Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

Contacto

Nº 542

10 de dic. 2017

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: PSEUDOTERAPIAS Y PSEUDOCIENCIAS

 

1. Las “terapias alternativas” quintuplican la mortalidad en cáncer de mama.

2. Biólogo español: “si quieres hacerte millonario, invéntate una terapia alternativa”.

3. Cómo las pseudociencias empiezan a sustituir peligrosamente a las prácticas efectivas.

4. La homeopatía, en crisis en España.

5. Farmacéuticos españoles se rebelan contra la venta de homeopatía.

6. Las pseudoterapias están en auge y están produciendo víctimas.

7. Los curanderos son impunes en España, su acción no tiene consecuencias legales.

8. Homeopatía: el placebo más caro del mundo.

9. Sanación espiritual: el negocio de las emociones.

10. Hospital chileno aplica reiki, flores de Bach y biomagnetismo a los pacientes.

 

 

1. Las “terapias alternativas” quintuplican la mortalidad en cáncer de mama.

FUENTE: Redacción Médica

 

 

“Lo que el farmacéutico ve detrás de la etiqueta de ‘paciente con cáncer de mama metastásico’ es una mujer que siempre va a vivir enferma y amenazada, y para la que hay soluciones terapéuticas no satisfactorias”. María Jesús Lamas, jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, ha defendido que “el farmacéutico clínico oncológico no debe olvidar la perspectiva social de lo que supone la enfermedad”, durante su intervención en el Foro Oncológico organizado por Sanitaria 2000 con la colaboración de Novartis. Lo cuentan Sandra Melgarejo y Joana Huertas en Redacción Médica.

“La enfermedad es incurable pero, en la mayoría de los casos, la expectativa de vida es muy larga y la paciente va a estar tratándose durante toda su existencia con fármacos complejos que requieren una capacitación y una competencia profesional elevada para conseguir los mejores resultados”, ha indicado Lamas. En este sentido, ha destacado el papel del farmacéutico hospitalario en el abordaje multidisciplinar del tumor a la hora de “evitar interacciones farmacológicas peligrosas, estudiar el impacto de la medicina alternativa o complementaria y asegurar la adherencia al tratamiento”. Lamas define a la paciente con cáncer de mama metastásico y su tipo de tratamiento.

Precisamente, la especialista ha afirmado que “más del 50 por ciento de las pacientes con cáncer de mama metastásico usa algún tipo de terapia complementaria, aunque la mayoría no lo comunica”. Lamas ha matizado que, aunque suelen utilizarse de manera indistinta, complementaria y alternativa no son lo mismo. Recurrir a la terapia complementaria no supone que la paciente abandone el tratamiento convencional, sino que añade cosas que le hacen sentir mejor: “Es culpa nuestra no ser lo suficientemente incisivos sobre cuál es el uso que hacen de las terapias complementarias porque, aunque algunas pueden ser inofensivas desde el punto de vista de la seguridad y beneficiosas para las pacientes, como masajes, yoga o ejercicio físico, la fitoterapia u otras cosas peores conllevan importantes riesgos de seguridad”.

Sin embargo, la terapia alternativa impide que sigan tomando el tratamiento convencional. “Esto es peligroso y un estudio demuestra que las pacientes con cáncer de mama curable después de una cirugía que optan por terapias alternativas en vez de convencionales tienen cinco veces más probabilidades de morir por cáncer que las que optaron por la terapia convencional”, ha asegurado la jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Clínico de Santiago. “Si la medicina convencional ni escucha ni da esperanza, las pacientes buscan alternativas”, ha lamentado.

La responsabilidad de la adherencia se traslada a la paciente

Respecto a la adherencia terapéutica, Lamas ha comentado que cada vez hay más fármacos orales y que esto supone que la paciente se convierte en la protagonista de su tratamiento y de que sea efectivo. “En la mayoría de encuestas, los pacientes prefieren ser tratados con fármacos orales en lugar de inyectables, pero con esto se traslada la responsabilidad al paciente y a su entorno”, ha comentado.

“Tenemos que pensar qué necesita de nosotros la paciente y qué es lo que nosotros podemos hacer para que la paciente esté mejor tratada”, ha señalado Lamas, quien opina que el farmacéutico de hospital “complementa la actividad de los médicos y las enfermeras con un cuerpo de conocimiento propio y específico, pero muy interrelacionado con lo que ellos hacen”.

ARRIBA

 

2. Biólogo español: “si quieres hacerte millonario, invéntate una terapia alternativa”.

FUENTE: La Vanguardia

 

 

Cuando Daniel Arbós (Barcelona, 1976) se enteró hace unos años de que había gente que bebía cada día agua de mar alegando que era “muy sana”, no daba crédito. “¡Pero si desde pequeños nos han enseñado que no se debe ingerir, pero si contiene elementos tóxicos como el mercurio!”, exclama este biólogo reconvertido en periodista científico echándose las manos a la cabeza. Lo cuenta Cristina Sáez en La Vanguardia.

Desde entonces le rondaba la idea de dedicar una novela a las pseudociencias. Pero primero llegó 10 top models i una boja que parla sola (RBA, 2015), un retrato en clave de humor sobre la generación de 30 y 40 años en la Barcelona de la crisis. Luego, el día a día en el Institut Català d’Oncologia, donde trabajaba en el gabinete de prensa, le fue reafirmando en su propósito de consagrar una novela a las pseudociencias: veía pacientes con pronósticos poco esperanzadores que se lanzaban a probar terapias alternativas o que retrasaban el tratamiento con quimioterapia por antes intentar naturopatía, reiki, flores de Bach y otros remedios ‘naturales’.

Y así gestó Amb l’aigua al coll (Àmsterdam, 2017), una sátira con mala leche y sin miramientos en que se ríe de las terapias alternativas, no de quienes las consumen, sino de los que se enriquecen con ellas. Dídac Barta, el protagonista, con ansias de dinero, descubre en una visita a una masía reconvertida en un centro de terapias alternativas, que hay mucha gente que cree que beber un par de vasos de agua de mar al día es muy sano. Y decide crear un negocio de venta de agua de mar ‘con propiedades talasotelúricas’. Y tiene éxito.

- El agua de mar está muy de moda.

- Hay quien cree en Dios, o en Buda, y hay quien cree en el agua de mar. Es una fe, es irracional.

- Pero aseguran que les funciona.

- Muchas de las pseudociencias funcionan por autosugestión. Hace unos años se puso de moda la pulsera power-balance, ¿te acuerdas? y la gente aseguraba que le iba genial. Pero ahora nadie la lleva. Y no hace mucho los futbolistas llevaban una tirita en la nariz porque decían que respiraban mejor, corrían más. Y realmente se lo creían y pensaban que les funcionaba. ¿La siguen llevando?

- Muchos usuarios de terapias alternativas tienen formación universitaria, incluso sanitaria.

- Ese es el problema. Somos una sociedad formada que nos creemos que sabemos. Antes, si el médico les decía a nuestros abuelos que vacunaran a los hijos, ellos lo hacían, porque habían visto los estragos que causaban algunas enfermedades como la difteria o la polio. Y además, porque eran conscientes de su propia ignorancia: sabían que no sabían, que es muy importante, y confiaban en el médico. Ahora eso ha cambiado. Como tenemos formación, a veces incluso carreras científicas, tenemos la falsa sensación de que sabemos y de que nuestra opinión es verdad.

- Hay médicos y enfermeras que recetan agua de mar, homeopatía, terapia neural…

- Puede que hayan aprendido mucho de medicina y enfermería, pero nada sobre qué es el método científico. Que tú pienses que algo funciona, no importa. En ciencia hay que rendirse a la evidencia: no hay ni un solo estudio publicado en los últimos 200 años que haya demostrado que la homeopatía funciona.

- También ahora vamos al médico sin movernos de casa, preguntando al ‘Doctor Google’.

- En internet hay mucho curandero ofreciendo sus servicios milagrosos. Cuando estás en una situación de vulnerabilidad porque te han detectado una enfermedad con mal pronóstico o sin curación, es muy fácil caer en esto. Mucha gente se aprovecha de la desesperación, de la debilidad psicológica del otro, y le dicen lo que quiere oír: que se curarán, que no tendrán que hacer quimio, que evitarán los efectos secundarios. Los enfermos ven esperanza y caen.

- A menudo les ofrecen terapias o remedios ‘más naturales’, sin efectos secundarios.

- ¡Esta corriente del primer mundo de querer volver a las cosas naturales como si fueran mejores! Muchos enfermos dejan la medicación, como la quimioterapia, porque consideran que es mala, y se van a buscar remedios que les parecen naturales, como el reiki o plantas medicinales. Es como lo de tener los hijos en casa porque “el hospital está muy deshumanizado”. Si todo va bien, no hay problema, pero es que si pares en el hospital no es por si todo va bien, sino por si va mal que te puedan tratar. Hay muchos países en los que está repuntando la tasa de mortalidad infantil y de las madres en el parto porque mucha gente decide parir en casa. Todo se junta: una moda de querer volver a épocas pasadas, de premedicamento y presanidad y una falsa creencia de que todos sabemos, de que estamos informados y de que los médicos lo único que quieren es vender medicamentos.

- En el ICO habrás visto muchos casos de enfermos que recurrían a pseudoterapias.

- Trabajé 10 años en el Institut Català d’Oncologia (ICO) y allí vi la preocupación de los médicos porque aumentaba el número de pacientes con enfermedades graves que, desesperados, caían en pseudoterapias. Había quien perdía dinero, pero otros perdían la salud; pacientes con cáncer que comenzaban más tarde el tratamiento porque probaban otras cosas antes de empezar con la quimio, o remedios naturales que interaccionaban con la quimio, que la hacían que fuera tóxica o que no tuviera efecto.

- Pero también son médicos quienes las promueven e incluso prescriben.

- Es el caso de Odile Fernández, una médico que tuvo cáncer y que vende sus libros sobre alimentos que curan el cáncer. Pero ella hizo el tratamiento estándar, con quimio, y a parte la dieta. Muchos de estos lo que hacen es coger una base que es verdad y la exageran mucho para poder hacer su negocio. Está claro que una dieta sana puede ayudar a prevenir el cáncer. Se ha comprobado que comer fruta y verdura puede prevenir ciertos tipos de cáncer, como no fumar y hacer ejercicio. Ahora bien, creer que llevando una determinada dieta, con los llamados superalimentos, ahora tan de moda, puedes curar el cáncer…

- ¿Por qué nos los creemos?

- Porque es una fe. Hemos dejado de creer en Dios y hemos pasado a creer en cualquier cosa. Desde la nueva medicina germánica, a la bioneuroemoción, el reiki, o la moda neohipi de ir en contra de las vacunas porque no son naturales. Esta gente se cree más un mensaje de whatsapp que le envían o un post en el Facebook de vete a saber quién sobre la teoría de la conspiración que los estudios rigurosos de una sociedad médica.

- Pero ¿por qué?

- En cierta medida por el descrédito de la medicina, de la sanidad pública, que está supersaturada y el médico de cabecera sólo te dedica cinco minutos y ni te mira a la cara. En cambio, vas a estos charlatanes y te escuchan, te dedican tiempo. Mucha gente necesita hablar, que la escuchen. Por eso es más fácil quedar prendado de esta gente que de tu médico. A esto se añade la mala fama del sector sanitario y las farmacéuticas, en muchos casos con razón.

Que yo critique a los charlatanes no quiere decir que defienda a las farmacéuticas, ¿eh? Y es que la gente habla de los intereses de las farmacéuticas, como si la homeopatía no la fabricaran las farmacéuticas, como si todos estos terapeutas no cobraran. ¡Pero si los tratamientos son carísimos!

- Las terapias alternativas han entrado en el sistema sanitario.

- Los médicos y enfermeras que las recetan o aplican incurren en mala praxis. Tienen que receptar y aplicar aquello que ha demostrado funcionar y todas estas terapias alternativas han demostrado lo contrario, que no funcionan. En ocasiones, el sistema sanitario ha pecado de laxitud. “Daño no le hará”, y con eso dejan que la magia entre en la sanidad pública y confunda al paciente, porque si el médico o la enfermera le recomiendan una cosa, es muy probable que se la crea. Y además le da una pátina de rigor a estas pseudociencias que no tienen. Creo que parte de la tarea sanitaria es también educar a la población.

- Las farmacias también venden homeopatía e incluso agua de mar.

- Tendrían que vender solo aquello que ha demostrado eficacia. ¡Que vendan homeopatía en el super, junto al colacao!

- Acabas de publicar “Amb l’aigua al coll”, una novela en la que arremetes sin piedad contra las pseudociencias. ¿Por qué has optado por una novela y no un libro de divulgación?

- Porque la divulgación tiene un problema y es que llega a poca gente. Quienes leen este tipo de libros ya tienen interés en el tema y están en contra de la homeopatía. Lo interesante es llegar a la gente que está a favor y que no suelen leer divulgación. La ciencia debe estar más presente en la sociedad: a través del teatro, por ejemplo. ¿Por qué no hay más obras que hablen de temas científicos? O series de televisión. La ciencia tiene que desbordar el ámbito puramente de la divulgación. Por eso decidí hacer una novela corta, entretenida, con personajes, con historia de amor, humor, fácil de leer, para llegar a la gente que nunca se compraría un libro de divulgación.

- Se te ve el plumero desde la primera página…

- Es una sátira muy clara contra las pseudociencias. No me río de quienes las consumen, porque entiendo que haya gente que en la desesperación pueda creer en ellas, sino de quienes las aplican. Es una crítica descarnada de la moda de todo lo natural es mejor. ¿Puede ser que un payés de Balaguer tenga la cura para el ébola y nadie lo sepa? ¿De verdad en pleno siglo XXI nos lo creemos? Mi intención con la novela es que la gente se pueda hacer cuatro preguntas y entender un poco mejor cómo funciona el método científico y aprender algo pasando un buen rato.

- ¿Por qué te centraste en el agua talasotelúrica?

- Cuando me enteré hace unos años de que había gente que bebía agua de mar, me flipó. Me dejó perplejo saber que quienes la beben argumentan cosas como que tiene todos los elementos de la tabla periódica. ¡Pero si hay elementos de la tabla que son super tóxicos! O que la vida surgió del mar, o que el mar lo cura todo, que no hay bacterias… Me pareció tan absurdo… Es que basta pensar un poco para darse cuenta de que no tiene sentido. Si el agua de mar fuera realmente supernutricional, si lo curara todo, entonces los países con mares y océanos como India, Cuba, muchos países africanos, que se mueren de enfermedades y hambre, ¿no lo sabrían? ¿No estarían bebiendo ya agua de mar en mansalva? Es un ejemplo de negocio de la absurdidad. Si quieres hacerte millonario, invéntate una terapia alternativa.

ARRIBA

 

3. Cómo las pseudociencias empiezan a sustituir peligrosamente a las prácticas efectivas.

FUENTE: 20 Minutos

 

 

Con el título “Se nos va la pinza con las pseudociencias”, el diario español 20 Minutos ha publicado un artículo firmado por César Javier Palacios, periodista experto en el medio ambiente. Lo reproducimos a continuación.

Me encanta lo natural, lo tradicional, lo ecológico, pero ante todo soy un entusiasta del ser humano y de su mayor logro, los avances científicos. Ya en el siglo XII decía el filósofo Bernardo de Chartres que somos enanos aupados a hombros de gigantes. Desde entonces nuestra altura se ha hecho gigantesca gracias a los hombros de todos esos millones de sabios que nos han precedido y sobre los que se asientan nuestro saber actual, nuestra salud, bienestar y calidad de vida.

Frente a esta evidencia, en los últimos años las pseudociencias empiezan a sustituir peligrosamente a las prácticas científicamente efectivas. El “dicen que funciona” o “por probar no pasa nada” se ha generalizado. En muchos casos, esta confianza ciega en las terapias marcianas está llevando a muchos a sufrir auténticos problemas de salud. En otros casos los empobrece pues obliga a seguir caros tratamientos inútiles. Finalmente, hay un amplio sector que abrazando tales prácticas ha derivado en creer en ellas como una nueva religión; religión de ricos, pues no es apta para gente con escasos recursos económicos.

A la sombra del 'dicen' se ha desarrollado un aumento del negacionismo. No confiamos en el sistema sanitario ni en sus facultativos, no nos fiamos de la calidad de los alimentos que consumimos ni de los sistemas que garantizan su salubridad, pero tragamos ruedas de molino con lo que nos diga cualquier cantamañanas sin formación con la excusa de que son supuestos remedios tradicionales ¡y hasta milenarios! que siempre funcionaron. Pero es falso. Antes la gente moría como moscas por muchas tisanas que se tomara. Y nadie con un poco de cultura se creería inmensas estupideces como que el cáncer se cura con la infusión de unas plantas o con zumos (que se lo digan a Steve Jobs), cuando lo único cierto es que, como demuestra un reciente estudio de la universidad norteamericana de Yale, las mal llamadas medicinas alternativas incrementan hasta un 470 % el riesgo de muerte.

Otras zumbadas como que el acné desaparece untándote aceite en el ombligo, los tumores escuchando la música de un gong o el reúma bebiéndote la orina tienen idéntica fiabilidad: ninguna. Hemos superado con creces el cauto escepticismo para llegar a rechazar todo lo perfectamente demostrado. Las teorías conspiranoicas vuelan por internet. Las farmacéuticas nos están envenenando, nos fumigan desde el aire, el virus del sida fue un invento de laboratorio, las vacunas provocan autismo.

Da la impresión de que en tiempos de zozobra y cambio la superstición nos ayuda a hacer frente a la incertidumbre. No nos fiamos de quien deberíamos. Esto nos hace sentir más listos, pero en realidad somos más tontos. También se puede explicar este auge como propio de una particular visión infantil sobre la maldad intrínseca de las autoridades y todo lo que lleve la etiqueta de oficial. Es la paradoja de las sociedades avanzadas: no nos fiamos de quien deberíamos.

Eso nos hace sentir más listos que el resto, pero en realidad somos más tontos. Otra cosa es que seamos personas suspicaces, no sigamos todo a ciegas y tengamos nuestras reservas con lo que comemos y nos medicamos. Pero definitivamente se nos ha ido la pinza con las pseudociencias. Como por ejemplo, quienes confían en la sanadora cuyo currículo tuve la curiosidad de leer el otro día en su página web: especialista en biodescodificación y psicosomática clínica y humanista, titulada en programación neurolingüística, hipnosis ericksoniana, regresiones, constelaciones familiares, terapia sistémica, psicología transpersonal, respiración holoscópica, psicogenealogía, medicina tradicional china, masaje taoísta, terapia de integración polar, yoga de polaridad y nutrición consciente, etc., etc.

Pero ni un título universitario. Frente a ella, mi médica de cabecera en la Seguridad Social solo puede presentar seis años invertidos en obtener la difícil carrera de Medicina en una universidad de reconocido prestigio y cinco años más como MIR en un hospital. Llámenme inocente, pero yo me fío más de ella.

ARRIBA

 

4. La homeopatía, en crisis en España.

FUENTE: El Diario

 

 

“Medicamento homeopático”, es el oxímoron más frecuente en el ámbito farmacéutico. Tan contradictorio en sí mismo como su forma de preparación: se coge una sustancia, se diluye de forma seriada hasta que no queda nada, literalmente, de la sustancia original y se aplica dicha disolución a bolitas de azúcar. Sin embargo, en ocasiones, la realidad puede resultar aún más llamativa: también se han documentado casos de laboratorios que, directamente, vendían bolitas de azúcar, ahorrándose toda la parafernalia anterior, en una especie de triple salto mortal con tirabuzón de la estafa. Lo cuenta Esther Samper en El Diario.

Legalmente, un “medicamento” es un compuesto que ha demostrado seguridad y eficacia para el tratamiento de un determinado problema de salud en ensayos clínicos. Sin embargo, cuando añadimos “homeopático” al término anterior, la definición da un giro mágico de 180 grados, con la misma agilidad con la que un trilero mueve la bolita de aquí a allá. “Medicamento homeopático” pasa a ser entonces un compuesto que tan sólo tiene que ser seguro y no tiene por qué demostrar eficacia alguna en un ensayo clínico.

De hecho, legalmente, no pueden atribuirse indicación terapéutica alguna aunque, de nuevo, por el arte del birlibirloque, se pueden encontrar indicaciones terapéuticas en determinados productos homeopáticos. Porque sí, porque la homeopatía lo vale: sabe dulce, al tiempo que apesta a picaresca, mientras pasa las pruebas sanitarias de una gominola. Hasta hace pocos años, los laboratorios homeopáticos han tenido cancha libre para vender sus productos en España.

Ha sido y es un negocio avalado por el Estado y el Sistema que se ha nutrido de la ignorancia y/o tolerancia de instituciones médicas y farmacéuticas y de la población en general. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un punto de inflexión: la homeopatía ya no disfruta de la gran tolerancia de la sociedad e instituciones de hace años, no sólo en España, sino en otros muchos países. Las razones detrás de este cambio social son complejas de identificar pero probablemente tenga que ver con la generación de una masa crítica hostil e informada contra esta pseudomedicina que ha sido capaz, desde abajo, de presionar tanto a instituciones, como universidades y políticos forzándoles, por fin, a dar una respuesta crítica al respecto.

Así, las consecuencias de dicho fenómeno social son visibles en todos los ámbitos que rodea a la homeopatía: desde su enseñanza, pasando por su normativa, sus ventas y su pátina de respetabilidad, ninguna se libra de este punto de inflexión. En los mejores tiempos de la homeopatía y hasta hace pocos años, ésta se enseñaba en Másteres en múltiples universidades españolas como la de Barcelona, Sevilla o Valencia. Incluso llegó a disfrutar de Cátedras como en la Universidad de Zaragoza o la de Murcia.

Esta enseñanza, dirigida principalmente a futuros profesionales sanitarios tiene tanto sentido como enseñar astrología a futuros astrónomos. No es posible aceptar los principios de una disciplina sin destrozar o contradecir totalmente los principios de la otra. La situación, sin embargo, es totalmente diferente ahora. En total, más de seis universidades han cerrado sus puertas a esta práctica carente de evidencia científica. Sólo algunas instituciones siguen manteniéndola como la Universidad Católica de Murcia y la UNED, aunque éstos últimos afirman que no se podrá estudiar a partir de 2018. Una tendencia similar se observa en el respaldo o tolerancia que históricamente la homeopatía ha disfrutado por parte de instituciones sanitarias, médicas y farmacéuticas.

En un pasado reciente, la norma era que rehusaran cualquier crítica directa a esta práctica pseudocientífica siempre que fuera ejercida por médicos. De nuevo, la realidad es muy diferente ahora y es muy difícil llevar la cuenta de todas las instituciones que, en España y en el mundo, han levantado la voz críticamente contra la homeopatía. En España podemos encontrar a la sociedad científica de Farmacia Hospitalaria, la Organización Médica Colegial o la Real Academia Nacional de Farmacia, éstos últimos con una crítica especialmente dura hacia la homeopatía, considerándola un “riesgo para la salud”.

Además, múltiples Colegios de Médicos de diferentes puntos de la geografía española están eliminando sus secciones de homeopatía por carecer de evidencias científicas, como el Colegio de Médicos de Madrid. En el resto del mundo, múltiples instituciones relevantes de países como Estados Unidos, Reino Unido o Australia han sido categóricos frente a la homeopatía como pueden comprobar en: Veredictos “oficiales” sobre la homeopatía.

Este ambiente crítico con esta disciplina también se ha hecho notar en las ventas. Boiron, el principal laboratorio homeopático del mundo, ha visto cómo sus ingresos han ido disminuyendo en los últimos años en nuestro país. Mientras en 2014 facturó más de 25 millones de euros, en 2015 esta cantidad descendió a 24 millones y en 2016 cayeron aún más drásticamente, a 20.5 millones. Un descenso total de casi un 20 % en la facturación en sólo 2 años que refleja, otra vez más, un cambio en la percepción que la homeopatía tiene entre la población.

Por el momento, los medicamentos homeopáticos siguen con una normativa privilegiada “gracias a un vacío legal y a la dejadez de la Administración”, pero puede que esto también cambie en los próximos años. Autoridades políticas e instituciones en España y en Europa están solicitando que se reforme de una vez ese limbo legal en el que se encuentran los productos homeopáticos. Si ello llegara a suceder, muchos españoles del 52 % de la población que ahora creen en la homeopatía empezarían a verlos con otros ojos y la actual crisis de la homeopatía pasaría a ser una hecatombe con la carta más importante a su favor perdida, su disfraz de medicamento.

ARRIBA

 

5. Farmacéuticos españoles se rebelan contra la venta de homeopatía.

FUENTE: Redacción Médica

 

 

Falta de evidencia científica sobre sus beneficios, campañas cada vez más populares en su contra y organismos oficiales que empiezan a tomar conciencia sobre sus riesgos. La homeopatía no vive su mejor momento en España. Las ventas de su principal multinacional, Boiron, demuestran que pierde peso en el mercado español. Sin embargo, sigue encontrando acomodo en las farmacias españolas a pesar de no pasar los mismos controles que los medicamentos normales. Un grupo de farmacéuticos se ha rebelado contra esta situación y ha empezado a organizarse. Si usted no quiere farmacias que vendan homeopatía, quizá pueda encontrarlos.

A Noa Rey, farmacéutica de Ferrol, le enfada que las farmacias den pábulo a la homeopatía: “Se mueve en un limbo legal y no queremos que esté amparado por la bata blanca”. Rey explica que hasta poco más de tres años sí se veía obligada a dispensar homeopatía cuando se la pedían porque la farmacéutica titular donde trabajaba le decía que “lo que pida el paciente hay que dárselo”. Lo cuenta Carlos Corominas en Redacción Médica.

Para conocer mejor lo que estaba dispensando, decidió hacer un cursillo sobre homeopatía y se dio de bruces con la realidad: “Al estudiarla me di cuenta de que era un auténtico timo y de que no tenía base científica alguna”. Poco tiempo después compró su propia farmacia con su hermano y desde el principio decidió que sería “una farmacia libre de pseudociencias”.

Recientemente, la Real Academia Nacional de Farmacia se ha posicionado en contra de la homeopatía en un informe en el que concluye que “este método terapéutico puede crear falsas expectativas, sustituir a los tratamientos con eficacia demostrada, retrasar la consulta médica, etc., y pueden poner en riesgo la salud de los ciudadanos”.

Este posicionamiento es el mismo que ha defendido el European Academies Science Advisory Council (Easac) en otro informe en el que asevera que “No hay enfermedades conocidas para las cuales exista evidencia robusta y reproducible de que la homeopatía es eficaz”. Además, reclama que se dejen de vender

De venta en farmacias

Carlos Alonso, presidente de FarmaCiencia, es especialmente crítico con que se usen los establecimientos sanitarios para dar una pátina de credibilidad a las pseudociencias. Recuerda cuando surgieron las pulseras Rayma o unas pinzas que apretaban la oreja y curaban y que él se negó a vender. “Esto se coló en las farmacias bajo la premisa de 'Venta en farmacias”. Por eso cree que los farmacéuticos se están empezando a dar cuenta de que “esto se tiene y se puede parar”, pero lamenta que sean ellos “en plan Quijote” quienes lo hagan.

Pide que las autoridades sanitarias se impliquen más en la regulación de estas terapias y que no sea cada farmacéutico el que tenga que elegir si venderlo o no en su establecimiento como medicamentos, algo que en España sigue sucediendo, ya que reciben la denominación de medicamento homeopático, una circunstancia contra la que se ha posicionado la Comunidad Valenciana. La Easac alerta que esta confusión puede llevar a que los pacientes retrasen un tratamiento eficaz al confiar en estos productos sin evidencia.

Un planteamiento similar al de Noa Rey tuvo Nuria Muñoz cuando decidió abrir su propia farmacia en Alcalá de Guadaíra. Tras varios años trabajando como farmacéutica hospitalaria vio una oportunidad en una convocatoria para la apertura de 300 nuevas farmacias que lanzó la Junta de Andalucía y decidió embarcarse en su propio negocio.

Tenía la decisión clara desde el principio: “Al haber trabajado en la farmacia hospitalaria era muy consciente de la evidencia científica”. Reconoce que cuando empezó pensaba que no le pedían homeopatía porque una farmacia cercana del barrio sí la dispensa, pero una vez consolidada le siguen sin pedir mucha. Ni tiene homeopatía ni la encarga cuando se la piden. Hace excepciones con otro tipo de productos que no se definen como medicamentos: “Si es un tema de fitoterapia o algunas cremas no me importa traerlo, pero homeopatía con diluciones y bolitas, no”.

Cuando un paciente le reclama homeopatía intenta hacerle ver que no tiene evidencia y sugiere una opción de fitoterapia o medicamentos sin receta: “Siempre hay una opción que recomendar que no pase por la homeopatía y que tenga más respaldo científico”. Dice que ha habido gente que le ha llegado a romper la receta del médico en la cara y agradecérselo. Otros optan por buscarla en otra farmacia porque lo toman desde hace tiempo o se fían de lo que les ha recomendado el médico.

Este es el mayor problema que ve Carlos Alonso, farmacéutico en Villajoyosa y presidente del grupo crítico FarmaCiencia. “Lo dispensa un médico, generalmente privado, que dedica 30 ó 40 minutos al paciente y que cuesta mucho dinero”, explica, y añade: “Luego lo dispensa un farmacéutico con su bata blanca y el paciente piensa que tiene credibilidad”.

Alonso explica que llevan sin vender homeopatía unos siete años ya que la suya “es una farmacia muy orientada al paciente y ahí chirría mucho la homeopatía”. Dice que está en juego su prestigio y que se debe a esa bata blanca: “Yo no he estudiado cinco años y he hecho formación complementaria para leer una receta, ir al cajón y darle a un paciente lo que ponga en la receta sin mi criterio profesional”.

Un negocio irrisorio

Si bien los farmacéuticos entrevistados por este medio cifran en torno al 2 o 3 por ciento el volumen que supone la homeopatía en la facturación total de las farmacias que sí la venden. No obstante, las cifras totales son muy inferiores. Preguntada por la cuestión, la consultora de origen portugués HMR calcula que apenas supone un 0,35 por ciento de la facturación total de las farmacias. Aunque la cifra pueda parecer ínfima, implica que entre agosto de 2016 y agosto de 2017 se facturaron 67,09 millones de euros de productos homeopáticos de un total de facturación en farmacias de 19.000 millones de euros. Todo ello únicamente en farmacias, ya que HRM no analiza la facturación de otros negocios como parafarmacias o herbolarios.

Ante las críticas de algunos colectivos que defienden que las farmacias tienen la obligación de dispensar homeopatía, Alonso se revuelve: “No tengo por qué dispensar algo que no considero que se debe dispensa ni recomendar algo que sé positivamente que no funciona”. Pone como ejemplo el hecho de que si el médico prescribe dos medicamentos que al paciente no le van a ir bien, porque hay una duplicidad o una contraindicación, su labor es no dárselo. Al final se refiere a la situación de la homeopatía en farmacias como una cuestión de ética personal y profesional: “Me pongo en el lugar del paciente y pienso que no le quiero engañar y venderle azúcar a 1.250 euros por kilo”.

Además de su responsabilidad, Alonso considera que está en juego su prestigio profesional. Por eso, no le compensa lo que podría ganar si vendiera homeopatía. “No debe superar el 2 o 3 por ciento de la facturación, en cualquier caso”, apunta. Según una consulta realizada por Redacción Médica a una farmacia madrileña que sí vende homeopatía, la facturación oscila precisamente entre ese 2 o 3 por ciento, dependiendo del mes.

La farmacéutica de Alcalá de Guadaíra, Nuria Muñoz, también dice que se debe a sus pacientes y a su prestigio profesional: “Lo que pierdo en dinero lo gano en confianza”. Está segura de que al hacer esa labor de pedagogía con sus pacientes consigue que crean más en ella y eso se traduce en lealtad como clientes.

Para Noa Rey, la farmacéutica de Ferrol, esta cercanía con el paciente también es eficaz. Desde hace un tiempo reparten folletos por escrito en los que explican por qué la homeopatía no funciona. “El problema es que hay un desconocimiento tremendo porque se venden como medicamentos y tienen el IVA reducido al 4 %”, explica Rey que dice que sus pacientes se sorprenden cuando les cuenta que en EEUU la homeopatía debe indicar que no tiene evidencia. Al final, estos farmacéuticos luchan con sus propias armas y argumentos para evitar que productos que se venden como medicamentos, pero que no tienen evidencia, salgan de una vez por todas de las farmacias.

ARRIBA

 

6. Las pseudoterapias están en auge y están produciendo víctimas.

FUENTE: El Mundo

 

 

El diario español El Mundo ha publicado unos reportajes amplios en torno a las pseudoterapias. Recogemos aquí el primero, titulado “Promesas mágicas sin fundamento”, firmado por Virginia Hernández y Luis Núñez Villaveirán.

Una pequeña calle de Madrid muy cerca del Santiago Bernabéu. Un cartel de impresora casera con letras muy grandes y promesas aún mayores: “Se cura el cáncer”. Primer pensamiento: ¿quién puede creerse eso? Pues usted o yo si nos lo visten de manera adecuada o pasamos por un momento crítico. ¿Yo? Piense en Steve Jobs. Piense en el hombre citado siempre como genio y en su cáncer de páncreas. Recuerde su rechazo a pasar por quirófano y a sus tratamientos con zumos y suplementos dietéticos.

El objetivo de este especial es hacer una advertencia sobre salud pública. Sin ser conscientes de ello, a veces aceptamos supuestas terapias sin la menor evidencia científica por quién nos lo dice y cómo nos lo dice. Más aún si un médico nos ha confirmado que nuestra enfermedad es incurable y alguien nos susurra lo contrario al oído.

¿Por qué creemos en las pseudoterapias?

“Muchas veces nos acabamos fiando del primer cantamañanas que nos cuenta una historia que nos parece muy bonita y creíble”, afirma Helena Matute, catedrática de Psicología experimental de la Universidad de Deusto. “¿Por qué creemos en las pseudoterapias? La pregunta es casi por qué no. Conoces la realidad a través de tus sentidos y de fiarte de lo que te cuentan otros. Para desconfiar, tienes que pararte a pensar y tener una motivación para ello. ¿De quién te fías? ¿Del científico que no sale del laboratorio y utiliza terminología complicada? ¿O de ese familiar o ese actor que ves todos los días en la tele?”.

Matute dirige el laboratorio experimental de Psicología de la universidad bilbaína y allí comprueban que nuestras reacciones a estas cuestiones son similares. “Trabajamos con voluntarios y presentamos casos ficticios. Si les dices que ocho de cada 10 pacientes se han curado al tomar determinado medicamento, la reacción mayoritaria es pensar que qué bien, que esa medicina ha tenido una efectividad del 80 %. ¿Y cómo les fue a los que no lo tomaron? ¿Cuántos se curaron? Entonces les cuentas que también fue el 80%. Pero nadie se plantea esa pregunta. En el día a día no hacemos experimentos, sólo buscamos causas y efectos. La rapidez con la que tomamos decisiones nos compensa el posible margen de error. Es esa sensación tan popular de a mí me funciona”.

Una sensación que, además del efecto placebo, puede tener detrás la manipulación: “Hay gente que sabe vender muy bien; hay otros que simplemente se lo creen. Este tipo de gente te dora la píldora, te dice lo que quieres oír y usa un lenguaje que mezcla cosas que sí son científicas con otras que no tienen ni pies ni cabeza. Hay que hacerse preguntas y no quedarse con una solución milagrosa”, analiza esta psicóloga.

¿Creemos en prácticas paranormales o pseudocientíficas?

Razonamientos que parecen lógicos y que ponen a prueba nuestros conocimientos, que en ciencia no son precisamente para sacar pecho. En la encuesta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología FECYT, realizada en 2017, el 42,2 % de los preguntados dice que su nivel de educación científica es bajo o muy bajo.

Cuestionados sobre prácticas consideradas paranormales o pseudocientíficas, el 14,7 % cree que sucede lo que pronostican los horóscopos, el 22,9 % confía en los curanderos, el 52,7 % considera que los productos homeopáticos son efectivos y el 59,8 % opina que la acupuntura funciona. Respecto a la acupuntura, el 40,1 % de los que creen en su efectividad tienen estudios universitarios, la misma titulación del 26 % que confía en la homeopatía.

“No es gente ignorante que simplemente acude a un curandero. Está la necesidad, personas que se ha visto desahuciadas por la medicina tradicional o que necesitan creer”, valora Elena Campos, investigadora de biomedicina y presidenta de la Asociación para proteger a los enfermos de terapias pseudocientíficas (APETP). “La ley no se aplica muchas veces por desconocimiento de las autoridades sanitarias de la acogida social que tienen este tipo de pseudoterapias, de actividades que aprovechan que está de moda lo alternativo o lo natural, y que hacen que esto se vea como lo más saludable. Es muy emocional y nada racional. Vivimos entre algodones. No hemos visto infecciones virulentas de cerca, como ocurría hace 50 años”.

Buena prueba es el peligroso debate sobre las vacunas que a veces rellena la parrilla televisiva, como ocurrió recientemente en dos programas de la principal cadena pública, ¿Cómo lo ves?, presentado por Carlos Herrera, y Hora Punta, de Javier Cárdenas. En este último se llegó a relacionar las vacunas con el aumento de los casos de autismo, como aseguraba un artículo científico por el que le fue retirada la licencia de médico a su autor, el británico Andrew Wakefield. Dudas que salen en las consultas de los pediatras y que ponen en peligro la tasa de vacunación, la que garantiza la protección de los niños inmunodeprimidos que por motivos de salud no pueden ser vacunados.

Aprovechamiento del dolor ajeno

Terapias llamadas alternativas o complementarias que no tienen demostrada su eficacia. A Juanjo Martín le diagnosticaron esclerosis múltiple en 2010, cuando tenía 38 años. La enfermedad degeneró muy rápido y a los 40 ya tuvo que jubilarse como biólogo. “Los que estamos así somos la diana perfecta para los charlatanes que básicamente te venden una ilusión de control sobre algo que es imposible tenerlo”, explica.

En su caso, sufría una fuerte espasticidad en las piernas que le dificultaba el movimiento y probó con la acupuntura. “Entonces todavía podía mantenerme en pie. Al principio el acupuntor me dijo que en cuatro sesiones notaría mejoría, después que en ocho, que en 10... fueron 14 y no noté absolutamente nada. Sólo 550 euros menos”.

Juanjo escribe un blog, es muy activo en redes sociales y preside la asociación de esclerosis múltiple de Teruel, lo que facilita que reciba todo tipo de ofertas: desde máquinas de magnetoterapia a psicoterapias que garantizan mejoras para una enfermedad incurable. “Los enfermos tenemos que tener un espíritu muy crítico porque el bombardeo es continuo. Lo peor es cuando llega a tus familiares o amigos y te dicen que qué pierdes, que no te hará daño y que no tengas la mente cerrada. Cuando hay enfermedades graves los entornos ya están muy debilitados, es despreciable que haya gente que quiera hacer caja gracias a la ignorancia o al dolor ajeno”.

El dolor y el miedo tan habituales en las consulta de oncología. El doctor Miguel Ángel Seguí, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), asegura que aunque la misión de los médicos no es amonestar a nadie por utilizar otro tipo de terapias, sí que deben advertir sobre los efectos adversos que puede tener lo que se tome en el tratamiento contra el cáncer.

“Se suele decir que la medicina alternativa da las esperanzas que no ofrecemos los oncólogos”, afirma el doctor Seguí. “Yo creo que los oncólogos debemos dar esperanzas razonables y tener claro con los pacientes cuáles son los objetivos. Pero no podemos dar falsas esperanzas. En la mayoría de los casos, la medicina alternativa da falsas esperanzas de unos resultados que no existen, que no están demostrados y que es altamente improbable que puedan suceder, y eso establece un nivel de estafa, de mentira”.

Casos reales de víctimas

A la madre de María (nombre ficticio) le detectaron un bulto en el pecho que parecía encapsulado y con buen pronóstico. Antes de pasar por quirófano, quiso probar otras técnicas pero con la certeza de que se extirparía el tumor. Después de tomar kalanchoe (una planta parecida al aloe vera), seguir una dieta alcalina, consumir agua de mar y MMS (el dióxido de cloro, parecido a la lejía y prohibido por sus efectos tóxicos), terminó contactando con la Nueva Medicina Germánica, un movimiento iniciado por un doctor alemán, Ryke Geerd Hamer, al que las autoridades de su país le impidieron ejercer.

Esta corriente plantea que son los conflictos emocionales los que causan el cáncer y que hay que solucionarlos para conseguir la curación. María creyó que su madre recapacitaría, pero sigue sin quitarse el tumor y ya no se hace siquiera analíticas ni punciones para comprobar cómo evoluciona: “Dejó de acudir a los médicos tradicionales por instrucciones de ellos”, asevera.

En lo que respecta a los médicos, desde principios de este año la OMC (Organización Médica Colegial) ha habilitado el Observatorio sobre pseudoterapias, que sirve de buzón de denuncias en el caso de facultativos que utilicen técnicas cuya efectividad no esté demostrada. Pero no es válido si el profesional no es licenciado en Medicina o se hace pasar por médico. “El usuario tiene que ser consciente de que, según los tribunales, la ley no protege al incauto”, revela Elena Campos, presidenta de la APETP. “Las denuncias que hay se archivan”, sentencia. Una afirmación que confirma el ex juez José María Illan, afectado por la homeopatía y cuyo caso puede conocer en la tercera sección de este especial: “El placebo más caro del mundo” (en este mismo boletín InfoRIES).

Elena Campos menciona el caso de Mario Rodríguez, un estudiante de Física de 21 años que murió al abandonar la quimioterapia y tratarse con una terapia denominada ortomolecular, basada en la ingesta de vitaminas y macronutrientes. El padre de Mario, Julián, que fundó la asociación que ella preside, presentó tres denuncias contra el naturópata que lo trató, que no han prosperado al considerar el juez que Mario eligió libremente como adulto y que tenía los suficientes conocimientos científicos para valorar la conveniencia o no de dejar la quimioterapia.

“Hay que tener en cuenta la situación emocional del paciente y también que te está engañando alguien con apariencia de sanitario. Tenemos que parar a los charlatanes, informar correctamente a la población y ser conscientes de que todos, en algún momento de nuestras vidas, podemos ser lo suficientemente susceptibles como para creer en que puedes hacer algo más por tu vida, y ahí es donde tienen que actuar las autoridades sanitarias, como determina la legislación vigente”, advierte Campos. ¿Qué dice la legislación y qué medidas toman los legisladores? Continúe con la siguiente parte.

ARRIBA

 

7. Los curanderos son impunes en España, su acción no tiene consecuencias legales.

FUENTE: El Mundo

 

 

El segundo reportaje de la serie publicada por El Mundo aborda la situación legal en la que se encuentras curanderos, pseudoterapeutas y gurús de movimientos sanadores. Lo firman Rodrigo Terrasa y Luis Núñez Villaveirán.

“A esta hora, señora ministra, mientras usted y yo hablamos, en Televisión Española, en la pública, hay un señor vendiendo las bondades de la lejía para el tratamiento del cáncer de vejiga, o del VIH o del ébola... La verdad es que a esta hora, mientras usted y yo hablamos, en una página web a la que usted puede acceder se venden unas plantas como alternativa a la quimioterapia. Salvo que tenga leucemia, para lo que tiene unas infusiones. Y la más triste verdad ante todo esto es que la mayor parte de portavoces de Sanidad de este parlamento se han puesto de perfil ante estas situaciones”.

Quien habla es el doctor Francisco Igea, médico especialista en aparato digestivo y diputado del partido Ciudadanos en el Congreso de España. Estamos en mayo de 2017, sesión de control al Gobierno. “Nos preocupa y nos ocupa la protección de la salud”, se defiende la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. Poco más.

Discusiones en el Congreso

Cuatro meses después, en septiembre, la comisión de Sanidad del Congreso discutía por primera vez en la historia sobre las pseudoterapias, es decir aquellas prácticas que se ofrecen como actos médicos sin haber demostrado científicamente su efectividad. El debate fue un fracaso y sólo salió adelante una condena genérica del Partido Popular que hablaba de potenciar “la cultura de la prevención” de las enfermedades, de impulsar campañas para evitar “posibles fraudes y manipulaciones pseudocientíficas” y de promover, en colaboración con las comunidades autónomas, un mayor control y vigilancia sobre “falsas actividades curativas”

Según el Observatorio contra las pseudociencias de la de la Organización Médica Colegial (OMC), la postura que defendió el partido en el Gobierno “ignora el papel de los profesionales sanitarios que difunden y practican estas pseudoterapias a pesar de contravenir sus códigos deontológicos y elude las responsabilidades ministeriales en la materia, delegando toda la responsabilidad en las comunidades autónomas”.

En aquel mismo debate, la proposición no de ley (PNL) de Ciudadanos, la más agresiva, fue rechazada por 30 votos en contra y cinco a favor. Su escrito pretendía conseguir que fuesen los profesionales sanitarios quienes estuviesen obligados a denunciar las “prácticas alejadas de la evidencia científica que pudieran causar un perjuicio real en la salud directa de los pacientes”. Según el resto de grupos, se trataba de convertir a los médicos en policías. Según Francisco Igea, de “acabar con la impunidad de los curanderos”.

¿Quedan todavía curanderos en España? “Hay muchos más de los que pensábamos. Aunque se disfracen de otras cosas, como amantes de la naturaleza o psicólogos, todavía hay muchos curanderos en España”, explica Igea desde uno de los despachos de Ciudadanos en el Congreso.

- ¿Cuál es la situación actual de las pseudociencias en España?

- Hay gente que trata tumores con técnicas como la bioneuroemoción, relacionando la existencia del tumor con conflictos personales o sentimentales y recomendando a la gente cosas tan sorprendentes como que te separes de tu marido para curarte un cáncer de mama. Hay otros que se anuncian vendiendo MMS (suplemento mineral milagroso), que está prohibido, como una curación contra el cáncer o el sida. Y esa gente va por la calle, no se oculta, tiene webs, páginas de Facebook y facturan tres millones de euros con esto. La situación es muy preocupante. La peculiaridad del caso español es la falta de respuesta legal. Los curanderos son sorprendentemente impunes en este país. Pero que existan embaucadores no es preocupante, lo que es preocupante, como decía Luther King, es el silencio de los buenos.

Algunas posturas críticas

Toda la respuesta que ha llegado desde el Ministerio de Sanidad es que el asunto “ocupa y preocupa” al Gobierno de Mariano Rajoy. La Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas APETP ya exigió en enero del año pasado el cumplimiento estricto de la legislación sanitaria y las obligaciones impuestas por los artículos 43 y 51 de la Constitución Española, sobre protección de la salud de los ciudadanos, fomento de una educación sanitaria basada en informaciones veraces y defensa de consumidores y usuarios. La respuesta del PP ha sido derivar la responsabilidad a las comunidades autónomas, que tienen la mayor parte de las competencias en materia de salud.

El modelo está en Valencia. El 24 de julio, la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana, dirigida por la socialista Carmen Montón, emitía una instrucción a todos sus departamentos para recordar que la homeopatía está excluida “específicamente” de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud y prohibir la promoción o desarrollo de pseudociencias en centros públicos. “Prácticas sin evidencia científica, que no curan y generan confusión en el paciente”, decía literalmente el texto.

La orden de la Consejería prohíbe la publicidad o desarrollo en centros públicos de actividades como la naturopatía, medicina naturista, acupuntura, osteopatía, quiropraxia, quiromasaje, reflexología, shiatsu, aromaterapia, meditación, oración, reiki, terapia floral, terapia biomagnética, técnicas de la mente o el yoga, entre muchas otras. Además, la “consellera” Montón solicitó por carta a la ministra de Sanidad que retirase el reconocimiento de la homeopatía como medicamento que le otorga el Real Decreto Legislativo 1/2015.

División en el partido socialista

La firmeza del PSOE valenciano contrasta con la postura del partido a nivel nacional. Durante el debate del pasado mes de septiembre, el portavoz de Sanidad del grupo socialista en el Congreso, Jesús Fernández, médico de profesión y Máster en Salud Pública y Administración Sanitaria en la Universidad de Pittsburgh (USA), defendió lo que llamó “terapias alternativas”. Dijo que la medicina científica también comete “errores” y aseguró que “no se puede exigir el mismo nivel de evidencia científica a terapias [las llamadas alternativas] que en su mayor parte son inocuas”

Volvemos al despacho de Francisco Igea: “Desde luego estamos más de acuerdo con Montón que con su portavoz en el Congreso. Es elemental. Hay quien maneja el discurso de que estas terapias son inocuas. Lo son hasta que tienes una otitis y, como no la tratas, va a más, se perfora el tímpano, tienes una meningitis y te mueres. ¿Qué te ha matado? ¿La infección o la ausencia de tratamiento? Que algo no sea tóxico no significa que sea inocuo”.

Días después de la intervención de Jesús Fernández en el Congreso, el PSOE rectificó sus declaraciones con un artículo firmado por la secretaria de Sanidad del partido, Luisa Carcedo, y por el secretario de Ciencia, Francisco Polo. “El Partido Socialista ha sido, es y va a seguir siendo el partido de la ciencia”, decía su texto. “Nuestras raíces nos mantienen firmes en los principios de la Ilustración, en nuestra historia está el haber construido un Sistema Nacional de Sanidad basado en la evidencia y nuestra visión de futuro pasa, como no puede ser de otra manera, por el conocimiento científico”, recalca.

No siempre ha sido así. En el año 2009, el PSOE planteó una proposición no de ley para que la medicina homeopática fuera tratada “como lo que es, medicina”. Y 20 años antes, en 1989, también el Partido Socialista instó al Gobierno a regular “el uso de las técnicas terapéuticas de homeopatía y acupuntura”. ¿A qué se deben los titubeos del PSOE en esta materia? ¿Quita votos posicionarse en contra de las pseudociencias? Para Francisco Igea está claro que sí: “Lo sorprendente, sobre todo en el terreno de la izquierda, es que gente que ha sido favorable al conocimiento, al progreso, de repente se ha separado de la ciencia. La izquierda ha entrado en esto, como en otros temas, en el terreno de la magia. Y ahora somos pluricientíficos como somos plurinacionales”.

El escritor y periodista mexicano Mauricio-José Schwarz ha publicado este año un libro titulado La izquierda feng-shui. Cuando la ciencia y la razón dejaron de ser progres, en el que denuncia lo que se conoce como izquierda magufa, “aquella que en un momento dado renuncia a la idea de que el universo es natural, material, cognoscible, y empieza a atacar a la ciencia, a creer en pseudociencias, misticismos, esoterismos y en pensamientos posmodernos”.

Las aficiones esotéricas de los antisistema

Hablamos del PSOE pero también de Podemos. Cuando nació el partido de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, brotaron a su alrededor toda suerte de “paracírculos” esotéricos. No eran círculos oficiales, pero ahí estaba Podemos Homeopatía porque “lo natural es poder elegir y la homeopatía es democracia”, Podemos Terapias Naturales para reclamar su inclusión en el sistema público de salud y hasta Podemos Chemtrails, un “grupo de estudio” en torno a la teoría conspiranoica que mantiene que las estelas que dejan los aviones en el cielo son realmente productos químicos que nos están fumigando a todos. Existe incluso una cuenta en Twitter de Podemos Tarot que proclama que “empleando los recursos astrales y sobrenaturales también podemos cambiar el mundo”.

Pablo Echenique, secretario de organización de Podemos, ha rechazado hablar con El Mundo sobre este asunto en plena crisis catalana, pero en una entrevista con Materia en el año 2014, el político, científico titular en el Instituto de Química Física Rocasolano del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), admitía la deriva “anticientífica” de buena parte de la izquierda española. “Yo creo que la gente que no forma parte del sistema científico percibe a la ciencia como parte del sistema, como si fuera la banca. No ven cómo operamos los científicos en este país, con bastante libertad y no tutelados por poderes económicos. Como la gente de fuera no lo sabe, piensan que forma parte del enemigo, del sistema económico que está montado. Por eso rechazan la autoridad de la ciencia de la misma forma que rechazan la autoridad del Fondo Monetario Internacional”.

El texto oficial que fija la posición del área de Políticas Científicas del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos respecto a las pseudoterapias habla justo de eso, de la distancia que separa a la ciencia de la población, “a veces tan grande que la gente busca en otros lugares formas de conocimiento que sean más accesibles y amables”. Podemos censura la “conversión de la ciencia en un mercado” y “los intentos de la política neoliberal por convertirla en un producto más de sus juegos financieros”. Su texto aboga, en definitiva, por la “humanización de la medicina”, por promover “el uso de la medicina narrativa y la escucha atenta”, pero deja clara la “total oposición” del partido al empleo de terapias cuya validez no haya sido testada científicamente y a su financiación por parte del Estado.

¿Está vinculada la creencia en la eficacia de este tipo de terapias a nuestra ideología o al nivel socioeconómico de los ciudadanos? “Antes era más propio de gente con niveles bajos de formación o socioeconómicos pero ahora no es así. Ya no hay una relación directa. Ni en España ni en el resto del mundo”, aclara Francisco Igea. “Está ocurriendo en Europa y en EE.UU. que los movimientos antivacunas tienen más éxito entre capas altas de la sociedad. Es algo novedoso. A veces cuando las cosas se complican y hay situaciones de crisis y la sociedad no sabe hacia dónde va, siempre surge la magia. Las soluciones mágicas, también en política, tienen una ventaja, y es que son más fáciles de creer, más fáciles de vender”.

Estadísticas de la creencia en pseudociencias

Este año, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) preguntaba por primera vez en su Encuesta de Percepción Social de la Ciencia sobre las pseudociencias. Los resultados dicen que casi el 60 % de los españoles confía mucho, bastante o algo en la acupuntura y que el 52,7 % confía en los productos homeopáticos. Además, los ciudadanos con mayor nivel de estudios confían más que la media en estas prácticas.

Un estudio elaborado el año pasado por el laboratorio farmacéutico Boiron, una de las multinacionales de la homeopatía, decía también que eran los catalanes los españoles que más creían en sus productos. El 43 % de los catalanes admitía haber tomado medicamentos homeopáticos o habérselos dado a sus hijos en alguna ocasión frente al 32 % de la media española.

En el año 2013, antes de que el llamado procés lo eclipsara todo, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) reclamó en el Congreso la regulación de las “terapias naturales”. Entonces no estaba Gabriel Rufián y fue la diputada Teresa Jordà la que dijo: “Si en lugar de un problema de cadera, el Rey [Juan Carlos I] tuviera un problema de hemorroides, le recomendaríamos que en lugar de traer a un médico del extranjero para una operación quirúrgica se tratara mediante acupuntura o lo hiciera mediante homeopatía, que es igualmente eficaz y más barato”.

¿Qué se puede hacer legalmente?

¿Cómo se combate legalmente la proliferación de estas pseudoterapias? “Nosotros creemos que hay armas legales suficientes, lo que falta es protocolo e intención, que sí existen en el caso de la violencia infantil o el maltrato”, dice Francisco Igea. “Algo que permita actuar a los médicos, que son los que conocen la existencia del delito y no tienen la implicación del paciente”. Dejamos al diputado Igea y hablamos por último con el doctor Igea.

- ¿Qué es lo más sorprendente que ha visto usted en su ejercicio como médico?

- No se puede hacer buena medicina si no te pones en el lugar del que está en la camilla mirando al fluorescente. Y, después de 25 años dando malas noticias a gente desesperada, nada me irrita más que ver cómo a esa gente se le estafa aprovechando su situación de debilidad, por puro afán económico... Por eso creo que cuando en una consulta un enfermo oncológico te cuenta que hay un señor que le ha dicho que tomando jengibre o zumo de papayas se va a curar un cáncer, el médico, aparte de convencerle de que esta no es una buena idea, tendría que irse a la Fiscalía y denunciar.

Lo que dice la ley española:

1.- Ley de Profesiones Sanitarias (2003): Establece las competencias que les están reservadas, por ley, a los profesionales sanitarios: dar consejos en cuestiones de salud, por ejemplo. Además, se considera intrusismo que un profesional sanitario sin determinada especialidad ejerza respecto a ella: es decir, un internista no es un oncólogo; o un dermatólogo no puede ejercer como alergólogo. Los profesionales sanitarios tendrán que estar colegiados para ejercer y deberá hacerlo desde un establecimiento sanitario legalmente establecido para las especialidades sanitarias que se desarrollen en él.

2.- Real Decreto de Establecimientos Sanitarios (2003): Para poder ofertar actividades cuyo objeto sea la salud (en todos sus términos): recuperación, mantenimiento o mejora [todo ello se consideran actividades sanitarias] se deberá hacer desde un establecimiento acreditado legalmente como “sanitario”. Además, reconoce las unidades asistenciales específicas para terapias no convencionales que, especifica, tendrán que tener al frente un médico. Es decir, un fisioterapeuta no puede dirigir un centro quiropráctico y tendría que ser un médico colegiado quien estuviera al frente.

3.- Colegios Profesionales y Códigos Deontológicos: La Ley establece que son los colegios profesionales quienes han de velar por la buena praxis de sus colegiados (y sólo estando colegiado se puede ejercer como profesional sanitario) y la charlatanería está éticamente desaprobada (art 26). Uno de los artículos, al igual que recoge la ley de profesiones sanitarias, es que la actividad sanitaria ha de ejercerse sobre el estado de la técnica actual, basado en premisas demostradas científicamente y, en ningún caso, generando falsas expectativas a los pacientes.

4.- Ley General de Salud Pública (2011). Artículo 18 (Comunicación en salud pública): Las administraciones sanitarias velarán por que la información sobre salud dirigida al público sea veraz y cumpla con las previsiones de esta ley, especialmente cuando sea difundida a través de los medios de comunicación social. El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad pondrá a disposición de los medios de comunicación y otras organizaciones sociales los criterios de buenas prácticas a que se refiere el artículo 16.3, a fin de que alcancen su máxima difusión.

Los poderes públicos, en el ámbito de sus competencias, realizarán un control de la publicidad comercial para que se ajuste a criterios de veracidad en lo que atañe a la salud, así como de recomendaciones públicas sobre la salud. Las administraciones públicas sanitarias contarán con la colaboración de los medios de comunicación para difundir recomendaciones sobre salud pública.

5.- Real Decreto sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria (1996): Prohíbe que se asocien funciones/efectos insuficientemente demostrados científicamente a productos o actividades con pretendida finalidad sanitaria, máxime si no ha sido dado el visto bueno por la correspondiente actividad sanitaria y, para lo que queden dudas, refiere a la Ley del Medicamento.

6.- Real Decreto (2015) refundido del Medicamento para uso humano y para la autorización de Medicamentos (RD 2007): Deja muy claro que cualquier cosa que se venda como “medicamento” ha de contar con el registro preceptivo y autorización por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios; los medicamentos autorizados se listan y pueden consultar en el Centro de Información Online de Medicamentos de la AEMPS (CIMA)

7.- Las actividades que pongan en riesgo la salud colectiva están tipificados en el Código Penal (a partir de artículo 359): Capítulo III. De los delitos contra la salud pública (art. 359): El que, sin hallarse debidamente autorizado, elabore sustancias nocivas para la salud o productos químicos que puedan causar estragos, o los despache o suministre, o comercie con ellos, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce meses, e inhabilitación especial para profesión o industria por tiempo de seis meses a dos años.

ARRIBA

 

8. Homeopatía: el placebo más caro del mundo.

FUENTE: El Mundo

 

 

Continuando con la serie de reportajes del diario El Mundo en torno a las pseudociencias y pseudoterapias, reproducimos el dedicado a la homeopatía, firmado por Marta Ley.

La homeopatía llegó a España de la mano de la Casa Real. Los padres de María Cristina Dos Sicilias, cuando ésta era prometida de Fernando VII de Borbón, viajaron en 1829 a nuestro país con su médico homeópata, el doctor Cosmo M. de Horatiis, que presumía de ser “el primero en adoptar la homeopatía en Nápoles e Italia”. Son las primeras referencias halladas sobre la práctica en España.

Años después, la hija de María Cristina y Fernando, Isabel II de Borbón, nombraría como médico de cámara al doctor José Núñez Pernía, también homeópata. Más tarde le otorgaría el título de Marqués de Núñez. Él mismo fundó el Hospital Homeopático que se alza hoy en el número 3 de la calle Eloy Gonzalo, en Madrid, donde Esperanza Aguirre celebraba en 2010 del “auge de la homeopatía frente a la medicina tradicional”.

La homeopatía: un suicidio

Este “auge” no ha sido bueno para el ex juez José María Illan. “Lo que estás haciendo es un suicidio”, le dijeron en el hospital cuando, a raíz de su empeoramiento y tras un infarto de miocardio, supieron que había sustituido la medicación por productos homeopáticos. El ex juez había acudido a Ana María Gálvez Mirón, médico homeópata que lo mismo es dietista el Centro de Salud Milenium de Sanitas, que “especialista en Homeopatía, Medicina Psicosomática y Gerontología” en su oficina disfrazada de clínica en el barrio del Carmen, Murcia. Desde allí trata de explicar que “la investigación en homeopatía no es tan importante para alguien enfermo”.

Gálvez es además la presidenta de la Sociedad Murciana de Homeopatía, que tiene su sede en el Colegio de Médicos de Murcia y su espacio en la web del organismo, dentro de la sección de “sociedades médicas”. Hoy se enfrenta a la denuncia que la Asociación para Proteger a los Enfermos de la Terapias Pseudocientíficas (APETP), en colaboración con Illan, ha presentado ante la comisión deontológica del Colegio Oficial de Médicos de Murcia. Para este ex magistrado se trata del primer paso en su lucha legal contra la homeopatía.

Su batalla coincide con la de la consejera de salud de la Comunidad Valenciana, Carmen Montón: retirarle a la homeopatía la condición de “medicamento” que actualmente tiene. Montón escribió al Ministerio de Sanidad en julio de este año para solicitar que dicha supresión se lleve a cabo tanto a nivel nacional como europeo. “Aquello que no es ciencia no puede estar amparado por el sistema sanitario”, sostiene. Unos días antes, en Reino Unido, país donde también la realeza ha jugado en favor de las pseudoterapias, el Servicio Nacional de Salud, con Simon Stevens a la cabeza, excluía la homeopatía del ámbito público por ser “en el mejor de los casos, un placebo” y un “malgasto de los escasos fondos” del sistema sanitario.

Situación en España

De nuevo en España, los homólogos de Montón en otras comunidades autónomas no han movido ficha, aunque preguntados por El Mundo, las consejerías de salud de Madrid, Asturias y Galicia coincidían en que el uso clínico de la homeopatía no está justificado. Las otras 15 consejerías prefirieron no responder. Por su parte, tras años de apoyo a la homeopatía, la Organización Médica Colegial (OMC), que representa a los colegios de médicos provinciales, creaba en marzo de 2017 el Observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias, entre las que incluía la homeopatía.

Sin embargo, en el ámbito provincial la realidad es distinta. Del 60 % que respondieron a El Mundo, dos colegios de médicos consideran justificado el uso clínico de la homeopatía, otros 23 están en contra y seis no tienen un posicionamiento claro. Entre los que no respondieron al menos cinco tienen vocalía de medicina naturista, integrativa u homeopática visible en su página web: Zaragoza, Valladolid, Valencia, Córdoba y Baleares.

Los médicos de Tarragona, Barcelona y Asturias cuentan también con representación colegial para la homeopatía. Los de Navarra y Murcia no tienen secciones específicas pero sí promocionan la práctica o ceden espacios y promueven formación en torno a la misma. Así, la considerada pseudociencia por la OMC tiene presencia en el 20 % de los colegios provinciales.

Entre los Colegios de Farmacéuticos tan solo nos respondieron un 20 % y solo el de Pontevedra manifiesta claramente su oposición al empleo clínico de la homeopatía. En la mayoría de los casos, los titulados indican que al tener la consideración de 'medicamentos' los profesionales tienen la obligación legal de dispensarlos. Una posición en la línea de lo que expresa el presidente del Consejo Oficial de Colegios de Farmacia de España, Jesús Aguilar: “Está bien abrir el debate sobre la homeopatía pero, mientras sea legal, nuestra obligación es dispensarla. Igual que no podemos negarnos por razones de conciencia a dispensar píldoras anticonceptivas”, recogía El País. En contra de esta postura, desde la plataforma de farmacéuticos a favor de la evidencia científica, Farmaciencia, argumentan que “vender homeopatía podría ser ilegal”.

Malestar en las farmacias

No obstante, el vicepresidente de Farmaciencia, Roi Cal, advierte de que, “para ser justos”, hay que distinguir entre aquellas farmacias especializadas en homeopatía de las que la dispensan sólo ante la solicitud de un paciente: “Incluso tenemos compañeros que a pesar de advertir a los pacientes de la inefectividad y riesgos de la homeopatía la dispensan si el paciente así lo requiere”, apunta.

Tras el análisis de las respuestas recibidas y la revisión de las páginas web de los colegios de farmacia, para la cual prestó su colaboración Farmaciencia, se observa que en más del 30 % hay presencia de homeopatía: son al menos 13 los que tienen sección colegial y otros cuatro dedican espacios o formación. Entre estos se encuentran algunos de los que tienen mayor número de representados, como los de Madrid, Barcelona o Sevilla.

La farmacopea española, por la que se definen las normas que deben cumplir los medicamentos tiene un capítulo dedicado a las preparaciones homeopáticas en el que se describen procedimientos para elaborar estos productos a base de “abeja doméstica”, “ajo”, “cobre” o “coca de Levante”. Todo con mucha, mucha agua.

Sin embargo, son tiempos difíciles para las diluciones extremas: además de la nueva postura de la OMC, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) se posicionó en contra aludiendo que los principios de la homeopatía “no son científicos”. También lo haría después la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria y más recientemente la Real Academia Nacional de Farmacia alertaba sobre el “riesgo real” de que los pacientes prefieran tratamientos homeopáticos a los apoyados en la evidencia científica.

También el Consejo de Academias Científicas Europeas tomaba parte en septiembre al indicar que “los sistemas de salud no deben financiar ni los productos ni las prácticas homeopáticas mientras que no se demuestre su eficacia y seguridad mediante pruebas rigurosas”. Estos son solo algunos de los principales posicionamientos contrarios a la práctica en la órbita científica española.

El pasado 9 de octubre quedaba revocada la última autorización vigente de un medicamento homeopático en España: el Lycopodium Glóbulos 7 CH. Tras repetidas solicitudes, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) no ha querido responder sobre las causas de dicha suspensión temporal y cese de comercialización, que puede ser de oficio o a petición del propio laboratorio, saltándose la norma que obliga a facilitar el acceso público a dicha información. Fuentes del laboratorio fabricante, DHU, informaban a Redacción Médica de que ellos mismos habían tomado la iniciativa de la suspensión dado el “escaso retorno económico” del producto en el mercado. En cualquier caso, hoy en España hay 13.627 medicamentos autorizados y comercializados, de los cuales ninguno es homeopático.

Publicada el 20 de diciembre de 1990, la Ley 25/1990, del Medicamento, establecía con la categoría de medicamentos a los homeopáticos por primera vez en España. La preparación y comercialización de los productos homeopáticos sin indicación terapéutica se regularía por una reglamentación específica. Esta reglamentación llegó en forma de Real Decreto cuatro años más tarde.

¿Y el resto? Por ejemplo, si se ha lesionado y su médico le recomienda Traumeel S, sepa que el producto es uno de los 19.000 acogidos al Real Decreto 2208/1994, de 16 de noviembre, por el que se regulan los medicamentos homeopáticos de uso humano de fabricación industrial, a la espera de evaluación de la AEMPS 27 años después. La agencia no ha facilitado cuáles son estos productos pendientes, de qué laboratorios ni en qué fecha registraron su solicitud. Este Real Decreto, no obstante, determina un plazo de seis meses para comunicar al organismo competente su intención de adecuarse. El laboratorio Phinter-Heel S.A., que elabora el Traumeel, esperó 12 años: hasta el 25 de julio de 2001. La empresa ha declinado confirmar la información, pero tampoco la desmiente.

Un negocio de 58 millones de euros

Según explica Paula Guisado, los laboratorios homeopáticos Homeolab fueron absorbidos por Soria Natural en 2014. El líder en el sector de la Fitoterapia o, lo que es lo mismo, la curación a través de las plantas naturales, pagó 1,4 millones de euros por un laboratorio que facturaba menos de medio millón al año pero que en sus últimas cuentas registraba un enorme incremento de ventas.

Aunque las cifras quedan lejos de las que maneja la industria farmacéutica -el sector facturó 15.595 millones de euros en 2016, según los datos de Farmaindustria-, los datos dejan claro que la homeopatía es un buen negocio en España. El sector está afianzado -el laboratorio más reciente lleva en funcionamiento desde el año 2000- y las principales empresas facturan en torno a 60 millones de euros anuales.

Muchas de esas sociedades tienen su matriz en el extranjero y comercializan en España los productos que fabrican fuera. Boiron, el gigante homeopático francés, es el que lleva más tiempo: llegó en 1984 y factura más de 20 millones de euros al año. El laboratorio alemán Heel afirma en su web que su volumen de ventas en 2016 fue de 200 millones. Su filial española, en funcionamiento desde 1986, facturó el año pasado 17 millones de euros. DHU, también alemán, se asentó en España en 1990 y desde aquí ingresa más de 5 millones de euros anuales con sus medicamentos “especiales”.

Datos de facturación del último año disponible. Se han considerado, de las empresas que aparecen referidas como partes interesadas en el proyecto de ley para regularizar los medicamentos homeopáticos que el Gobierno esbozó en 2013, aquellas cuya actividad principal es la homeopatía. El laboratorio Biótica, incluido en esta lista, ha informado a este periódico de que su actividad no continúa.

Además, la norma preveía la desestimación de la solicitud por silencio administrativo “transcurrido el plazo máximo [de 210 días] para resolver el procedimiento sin que haya recaído resolución expresa”. Así, tanto Elena Campos, presidenta de la APETP, como el abogado Fernando Frías consideran que la permanencia en el mercado de los productos homeopáticos es “ilegal”. “Es como si solicitas una plaza de aparcamiento y te permiten usarla mientras deciden; si finalmente acuerdan no concedértela ya no puedes aparcar, aunque antes te lo hubiesen permitido de forma provisional”, aclara Frías. La Audiencia Nacional argumentaba en el mismo sentido en una sentencia emitida en 2012.

En 2007, un nuevo Real Decreto, hoy vigente, daría otro plazo de tres meses con la condición del pago de una tasa algo superior a los 80 euros para los productos que ya estaban en el mercado antes de la primera regulación. En caso de no hacerlo, éstos serían “retirados del mercado”. Una vez más la afonía de la agencia no permite conocer si algún laboratorio declinó la oportunidad de adecuarse al marco legislativo o si algún producto fue retirado.

Su medicamento homeopático, en un sencillo paso

Aunque legalmente se consideran medicamentos, cuando se trata de homeopáticos la palabra siempre va seguida de “especiales”. Es la concesión que hace la legislación española al hecho de que las condiciones para conseguir una autorización sean cuando menos más laxas o casi inexistentes en comparación con el resto de medicamentos. La legislación establece dos vías en función de si el producto tiene indicaciones terapéuticas o no. En el primer caso, el proceso que debe superar es el mismo que el de un medicamento normal, eso sí, “teniendo en cuenta sus cualidades homeopáticas”. No se sabe con exactitud qué implica esto ya que, hasta la fecha, la AEMPS no ha aprobado ningún medicamento homeopático con indicación terapéutica. Cuando hay ausencia de indicación terapéutica se les exige seguridad y calidad, pero no eficacia. Esto es: que sea inocuo.

Sin embargo, de los productos que actualmente están en el mercado y dada la ausencia de evaluación por parte de la AEMPS, tampoco hay constancia de que se haya probado su inocuidad. De hecho, se han dado casos en los que la AEMPS ha tenido que retirar productos homeopáticos por la aparición de efectos secundarios que han llegado a provocar la muerte. “Pasa más de una década para que una sustancia sea un medicamento. La delegación de confianza que hace el paciente en el sistema público nos obliga a decir que la homeopatía tiene que estar fuera del sistema sanitario”, insiste la consejera de sanidad valenciana, Carmen Montón.

El profesor de Física de la Universidad de Granada Arturo Quirantes hace referencia en su libro ¿Homeopatía?: va a ser que no a lo que podrían considerarse los tres pilares a los que se aferra la comunidad homeopática como “bazas probatorias”. En los tres casos, el físico tumba sus premisas. El metaestudio (análisis de 89 estudios previos) publicado en la prestigiosa revista de ciencia The Lancet es considerado como “favorable” en la comunidad homeopática. Sin embargo, además de las críticas sobre la pobre metodología de los estudios analizados a nivel general, el metaestudio concluía que “no existe suficiente evidencia de que ningún tipo individual de tratamiento homeopático sea claramente efectivo en cualquier condición clínica”.

El artículo de Rey cuenta cómo la Física puede explicar la validez de la dilución casi infinita de los productos homeopáticos y por tanto su eficacia. Quirantes, físico de formación, lo analizó ya en 2013 para concluir que dicho artículo “no demuestra nada”. Y por otra parte, a diferencia de lo que se puede leer en webs favorables a la homeopatía, el “informe del gobierno suizo” no es del gobierno suizo. “Es un estudio realizado por homeópatas”, explica Quirantes, en el marco de un Programa de Evaluación sobre Medicina Complementaria. “El Informe es la respuesta de los homeópatas, su contribución al debate. Nada más”, añade.

“A mí me funciona”

Pero pocos argumentos pueden contra el “a mí me funciona” que ha tornado en una corriente que lleva por nombre “amimefuncionismo”. El argumento científico no niega un posible efecto de la homeopatía en el paciente, solo señala que, en el mejor de los casos, se trataría de un 'efecto placebo'. ¿Subestimamos su poder terapéutico? La predisposición a curarse es un factor clave y un placebo puede ayudar a generar una confianza mayor en la recuperación. Es normal sentir mejoría después de tomar un medicamento homeopático recetado por un médico. O después de tomar un sugus si éste viene avalado por un laboratorio farmacéutico.

Además, la homeopatía se centra en el individuo. “Es una especie de traje a medida que actúa de forma diferente para cada paciente”, en palabras de Quirantes, lo cual facilita una relación de mayor confianza con el médico homeópata que con el de la Seguridad Social. En esta línea, el círculo de ciencia de Podemos apuntaba la necesidad de una “humanización de la medicina” para que la población no caiga en el engaño de las terapias sin validez científica demostrada. Para el ex juez Illan, su médico homeópata era “una persona querida”. “No es el simple médico que te receta algo sino que habla contigo una hora y te da buenos consejos”, cuenta. Aunque otros médicos le advirtieron del peligro, el empeoramiento de su enfermedad le obligó a jubilarse a los 52 años. Ahora sabe que, de no haber caído en el engaño, su suerte podría ser distinta.

ARRIBA

 

9. Sanación espiritual: el negocio de las emociones.

FUENTE: El Mundo

 

 

El cuarto reportaje de la serie de El Mundo, titulado “El negocio de las emociones”, está firmado por Hugo Garrido.

Ofrecen sanar cualquier dolencia con el poder de la mente, aunque no pueden demostrarlo. Todos ganan dinero, algunos a millones. Métodos como la bioneuroemoción o la biodescodificación niegan el origen biológico de las enfermedades y aseguran que la cura pasa por resolver nuestros conflictos emocionales. Todos tienen el mismo origen: los postulados de Ryke Geerd Hamer, creador de la Nueva Medicina Germánica.

La Bioneuroemoción, inventada en España

Casa del Libro de Barcelona, diciembre de 2013. Una mujer entre el público pregunta por la relación entre enfermedades neurodegenerativas y la vejez. ¿La respuesta? “Las neuronas envejecen, cariño, porque se aburren”. No queda muy convencida y menciona el caso del Nobel de Literatura García Márquez, sobre el que se dijo que sufrió demencia en sus últimos años. De nuevo, una contestación pintoresca: “Es cuestión de creencias. Mira, yo era el más tonto de los tontos. Ahora voy a cumplir 60 años y soy muy inteligente. No porque yo sea más inteligente que tú, es que sé utilizar las neuronas de otra manera”.

El sexagenario inteligente se llama Enrique (Enric) Corbera Sastre, un psicólogo y empresario catalán que presentaba el libro Curación a través de Un Curso de Milagros. La obra muestra como terapéutica una doctrina de tintes religiosos inspirada en el texto que una psicóloga estadounidense dijo escribir a través de una voz que identificó con Jesucristo.

Corbera ha adquirido repercusión internacional por sus vídeos en los que afirma que cualquier dolencia tiene origen en un conflicto emocional. Nosotros nos enfermamos y en nosotros está la cura. Desde un tapón en los oídos hasta un cáncer de páncreas. Sus diagnósticos, donde se entremezclan fechas de nacimiento y defunción con árboles genealógicos y la hipótesis de que los problemas emocionales de los antepasados se transmiten a través de los genes, no parecen espantar clientes. En 2016, su negocio cerró una facturación de 4,39 millones de euros.

Maribel Candelas creyó en él y siguió sus indicaciones. Diagnosticada de cáncer de hígado tras superar uno de mama, no quería volver a pasar por la quimioterapia. Su hermana le descubrió a Corbera, en el que puso sus esperanzas. Falleció dos años y medio después. Antes del desenlace, era un caso de éxito, un trofeo que Corbera exhibía ante sus seguidores y estos, ante los incrédulos que cuestionaban el método. El instituto Rodrigo Botet, de Manises (Valencia), acogió una charla en la que Maribel, entusiasmada, daba testimonio de su experiencia con el empresario. El propio Enric sujetaba unos análisis de Maribel y aseguraba que “no había marcadores tumorales”. El vídeo podía verse en el canal del psicólogo en internet. Tras la muerte de su cliente, no queda rastro de la grabación.

“Un todo vale que suena vendible”

“La gente busca soluciones. Les da igual que sean o no científicas”, valora Eparquio Delgado, psicólogo sanitario y autor del ensayo Los libros de autoayuda ¡Vaya timo! “Una característica, no solo de la terapias alternativas, sino de todo lo que lleva esa etiqueta de alternativo, es el eclecticismo. Uno toma de aquí, toma de allá, aunque las distintas partes no tengan mucha coherencia entre sí. Es un relativismo que impregna a todo este mundo. Al final es un todo vale que suena vendible”.

“Las personas con cáncer se quieren muy poco. No saben respetarse y son inmaduras, igual que las células cancerígenas [...] La metástasis en los huesos es por tu desvalorización como mujer: no te sientes deseada ni protegida”, le dice Enric a una enferma según recoge uno de sus libros. Francisco Javier Moya García es radiólogo, está colegiado y ejerce en una consulta privada. En la línea de Corbera, sostiene que toda patología tiene un origen emocional y que “no hay enfermedades” sino “enfermos”. Ahí no acaban las coincidencias. También da charlas en las que predica una mercancía similar: algo novedoso que penetra en el inconsciente y guía hacia la sanación. Eso sí, “siempre que el paciente quiera”. En su caso solo son “un 50%, lamentablemente”, según reconoció en una entrevista. El resto, no estaban dispuestos a hacer los cambios indicados para curarse.

El mensaje es perverso: si usted quiere, puede. Enric Corbera, fiel a su estilo provocador, lo deja claro en otros de sus vídeos. Ante el dicho popular de que siempre se van los mejores, él es tajante: “No, los gilipollas”. Corbera o Francisco Moya son solo dos de los muchos nombres que ofertan terapias o alternativas de curación construidas sobre la negación de la enfermedad y la resolución de conflictos emocionales. Todos tienen el mismo origen: los postulados de Ryke Geerd Hamer.

En el origen: la Nueva Medicina Germánica

Hamer fue un doctor alemán expulsado de la carrera médica en su país por la práctica de algo que él mismo bautizó como Nueva Medicina, también conocida como Nueva Medicina Germánica por la procedencia de su creador. Tras perder la licencia, los problemas con la justicia le llevaron a Francia y a España, donde residió unos años. Falleció el verano pasado en Noruega, donde recaló en su huida de la justicia europea.

A su paso por Málaga, Ryke G. Hamer creó una empresa, todavía activa en la que consta como administrador único y propietario. Amici Di Dirk Ediciones de la Nueva Medicina S.L., domiciliada en Alhaurín el Grande (Málaga), facturó de media, al mes, 18.387 euros entre 2009 y 2015, último año con datos disponibles. En total, 1,54 millones ingresados por la venta de libros, tablas, y una melodía compuesta y cantada por él a la que atribuye poderes curativos.

Tras la muerte de su hijo, Hamer y su mujer padecieron un cáncer, por el que ella murió. En la década de los 80, el todavía doctor decía que todo tumor tenía origen en un gran shock emocional. Así, la metástasis no sería más que una sucesión de esos impactos, muchas veces desencadenados por el propio médico al comunicar el diagnóstico del cáncer. Síntomas como inflamaciones o dolores no serían más que signos positivos, una señal de que el cuerpo está combatiendo la dolencia, un motivo para rechazar tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia.

La familia es lo más tóxico

Todo está en la mente. La idea es tan simple como peligrosa. Hay expertos que incluso ven en este tipo de movimientos actitudes que recuerdan a sectas. “Son varios los comportamientos de tipo sectario que apreciamos en estos grupos”, cuenta Emilio Molina, de la asociación RedUNE, que lucha en toda España contra la manipulación sectaria. Señala alguno, como “la figura del líder, a menudo alguien que viene a iluminarnos y a resolver problemas a gente que no encuentra una solución”.

Otra característica es el cambio de percepción de la realidad, muy dañino cuando se lucha contra enfermedades graves. Remedios que “atraen a personas en un estado vulnerable en el que necesitan oír que tienen cierto control”. Pero si algo llama la atención del método de Enric Corbera es la denominada cuarentena, que en alguno de sus libros llega a definir como una “muerte simbólica”.

Corbera cree que, una vez encontrado el origen de una dolencia, hay que atajarla de forma radical. Considera que no hay nada mejor que cortar la relación con quien él o su equipo identifiquen como desencadenante, al menos durante 40 días. Es el tiempo que estima necesario para lo que llama “desaprender” y “reprogramar” la mente. No importa que la persona señalada como tóxica sea tu madre, tu pareja o alguno de tus hijos. Hay que aislarse y romper con ellos. Sin evidencias ni estudios que avalen sus tesis, Corbera ha organizado una estructura muy lucrativa. Maribel Candelas murió en 2015. A lo largo de ese año las empresas del psicólogo facturaron algo más de tres millones de euros.

El negocio de Enric Corbera

En el centro de Rubí (Barcelona) está el Enric Corbera Institute, “centro de investigación de las emociones”, según reza en la entrada del edificio de tres plantas y más de 400 metros de superficie. Tras la entidad hay una sociedad mercantil con el mismo nombre de la que son accionistas a partes iguales Enrique Corbera; su mujer, Maria Remei Batlló, y el hijo de la pareja, David. La empresa emplea a unas 20 personas, entre ellas el propio David y la fisioterapeuta Montserrat Batlló, cuñada y mano derecha del fundador. Entre 2015 y 2016 los ingresos fueron de 7,37 millones de euros, según las cuentas entregadas en el Registro Mercantil, y los beneficios finales de 1,69 millones.

Donde hace años sus suegros regentaban una tocinería, ahora el dinero se cuenta por millones. La fortuna se construye gracias a lo que pagan quienes buscan formación (hasta 2.895 euros por un curso o 500 por seminarios de un fin de semana), asisten a sus consultas (90 €) o compran los libros sobre la doctrina que Corbera llama BioNeuroEmoción (una marca registrada). Es su último producto. Hace apenas cuatro años la presentaba como una evolución de la biodescodificación, algo muy similar a lo que él practicaba desde 2008. Más que por innovación, el cambio de nombre guarda relación con un problema legal.

Enric Corbera publicó dos libros sobre la materia. Un juez de Barcelona le condenó por plagio tras la denuncia de un enfermero francés, Christian Flèche, que comercializa terapias similares bajo el nombre de descodificación biológica. La sentencia, en primera instancia, exigía el pago de 72.450 euros y la publicación del fallo en sus webs. La Audiencia Provincial ratificó el fallo aunque rebajó la sanción hasta los 11.867 euros. La condena todavía no es firme y está pendiente de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

Hoy, el empresario subraya que lo que ofrece es un método complementario, nunca un diagnóstico clínico, un acompañamiento al paciente durante el proceso de sanación. No hace tanto, en sus publicaciones se refería a sí mismo como terapeuta y no dudaba a la hora de llamar “terapia” a lo que ofrecía. Quienes acudían a él eran por entonces “pacientes” o, de forma más cruda, “clientes”. Ahora, la terapia es una consulta, quienes atienden son acompañantes, especialistas o expertos y los clientes se han convertido en consultantes.

Corbera se sabe observado. El Colegio Oficial de Psicología de Cataluña, al que pertenece, ha rechazado sus prácticas en dos comunicados. Los mismos vídeos que le dieron la fama son hoy un problema por sus contenidos. Ahora alega derechos de autor para eliminar aquellos que pueden perjudicarle. Con el tiempo Corbera ha ido puliendo su doctrina, sobre todo el lenguaje. En RedUNE siguen sus pasos desde hace cuatro años. Fruto del trabajo es un dossier de denuncia por el que Enric les ha demandado “por difamaciones y acoso”. Emilio Molina cuenta que la querella también alega “vulneración de derechos de propiedad intelectual”, por recuperar alguno de los vídeos eliminados, como el de Maribel Candelas. El Mundo ha intentado contactar con Enric Corbera, sin respuesta desde su equipo de comunicación al cierre de este especial.

Patada a las neuronas

Si algo caracteriza a los textos y las peroratas de Corbera, es el empeño por arropar sus enseñanzas de Un Curso de Milagros con términos de diferentes ciencias naturales. El afán por darle rigor a lo que predica le ha llevado a formular la que llama Ecuación Emocional Fundamental, que también presenta como marca registrada. En palabras de su autor, “une la física cuántica, la Teoría de la Relatividad, la física newtoniana, la biología, la psicología y la metafísica o espiritualidad”. A continuación, algunas de sus afirmaciones:

“Podemos hacer inferencias que van más allá de la física y entran de lleno en la metafísica o filosofía cuántica. Si interactúo con una persona con quien hace años tuve un conflicto, y cambio mis pensamientos y percepciones con respecto a ella, ella recibirá esta información.

He desarrollado el pensamiento cuántico, que se alimenta de una mente cuántica. La física cuántica demuestra una y otra vez que todo está unido a través de lo que se llama el campo o la matriz, tal como decía el padre de la física cuántica Max Planck.

Hoy en día, la física y la espiritualidad se dan la mano y la una explica a la otra. Los grandes principios espirituales se certifican con los descubrimientos diarios de la física cuántica.

Los últimos hallazgos de la biología cuántica y de la biofísica han descubierto que existe un extraordinario grado de coherencia entre todos los sistemas vivientes. Los sistemas biológicos funcionan con una especie de coherencia cuántica mediante lo que se conoce como excitaciones biológicas y emisión de bio-fotones.

Lo importante de la Epigenética es que las experiencias de la vida pueden modificar nuestro código genético [...] Gracias a los recientes descubrimientos, entre ellos la epigenética, se demuestra que la perspectiva teleológica de la evolución que tenía Lamarck es válida.

Podemos hacer inferencias que van más allá de la física y entran de lleno en la metafísica o filosofía cuántica. Si interactúo con una persona con quien hace años tuve un conflicto, y cambio mis pensamientos y percepciones con respecto a ella, ella recibirá esta información”.

Los anteriores son extractos de las enseñanzas contenidas en los libros o en las conferencias de Enric, por las que llega a cobrar hasta 150 euros por asistente. No se preocupe si no ha entendido nada. Es probable que su autor tampoco lo comprenda. El Mundo ha consultado a especialistas e investigadores dedicados a algunos de los campos en los que Corbera dice basar su conocimiento.

Respuestas de los científicos

Para Juan Ignacio Cirac, físico y director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica en Alemania “esas afirmaciones no tienen absolutamente nada que ver con la física cuántica que conozco, la que desarrollan los físicos cuánticos”. Cirac recibió el Premio Príncipe de Asturias “por su liderazgo mundial en la propuesta y desarrollo de la información cuántica”.

“Es pura verborrea. No sabe nada de física cuántica. Utiliza palabras fuera de contexto y con efectos inventados”, asegura Daniel Altschuler, catedrático de Física en la Universidad de Puerto Rico. Dirigió durante 12 años el observatorio de Arecibo, donde se encuentra el radiotelescopio más grande del mundo. “El uso de cualquier término acompañado de cuántico le da un cierto caché. El ciudadano, que no entiende la mecánica cuántica porque es una ciencia muy complicada, cree que por la misma razón no comprende la filosofía cuántica. No puede darse cuenta de que no la entiende porque no dice nada que se pueda entender”.

Salvador Macip es médico y doctor en genética molecular. Advierte de las trampas en los razonamientos del empresario y psicólogo. “Un truco habitual es mezclar conceptos científicos de manera incoherente y sin ninguna relación probada. Empiezan con un descubrimiento científico real, pero después se saltan todos los pasos intermedios y sacan las conclusiones que quieren”. Macip estudia desde hace dos décadas el cáncer y el envejecimiento celular y dirige su grupo de investigación en la Universidad de Leicester. “Las leyes cuánticas afectan al mundo subatómico, mientras que la medicina trata organismos enteros. Son universos aparte”.

Pere Estupinyà es licenciado en química y bioquímica. Ahora conduce el programa de divulgación científica El cazador de cerebros, en La 2. Es el más contundente. “Es un charlatán de cuidado. Utiliza la trampa de extrapolar fenómenos cuánticos al comportamiento de humanos. No tiene absolutamente ningún sentido”. Antes de ser escritor, Estupinyà comenzó estudios de doctorado en genética. “Utiliza la epigenética de manera tergiversada para justificar sus chorradas. Nada de lo que dice es válido”.

A la hora de evaluar la validez de un tratamiento, Daniel Altschuler recuerda que “por buenas que nos parezca una idea o teoría, hay un criterio que es fundamental: la demostración empírica. Hace falta una metodología cuidada, pruebas clínicas rigurosas preparadas por expertos independientes” que permitan llegar a los resultados que dicen tener los autores de cada terapia o tratamiento. Altschuler también es divulgador científico. En su ensayo Contra la simpleza. Ciencia y pseudociencia advierte de que algo o es medicina o no lo es. “La mal llamada medicina alternativa no pasa esas pruebas. Muchas veces ni lo intenta. Lo triste es que las autoridades encargadas de velar por la salud pública hayan callado”.

¿Cómo se popularizan este tipo de falsas terapias? Salvador Macip reparte responsabilidades. “Los científicos no salimos a explicar lo que hacemos de manera clara, sin tener en cuenta que trabajamos para la sociedad y falla la gente de la calle, que no se esfuerza en saber un poco de ciencia”. Macip, que también compagina su labor investigadora con la de divulgador, señala a los medios de comunicación, que “muy a menudo actúan como altavoces de charlatanes. No tienen ningún reparo en entrevistar a personas que proponen dietas mágicas o tratamientos imposibles”.

Basta un repaso a los medios para descubrir que es raro el que no cuenta con secciones o espacios dedicados a estilos de vida o bienestar, por los que se cuelan todo tipo de superalimentos, pseudoterapias o remedios milagrosos para la salud. Hace 22 años, Televisión Española dio a conocer a Hamer con la emisión de tres programas que todavía se comparten en la página web del alemán. Actualmente, Radio Nacional de España emite el espacio Complementarios en Radio 5, donde tienen cabida supercherías como la biodescodificación dental, una suerte de Hamer con diagnóstico a través de los dientes. ¿Qué se pierde por probar? En el mejor de los casos, solo dinero; en el peor, puede costarle la familia, la salud e incluso la vida.

ARRIBA

 

10. Hospital chileno aplica reiki, flores de Bach y biomagnetismo a los pacientes.

FUENTE: El Día

 

 

El alcalde de La Serena (Coquimbo, Chile), Roberto Jacob Jure, y el equipo ejecutivo de la Corporación Municipal presidieron la significativa actividad que evocó a la recordada matrona Danitza Díaz, quien trabajó durante 25 años en el establecimiento de salud y a quien, funcionarios le rindieron un homenaje póstumo, reinaugurando el nuevo espacio con su nombre. Lo leemos en El Día.

Una emotiva jornada vivieron el pasado 20 de noviembre los funcionarios del Centro de Salud Familiar Las Compañías, después de reinaugurar el domo para poli medicinas o terapias complementarias que se entregarán a funcionarios del Cesfam. El alcalde de La Serena, Roberto Jacob Jure; acompañado del secretario general de la Corporación Municipal Gabriel González Videla, Patricio Bacho Chávez, la directora del Departamento de Salud Municipal, Dra. Lorena Casarín Muñoz; dirigentes de Confusam y equipo del Cesfam hicieron oficial su reapertura con el nombre de “Matrona Danitza Margot Díaz Arias” en reconocimiento a la destacada trayectoria profesional y calidad humana de la profesional fallecida.

“Hace un tiempo, visité este espacio y me llamó mucho la atención lo que realiza el centro de salud con medicina complementaria, pero se necesitaban algunos mejoramientos para reabrir el domo, como un radier y un muro para evitar inundaciones, por lo que dispusimos de los recursos para concretar este beneficioso proyecto, que tiene además, un especial sentido para los funcionarios, porque se reinaugura en homenaje a una querida profesional, como Danitza, quien cumplió labores en el Cesfam durante muchos años, lo que es más meritorio y un tremendo reconocimiento para ella y el compromiso que tienen las personas que trabajan en salud pública”, declaró la primera autoridad comunal, quien recibió el cariño y agradecimiento de la comunidad y funcionarios, valorando su constante respaldo y valioso aporte.

Por su parte, Gino Santibáñez Muñoz, director del Cesfam Las Compañías, valoró el apoyo otorgado por el municipio y gestión de Confusam para la concreción de este domo con fines terapéuticos. “Esta es una actividad preparada desde nuestro establecimiento de salud, y que, gracias al alcalde, a la corporación municipal y a todos los actores que confluyeron para su funcionamiento, hoy atenderá, también, a funcionarios, gracias a sus excelentes resultados y positiva recepción de parte de la comunidad, se hace extensivo a nuestro equipo”, afirmó el profesional.

“Durante la semana se atiende a público, contemplando, además, operativos a cargo de terapeutas del Programa de Salud Mental. Respecto a atención a funcionarios, se realizará dos días a la semana, en horario de 17:00 a 20:00 horas”, puntualizó. Aurora Barraza González, asistente social y terapeuta encargada del domo de poli medicinas complementarias, explicó que “esta iniciativa nació en 2009 con la colaboración de una voluntaria, comenzamos a revisar las técnicas de este tipo de medicina y qué a través del Programa de Salud Mental, pudimos ejercerla, posteriormente, asistimos a un seminario en Argentina, y nos dimos cuenta, de que nuestros compañeros también necesitaban este tipo de terapias para mejorar su calidad de vida, por lo que, acudimos al sindicato de salud recibiendo su importante respaldo, ya que nuestro propósito no solo es preocuparnos por la salud de la comunidad, también lo hacemos por nuestros funcionarios”.

Su compañera, la psicóloga María Jesús Saavedra, se refirió a la efectividad de las terapias en pacientes, y cómo se han expandido sus beneficios en la comunidad. “Realizamos terapia con flores de Bach, Reiki, Biomagnetismo y Auriculoterapia, principalmente. A través de los años hemos podido conocer este tipo de terapias e ir probando su efectividad por medio de la experiencia de nuestros usuarios y ahora aplicarlas en beneficios de los funcionarios. Se observan los cambios y la eficacia del tratamiento”.

ARRIBA

 

La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.