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Venimos con propuestas llenas de esperanza: el Premio Nobel Pérez Esquivel en el Simposio sobre desarme nuclear en el Vaticano

RV | 10/11/2017


 

 

“Perspectivas para un mundo libre de las armas nucleares y para un desarme integral”: es el título del Simposio Internacional que tiene lugar el 10 y 11 de noviembre en el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano.

El encuentro global, promovido por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, es el primero sobre el desarme atómico después de la aprobación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares firmado por 122 países de la Comunidad internacional, entre las cuales la Santa Sede, en Nueva York el 7 de julio 2017, después de intensas negociaciones y abierto a la firma, en la misma ciudad, el 20 de septiembre pasado.

En los dos días de encuentro participan once Premios Nobel de la Paz, vértices de la ONU y de la NATO, junto a diplomáticos en representación de los Estados, entre los cuales Rusia, Estados Unidos, Corea del Sur, Irán, además de expertos en el campo de los armamentos y exponentes de fundaciones, de las organizaciónes y de la sociedad civil, empeñadas activamente en este tema. El Simposio cuenta además con representantes de las Conferencias Episcopales y de las Iglesias, y no faltan delegaciones de docentes y estudiantes procedentes de las Universidades de los Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea.

Entre los once Premios Nobel de la Paz participantes, se encuentra el profesor argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien ante nuestros micrófonos habló, en primer lugar, de la importancia del evento:

“Me parece muy importante esta convocatoria del Papa Francisco para hacer frente a situaciones muy graves,  muy conflictivas para toda la humanidad y para el sistema planetario de lo que puede ser una guerra nuclear, donde se pone en peligro la existencia planetaria, no sólo la del ser humano. Y la diversidad de ponentes, que hay aquí en este encuentro, desde distintas perspectivas, para poder aportar a una solución de estos conflictos y evitar lo que puede ser un holocausto de la humanidad. Entonces vamos a ver cuáles pueden ser los caminos alternativos para todo esto.

Relevante para el destacado pacifista argentino es la encíclica de Juan XXIII Pacem in terris:

“En el pasado, hubo muchas iniciativas, pero recuerdo la encíclica de Juan XXIII Pacem in terris, donde ya en el año 1963, venía haciendo esta advertencia: parece que las palabras las hubiese pronunciado hoy”.

 

¿Cuáles son las perspectivas reales?

“Hay intereses económicos, políticos, la carrera armamentista, tiene que ver con la economía, producción de armas, el complejo industrial militar, los intereses económicos y políticos de las grandes potencias. Creo que hay que cambiar muchas cosas dentro de Naciones Unidas, que no puede estar dominada por cinco potencias. Hay que cambiar. En el año ‘45 eran 57 estados. Hoy son 193 estados. Venimos con esperanza, también con propuestas”.

 

Terminar con el uso de las bombas de uranio

“Pero hay un tema que no se trata y que lo voy a tratar en el día de hoy” dijo el notable Premio Nobel. Es el tema de las bombas de uranio empobrecido que dejan consecuencias permanentes de malformaciones genéticas, destrucción del medio ambiente, contaminación del agua, enfermedades… y de esto casi no se habla. Esta bomba la hemos visto utilizarla en Iraq, en la guerra. Hay que poner freno a esto, porque esta bomba de uranio empobrecido hoy la están utilizando en conflictos bélicos. Y hay que terminar con esto”.

 

Necesaria una base jurídica para el desarme

“Una guerra nuclear es un crimen de lesa humanidad: es un genocidio, prosiguió el profesor Pérez Esquivel. Y también aquellas potencias que quieren utilizar las armas nucleares saben que recibirán una condena mundial por esto. Pero no deben ser sólo palabras sino que debe existir una comprensión, una base jurídica para poner freno a las locuras de las potencias que poseen armas nucleares”.

 

Pueblos protagonistas forjadores de una nueva vida

“Los pueblos muchas veces somos espectadores y tenemos que asumirnos como protagonistas y constructores de nuestra propia vida y de nuestra propia historia. Y pueblo somos los que tenemos una identidad, una pertenencia y no podemos estar expuestos a lo que decidan los gobernantes. Hay que cambiar este error. Los pueblos tienen que ser protagonistas para cambiar el curso de la historia. Y siempre fue así. Los pueblos tienen que estar presentes y generar una nueva posibilidad de vida. Es lo que dijimos en el Foro Social Mundial: otro mundo es posible”.

 

Papa Francisco, el Papa de todos

Y a poco tiempo de la audiencia prevista con el Santo Padre, el conocido Premio Nobel afirmó:Me alegro de encontrar al Papa, porque es el Papa de todos y es un amigo, un hermano. Y tendremos la alegría de volver a encontrarnos”.

 

(María Cecilia Mutual - RV)