Opinión

El relativismo hace que la criatura se revele contra el Creador

Sin referencia al bien y al mal objetivos

 

 

por Carlos Álvarez Cozzi | 01 noviembre, 2017


 

 

Algunos ejemplos de muestra de la situación mundial actual.

Si no se puede decir “mujer embarazada” para algunos, como sucede en Dinamarca;  si los padres no pueden opinar sobre varias barbaridades antinatura que les enseñan a sus hijos en el sistema educativo, violándose el derecho constitucional de éstos de decidir sobre la educación de su prole y además con clara transgresión de la laicidad estatal; si no pueden ejercer la patria potestad o la tutela plenamente los representantes legales en relación a sus hijos y pupilos respectivamente, porque algunos de los Estados las desconocen; si somos atacados por defender simplemente el derecho a la vida naciente y la familia formada por mujer y varón; si hay Universidades europeas que han sustituido en el lenguaje los términos masculinos y femeninos, nada menos que Princeton; si en algunos países se pretende ir hacia el sexo neutro o fluido; si quienes no compartimos esas orientaciones no podemos discrepar respetuosamente sin ser perseguidos; realmente estamos en problemas.

 

Raíz de estas manifestaciones de la dictadura del relativismo.

Está básicamente en la ideología de género, su buque insignia, que desconoce la naturaleza, la diversidad del sexo masculino y del femenino y pretende sustituir esta realidad biológica por una cultural, sin base científica alguna, cambiando el sexo por el géneroY a su vez esta ideología Neo marxista nefasta, encuentra su causa última en el desconocimiento de que el ser humano no es el Creador sino creatura, pretendiendo sustituir a éste, en un claro pecado de soberbia, como expresa magistralmente Benedicto XVI en su libro La sal de la tierra“:

«Actualmente se considera a la mujer como un ser oprimido; así que la liberación de la mujer sirve de centro nuclear para cualquier actividad de liberación tanto política como antropológica con el objetivo de liberar al ser humano de su biología. Se distingue entonces el fenómeno biológico de la sexualidad de sus formas históricas, a las que se denomina ‘gender’, pero la pretendida revolución contra las formas históricas de la sexualidad culmina en una revolución contra los presupuestos biológicos. Ya no se admite que la ‘naturaleza’ tenga algo que decir, es mejor que el hombre pueda modelarse a su gusto, tiene que liberarse de cualquier presupuesto de su ser: el ser humano tiene que hacerse a sí mismo según lo que él quiera, sólo de ese modo será ‘libre’ y liberado. Todo esto, en el fondo, disimula una insurrección del hombre contra los límites que lleva consigo como ser biológico. Se opone, en último extremo, a ser criatura. El ser humano tiene que ser su propio creador, versión moderna de aquél ‘seréis como dioses’: tiene que ser como Dios».

Magnífica y exacta descripción de los fenómenos que venimos elencando.

 

Conclusión

Esta es la sociedad del relativismo. Donde se promueven el aborto, la manipulación embrionaria, el transgénero, las uniones entre personas del mismo sexo, la adopción homosexual, el cambio de sexo registral, la eutanasia, la disgregación familiar, en fin, la cultura del individualismo hedonista, del descarte y de la desvinculación. Se inventan derechos que no existen, muchas veces llamando así a verdaderos crímenes como el aborto y no se habla nunca de deberes. Lo que produce el desbalance que padecemos en esta sociedad líquida mundial. Así está la humanidad. Hay que despertar de una vez, ya, si no será demasiado tarde.