Diócesis
El domingo 12 de noviembre

El obispo de Jerez preside la misa de acción de gracias del segundo beato de la ciudad: un mártir claretiano

Antes de ser fusilado, el sacerdote jerezano José Ignacio Gordon dijo a los milicianos: “Os perdonamos de todo corazón”

 

 

El próximo día 12 de noviembre a las 12 de la mañana, en la parroquia de San Miguel de Jerez de la Frontera, tendrá lugar la misa de acción de gracias con motivo de la reciente beatificación del sacerdote jerezano José Ignacio Gordon de la Serna. La ceremonia será presidida por el obispo de Asidonia-Jerez, Monseñor D. José Mazuelos Pérez.

 


 

 

Se trata de “un motivo de gran alegría” tanto para la familia como para la ciudad de Jerez, tal y como han declarado desde su familia jerezana de origen escocés. No en vano, Jerez hasta ahora sólo tenía otro beato entre sus ilustres ciudadanos, Manuel Jiménez Salado.

El sacerdote perteneciente a la orden de los misioneros “Hijos del Inmaculado Corazón de María”, popularmente conocidos como Claretianos por su fundador, San Antonio Mª. de Claret, fue objeto de martirio en Játiva, Valencia, el 12 de agosto de 1936.

Fue beatificado el pasado día 21 de octubre en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona por el Prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, el Cardenal Angelo Amato.

 

Perdonó a sus enemigos

El nuevo beato de la Iglesia Católica, cuya fecha de celebración será el día 1 de febrero, fue un ejemplo de apostolado entre sus cercanos. Prudente en el ejercicio de su ministerio y firme en sus convicciones, no dudó al perdonar en el último momento a los que iban a acabar con su vida.

Así, después de bajar del coche en que le llevaron a él junto a sus compañeros de su congregación para fusilarlos, el padre Gordon se dirigió a los milicianos con estas palabras: “Os perdonamos de corazón”.

Fuentes familiares relatan que, para los que le conocieron y los que han leído sus biografías, “observando la vida llena de santidad del beato José Ignacio se ve la mano de Dios y la gracia y fuerza del Espíritu Santo. Un afán por dar amor, que le llevó lejos de las tierras gaditanas para ir donde le necesitaran y que le impulsó a ordenarse en una Congregación que, de haber seguido con vida, le habría llevado probablemente a otros países, para atender a los más necesitados”.

“Por esta razón- continua su sobrina- invitamos a los ciudadanos jerezanos a que hagan suyo a este beato y que nos acompañen en la misa de acción de gracias”.