Servicio diario - 26 de diciembre de 2017


 

Ángelus: Jesús es "pertubador" (Traducción completa)
Redacción

Ucrania: "Yo los bendigo a todos", los deseos del Papa Francisco
Marina Droujinina

Mensaje de Navidad: El Papa dice no al sufrimiento de los niños del mundo
Rosa Die Alcolea

Navidad, para "construir un futuro más fraternal y solidario": Saludos del Papa
Anita Bourdin

El Papa Francisco visita al Papa emérito Benedicto XVI
Anita Bourdin

Nombramientos de cardenales dentro de la Curia Romana
Redacción

Firmado el Convenio entre la Secretaría para la Comunicación y los Salesianos
Rosa Die Alcolea

P. Antonio Rivero: "La Sagrada Familia de Nazaret, modelo para todas las familias"
Antonio Rivero

Beato Francisco Spoto, 27 de diciembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

26/12/2017-17:57
Redacción

Ángelus: Jesús es "pertubador" (Traducción completa)

(ZENIT — 26 Dic. 2017).- "Señor Jesús, te confiamos nuestro espíritu, te damos la bienvenida", el Papa propone esta oración a los bautizados en relación con el nacimiento de Jesús y el martirio de San Esteban para cambiar la mentalidad, porque el mensaje de Jesús es "perturbador, y para dejar que elimine todo "resentimiento".

El Papa Francisco ha presidido el rezo del Ángelus a mediodía, este martes 26 de diciembre de 2017, en la plaza de San Pedro, en la fiesta del primer mártir, San Esteban, en presencia de 20.000 visitantes.

AB

 

Aquí está nuestra traducción, rápida, de trabajo, de las palabras del Papa, en italiano, pronunciada antes del Ángelus.

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

Después de celebrar el nacimiento de Jesús hoy celebramos el nacimiento de San Esteban, el primer mártir del cielo. Aunque a primera vista parezca que no existe un vínculo entre las dos ocurrencias, en realidad sí lo hay, y es un vínculo muy fuerte.

Ayer, en la liturgia de Navidad, escuchamos proclamar: "El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros" (Jn 1, 14). San Esteban puso en crisis a los líderes de su pueblo, porque estaba "lleno de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 6: 5), él creyó firmemente y profesó la nueva presencia de Dios entre los hombres; Él sabía que el verdadero templo de Dios ahora es Jesús, la Palabra eterna que vino a habitar entre nosotros, que fue hecha como nosotros, excepto en el pecado.

Pero Esteban está acusado de predicar la destrucción del templo en Jerusalén. La acusación contra él es decir que "Jesús, el Nazareno, destruirá este lugar y trastornará las costumbres que Moisés nos dio" (Hechos 6:14). De hecho, el mensaje de Jesús es incómodo e inconveniente porque desafía el poder religioso mundano y apela a las conciencias.

Después de su llegada, es necesario convertir, cambiar la mentalidad, dejar de pensar como antes, cambiar, convertir. Esteban permaneció anclado al mensaje de Jesús hasta su muerte Sus últimas oraciones: "Señor Jesús, acepta mi espíritu" y "Señor, no les tengas en cuenta este pecado" (Hechos 7,59-60), estas dos oraciones son un eco fiel de las que Jesús pronunció en la cruz: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46) y "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" (v. 34). Esas palabras de Esteban fueron posibles solo porque el Hijo de Dios vino a la tierra y murió y resucitó por nosotros; antes de estos eventos eran expresiones humanamente impensables.

Esteban ruega a Jesús que acoja su espíritu. De hecho, el Cristo resucitado es el Señor, y él es el único mediador entre Dios y los hombres, no solo en la hora de nuestra muerte, sino también en cada momento de la vida: sin Él no podemos hacer nada (véase Jn 15, 5).

Por lo tanto, nosotros también, delante del Niño Jesús en la cuna, podemos rezar así: "Señor Jesús, te confiamos nuestro espíritu, te damos la bienvenida", porque nuestra existencia es realmente una vida buena según el Evangelio.

Jesús es nuestro mediador y nos reconcilia no solo con el Padre, sino también entre nosotros. Él es la fuente del amor, que nos abre a la comunión con nuestros hermanos, a amarnos unos a otros entre nosotros, eliminando todo conflicto y resentimiento. ¡Sabemos que los resentimientos son malas cosas, duelen tanto y duelen tanto! Y Jesús quita todo esto y nos hace amarnos unos a otros. Esto es el milagro de Jesús. Le preguntamos a Jesús, nacido por nosotros, para ayudarnos a asumir esta doble actitud de confianza en el Padre y amor al prójimo; es una actitud que transforma la vida y la hace más hermosa, más fructífera.

A María, Madre del Redentor y Reina de los mártires, elevamos nuestra oración con confianza para ayudarnos a recibir a Jesús como Señor de nuestra vida y para convertirnos en sus valientes testigos, listo para pagar el precio de la fidelidad al Evangelio en persona.

Angelus Domini nuntiavit Mariae...

© Traducción de ZENIT, Rosa Die Alcolea

 

 

26/12/2017-18:48
Marina Droujinina

Ucrania: "Yo los bendigo a todos", los deseos del Papa Francisco

(ZENIT — 26 Dic. 2017).- El Papa Francisco ha renovado el "deseo de paz y serenidad" saludando particularmente a los fieles ucranianos después del Ángelus del mediodía del martes 26 de diciembre de 2017, en la Plaza de San Pedro.

"Un saludo especial para los fieles de la peregrinación nacional ucraniana: los bendigo a todos, a ustedes y a su país", dijo.

Hablando del sufrimiento de los niños del mundo en su mensaje de Navidad, el 25 de diciembre de 2017, el Papa Francisco citó a los niños ucranianos: "Vemos a Jesús", dijo, "en niños que, con sus familias, sufrir de la violencia del conflicto en Ucrania y sus serias repercusiones humanitarias y oramos para que el Señor otorgue la paz a este querido país lo antes posible".

Después del Ángelus de este martes, el Papa también saludó a todos los peregrinos "de Italia y de diferentes países" agradeciéndoles su presencia. Que los días de Navidad —agregó el Papa— permitan "para vosotros y vuestras familias experimentar la belleza de estar juntos sintiendo que Jesús está en medio de nosotros".

Traducción de Rosa Die Alcolea

 

 

26/12/2017-11:03
Rosa Die Alcolea

Mensaje de Navidad: El Papa dice no al sufrimiento de los niños del mundo

(ZENIT — 26 Dic. 2017).- "Jesús conoce bien el dolor de no ser acogido y la dificultad de no tener un lugar donde reclinar la cabeza. Que nuestros corazones no estén cerrados como las casas de Belén".

El Papa Francisco dirigió el tradicional mensaje de Navidad a los cerca de 50.000 fieles —según la Gendarmería del Vaticano— congregados en la Plaza de San Pedro, y los que escuchaban a través de la televisión y la radio, el 25 de diciembre de 2017, a las 12 horas, desde el Balcón central de la Basílica de San Pedro.

Luego, el Santo Padre rezó el Ángelus, y otorgó la bendición de Urbi y Orbi, que remite los pecados y sus consecuencias, a las condiciones habituales previstas por la Iglesia.

Esta es la quinta Navidad del Papa Francisco en el Vaticano y el 81° aniversario de su bautismo, celebrado el 25 de diciembre de 1936, en Buenos Aires.

El Santo Padre señaló que la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que lo reconozcamos en los "rostros de los niños", especialmente de aquellos para los que, como Jesús, «no hay sitio en la posada».

En este sentido, Francisco habló de los niños de Oriente Medio, que "siguen sufriendo por el aumento de las tensiones entre israelíes y palestinos", y exhortó a invocar al Señor "pidiendo la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa".

Del mismo modo, el Papa indicó que vemos a Jesús en los rostros de los niños sirios, "marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años"; también en los niños de Iraq, que todavía sigue herido y dividido por las hostilidades que lo han golpeado en los últimos quince años; y en los niños de Yemen, donde existe un conflicto en gran parte olvidado,

Así, expresó su deseo de que la "amada" Siria pueda finalmente volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, "mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca".

El Pontífice explicó que vemos a Jesús "en los niños de África", especialmente en los que sufren en Sudán del Sur, en Somalia, en Burundi, en la República Democrática del Congo, en la República Centroafricana y en Nigeria.

Asimismo, vemos a Jesús "en todos los niños de aquellas zonas del mundo donde la paz y la seguridad se ven amenazadas por el peligro de las tensiones y de los nuevos conflictos" —mencionó el Papa— citando a Venezuela y a Ucrania, exhortó a rezar por la paz en estos países.

El Papa también recordó a los niños "cuyos padres no tienen trabajo y con gran esfuerzo intentan ofrecer a sus hijos un futuro seguro y pacífico" y a tantos niños "obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas, siendo fácil presa para los traficantes de personas", sin olvidar a los niños que he encontrado durante mi último viaje a Myanmar y Bangladesh.

RD

 

A continuación, sigue el texto completo del mensaje de Navidad del Papa Francisco:

 

Mensaje del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, feliz Navidad.

Jesús nació de María Virgen en Belén. No nació por voluntad humana, sino por el don de amor de Dios Padre, que «tanto amó al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16).

Este acontecimiento se renueva hoy en la Iglesia, peregrina en el tiempo: en la liturgia de la Navidad, la fe del pueblo cristiano revive el misterio de Dios que viene, que toma nuestra carne mortal, que se hace pequeño y pobre para salvarnos. Y esto nos llena de emoción, porque la ternura de nuestro Padre es inmensa.

Los primeros que vieron la humilde gloria del Salvador, después de María y José, fueron los pastores de Belén. Reconocieron la señal que los ángeles les habían dado y adoraron al Niño. Esos hombres humildes pero vigilantes son un ejemplo para los creyentes de todos los tiempos, los cuales, frente al misterio de Jesús, no se escandalizan por su pobreza, sino que, como María, confían en la palabra de Dios y contemplan su gloria con mirada sencilla. Ante el misterio del Verbo hecho carne, los cristianos de todas partes confiesan, con las palabras del evangelista Juan: «Hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Jn 1,14).

Por esta razón, mientras el mundo se ve azotado por vientos de guerra y un modelo de desarrollo ya caduco sigue provocando degradación humana, social y ambiental, la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que lo reconozcamos en los rostros de los niños, especialmente de aquellos para los que, como Jesús, «no hay sitio en la posada» (Lc 2,7).

Vemos a Jesús en los niños de Oriente Medio, que siguen sufriendo por el aumento de las tensiones entre israelíes y palestinos. En este día de fiesta, invoquemos al Señor pidiendo la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa; recemos para que entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de reanudar el diálogo y se pueda finalmente alcanzar una solución negociada, que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de unas fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional. Que el Señor sostenga también el esfuerzo de todos aquellos miembros de la Comunidad internacional que, movidos de buena voluntad, desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los graves obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo.

Vemos a Jesús en los rostros de los niños sirios, marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años. Que la amada Siria pueda finalmente volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca. Vemos a Jesús en los niños de Iraq, que todavía sigue herido y dividido por las hostilidades que lo han golpeado en los últimos quince años, y en los niños de Yemen, donde existe un conflicto en gran parte olvidado, con graves consecuencias humanitarias para la población que padece el hambre y la propagación de
enfermedades.

Vemos a Jesús en los niños de África, especialmente en los que sufren en Sudán del Sur, en Somalia, en Burundi, en la República Democrática del Congo, en la República Centroafricana y en Nigeria.

Vemos a Jesús en todos los niños de aquellas zonas del mundo donde la paz y la seguridad se ven amenazadas por el peligro de las tensiones y de los nuevos conflictos. Recemos para que en la península coreana se superen los antagonismos y aumente la confianza mutua por el bien de todo el mundo. Confiamos Venezuela al Niño Jesús para que se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano. Vemos a Jesús en los niños que, junto con sus familias, sufren la violencia del conflicto en Ucrania, y sus graves repercusiones humanitarias, y recemos para que, cuanto antes, el Señor conceda la paz a ese querido país.

Vemos a Jesús en los niños cuyos padres no tienen trabajo y con gran esfuerzo intentan ofrecer a sus hijos un futuro seguro y pacífico. Y en aquellos cuya infancia fue robada, obligados a trabajar desde una edad temprana o alistados como soldados mercenarios sin escrúpulos.

Vemos a Jesús en tantos niños obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas, siendo fácil presa para los traficantes de personas. En sus ojos vemos el drama de tantos emigrantes forzosos que arriesgan incluso sus vidas para emprender viajes agotadores que muchas veces terminan en una tragedia. Veo a Jesús en los niños que he encontrado durante mi último viaje a Myanmar y Bangladesh, y espero que la comunidad internacional no deje de trabajar para que se tutele adecuadamente la dignidad de las minorías que habitan en la Región.

Jesús conoce bien el dolor de no ser acogido y la dificultad de no tener un lugar donde reclinar la cabeza. Que nuestros corazones no estén cerrados como las casas de Belén.

Queridos hermanos y hermanas:

También a nosotros se nos ha dado una señal de Navidad: «Un niño envuelto en pañales...» (Lc 2,12). Como la Virgen María y san José, y los pastores de Belén, acojamos en el Niño Jesús el amor de Dios hecho hombre por nosotros, y esforcémonos, con su gracia, para hacer que nuestro mundo sea más humano, más digno de los niños de hoy y de mañana.

 

Saludos navideños

A vosotros queridos hermanos y hermanas, llegados a esta plaza de todas las partes del mundo, y a cuantos os unís desde diversos países por medio de la radio, la televisión y otros medios de comunicación, os dirijo mi cordial felicitación.

Que el nacimiento de Cristo Salvador renueve los corazones, suscite el deseo de construir un futuro más fraterno y solidario, y traiga a todos alegría y esperanza. Feliz Navidad.

© Librería Editorial Vaticano

Con Anita Bourdin

 

 

26/12/2017-11:44
Anita Bourdin

Navidad, para "construir un futuro más fraternal y solidario": Saludos del Papa

(ZENIT — 26 Dic. 2017).- Que la Navidad "inspire el deseo de construir un futuro más fraternal y solidario" y "brinde alegría y esperanza a todos".

Estos son los deseos del Papa Francisco después de la solemne bendición de la Navidad sobre la Ciudad y sobre el Mundo Urbi et Orbi, el lunes 25 de diciembre, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

El Vaticano anuncia que alrededor de 50.000 visitantes estuvieron presentes en la plaza.

El Papa estuvo acompañado por los cardenales Leonardo Sandri, quien anunció la bendición, y Prosper Grech, O.S.A.

Esta es la quinta Navidad del Papa Francisco en el Vaticano y el 81° aniversario de su bautismo, celebrado el 25 de diciembre de 1936, en Buenos Aires.

"Para ustedes, queridos hermanos y hermanas, que vinieron de todas partes del mundo a este lugar, y para todos aquellos que, desde diferentes países, están conectados por radio, televisión y otros medios de comunicación, les envío mis mejores deseos", dijo el Papa en italiano.

Francisco invitó a la solidaridad diciendo: "Que el nacimiento de Cristo, el Salvador, renueve nuestros corazones, inspire el deseo de construir un futuro más fraterno y solidario que aporte alegría y esperanza a todos. ¡Feliz Navidad!".

En un "tweet" publicado en su cuenta @Pontifex _es (el Papa es seguido por más de 40 millones de personas en Twitter), el Papa agrega esta invitación a mirar el pesebre: "Detengámonos a contemplar el pesebre; entremos en la verdadera Navidad con los pastores, llevando al Niño Jesús lo que somos".

En su mensaje de Navidad, el Papa invita a contemplar al Niño de la cuna y a no encerrarse ante el dolor de los niños del mundo, haciendo un recorrido por todos los países cuyos niños sufren.

Por la noche, en su homilía también invitó a abrirse a la angustia del mundo, desde la contemplación de las precarias condiciones de vida de la Sagrada Familia, obligado a abandonar su tierra natal (de Nazaret, en Galilea), para el censo de Augusto César, sin ser bienvenido en la tierra de la que es aún nativo, Belén de Judea, ciudad de David, de la que José desciende.

Y pronto se ve obligada a abandonar Judea para dirigirse a Egipto, bajo la amenaza de Herodes. La Sagrada Familia sobrevivirá y no volverá a Judea, sino a la "Galilea de las Naciones". Jesús regresará solo para morir en Jerusalén.

El Papa evocó a los que ahora huyen de Herodes, las familias exiliadas: "Sobrevivir al Herodes del ahora, que, para imponer su poder y aumentar su riqueza, no tienen problema en derramar sangre inocente".

Como es la tradición, el mensaje de Navidad, el Ángelus, la bendición y los deseos del Papa fueron acompañados por los himnos del Vaticano (Gounod) y de Italia (Mameli), algunos de los cuales fueron interpretados por las bandas de la policía —en presencia de destacamentos de la policía italiana— y de la Gendarmería del Vaticano —en presencia de un destacamento de la Guardia pontificia suiza—.

Traducción de Rosa Die Alcolea

 

 

26/12/2017-18:25
Anita Bourdin

El Papa Francisco visita al Papa emérito Benedicto XVI

(ZENIT — 26 Dic. 2017).- Como cada año para el intercambio de felicitaciones navideñas, el Papa Francisco visitó al Papa emérito Benedicto XVI en el monasterio "Mater Ecclesiae" (María, Madre de la Iglesia) del Vaticano, el jueves 21 de diciembre de 2017, indica la Santa Sede el 26 de diciembre. La reunión duró unos 30 minutos.

El Papa Francisco, reporta Radio Vaticano, una vez más rindió homenaje al Papa Benedicto con motivo de la concesión del Premio Ratzinger, el pasado 18 de noviembre, diciendo: "Su oración y su presencia discreta y alentadora nos acompañan en el camino común".

"Su trabajo, añadió el Papa, y su magisterio continúan siendo un legado vivo y precioso para la Iglesia y para nuestro servicio".

Él lo elogió como a un "maestro": "Joseph Ratzinger sigue siendo un maestro y un interlocutor amistoso para todos aquellos que ejercen el don de la razón para responder a la vocación humana de buscar la verdad".

Traducción de Rosa Die Alcolea

 

 

26/12/2017-12:27
Redacción

Nombramientos de cardenales dentro de la Curia Romana

(ZENIT — 26 Dic. 2017).- El Papa Francisco completó el organigrama de la Curia Romana al designar a 14 cardenales en 8 dicasterios, "creados" durante los consistorios de 2016 y 2017.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó la lista de los nombramientos el sábado, 23 de diciembre de 2017.

Esta es la lista de los nombramientos por dicasterios:

— Congregación para las Iglesias orientales (1)

El Cardenal Mario Zenari, Nuncio apostólico en Siria

— Congregación para los obispos (1)

El cardenal Juan José Omella Omella, Arzobispo de Barcelona (España), y también nombrado miembro del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica (1)

— Congregación para la Educación católica (2)

Los cardenales Carlos Osoro Sierra, Arzobispo de Madrid (España) y Blase Cupich, Arzobispo de Chicago (Estados Unidos)

— Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida (3)

los cardenales Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida (Venezuela) Jozef De Kesel, Arzobispo de Mechelen Brussel (Bélgica), y Jean Zerbo, Arzobispo de Bamako (Mali)

— Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (5)

los cardenales Patrick D'Rozario, Arzobispo de Dacca (Bangladesh), Maurice Piat, Obispo de Port?Louis (Mauricio), John Ribat, Arzobispo de Port Moresby (Papúa Nueva Guinea), Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, Vicario apostólico de Vientiane (Laos), y Gregorio Rosa Chávez, Obispo auxiliar de San Salvador (El Salvador)

— Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los cristianos (1)

El Cardenal Anders Arborelius, Obispo de Estocolmo (Suecia)

— Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano (1)

El Cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

 

 

26/12/2017-19:23
Rosa Die Alcolea

Firmado el Convenio entre la Secretaría para la Comunicación y los Salesianos

(ZENIT — 26 Dic. 2017).- La Sociedad de San Francisco de Sales y la Secretaría de Comunicación han firmado un convenio de colaboración en el ámbito del sistema informativo vaticano a la luz de la reforma querida del Papa Francisco.

La Oficina de Prensa del Vaticano dio a conocer la noticia el sábado, 23 de diciembre de 2017.

Después de haber firmado el Convenio con la Compañía de Jesús, la cual está presente ahora en calidad de comunidad de misión en el interior del sistema comunicativo de la Santa Sede, siguiendo las indicaciones de la Secretaría de Estado, en días pasados la Secretaría para la Comunicación firmó el Convenio con la Sociedad de San Francisco de Sales, informa Vatican News' en español.

Por lo tanto, la comunidad salesiana podrá poner a disposición la contribución del carisma de Don Bosco en el marco de los diversos servicios desempeñados por la Secretaría para la Comunicación.

El Convenio tendrá una duración trienal renovable. Ha sido firmado por el Rector Mayor de la Sociedad de San Francisco de Sales, P. Ángel Fernández Artime, y el Prefecto de la Secretaría para la Comunicación, Mons. Dario Edoardo Viganó.

 

 

26/12/2017-11:58
Antonio Rivero

P. Antonio Rivero: "La Sagrada Familia de Nazaret, modelo para todas las familias"

LA SAGRADA FAMILIA
Ciclo B
Textos: Eclo 3, 3-7.14-17; Col 3, 12-21; Lc 2, 20-40

Idea principal: la Sagrada Familia de Nazaret es modelo, aliento y fuerza para nuestras familias todas.

Síntesis del mensaje: Esta fiesta es reciente y fue establecida hace poco más de un siglo por el Papa León XIII para dar a las familias cristianas un modelo evangélico de vida, virtudes domésticas y de unión en el amor, para que después de las pruebas de esta vida puedan gozar en el cielo de la eterna compañía de Dios y de la Sagrada Familia de Nazaret.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, todos sabemos de los grandes peligros que hoy sufren algunas de nuestras familias, y que puso en evidencia el sínodo extraordinario de la familia en octubre de 2014: familias fragmentadas, heridas, rotas, en necesidades de pobreza, de miseria y de angustia. Dificultades internas y externas. Preocupaciones de tipo laboral y económico; visiones distintas en la educación de los hijos, provenientes de diferentes modelos educativos de los padres; los reducidos tiempos para el diálogo y el descanso. A esto se añaden factores disgregadores como la separación y el divorcio, y el preocupante crecimiento de la práctica abortiva. El mismo egoísmo puede llevar a la falsa visión de considerar los hijos como objetos de propiedad de los padres, que se pueden fabricar según sus deseos. Violencia, abusos, alcohol, drogas, pornografía y otras formas de dependencia sexual. Y también esas situaciones pastorales difíciles: las uniones libres o en segundas nupcias sin haber recibido el sacramento del matrimonio. ¿Qué hacer ante estos desafíos?

En segundo lugar, hoy tenemos que mirar el modelo de la Sagrada Familia para que nos digan el secreto para formar una familia ideal y podamos lanzar luz a esos desafíos. Cuando Pablo VI estuvo en Nazaret sacó unas notas o lecciones de la Sagrada Familia de Nazaret, a modo de fotografía. "Primero, lección de silencio. Renazca en nosotros la valorización del silencio, de esta estupenda e indispensable condición del espíritu; en nosotros, aturdidos por tantos ruidos, tantos estrépitos, tantas voces de nuestra ruidosa e hipersensibilizada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento, la interioridad, la aptitud de prestar oídos a las buenas inspiraciones y palabras de los verdaderos maestros; enséñanos la necesidad y el valor de la preparación, del estudio, de la meditación, de la vida personal e interior, de la oración que Dios sólo ve secretamente. Segundo, lección de vida doméstica. Enseñe Nazaret lo que es la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable; enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía; enseñe lo fundamental e insuperable de su sociología. Y tercero, lección de trabajo. ¡Oh Nazaret, oh casa del "Hijo del Carpintero", cómo querríamos comprender y celebrar aquí la ley severa, y redentora de la fatiga humana; recomponer aquí la conciencia de la dignidad del trabajo; recordar aquí cómo el trabajo no puede ser fin en sí mismo y cómo, cuanto más libre y alto sea, tanto lo serán, además del valor económico, los valores que tiene como fin; saludar aquí a los trabajadores de todo el mundo y señalarles su gran colega, su hermano divino, el Profeta de toda justicia para ellos, Jesucristo Nuestro Señor!" (Homilía de Pablo VI, 5 de enero de 1964 en Nazaret).

Finalmente, debemos volver una y otra vez al plan originario de Dios para la familia. Es cierto que Dios comenzó su plan arrancando a Abraham del seno de su familia, pero al mismo tiempo le hizo la promesa de un descendiente, de un heredero, Cristo, en torno al cual se formaría la familia perfecta. Y cuando con brazo poderoso sacó a los judíos del Egipto lo hizo para constituirlos en pueblo, en familia de Dios. Siguiendo la misma línea, Dios constituyó luego la Iglesia —nuevo Israel- al modo de una familia, con un Padre común. Somos de la familia de Jesús. Y en esta familia perfecta está el padre, la madre y los hijos. San Pablo en la segunda lectura de hoy nos da la clave para edificar esta familia de Jesús con un único cemento: el amor mutuo, hecho humildad, afabilidad, paciencia, perdón, paz, gratitud, oración, respeto, obediencia. El padre es la cabeza, la madre es el corazón y los hijos son la corona de esos padres.

Para reflexionar: ¿Qué es lo que más me impresiona de la Sagrada Familia de Nazaret? ¿Qué es lo que con más urgencia nuestras familias deberían aprender de la Sagrada Familia de Jesús, José y María? ¿Cómo debería comportarse la Iglesia con esas familias que están pasando por graves dificultades?

Para rezar: Sagrada Familia de Nazaret: enséñanos el recogimiento, la interioridad; danos la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros. Enséñanos la necesidad del trabajo de reparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto; enséñanos lo que es la familia, su comunión de amor, su belleza simple y austera, su carácter sagrado e inviolable. Amén.

 

 

26/12/2017-19:28
Isabel Orellana Vilches

Beato Francisco Spoto, 27 de diciembre

«Digno discípulo del beato Cusmano, su fundador, todo en Spoto pone de manifiesto que su existencia fue una encendida llama de amor a Cristo hasta el martirio acaecido en el Congo»

En esta festividad de san Juan Evangelista, al examinar la vida de Spoto, que también celebra hoy la Iglesia, vuelve a detectarse que el equipaje de un apóstol no es otro que la cruz. De ella extrae la imponente fortaleza para emular a Cristo encarnando su misión con religiosa intrepidez, dispuesto siempre por amor a Él a derramar su sangre, si es preciso. En dificilísimas condiciones, peligrando su vida, Francisco quiso correr la misma suerte que sus hermanos en la fe.

Nació el 8 de julio de 1924 en la localidad italiana de Raffadali. Fue uno de los tres hijos de un honrado y creyente matrimonio que vivía de forma ejemplar. Dieron a sus vástagos lo mejor que poseían: la fe. La madre puso al pequeño bajo el amparo de san Francisco Javier y pasado el tiempo emularía a este gran misionero. El cabeza de familia padecía una discapacidad que afectaba a su pierna izquierda, causada por una lesión contraída durante la guerra de 1915-1918. Con todas las dificultades afrontaba su día a día dando testimonio a sus hijos de fortaleza, esforzándose para proveer de lo necesario a su familia, acompañado de su fiel y abnegada esposa. De esa época, el beato recordaría entrañables gestos de piedad aprendidos en el hogar que han sido patrimonio de otras muchas personas, como, por ejemplo, besar el trozo de pan que se ha caído en el suelo por haber apreciado en él el símbolo del Cuerpo de Cristo.

Seguro que le llenaría de orgullo y le edificaría la generosidad y ternura de esos padres que lo educaron y acompañaron espiritualmente en esos primeros años de su vida. Y, de hecho, tanto calaron en su espíritu las enseñanzas que le dieron, que en 1936 ingresó en el seminario de la Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres. Profesó en 1940. En 1951 fue ordenado sacerdote, y en 1959 fue designado superior general. Por encima de su juventud, 35 años, que requirieron dispensa de la Santa Sede para poder asumir este alto oficio, se tuvieron en cuenta sus muchas virtudes y cualidades. Era un asceta, un hombre de auténtica oración. En ella se fraguaron su caridad, humildad y obediencia manifestadas en todo momento fuesen cuales fuesen las circunstancias de su acontecer.

Se caracterizó por su alto sentido de la responsabilidad, tenacidad y el ardor apostólico que latía en su alma misionera. Al recibir el sacramento del orden había tomado nota del pasaje evangélico «Id y predicad...» que sintetizaba sus anhelos. Pasó por el orfanato de la Congregación de Vía Pindemonte en Palermo, enseñó francés y ejerció una intensa misión pastoral junto a las Siervas de los Pobres. En cualquier acción que desempeñaba, su eficacia al servicio del evangelio era más que patente. Con una gran formación intelectual, que puso a merced de la evangelización, ejerció una encomiable labor periodística y literaria, sin atisbos de vanidad ni de orgullo, lejos de la fama y oropeles. Dejó numerosos escritos. Fue un gran predicador y comunicador; un orador excelente que con su vida de entrega supo transmitir la fuerza de la Palabra de Dios a través de homilías cuidadosamente preparadas en la oración. Era honesto y justo; estaba siempre disponible para todos.

Admirado, respetado y querido tanto por miembros de la Iglesia como por sus hermanos, de los que se ocupaba con gran delicadeza, fue fiel transmisor del carisma de su fundador, el padre Cusmano. Una de sus grandes debilidades fueron los pobres. Con penetrante visión impulsó la Orden, promovió vocaciones y abrió casas en distintos lugares. Su antecesor fundó la misión en el Congo, y él continuó alimentándola. Precisamente en esta República Democrática africana pasó la última etapa de su vida. Llegó a Biringi en agosto de 1964. La situación altamente difícil y comprometida de sus hermanos, debido a cuestiones de índole política, hizo que acudiera a confortarlos personalmente. Entonces muchos religiosos y religiosas derramaban su sangre por Cristo en medio de la persecución a la que eran sometidos. El beato no ignoró que él mismo podía sumarse a este insigne grupo de apóstoles, perdiendo su vida.

En un momento dado, previendo que no regresaría puso su oficio apostólico a merced de la Orden, ya que no estaba dispuesto a dejar a sus hermanos. En noviembre de ese año se inició una durísima persecución contra ellos, que se vieron obligados a huir sin rumbo fijo acosados por los Simba que perseguían su muerte. En medio de esa tragedia el padre Spoto escribió un diario en el que narraba de forma pormenorizada lo que aconteció. El 3 de diciembre de ese año 1964 sus hermanos fueron apresados. En una noche espantosa, lleno de heridas, descalzo, sediento y hambriento siguió corriendo. Al día siguiente vio con gozo que sus hermanos habían sido liberados. Pero el 11 de diciembre fue atacado con tamaña furia que quedó paralítico. Y en esas condiciones le portaban por la selva en una improvisada y rústica camilla huyendo de los captores.

Sobrevivió hasta el 27 de diciembre, día en que murió en la humilde cabaña en la que se cobijaron. Sus hermanos, que pudieron regresar a Italia más tarde, depositaron sus restos en un lugar cercano. Fue beatificado por Benedicto XVI el 21 de abril de 2007.