Francisco \ Audiencias, Catequesis y Ángelus

Acabar también con la pobreza a causa de guerras y conflictos. Apremiante llamamiento del Papa

RV | 19/11/2017


 

 

Al final del rezo del Ángelus el Papa Francisco volvió a referirse a la Jornada Mundial de los Pobres y a sus múltiples iniciativas en Roma y en las diócesis de todo el mundo. “Que los pobres estén en el centro de nuestras comunidades no solo en momentos como este, sino siempre; porque ellos están en el corazón del Evangelio, en ellos encontramos a Jesús que nos habla y nos interpela a través de sus sufrimientos y sus necesidades”, auguró, recordando especialmente a las poblaciones que viven una dolorosa pobreza a causa de la guerra y de los conflictos.

Con este motivo el Papa renovó a la comunidad internacional un apremiante llamamiento “a comprometer todo esfuerzo posible” para favorecer la paz, en particular en Oriente Medio. Francisco dirigió un pensamiento especial al “querido pueblo libanés” y sus oraciones por la estabilidad de ese País, “para que -aseguró-  pueda continuar siendo un ‘mensaje’ de respeto y convivencia para toda la Región y para el mundo entero”.

En sus palabras el Papa recordó también la reciente beatificación en Detroit del capuchino Francisco Solano, a la tripulación del submarino militar argentino, por la cual elevó sus oraciones, y la Jornada del recuerdo por las víctimas de accidentes de tráfico. El Obispo de Roma alentó “a la prudencia y al respeto de las reglas”.

Finalmente Francisco saludó a los numerosos fieles y peregrinos de Italia y de todo el mundo, especialmente a los de la República Dominicana, y a la comunidad ecuatoriana residente en Roma, que está festejando a la Virgen de El Quinche.

 

 

Palabras del Papa después del Ángelus

Queridos  hermanos y hermanas,

ayer, en Detroit, Estados Unidos de América, ha sido proclamado Beato Francisco Solano, sacerdote de los Frailes Menores Capuchinos. Humilde y fiel discípulo de Cristo, se distinguió por un incansable servicio a los pobres. Su testimonio ayude a sacerdotes, religiosos y laicos a vivir con alegría el lazo entre anuncio del Evangelio y amor a los pobres.

Es lo que hemos querido recordar con la Jornada Mundial de los Pobres de hoy, que en Roma y en las diócesis del mundo se expresa en muchas iniciativas de oración y de compartir. Auspicio que los pobres estén en el centro de nuestras comunidades no solo en momentos como este, sino siempre; porque ellos están en el corazón del Evangelio, en ellos encontramos a Jesús que nos habla nos interpela a través de sus sufrimientos y sus necesidades.

Quiero hoy recordar de manera particular a las poblaciones que viven una dolorosa pobreza a causa de la guerra y de los conflictos. Por eso renuevo a la comunidad internacional un apremiante llamamiento a comprometer todo esfuerzo posible para favorecer la paz, en particular en Oriente Medio. Dirijo un pensamiento especial al querido pueblo libanés y rezo por la estabilidad del País, para que pueda continuar siendo un “mensaje” de respeto y convivencia para toda la Región y para el mundo entero.

Rezo también por la tripulación del submarino militar argentino con el que se ha perdido contacto.

Hoy recurre también el Día mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico, instituida por la ONU. Aliento a las instituciones públicas en el compromiso de la prevención, y exhorto a los automovilistas a la prudencia y al respeto de las reglas, como primera forma de tutela de sí mismos y de los demás.

Saludo a todos ustedes, familias, parroquias, asociaciones y fieles individuales, que han venido de Italia y de tantas partes del mundo. En particular, saludo a los peregrinos de la República Dominicana; a los participantes en la carrera de solidaridad de Košice (Eslovaquia) en Roma; y a la comunidad ecuatoriana residente en Roma, que festeja a la Virgen de El Quinche. Saludo a las fraternidades de la Orden seglar Trinitaria Italiana, a los fieles de Civitanova Marche, Sanzeno, Termoli, Capua y Nola, y a los jóvenes confirmandos de Mestrino (Padua).

Deseo a todos un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y ¡hasta la vista!

 

Raúl Cabrera - SPC