Servicio diario - 22 de noviembre de 2017


 

Audiencia general, 22 de noviembre de 2017 — Texto completo
Rosa Die Alcolea

Myanmar y Bangladés: El Papa se encontrará con Rohingyas
Rosa Die Alcolea

Audiencia: "La Misa es el memorial del Misterio Pascual de Cristo"
Rosa Die Alcolea

El boxeador mexicano Saúl Álvarez "El Canelo" saluda al Papa
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: "Crecer en la fe y en la dedicación al prójimo"
Rosa Die Alcolea

Oriente Medio: El Papa saluda a los visitantes de lengua árabe
Rosa Die Alcolea

Mons. Felipe Arizmendi: Proyecto Global Pastoral en México
Felipe Arizmendi Esquivel

Beata Enrichetta Alfieri, 23 de noviembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

22/11/2017-16:03
Rosa Die Alcolea

Audiencia general, 22 de noviembre de 2017 —  Texto completo

(ZENIT — 22 Nov. 2017).- "La participación en la Eucaristía nos adentra en el misterio pascual de Cristo, haciéndonos pasar con Él de la muerte a la vida, es decir, allí en el calvario. La misa es rehacer el calvario, no un espectáculo", ha dicho el Papa Francisco.

Esta mañana, 22 de noviembre de 2017, se ha celebrado a las 9:25 horas la audiencia general, en la Plaza de San Pedro, donde el Santo Padre Francisco ha encontrado a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y de todos los lugares del mundo.

El Papa ha continuado su nuevo ciclo de catequesis dedicada a la santa misa, cuyo tema ha sido esta vez: "La misa es el memorial del misterio pascual de Cristo".

El Papa ha reflexionado: "Cuando vamos a misa es como si fuéramos al calvario, lo mismo. Pero pensad: Si en el momento de la misa vamos al calvario- imaginadlo- y sabemos que el hombre que está allí es Jesús: ¿Nos pondríamos a hablar, a sacar fotografías, a hacer un espectáculo? ¡No! ¡Porque es Jesús! De seguro estaríamos en silencio, en llanto y también con la alegría de ser salvados".

Tras resumir su catequesis en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes. La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

 

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas: ¡buenos días!

Continuando con la catequesis sobre la misa, podemos preguntarnos: ¿Qué es esencialmente la misa? La misa es el memorial del misterio pascual de Cristo. Nos hace partícipes de su victoria sobre el pecado y la muerte, y da un significado pleno a nuestra vida.

Por eso, para comprender el valor de la misa, debemos entender ante todo el significado bíblico del "memorial". No es "solamente el recuerdo de los acontecimientos del pasado, sino la proclamación de las maravillas que Dios ha realizado en favor de los hombres (cf Ex 13,3). En la celebración litúrgica, estos acontecimientos se hacen, en cierta forma, presentes y actuales. De esta manera Israel entiende su liberación de Egipto: cada vez que es celebrada la pascua, los acontecimientos del Éxodo se hacen presentes a la memoria de los creyentes a fin de que conformen su vida a estos acontecimientos". "( Catecismo de la Iglesia Católica, 1363). Jesucristo, con su pasión, muerte, resurrección y ascensión al cielo, ha llevado a cumplimiento la Pascua. Y la misa es el memorial de su Pascua, de su "éxodo" que cumplió por nosotros, para sacarnos de la esclavitud y hacernos entrar en la tierra prometida de la vida eterna. No es solamente un recuerdo, no; es mucho más: es hacer presente lo que sucedió hace veinte siglos.

La Eucaristía nos lleva siempre a la cumbre de la acción salvífica de Dios: el Señor Jesús, haciéndose pan partido para nosotros, derrama sobre todos nosotros su misericordia y su amor, como hizo en la cruz, con el fin de renovar nuestro corazón, nuestra existencia y nuestra forma de comunicarnos con Él y con nuestros hermanos. Dice el Concilio Vaticano II:.. " La obra de nuestra redención se efectúa cuantas veces se celebra en el altar el sacrificio de la cruz, por medio del cual «Cristo, que es nuestra Pascua, ha sido inmolado»" (Const. dogmática Lumen Gentium, 3).

Cada celebración de la Eucaristía es un rayo de ese sol sin ocaso que es Jesús resucitado. Participar en la Misa, especialmente el domingo, significa entrar en la victoria del Resucitado, ser iluminados por su luz, calentados por su calor. A través de la celebración eucarística, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la vida divina que es capaz de transfigurar todo nuestro ser mortal. Y en su paso de la muerte a la vida, del tiempo a la eternidad, el Señor Jesús también nos arrastra con Él para hacer Pascua. En la misa se hace Pascua. En la misa nosotros estamos con Jesús, muerto y resucitado y Él nos empuja hacia adelante, a la vida eterna. En la misa, nos unimos a Él. Más aún, Cristo vive en nosotros y nosotros vivimos en Él. "Con Cristo estoy crucificado, -dice San Pablo- y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí. La vida que vivo al presente, en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí"(Gálatas 2: 19-20). Así pensaba Pablo.

En efecto, su sangre nos libera de la muerte y del miedo a la muerte. Nos libera no solo del dominio de la muerte física, sino también de la muerte espiritual, que es el mal, el pecado, que se apodera de nosotros cada vez que somos víctimas de nuestros pecados o de los pecados de los demás. Y entonces nuestra vida se contamina, pierde belleza, pierde significado, se marchita.

Cristo, en cambio, nos vuelve a dar la vida; Cristo es la plenitud de la vida, y cuando se enfrentó a la muerte la aniquiló para siempre: "Resucitando destruyó la muerte y nos dio nueva vida". La Pascua de Cristo es la victoria definitiva sobre la muerte porque Él transformó su muerte en acto supremo de amor. ¡Murió por amor! Y en la Eucaristía quiere comunicarnos este amor pascual y victorioso. Si lo recibimos con fe, también nosotros podemos amar verdaderamente a Dios y al prójimo, podemos amar cómo Él nos amó, dando la vida.

Si el amor de Cristo está en mí, puedo entregarme plenamente al otro en la certeza interior de que si el otro me hiriera, yo no moriría; de lo contrario, debería defenderme. Los mártires han dado sus vidas por esta certeza de la victoria de Cristo sobre la muerte. Solo si experimentamos este poder de Cristo, el poder de su amor, somos verdaderamente libres de darnos sin temor. Esto es la misa: entrar en esta pasión, muerte, resurrección, ascensión de Jesús. Cuando vamos a misa es como si fuéramos al calvario, lo mismo. Pero pensad: Si en el momento de la misa vamos al calvario-imaginadlo- y sabemos que el hombre que está allí es Jesús: ¿Nos pondríamos a hablar, a sacar fotografías, a hacer un espectáculo? ¡No! ¡Porque es Jesús! De seguro estaríamos en silencio, en llanto y también con la alegría de ser salvados. Cuando entramos en una iglesia para ir a misa pensemos en esto: entro en el calvario, donde Jesús da su vida por mí. Y así se acaba el espectáculo, se acaban las charlas, los comentarios y estas cosas que nos alejan de algo tan hermoso como es la misa, el triunfo de Jesús.

Creo que está más claro ahora que la Pascua está presente y activa cada vez que celebramos la misa, es decir, el sentido del memorial. La participación en la Eucaristía nos adentra en el misterio pascual de Cristo, haciéndonos pasar con Él de la muerte a la vida, es decir, allí en el calvario. La misa es rehacer el calvario, no un espectáculo.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

22/11/2017-18:33
Rosa Die Alcolea

Myanmar y Bangladés: El Papa se encontrará con Rohingyas

(ZENIT — 22 Nov. 2017).- El Santo Padre Francisco llevará a ambos países asiáticos un mensaje de reconciliación, perdón y paz, ha dicho Greg Burke.

Greg Burke, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha presentado esta mañana, 22 de noviembre de 2017, el programa del 21° viaje apostólico internacional del Papa Francisco, a Myanmar y Bangladés, del 26 de noviembre al 2 de diciembre.

El viaje del Papa a Myanmar y a Bangladés contará con dos eventos no planificados en el programa inicial, según informan en la edición italiana de Radio Vaticano: Una entrevista con el jefe del ejército birmano y la presencia de rohingyas durante un encuentro en Dhaka.

En un contexto de "reconciliación, perdón y paz", que el Papa quiere llevar a ambos países asiáticos, el Santo Padre tendrá una reunión privada el 30 de noviembre con el general Min Aung Hlaing. Fue el Cardenal Charles Bo, el arzobispo de Yangon, quien propuso el encuentro.

Greg Burke también indicó que un grupo de refugiados Rohingya estará presente en la reunión de paz ecuménica e interreligiosa programada para el 1 de diciembre en Dhaka, Bangladesh. La participación es aún más delicada ya que la denominación de los musulmanes sunitas de habla bengalí que viven en el estado de Rakhine, en el noroeste de Myanmar, es muy controvertida. El gobierno ha prohibido el uso del término y también ha pedido a la comunidad diplomática que no lo use.

Periferias

Ambos países representan un viaje "a las periferias", ha señalado Greg Burke. El Papa Francisco habla siempre de las periferias y "esta es verdaderamente periferia: un poco por la distancia, también por la comunidad católica, muy pequeña, en ambos países". En Myanmar, representa menos del 1.5% de la población, con cerca de 700,000 fieles.

Bangladesh es 90% musulmán y 8% hindú, la minoría restante son cristianos, budistas y religiones tradicionales.

Otro elemento muy importante en este viaje es el "interreligioso", ha comentado el director de prensa del Vaticano. Myanmar es, en gran parte, un país budista, y Bangladés es un país oficialmente islámico. "También aquí el Papa quiere demostrar, una vez más, el significado de la religión para la paz y para la reconciliación", ha explicado Greg Burke.

 

Citas centrales

Los citas centrales más importantes de este viaje serán el encuentro del Papa con los budistas en Myanmar, y el encuentro interreligioso en Bangladés, ha aclarado Greg Burke a Radio Vaticano.

"Es interesante que en ambos países el Papa concluirá su visita encontrando a los jóvenes. También de pequeñas comunidades católicas se puede recoger un sentido de gran esperanza", ha añadido Burke.

Con Anne Kurian

 

 

22/11/2017-09:47
Rosa Die Alcolea

Audiencia: "La Misa es el memorial del Misterio Pascual de Cristo"

(ZENIT — 22 Nov. 2017).- "La Santa Misa es el memorial del Misterio Pascual de Cristo" es el título de la catequesis impartida por el Papa Francisco en la audiencia general.

El Papa Francisco ha continuado el nuevo ciclo de catequesis sobre la Santa Misa, esta mañana en la Audiencia general, celebrada en la plaza de San Pedro ante miles de fieles.

A continuación, ofrecemos el texto de la catequesis del Santo Padre en español:

 

Catequesis del Papa en español

Queridos hermanos y hermanas:

Continuando con la catequesis sobre la Santa Misa, podemos decir que es el memorial del Misterio Pascual de Cristo, que él llevó a cumplimiento con su pasión, muerte, resurrección y ascensión al cielo, y que nos hace partícipes de su victoria sobre el pecado y la muerte.

Así, la Eucaristía hace presente el sacrificio que Cristo ofreció, una vez para siempre, en la cruz y que permanece perenemente actual, realizando la obra de nuestra redención.

En la Misa, el Señor Jesús, haciéndose «pan partido» por amor a nosotros, se nos da y nos comunica toda su misericordia y su amor, renovando nuestro corazón, nuestra vida y nuestras relaciones con él y con los hermanos. A través de la celebración eucarística, la acción del Espíritu Santo nos hace partícipes de la misma vida de Dios, que transforma todo nuestro ser mortal y nos llena de su eternidad.

Con la Eucaristía Jesús nos libra de la muerte física y del miedo a morir, como también de la muerte espiritual, que es el mal y el pecado. La participación en este sacramento, que nos llena de la plenitud de su vida, nos hace decir con san Pablo: «vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí» (Ga 2,20). Por ello, para el cristiano es vital participar en la Eucaristía, especialmente el domingo, puesto que nos permite unirnos a Cristo, tomando parte de su victoria sobre la muerte y gozar de los bienes de la resurrección.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica. El Señor Jesús nos quiere comunicar en la Eucaristía su amor pascual para que podamos amar a Dios y a nuestro prójimo como él nos ha amado, entregando su propia vida. Que la Virgen Santa interceda ante su Hijo por todos nosotros, y nos alcance la gracia de ser hombres y mujeres que encuentren en el sacrificio eucarístico el centro de la propia existencia y la fuerza para vivir en el amor.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

22/11/2017-17:34
Rosa Die Alcolea

El boxeador mexicano Saúl Álvarez "El Canelo" saluda al Papa

(ZENIT — 22 Nov. 2017).- El boxeador profesional Saúl Álvarez, mexicano, saludó al Papa Francisco esta mañana en la audiencia general, y le regaló unos guantes firmados por él.

"El Canelo" entregó al Santo Padres unos guantes firmados por él, donde también pone "México lo quiere", representando a su país de nacimiento.

"Para mí es un honor poderle entregar al Papa algo de mí y obviamente poder tener la bendición del Papa para mí es una experiencia inolvidable, y me siento muy contento y agradecido con todos por esto", especialmente al Dicasterio para la Cultura, ha declarado el boxeador a algunas personas cercanas.

Saúl Álvarez Barragán, conocido como "El Canelo" nació en San Agustín, Jalisco. Con 27 años, ya ha sido campeón del Consejo Mundial de Boxeo (WBC) y de `The Ring' (lista de campeones mundiales) del peso mediano.

También ha sido campeón de Asociación Mundial del Boxeo (WBA), de la Organización Mundial de Boxeo (WBO) y The Ring del peso superwélter. La revista `The Ring' lo considera como uno de los mejores boxeadores libra por libra del mundo.

 

 

22/11/2017-11:38
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: "Crecer en la fe y en la dedicación al prójimo"

(ZENIT — 22 Nov. 2017).- El Papa ha animado a los jóvenes a seguir el ejemplo de Santa Cecilia, cuya memoria se celebra hoy, y a "crecer en la fe y en la dedicación al prójimo".

El Papa Francisco ha dirigido unas palabras a los jóvenes, enfermos y recién casados en la audiencia general, celebrada esta mañana, 22 de noviembre de 2017, en la plaza de San Pedro.

El Santo Padre ha invitado a los jóvenes a seguir el ejemplo de Santa Cecilia, y les ha llamado a "crecer en la fe y en la dedicación al prójimo".

Asimismo, el Papa ha exhortado a los enfermos que se sostengan "en la experiencia del sufrimiento, el apoyo de Cristo, que siempre está junto a quién está en la prueba".

A los nuevos matrimonios, Francisco les ha llamado a que tengan la misma mirada de amor puro que tenía Santa Cecilia, "para aprender a amar incondicionalmente", y les ha animado a que pidan a Santa Cecilia: "Enséñanos a cantar con el corazón, enséñanos la alegría de ser salvados".

 

 

22/11/2017-10:41
Rosa Die Alcolea

Oriente Medio: El Papa saluda a los visitantes de lengua árabe

(ZENIT — 22 Nov. 2017).- "La participación en la Eucaristía nos hace entrar en el Misterio Pascual de Cristo, dándonos paso con Él de la muerte a la vida", ha dicho el Papa Francisco.

Es el mensaje que el Santo Padre ha dado a los visitantes de lengua árabe presentes en la audiencia general celebrada esta mañana, 22 de noviembre de 2017, en la plaza de San Pedro.

El Papa ha saludado a los peregrinos de lengua árabe, especialmente a los de Oriente Medio, animándoles a participar en la Eucaristía. "¡El Señor os bendiga!" les ha deseado el Papa Francisco.

 

 

22/11/2017-09:06
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Felipe Arizmendi: Proyecto Global Pastoral en México

IGLESIA HACIA EL 31-33

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

Los obispos mexicanos, con las aportaciones de muchas personas del país, estamos elaborando un Proyecto Global Pastoral, al que hemos puesto dos fechas como referencia: el año 2031, en que se cumplen 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en 1531, y el año 2033, a los dos mil años de la muerte de Cristo, acaecida, según el calendario actual, en el año 33 de nuestra era.

Habíamos pensado aprobarlo en nuestra reciente asamblea plenaria, pero decidimos esperar hasta abril próximo, para dar oportunidad de que más personas sean escuchadas y nos den su punto de vista, y así se involucren en su proceso y posterior ejecución. No es un Proyecto para que se ponga en práctica hasta aquellos años, sino un camino iluminador para llegar a esas fechas con una Iglesia más renovada.

Seguimos el método de ver, pensar y actuar. En el análisis de la realidad, se tomaron en cuenta varios fenómenos, como el cambio de época, el relativismo, la corrupción, una ideología de género desvinculada de la identidad sexual, el desencuentro entre personas, generaciones, culturas y pueblos. Se resaltó el rompimiento en la estructura familiar, el divorcio, la violencia intrafamiliar, el aborto, la mentalidad anticonceptiva. Se mencionó el creciente urbanismo, que cambia culturas y origina cinturones de miseria. Se dijo que una de las raíces de nuestros problemas es la desigualdad económica, la inequidad, la pobreza, la injusta distribución de la riqueza, causadas por el sistema neoliberal en que vivimos. Muchos mexicanos no tienen acceso justo a vivienda, alimentación, transporte, vestido, salud, trabajo y educación de calidad. La violencia, el narcotráfico, el crimen organizado, los desaparecidos, los secuestros, los homicidios, las extorsiones, la inseguridad, ensombrecen el panorama social, rompen el tejido social, promueven inestabilidad y polarización social, todo lo cual lleva a un ambiente de desconfianza e inseguridad.

Se reconoce que vivimos una transición democrática truncada, sin una participación ciudadana más responsable, con partidos que han perdido la confianza de una gran cantidad de personas, con peligro de manipulación y uso instrumental del pueblo pobre y rezagado educativamente, sin discernimiento crítico de las propuestas preelectorales.

En el documento de trabajo, se pide perdón por todas las acciones y omisiones que han afectado la dignidad de los pueblos indígenas y afrodescendientes. Se enumeró la situación injusta y precaria a la que han sido sometidas muchas mujeres, en la familia, en la sociedad y en la misma Iglesia. Se afirmó que no podemos posponer más su plena incorporación, la vigencia de sus derechos y la valoración de su aporte propio. Se dijo que nos abruma nuestra irresponsabilidad ante el medio ambiente, la pérdida de biodiversidad, la contaminación, la deforestación, las consecuencias del cambio climático.

El análisis de la realidad concluye con esta afirmación: "Toda esta realidad histórica nos interpela a redoblar nuestro servicio pastoral. Cada sufrimiento, cada situación de injusticia, son una llamada de atención, pues muestran el gran desafío de evangelizar muchas realidades temporales que no corresponden a la promoción de la vida en plenitud", que es el gran proyecto del Reino de Dios.

 

PENSAR

En la segunda parte del Proyecto, repasamos algunas líneas doctrinales que iluminan nuestro caminar eclesial, como el misterio de la Redención, el "Hecho Guadalupano", la Palabra de Dios, la necesidad de una conversión personal y pastoral, la sinodalidad, los documentos recientes del magisterio pontificio.

Recordamos lo que nos pidió el papa Francisco a los obispos, cuando nos encontramos con él en la Ciudad de México, el 13 de febrero de 2016. Hablaba del narcotráfico, pero esta preocupación es global: "Les ruego por favor no minusvalorar el desafío ético y anti cívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia. La proporción del fenómeno, la complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión, como metástasis que devora, la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones, no nos consienten a nosotros, Pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenas genéricas, sino que exigen un coraje profético y un serio y cualificado proyecto pastoral para contribuir, gradualmente, a entretejer aquella delicada red humana, sin la cual todos seríamos desde el inicio derrotados por tal insidiosa amenaza. Sólo comenzando por las familias; acercándonos y abrazando la periferia humana y existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades; involucrando a las comunidades parroquiales, las escuelas, las instituciones comunitarias, las comunidades políticas, las estructuras de seguridad; sólo así se podrá liberar totalmente de las aguas en las cuales lamentablemente se ahogan tantas vidas, sea la vida de quien muere como víctima, sea la de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada".

 

ACTUAR

En la tercera parte, nos proponemos atender ocho desafíos, a reserva de las nuevas consultas que se hagan, y que nos urjan a otros: Nueva evangelización, ser Iglesia en salida, construcción de paz, reconciliación y solidaridad, economía solidaria, renovación de estructuras eclesiales, renovación parroquial, nuevas generaciones, jóvenes, vocaciones y mundo digital, migración.

Que el Espíritu Santo nos asista, para que seamos la Iglesia que Jesús quiere.

 

 

22/11/2017-08:39
Isabel Orellana Vilches

Beata Enrichetta Alfieri, 23 de noviembre

«Sanada milagrosamente por la Virgen de Lourdes de una grave enfermedad cuando ya le acechaba la muerte, se convirtió en un rayo de luz para los reclusos de San Vittore. Ellos la denominaron su `mamma' y su ángel»

La vida de Enrichetta fue apasionante. Coraje, misericordia y piedad, virtudes, entre otras, de esta brava mujer, tocaron las fibras más sensibles de los prisioneros de la cárcel milanesa de San Vittore. Está claro que Dios otorga a cada uno la fortaleza para llevar a cabo su misión. Cuando se contempla retrospectivamente la vida santa, se aprecia la inmensidad del amor divino que se manifiesta por medio de personas que en su fragilidad física y espiritual realizan gestas de alcance imprevisible, sorprendentes, conmovedoras. Enrichetta poseía la madurez humana y espiritual requerida para afrontar las desdichas de los lóbregos corredores de la prisión donde habita la desesperanza y el llanto desgarrador. Supo proporcionar a los reclusos el consuelo que precisaban, acoger sus miedos y temblores, dar un vuelo inusitado a estas vidas, algunas de las cuales, llevadas de su mano, recibieron la gracia de encontrarse con Cristo. Hay que amar mucho, haber encarnado en sí mismo a Cristo fielmente para poderlo transmitir a los demás como hizo ella.

Nació el 23 de febrero de 1891 en Borgo Vercelli, Italia. Era la primogénita de los cuatro hijos de Giovanni y Rosa Compagnone. Y aunque le impusieron en el bautismo tres nombres: María Ángela Domenica, sus allegados la llamaban María. Parecía un vaticinio de la protección que iba a recibir de la Virgen. Encantadora durante su infancia, sensible a las enseñanzas de fe que recibía en su hogar y en la parroquia, al cumplir 17 años, una edad en la que muchos jóvenes de todos los tiempos han sentido la llamada de Dios, ella también se sintió elegida por Cristo para seguirle. Aunque no sufrió oposición paterna, tuvo que aguardar un tiempo para ingresar en la vida religiosa, como su familia aconsejó que hiciera. Muchas veces los padres no comprenden que la decisión de consagrarse a Cristo ya está tomada, y que dilatar el tiempo para iniciar el camino solo conlleva sufrimiento para sus hijos, aunque en esa prueba éstos comiencen a mostrar a Dios el grado de su amor.

La determinación de la beata era irreversible y lo único que hizo fue madurarla. A finales de 1911 ingresó en el convento de Santa Margarita de Vercelli con las Hermanas de la Caridad, fundadas por la madre Thouret, donde le habían precedido varios familiares. Al profesar tomó el nombre de Enrichetta. Apta para la docencia, estudió magisterio en Novara, como le indicaron, y después impartió clases en Vercelli. Pero solo pudo ejercer la profesión durante unos meses puesto que una espondilitis tuberculosa le impidió hacer vida normal. La pésima evolución de la enfermedad fue vertiginosa. Dos años más tarde ni siquiera podía desempeñar trabajos de apoyo en tareas administrativas.

En 1920 los médicos que la trataron en Milán no ocultaron el mal pronóstico. Regresó a Vercelli y continúo empeorando. Su día a día comenzó a ser el lecho. Aprisionada en él por intensísimo dolor, agradecía a Dios la posibilidad de unir sus padecimientos a Cristo Redentor. Comprendió que así como la vocación nos sitúa en el calvario, por la enfermedad estamos en la cruz con Cristo. De modo que el lecho debe considerarse como un altar en el que la persona que sufre se inmola y se deja sacrificar llevada de su amor, siempre y cuando cumpla el requisito de «sufrir santamente», haciéndolo además con «dignidad, amor, dulzura y fortaleza».

Buscando salida para su penoso estado, la llevaron a Lourdes en 1922 y un año más tarde le administraron el sacramento de la Unción. El 25 de febrero de 1923, celebración de la novena aparición de la Virgen de Lourdes, al tomar un sorbo de agua de la gruta con gran esfuerzo y dolor, se sintió instada a levantarse en medio de una locución divina que provenía de María: «¡Levántate!». En ese momento recobró la salud. No es difícil imaginar el impacto del hecho en toda la comunidad ante un episodio milagroso que atribuyó a María. Estaba presta a morir, pero la voluntad de Dios había sido otra.

Después fue trasladada a la prisión de San Vittore. «La vocación no me hace santa, se decía, pero me impone el deber de trabajar para conseguirlo». Poseía un espíritu luminoso, así como la suficiente madurez y fortaleza para vivir en aquel lugar. Su escuela había sido el sufrimiento. Por eso comprendió y supo acoger a tanto deshecho humano como halló en el penal. Sufrir, orar (también junto a las reclusas), trabajar ejercitando la caridad por amor a Cristo sin descanso, fue el día a día de este apóstol que se ganó el respeto, confianza y cariño de los presos. Ellos la denominaron el «ángel» y la «mamma» de San Vittore. En 1939 fue nombrada superiora de la
comunidad. Durante la Guerra Mundial la cárcel fue tomada por los nazis, y se jugó la vida defendiendo y rescatando de la muerte a los judíos y presos políticos que iban a ser gaseados en los campos de exterminio.

En 1944 las SS interceptaron un mensaje de una reclusa. Enrichetta fue acusada y apresada. Gravitando sobre ella la condena a muerte, oraba en su celda en acto de gratitud. Con la intervención del arzobispo de Milán, monseñor Schuster, a través de Mussolini se condonó su pena, pero fue enviada a Bérgamo a un centro de enfermos mentales. De allí partió a Brescia, y escribió sus memorias por obediencia. En 1945 regresó a San Vittore conduciendo al camino de la conversión a muchos, como a la peligrosa convicta de múltiple asesinato Rina (Caterina) Fort. En septiembre de 1950 sufrió una funesta caída en la calle, y no se recuperó. Murió el 23 de noviembre de 1951. Fue beatificada por Benedicto XVI el 26 de junio de 2011.