidades no violentas, que cuiden de la casa común. «Nada es imposible si nos dirigimos a Dios con nuestra oración. Todos podemos ser artesanos de la paz” (Mensaje de la 50 Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2017).

El mismo día, 13 de octubre, se celebra el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. Renuevo mi sincero llamamiento a la salvaguardia de la creación mediante una defensa y un cuidado del medio ambiente cada vez más atentos. Exhorto, por lo tanto, a las instituciones y a cuantos tienen responsabilidad pública y social a que promuevan cada vez más una cultura cuyo objetivo sea la reducción de la exposición a los riesgos y peligros naturales. ¡Que las acciones concretas, encaminadas al estudio y a la defensa de la casa común, reduzcan progresivamente los riesgos para las poblaciones más vulnerables!.

 

 

11/10/2017-04:25
Antonio Rivero

La Fiesta de la Virgen del Pilar, por P. Antonio Rivero

FIESTA DE LA VIRGEN DEL PILAR

Patrona de España

12 de octubre

Textos: 1 Crónicas 15, Heb 1, 12, Lc 11, 27

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: María es Pilar sólido que sostiene nuestra fe en Dios, anima nuestra esperanza en nuestro caminar hacia la eternidad y enardece nuestro amor a Dios y al prójimo. La columna es símbolo y la “manifestación de la potencia de Dios en el hombre y la potencia del hombre con el poder de Dios”.

Síntesis del mensaje: La primera lectura de la fiesta del Pilar, 1 Crónicas 15, recuerda a la Virgen simbolizada por el arca de la alianza, presencia de Dios en medio de su pueblo, a través de María, lo cual es gozo para la Iglesia. La segunda lectura (He 1,12) y el evangelio (Lc 11,27) nos hablan también de la presencia de la Virgen en la Iglesia y de las alabanzas que el pueblo le tributa. Su intercesión acrisola nuestra devoción mariana.

 

Puntos de la idea principal

En primer lugar, contemos un poco la historia de esta fiesta que nos llega como piadosa y antigua tradición. La tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles predicaban el Evangelio. Se dice que el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, vino a evangelizar a España. Los primitivos cristianos levantaron una ermita en honor de la Virgen María a las orillas del Ebro, en la ciudad de Zaragoza. Una vez terminó el apóstol Santiago su predicación en Galicia (España), se marchó a Zaragoza, donde corrió muchos peligros. Una noche, Santiago estuvo rezando intensamente con algunos discípulos junto al río Ebro, cerca de los muros de la ciudad, pidiendo luz para saber si debía quedarse en Zaragoza o huir. Él pensaba en María Santísima y le pedía que rogara con él para pedir consejo y ayuda a su divino Hijo Jesús, que nada podía entonces negarle. De pronto, se vio venir un resplandor del cielo sobre el apóstol y aparecieron sobre él los ángeles que entonaban un canto muy armonioso mientras traían una columna de luz, cuyo pie, en medio de un rayo luminoso, señalaba un lugar, a pocos pasos del apóstol, como indicando un sitio determinado sobre la columna, se le apareció la Virgen María. Santiago se levantó del lugar donde estaba rezando de rodillas, y recibió internamente el aviso de María de que debía erigir de inmediato una iglesia allí; que la intercesión de María debía crecer como una raíz y expandirse. María le prometió: “permaneceré en este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio”. María le indicó que, una vez terminada la iglesia, debía volver a Jerusalén. Santiago se levantó, llamó a los discípulos que lo acompañaban, que habían oído la música y visto el resplandor; les narró lo demás, y presenciaron luego todos cómo se iba desvaneciendo el resplandor de la aparición. En el lugar de la aparición, se levantó la primera iglesia dedicada a la Virgen María, lo que hoy es la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, un lugar de peregrinación famoso en el mundo entero que no fue destruido en la guerra civil española (1936-1939), puesto que las bombas que se lanzaron sobre el templo no explotaron, pudiéndose hoy en día verse expuestas en el interior de la Basílica.

En segundo lugar, en la oración colecta se pide por intercesión de la Virgen “fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor”, y en la oración de las ofrendas, se muestra el deseo de “permanecer firmes en la fe”. La columna sobre la que se mantiene, firme y erguida, la frágil imagen de la Virgen, está cargada de simbolismo. Evoca la columna de fuego que, de noche, guiaba a los israelitas por el desierto.”Faro esplendente”, la llama el himno a la Virgen, es decir, la que, en las noches oscuras de los cristianos, mantiene viva la luz de la fe. La columna evoca también la solidez del edificio de la Iglesia, siempre perseguida, pero siempre en pie, manteniendo la esperanza del que, como dice también el himno, “se abraza a tu Pilar”, Virgen María. El himno nos dice también que ese pilar ha sido un “rico presente de caridad” del amor de Dios, que nunca desampara a su pueblo en los momentos difíciles. La devoción al Pilar tiene una gran repercusión en Hispanoamérica, cuyas naciones celebran la fiesta del descubrimiento de su continente el día doce de octubre. Como prueba de su devoción a la Virgen, los numerosos mantos que cubren la sagrada imagen y las banderas que hacen guardia de honor a la Señora ante su santa capilla, testimonian la vinculación fraterna que Hispanoamérica tiene por el Pilar, con la patria española. El día 12 de octubre de 1492, precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaban las desconocidas tierras de América, al otro lado del Atlántico, los monjes jerónimos cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, por lo cual, el 12 de Octubre día de la Virgen del Pilar, es también el día de la Raza.

Finalmente, innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, fortaleza en la fe. A imitación de la virgen Engracia y sus 18 compañeros mártires, fuertes en la fe en la persecución de Diocleciano, en el año 304, sufriendo con entereza los más atroces suplicios para mantener intacta la fe de su bautismo. Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, la seguridad en la esperanza. Como aquel desterrado de la revolución francesa, el beato Guillermo José Chaminade, que pasa tres años a los pies del Pilar de 1797 a 1800, seguro en la esperanza de un renacimiento cristiano en su patria. Para asegurarla, la Virgen del Pilar le inspira sus fundaciones marianistas para renovar la fe de la juventud de su patria y del mundo. Y sus hijos e hijas, agradecidos, han llevado a todo el mundo su nombre, su imagen y su devoción. Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, la constancia en el amor. Como aquella joven mujer de 23 años, María Rafols, que llega a Zaragoza en 1804, dispuesta a atender con un grupo de compañeras a los pobres y enfermos: las Hijas de la caridad de Santa Ana. Durante los dos sitios de Zaragoza, en plena guerra de la Independencia, merecerá que la ciudad de Zaragoza la declare “heroína de la caridad”. Fe, esperanza y amor reparte la Virgen desde su Pilar, desde su atalaya zaragozana. Con razón, el Papa Juan Pablo terminaba su oración a la Virgen: “Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad... Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como patrona de la Hispanidad”. Por todo esto, muchos historiadores e investigadores defienden esta tradición basados en una serie de monumentos y testimonios que demuestran la existencia de una iglesia dedicada a la Virgen de Zaragoza. El más antiguo de estos testimonios es el sarcófago de Santa Engracia, que se conserva en Zaragoza desde el siglo IV, que representa, en un bajorrelieve, el descenso de la Virgen aparececiéndose al Apóstol Santiago. Asimismo, hacia el año 835, Almoino, monje de San Germáin de París, redactó unos escritos en los que habla de la Iglesia de la Virgen María de Zaragoza, “donde había servido en el siglo III el gran mártir San Vicente”, cuyos restos fueron depositados por el obispo de Zaragoza, en la iglesia de la Virgen María. También está atestiguado que antes de la ocupación musulmana de Zaragoza, en 714, había allí un templo dedicado a la Virgen. El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los pueblos hispanos, se celebraba la venida de la Madre de Dios en carne mortal. Ahí nace la vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea de Santiago de Compostela. Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de España.

Para reflexionar: ¿Rezo todos los días a la Virgen que sea el Pilar y Columna de mi fe, esperanza y caridad? ¿Por qué a veces me derrumban las dificultades y terremotos de la vida, si María está ahí como Pilar seguro y resistente? ¿Qué quiero pedir hoy a la Virgen del Pilar: fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor?

Para rezar: Con san Juan Pablo II, recemos:

“Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos. Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y el sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad. En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea” (10 de octubre 1984).