Servicio diario - 24 de diciembre de 2017


 

Ángelus: "Acoger el proyecto de Dios con humildad sincera y valiente generosidad"
Anita Bourdin

"¡Detente!" pide el Papa Francisco esta Navidad
Anita Bourdin

Filipinas: Oración del Papa y de la gente por el pueblo de Mindanao
Anita Bourdin

Ángelus: el Papa invita a orar por los pueblos de los países en guerra
Anita Bourdin

Ángelus: el Papa pide la liberación de todos los rehenes
Anita Bourdin

Custodia de Tierra Santa: Mensaje del Papa sobre la presencia franciscana
Océane Le Gall

San Alberto Chmielowski, 25 de diciembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

24/12/2017-16:10
Anita Bourdin

Ángelus: "Acoger el proyecto de Dios con humildad sincera y valiente generosidad"

(ZENIT — 24 Dic. 2017).- El Papa Francisco invita a los bautizados a "acoger el proyecto de Dios en nuestras vidas, con sincera humildad y una generosidad valiente" a imagen de María y del Hijo de Dios.

El Papa ha presidido el Ángelus del mediodía, en la Plaza San Pedro, en este 4° domingo de Adviento, que este año también es Nochebuena, en presencia de decenas de miles de visitantes.

El Papa ha comentado el Evangelio de este domingo, que es la historia de la Anunciación. Ha insistido en la actitud de "humildad" y "disponibilidad" de María, de "adhesión" al designio del amor de Dios, de "servicio" del mismo Hijo de Dios.

Esta es nuestra traducción, rápida, de trabajo, de las palabras pronunciadas por el Papa en italiano.

 

Palabras del Papa Francisco antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡Buenos días!

En este domingo que inmediatamente precede la Navidad, escuchamos el Evangelio de la Anunciación (cf. Lc 1, 26-38). En este pasaje del Evangelio, podemos notar un contraste entre las promesas del ángel y la respuesta de María. Tal contraste se manifiesta en la dimensión y el contenido de las expresiones de los dos protagonistas.

El ángel dice a María:

"No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. He aquí que vas a concebir y dar a luz a un hijo; le pondrás por nombre Jesús. Él será grande, será llamado hijo del Altísimo; el señor Dios le dará el trono de David su padre; él reinará para siempre sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin" (vv.30-33).

Es una larga revelación que abre perspectivas increíbles. El niño que nacerá de esta humilde mujer de Nazaret se llamará Hijo del Altísimo: no se puede concebir una dignidad superior. Y, después de la pregunta de María pidiendo explicaciones, la revelación del ángel se vuelve aún más detallada y sorprendente.

Al contrario, la respuesta de María es una frase breve, que no habla de gloria o de privilegio, sino solo de disponibilidad o de servicio:

"Aquí está la sierva del Señor; que todo me suceda según tu palabra" (v.38).

El contenido es diferente también. María no se exalta incluso ante la perspectiva de convertirse en Madre del Mesías, sino que sigue siendo modesta y expresa su adhesión al proyecto del Señor. María no se jacta, es humilde, modesta, sigue siendo como siempre.

Este contraste es significativo. Nos hace comprender que María es verdaderamente humilde, que no busca ir por delante. Admite ser pequeña ante Dios y está feliz de serlo. Al mismo tiempo, es consciente de que su respuesta depende de la realización del plan de Dios, y que, por lo tanto, está llamada a adherirse a él con todo su ser.

En esta circunstancia, María se presenta en una actitud que corresponde perfectamente a la del Hijo de Dios cuando viene al mundo: quiere convertirse en el Siervo del Señor, servir a la humanidad para llevar a cabo el proyecto del Padre.

María dice: "He aquí la sierva del Señor ", y el Hijo de Dios dice al entrar en el mundo: "He aquí que vengo a [....] hacer, oh Dios, tu voluntad" (10, 7.9). La actitud de María refleja completamente esta declaración del Hijo de Dios, quien también se convierte en el hijo de María. La Virgen se revela como la colaboradora perfecta del proyecto de Dios y verdadera discípula de su Hijo, y, en el Magníficat, puede proclamar que "Dios levanta a los humildes" (Lc 1, 52), porque por su humilde respuesta y generosa ha obtenido una gran alegría y también una gran gloria.

Admiramos a nuestra Madre por esta respuesta a la llamada y a la misión de Dios, pidamos que nos ayude a cada uno de nosotros a abrazar el proyecto de Dios en nuestras vidas con sincera humildad y valiente generosidad.

Ángelus Domini nuntiavit Mariae...

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

24/12/2017-16:47
Anita Bourdin

"¡Detente!", pide el Papa Francisco esta Navidad

(ZENIT — 24 dic. 2017).- "¡Detente!" es la invitación del Papa Francisco a los bautizados para que se preparen para la Navidad, haciendo una pausa de silencio y de oración, de cara al "misterio" del pesebre, porque Dios viene "con ternura".

Después del Ángelus, el Papa ha pedido a los bautizados presentes este domingo 24 de diciembre de 2017, en la Plaza San Pedro, en presencia de unos 17.000 visitantes, de tomar un momento de pausa y de silencio: "En estas horas que nos separan de Navidad, encontrad unos instantes para pararos en silencio y de oración delante del pesebre, para adorar el misterio de la verdadera Navidad, la de Jesús, que se acerca a nosotros con amor, humildad y ternura. Y en estos momentos, acorados también de rezar por mí. ¡Gracias! Buen domingo y Feliz Navidad.

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

24/12/2017-17:26
Anita Bourdin

Filipinas: Oración del Papa y de la gente por el pueblo de Mindanao

(ZENIT — 24 dic. 2017).- El Papa Francisco ora por el pueblo de la isla Mindanao, en Filipinas, golpeada por la tormenta tropical Tembin, el viernes 22 de diciembre de 2017, con vientos que soplaban a 125 Km/h. La isla tiene unos 20 millones de habitantes.

La tormenta ha provocado, según un balance provisional, alrededor de 200 muertos, decenas de desaparecidos, dejando a decenas de miles de personas sin hogar.

El Papa ha pedido la oración de las 17.000 personas presentes en el Ángelus de este domingo, 24 de diciembre de 2017, en la Plaza San Pedro, diciendo: "Deseo asegurar mi oración por el pueblo de Mindanao, en Filipinas, golpeado por una tempestad que ha causado numerosas víctimas y destrucción. Que el Dios misericordioso acoja las almas de los muertos y reconforte a quienes sufren de esta calamidad. Oremos por estas personas [Silencio]

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

24/12/2017-17:48
Anita Bourdin

Ángelus: el Papa invita a orar por los pueblos de los países en guerra

(ZENIT — 24 dic. 2017).- El Papa Francisco invita a orar hoy por los pueblos de los países en guerra.

Ha pedido después del Ángelus de este domingo, 24 de diciembre de 2017, en la Plaza San Pedro, en presencia de unos 17.000 visitantes, diciendo: "Queridos hermanos y hermanas, en la espera orante del nacimiento del Príncipe de la Paz, invocamos el don de la paz para el mundo entero, especialmente para los pueblos que sufren debido a los conflictos actuales".

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

24/12/2017-18:04
Anita Bourdin

Ángelus: el Papa pide la liberación de todos los rehenes

(ZENIT — 24 dic. 2017).- El Papa Francisco pide la liberación de los rehenes retenidos por el mundo, en Navidad.

Ha preguntado después del Ángelus de este domingo 24 de diciembre de 2017, en la Plaza San Pedro, en presencia de unos 17.000 visitantes, diciendo, "Renuevo en particular mi llamada para que con ocasión de la santa Navidad las personas secuestradas — sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos — sean liberados y puedan volver a casa. Oremos por ellos. [Silencio]

© Traducción ZENIT, Raquel Anillo

 

 

24/12/2017-17:33
Océane Le Gall

Custodia de Tierra Santa: Mensaje del Papa sobre la presencia franciscana

(ZENIT 23 dic. 2017).- "Que al ejemplo de San Francisco, se extienda por todas partes la amistad, la solidaridad y la paz", declara el Papa Francisco en su mensaje dirigido a los participantes de la Conferencia Internacional organizada en Roma y en Asís, estos 21 y 22 de diciembre de 2017, con motivo de los 800 años de la Custodia de Tierra Santa, anuncia L'Osservatore Romano en italiano del 22 de diciembre de 2017.

En su mensaje, firmado por el Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolin, el Papa desea a todos un buen desarrollo del encuentro y les felicita por el tema elegido: "El diálogo entre culturas y religiones en la promoción de la paz", en un momento delicado para la ciudad de Jerusalén, símbolo para todos de "cohabitación pacífica entre los pueblos y las diferentes religiones".

El Papa también exhorta a "un servicio auténtico a la vida y a la dignidad de las personas, que tenga en cuenta la diversidad de culturas, tradiciones religiosas y orígenes, así como la riqueza humana y espiritual, que requieren ser acogidas con respeto".

La conferencia, lanzada por el Observatorio sobre las Minorías Religiosas en el mundo y sobre el Respeto a la Libertad Religiosa por el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, se ha inaugurado el 21 de diciembre por la mañana, en la Universidad Pontificia Antonianum de Roma, para un encuentro sobre el tema: "de San Francisco al Papa Francisco: la profecía de un mundo reconciliado", animado por Marco Tarquinio, director del diario de inspiración católica italiana Awenire.

Después de los saludos de la rectora de la universidad, Sor Mary Melone, se han encadenado las intervenciones del Ministro de Asuntos Exteriores italiano, Angelino Alfaro, del Presidente del Observatorio sobre las minorías religiosas en el mundo y el respeto por la libertad religiosa, Salvatore Martínez del historiador y periodista Franco Cardini, de Fausto Bertinotti, ex presidente de la cámara de diputados, de Abdellah Redouane, secretario general del Centro Cultural Musulmán italiano, y del Rabino David Rosen, director de la Organización de Defensa Judía.

Las conclusiones han sido confiadas al Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.

En la tarde del jueves 21 de diciembre, el encuentro tuvo lugar en la sala de conferencias del Ministerio de Asuntos Exteriores, con las intervenciones del Custodio de Tierra Santa, el P. Francesco Patton, del embajador de Israel en Italia, Ofer Sachs, y el alcalde de Belén, Anton Salman.

En Asís, la conferencia ha continuado, este viernes 22 de diciembre, sobre el tema: " Los franciscanos en Tierra Santa, desde sus orígenes hasta nuestros días. Palabras y gestos". El primer encuentro ha sido a las 9h00, en la Basílica papal de San Francisco sobre el tema: "La Tumba: Herencia de una misión fraternal" Encuentro en el que ha intervenido el Custodio del Santo Convento, Padre Mauro Gambetti. El Padre Giulio Michelini, director del Instituto Teológico de Asís ha tomado seguido la palabra para los saludos interviniendo después la alcaldesa, Stefania Proietti, y Mons. Domenico Sorrentino, Obispo de Asís — Nocera Umbra — Gualdo Tadino.

Un encuentro que ha sido animado por el director de L'Osservatore Romano Giovanni Maria Vian, también han tomado parte el P. Patton y Ernesto Galli della Loggia, historiador y editor del Corrieri della Sera, Andrea Maiarelli, archivista y profesor en el Instituto Superior de Estudios Religiosos de Asís, y el P. Giuseppe Buffon Profesor de Historia de la Iglesia Moderna y Contemporánea en el Antonianum.

© Traducción ZENIT, Raquel Anillo

 

 

24/12/2017-09:15
Isabel Orellana Vilches

San Alberto Chmielowski, 25 de diciembre

«Consumado pintor, hizo del arte un instrumento evangelizador hasta que eligió convivir con los pobres y los enfermos renunciando a un brillante futuro. Juan Pablo II lo consideró el san Francisco polaco del siglo XX»

Hoy festividad de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, la Iglesia celebra también la vida de Alberto, considerado por Juan Pablo II «el san Francisco polaco del siglo )0(». Halló en él un motor para su vocación al observar que encarnaba admirablemente el ideal de pobreza franciscano, espíritu que caracterizó su austera vida; y eso que Alberto era de noble cuna.

Nació el 20 de agosto de 1845 en Igolomia, ciudad cercana a Cracovia, Polonia. Al morir sus padres, unos familiares lo acogieron a él y a sus hermanos. Ingresó en el Instituto Politécnico de Pulawy cuando tenía 18 años. Ese año participó en la insurrección de Polonia y fue hecho prisionero. Tenía una herida en la pierna que se agravó, y sufrió su amputación. Pero esta traumática operación en la que probó su valentía —fue intervenido sin anestesia—, le libró de un más que seguro fusilamiento. Al malograrse la sedición, escapó del castigo que podía aplicarle el bando zarista huyendo a París casi en condiciones rocambolescas, ya que lo hizo ocultado en un féretro. Regresó a Varsovia en 1865, y dos años más tarde volvió a la capital del Sena. Comenzó la carrera de ingeniería en la ciudad belga de Gante, pero sus cualidades artísticas le indujeron a estudiar pintura en la Academia de Bellas Artes de Munich, gracias a la generosidad de la señora Siemienska, en cuyo hogar fue acogido amistosamente. Después completó esta formación en París. En este periodo existencial, marcado por el sufrimiento físico y psíquico ocasionado por su prótesis de palo, siempre mantuvo vivo en su espíritu el precioso legado de la fe que había recibido.

Siendo ya un consumado artista, regresó a Polonia en 1874 con una idea clara: tomar la vía del arte como instrumento apostólico, poniendo su talento al servicio de Dios. Una de sus obras representativas es el «Ecce Homo» en el que supo plasmar la profunda experiencia espiritual que le había marcado. Era un hombre de gran sensibilidad. Por eso, al meditar sobre la Pasión de Cristo, conmovido por ella hasta el tuétano, dio un rumbo definitivo a su vida. Primeramente, en 1880 ingresó como hermano lego en el convento de Stara-Wies, regido por los jesuitas, pero a causa de sus problemas de salud únicamente convivió con ellos seis meses. Su profundo desasosiego cesó bajo los cuidados de un hermano, y al año siguiente teniendo noticia de la existencia de la Tercera Orden de San Francisco, se vinculó a ella. Eso le permitió constatar de primera mano la realidad en la que malviven los «sin techo», aquejados de gravísimas enfermedades, y aquellos cuya miseria material y moral es tal que nadie les prodiga ni una sola palabra de consuelo. En esa cohorte de mendigos y vagabundos, así como de los que sucumbían presos de enfermedades repulsivas en Cracovia, veía el rostro de Cristo. Teniendo clara su vocación, se adentró en ese mundo de miseria. No quería ser menos que ellos. De modo que renunció a su brillante y prometedor futuro, y pidió limosna para asistirlos. Sabía que compartiendo con los indigentes su trágico presente llegaría al fondo de sus corazones.

Tomó el hábito franciscano con el nombre de Alberto y emitió la profesión ante el cardenal Dujanewski. Después, puso en marcha dos congregaciones religiosas, masculina y femenina, para el servicio de los pobres, inspiradas en la espiritualidad franciscana. Son conocidos como Siervos de los Pobres o Albertinos. Antes había dejado abierto en Cracovia un local en el que a los pobres y a los enfermos se les dispensaba completa asistencia. Esa acción caracterizó su vida. Dio prueba de su misericordia con las obras que impulsó en distintos lugares de Polonia: asilos para ancianos, casas para inválidos y enfermos incurables, comedores para los mendigos, orfanatos para los abandonados, todo confiando siempre en la Providencia, movido por su amor a Dios. Y poco a poco devolvía a los desfavorecidos la dignidad que una sociedad insensible a sus necesidades les había hurtado.

¡Cuántas acciones de caridad y solidaridad son puestas en marcha dentro de la Iglesia continuamente llevando el calor y la ternura, solucionando en gran medida carencias que los gobiernos de distinto signo no ofrecen! Son innumerables. No es casualidad que al frente de ellas muchas veces se encuentren religiosos consagrados. Alberto echaba mano de su potente creatividad, además de su arrojo en defensa de cualquier desfavorecido, porque amaba a Dios con todo su ser. Ejercía gozosamente su heroica caridad con el prójimo con el rostro sereno y la alegría evangélica dibujada en él. Compartió con los indigentes la comida y los recodos en los que se guarecían. No había acepción de personas ni razones que le llevaran a asistir a unos en detrimento de otros. A todos proporcionó una asistencia material y espiritual impagable, inducido por la fortaleza que le infundía la Eucaristía y su apasionado abrazo a la cruz. «No basta que amemos a Dios, sino que hay que conseguir además que, en contacto con nosotros, otros corazones se inflamen. Eso es lo que cuenta. Nadie sube al cielo solo», decía.

Afectado por un grave tumor en el estómago durante diez años, afrontó el final de sus días con virtuoso temple. Teniendo a su lado a la Virgen de Czestochowa, antes de exhalar su último aliento advirtió a la comunidad: «Esta Virgen es vuestra fundadora, recordadlo», añadiendo esta recomendación: «Ante todo, observad la pobreza». Murió en el asilo fundado por él en Cracovia el día de Navidad de 1916. Su funeral fue prácticamente encabezado por los pobres de la ciudad. Juan Pablo II lo beatificó en Cracovia el 22 de junio de 1983. Y él mismo lo canonizó en Roma el 12 de noviembre de 1989.