Servicio diario - 22 de enero de 2018


 

Perú, "una fe que impresiona" y Chile, una impresión "muy fuerte y gratificante"
Rosa Die Alcolea

'Scholas': Un grupo de jóvenes peruanos abrieron su corazón al Papa Francisco
Redacción

Santa Marianne Cope, 23 de enero
Isabel Orellana Vilches


 

 

22/01/2018-19:27
Rosa Die Alcolea

Perú, "una fe que impresiona" y Chile, una impresión "muy fuerte y gratificante"

(ZENIT — 22 enero 2018).- "Una fe que impresiona" ha dicho Francisco del pueblo peruano. "Me llevo la impresión de un pueblo creyente, que pasa muchas dificultades y las pasó históricamente".

El Pontífice ha ofrecido una rueda de prensa en el avión que le llevaba de regreso a Roma, en la noche del domingo 21 al lunes, 22 de enero de 2018, tras su 22° viaje apostólico, a Chile y a Perú, que tuvo lugar del 15 al 21 de enero.

"Yo me llevo de Perú una impresión de alegría, de fe, de esperanza, de volver a andar, y sobretodo muchos chicos". El Santo Padre ha descrito —recoge el diario italiano 'La Stampa'— que volvió a esa imagen que vio en Filipinas y en Colombia, "los papás y las mamás a mi paso levantando los chicos, y eso dice futuro, dice esperanza, porque nadie trae hijo al mundo si no tiene esperanza".

El Papa destacó —recoge 'Vatican Media'— por un lado, el encuentro en la cárcel con las mujeres afirmando que es muy sensible a las cárceles y a los encarcelados, ya que siempre se pregunta por qué ellos y no él, han terminado en esa situación.

Ver a estas mujeres, su capacidad para cambiar de vida, de reinsertarse en la sociedad con la fuerza del Evangelio, le hicieron ver precisamente "la alegría del Evangelio que tanto lo ha conmivido en el viaje", señala el medio del Vaticano. Por otro lado, la visita al Hogar 'El Principito' tocó su corazón ya que la mayoría de los niños que vive allí han sido abandonados y sintió una gran emoción "al ver a estos pequeños que logran, a través de la educación, salir adelante".

 

"La fe de las calles"

"Un pueblo que salió a expresar su alegría y su fe", así lo ha sentido Francisco, quien ha indicado que le impresionó ver a tantas personas en la calle, no solo en Trujillo, donde la piedad popular "es muy rica y muy fuerte", sino también "la fe de las calles", y no solo en Lima, donde "evidentemente se nota", también en Puerto Maldonado, que estaba lleno, también en las calles.

El Papa Francisco, primer Pontífice americano, asegura que Perú es una "tierra ensantada": "Son el pueblo de Latinoamérica que tiene más santos, y santos de alto nivel. Toribio, Rosa, Martin, Juan. De alto nivel. Creo que la fe la tienen muy calada dentro", ha señalado.

"Lo único que les pido es que cuiden la riqueza", ha apuntado el Obispo de Roma. "No solo la de las iglesias y los museos, que las obras de arte son geniales, y no solo de los sufrimientos, que los han enriquecido mucho, sino la que yo vi en estos días también", ha indicado refiriéndose a la fe y los valores del pueblo peruano.

 

Impresión de Chile "fuerte y gratificante"

El Papa Francisco, quien se formó durante varios años para el sacerdocio en Chile, asegura que vuelve del país "contento", y que no esperaba tanta gente en la calle.

"Esa gente no fue pagada y llevada en colectivo. La espontaneidad de Chile fue muy bonita. Incluso en Iquique. En el sur lo mismo. Y en Santiago lo mismo. Las calles de Santiago hablaban por sí mismas", ha relatado Francisco, según algunos periodistas que iban en el avión.

"La responsabilidad del informador es ir a los hechos concretos —ha dicho el Santo Padre—. Hubo esto, y esto. Lo del pueblo dividido, no sé de donde sale, es la primera vez que lo oigo. Quizá lo de Barros es causa de esto. Pero la impresión de Chile fue muy fuerte y gratificante".

 

 

22/01/2018-20:05
Redacción

`Scholas': Un grupo de jóvenes peruanos abrieron su corazón al Papa Francisco

(ZENIT — 22 enero 2018).- El Papa Francisco se encontró en Trujillo con un grupo de estudiantes, en representación de los más de 200 jóvenes de 34 escuelas públicas, privadas, confesionales y laicas del Perú que participaron de los programas de `Scholas Ciudadanía' en el país.

El sábado, 20 de enero de 2018 tuvieron un encuentro imprevisto y privado con el Papa Francisco, en en la ciudad costera del norte de Perú, en el que conversaron acerca de las problemáticas que más los afectan y de los proyectos que proponen para superarlas. (Ver vídeo del encuentro)

En el jardín del Palacio Arzobispal de Trujillo y durante más de media hora los jóvenes de ‘Scholas Perú’ tuvieron un encuentro íntimo con el Papa Francisco, en el que cada uno abrió su corazón y compartió con lágrimas su experiencia.

“En ‘Scholas’ aprendí a valorar lo que tengo, a siempre mirar las necesidades de otros antes que las mías y a ver la realidad del país que antes no la veía porque no la vivía. Comprendí que para hacer un cambio hay que dar el ejemplo, convertir lo ordinario en extraordinario”, confesó María Paula (15 años), del colegio Villa Cáritas, al Santo Padre.

Johan (17 años-Innova Schools) es hijo de puneños, y le contó al Papa Francisco por qué en Scholas eligieron trabajar la problemática de centralización, que era especialmente significativa para él: "Mis padres han venido a Lima desde la Sierra del Perú para buscar una mejor oportunidad, una mejor educación para sus hijos. Hay muchas más personas con historias similares a mis padres. Entonces los jóvenes de `Scholas' pensamos `¿por qué Lima? ¿por qué no todo el Perú tiene las mismas oportunidades?' Hay otros chicos en otras provincias que sueñan con las mismas oportunidades. Por eso identificamos estas problemáticas y pedimos hacer `Scholas' en todo Perú".

 

Scholas' desde el Paraguay al Perú:

Del mismo modo que lo hizo en Perú, `Scholas' inició su trabajo en Paraguay antes de la visita pastoral del Santo Padre al país en el año 2015 con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Desde ese entonces `Scholas' en Paraguay ha implementado sus programas de Ciudadanía, Arte y Deporte entre más de 3.100 estudiantes.

El ministro de educación de Paraguay, Enrique Riera, viajó especialmente de Paraguay para encontrarse con su par en Perú, Idel Vexler, y transferirle la experiencia de `Scholas' como política de Estado y la evaluación hecha del impacto de sus programas en las escuelas públicas de su país. Asimismo le entregó al Santo Padre la ratificación del compromiso del Gobierno y de las escuelas de Paraguay de extender la experiencia de `Scholas' al resto del país y colaborar en la nueva etapa de la Fundación de `Scholas' en Paraguay: "'Scholas' llegó para quedarse en Paraguay, quedó la semilla, más allá de nosotros. Cuando usted pasó por mi país dejó una huella imborrable y ahora no podemos controlarlo. Usted dijo: "hagan lío" y nuestros estudiantes de Scholas se lo tomaron en serio". El Papa respondió: "Está bien, si hay lío hay vida y hay esperanza".

‘Scholas Occurrentes’ firmó un acuerdo con el MINEDU (Ministerio de Educación del Perú) para continuar el trabajo de integración y paz con estudiantes de otras regiones. El ministro de educación de Perú, Idel Vexler, participó del encuentro y expresó: “Este es el acuerdo que hemos firmado para que toda ‘Scholas’ se desarrolle en el Perú. Le aseguro que esta obra suya la vamos a poner en práctica con los jóvenes. El Papa respondió que se alegraba: “Le agradezco de alma porque vale la pena.”

La Representante del BID, Viviana Cano entregó también su compromiso para continuar con el apoyo regional y una placa que será colocada junto al olivo de la paz que fue plantado en la escuela Alfonso Ugarte de Lima donde se realizó el programa `Scholas Ciudadanía'.

A pesar de estar en receso escolar por vacaciones, más de 200 estudiantes secundarios de entre 15 y 17 años participaron de los programas de `Scholas Ciudadanía' entre el 4 y el 12 de enero. Durante estos días además se formó una comisión de arte, que hoy en el encuentro con el Papa Francisco estuvo representada por Sebastián. Él presentó el mural que había hecho junto a sus compañeros: "Empezamos haciendo trazos espontáneos, sin saber a dónde conducían. En el transcurso de los días pudimos descubrir que en el medio del caos había algo bello, algo que resaltar: estos animales. Si bien cada animal es diferente, con una peculiaridad, todos luchan por llegar a un objetivo. Así nosotros como peruanos, tenemos que estar unidos para resolver nuestros problemas."

Danae (15 años) logró vencer sus nervios, y junto a José Elías, le cantaron a cappella una canción al Papa Francisco que compusieron en la comisión de música del programa 'Scholas Ciudadanía': "Ya puedo aceptarme como soy y dejar atrás todo esos dolores...".

Scholas

 

 

22/01/2018-08:14
Isabel Orellana Vilches

Santa Marianne Cope, 23 de enero

«Esta heroína de Molokai unió su amor a los enfermos al del padre Damián, que se hallaba gravemente enfermo cuando llegó a la isla. Valiente, generosa y sensible, hizo de aquél mundo de sufrimiento un escenario de paz, belleza y esperanza»

El lamento de los débiles convierten en suyo los santos, desafiando obstáculos y riesgos, con la mirada puesta en Dios y la sensibilidad a flor de piel por toda deficiencia humana, lo que les lleva a actuar con premura en servicio del prójimo. No hay otro modo de transitar si verdaderamente se aspira a la unión con la Santísima Trinidad. Marianne —Bárbara de nombre de pila— emuló al padre Damián de Veuster (san Damián de Molokai) ayudándole, y secundándole de forma admirable en su labor cuando él falleció. De origen alemán —había nacido el 23 de enero de 1838 en Heppenheim, Hessen-Darmstadt, Alemania—, cuando tenía corta edad, sus padres que habían sido agricultores se trasladaron a Útica (Nueva York) y se convirtieron en ciudadanos americanos. Bajo el apellido Cope, Marianne se formó y trabajó como obrera en una fábrica durante más de una década. Poseía muchas cualidades, visión y capacidad organizativa, junto a una incontestable vocación por los desfavorecidos, los enfermos y débiles. Era una adolescente cuando se propuso ingresar en la vida religiosa. Pero tuvo que esperar. Ser la primogénita de una familia con dos discapacitados —ambos progenitores—, y tres pequeños hermanos a su cargo, le impusieron un compás de espera de nueve años, en el transcurso de los cuales aguardó llena de confianza y paciencia, haciendo gala de esa alegría que caracteriza a los apóstoles de Cristo.

A los 24 años se integró en una rama de las Hermanas de San Francisco de Filadelfia. Y dado que el carisma estaba en la enseñanza de los hijos de inmigrantes alemanes —como había sido ella— volvió a sus orígenes aprendiendo alemán y poniéndose al frente de nuevos centros docentes. Activa y clarividente fue un puntal en el gobierno (designada y reelegida superiora) en una época de gran fecundidad apostólica para su comunidad, que impulsó una cincuentena de centros hospitalarios, algunos de los cuales llegaron a gozar de gran prestigio, categoría que ostentan en la actualidad los de Santa Isabel de Útica (1866) y el de San José de Syracuse (1869). Dotados de medios inusuales sumamente apreciados por los ciudadanos, cualquier enfermo, sin distinción alguna, podía acceder a ellos. La sombría apreciación de quienes tienden a buscar lo negativo y congelan el aliento cuando se trata de ensalzar lo positivo perseguía a Marianne, que atendía con exquisita delicadeza a los alcohólicos y a las madres solteras, sin descuidar ni un instante a los más desfavorecidos de la sociedad.

Cuando en 1883 supo que buscaban enfermeras para atender a los leprosos en Hawai, se ofreció sin dudarlo: «No tengo miedo a la enfermedad. Para mí será la alegría más grande servir a los leprosos desterrados...». Superaba el medio centenar de comunidades religiosas que fueron reticentes a esta llamada del rey Kalakaua.

Impactada por las deficiencias que halló en la leprosería de Kakaako (Honolulú) modificó sus planes que la hubieran llevado a Syracuse. Su presencia fue una gracia para todos los enfermos. Contó con el apoyo del gobierno que le propuso abrir un hospital general en Maui. Bajo la poderosa convicción: «Solo por Dios», se ocupó de que no les faltase nada ni a los leprosos ni a sus hijos en una admirable labor por la que fue condecorada por el monarca hawaiano.

En 1888 al clausurarse el hospital de Oahu los enfermos tenían que ser asistidos en Molokai. Allí se encontraba el padre Damián. El santo había contraído la lepra en 1884 y cuando llegó Marianne solo le quedaban cinco meses de vida. Ella fue el alma mater de la isla de Kalaupapa durante treinta años en los que se desvivió por los pacientes, que quedaron bajo su amparo tras el fallecimiento del religioso en 1889. Justamente en ese momento le ofrecieron regresar a Syracuse, pero se negó. Y realmente fue una bendición para los enfermos. Hombres, mujeres y niños tuvieron en esta valerosa mujer el consuelo y ayuda que la sociedad les negó. Dio un vuelco al escenario en el que se desenvolvía su drama cotidiano. Y junto con la dignidad de trato que nunca les faltó, convirtió el árido entorno en un vergel cuajado de árboles y delicadas flores que contribuían a sobrellevar tanto sufrimiento. En este paisaje amable que había brotado de su sensibilidad por la belleza, introdujo pulcritud y espacio para la distracción de aquel colectivo. Los niños recibían formación y muestras de ternura a raudales.

La inquietud por todos a quienes llevaba el amor de Dios, se tradujo también en un insistente clamor para que se respetaran los derechos de los menores, petición que fue escuchada por el gobierno. Alzó su voz con fuerza para exigir comida y medicación para los enfermos; hizo construir un hospital para mujeres, e impulsó el «Memorial Hospital» de Maui. Lavanderías, iglesias, colegios, talleres de costura, y manualidades fueron también objeto de su quehacer.

Cuando el escritor Robert L. Stevenson llegó a Hawai y vio la labor que hacía la santa y las religiosas que la secundaban quedó conmovido. Les dejó como obsequio un piano para que la música entrara en tan doloroso ambiente, y además, les dedicó un poema sobre la compasión, cuya conclusión es que «solo un mundo necio puede negar a Dios ». Marianne falleció el 9 de agosto de 1918 cuando tenía 80 años de edad. Con humildad y sencillez había escrito: «No espero un lugar elevado en el cielo. Estaré muy agradecida de tener un rinconcito donde pueda amar a Dios por toda la eternidad». Fue beatificada por Benedicto XVI el 14 de mayo de 2005. Y él mismo la canonizó el 21 de octubre de 2012. El Martirologio la incluye el 9 de agosto, fecha de su muerte, pero en Estados Unidos se la recuerda en el día de hoy.