Servicio diario - 30 de enero de 2018


 

Santa Marta: "Al pastor que no sabe hacerse cercano, le falta algo"
Rosa Die Alcolea

Abusos sexuales: El Papa envía a Mons. Scicluna a Chile para estudiar el caso Barros
Anne Kurian

China: Sin divergencia entre el Papa y sus colaboradores
Anne Kurian

María, Protectora del Pueblo Romano: "Ir cada día donde la Madre"
Raquel Anillo

México: 1.850 templos católicos dañados por el terremoto
Redacción

Padre Antonio Rivero: "Un día en la vida de Jesús de Nazaret"
Antonio Rivero

San Juan Bosco, 31 de enero
Isabel Orellana Vilches


 

 

30/01/2018-19:20
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: "Al pastor que no sabe hacerse cercano, le falta algo"

(ZENIT — 30 enero 2018).- "Un pastor al que le falta la ternura será uno rígido, que apalea a las ovejas. Cercanía y ternura: lo vemos aquí. Así era Jesús".

Meditación del Papa Francisco en la Misa celebrada esta mañana, 30 de enero de 2017, en la Casa de Santa Marta, a partir del Evangelio de Sant Marcos, propuesto para el día.

Francisco se refirió a los dos episodios de curación acerca de los cuales más que "meditar" hay que "contemplar —aclaró— porque indican "cómo era una jornada de la vida de Jesús", modelo de cómo debería ser también la de los pastores, obispos o sacerdotes.

"El pastor debe ser ungido con el óleo, el día de su ordenación: sacerdotal y episcopal. Pero el verdadero óleo, ese interior, es el óleo de la cercanía y de la ternura. Al pastor que no sabe hacerse cercano, le falta algo: quizá sea un patrón del campo, pero no es un pastor.

 

"Jesús se entrega"

"Jesús no abre una oficina de asesoramiento espiritual con un cartel: 'El profeta recibe lunes, miércoles y viernes de tres a seis. La entrada cuesta tanto o, si lo desean, pueden dejar una oferta'. No, Jesús no hace así. Tampoco abrió un consultorio médico con el cartel: tos enfermos vengan tal día, tal día, tal día y serán curados'. Jesús se entrega en medio del pueblo".

El Santo Padre ha invitado a rezar en la Misa por nuestros pastores, para que el Señor les dé esta gracia de "caminar con el pueblo", y "estar presentes en el pueblo con tanta ternura, con tanta cercanía".

"Y cuando el pueblo encuentra a su pastor, siente esa cosa especial que sólo se siente ante la presencia de Dios —y así concluye el pasaje del Evangelio— 'Ellos fueron embargados por gran estupor'. El estupor de sentir la cercanía y la ternura de Dios en el pastor, ha explicado Francisco.

 

 

30/01/2018-18:43
Anne Kurian

Abusos sexuales: El Papa envía a Mons. Scicluna a Chile para estudiar el caso Barros

(ZENIT — 30 enero 2018).- "Siguiendo la información reciente sobre el caso del Obispo Juan de la Cruz Barros Madrid, Obispo de Osorno, Chile", el Papa Francisco dispone que Mons. Charles J. Scicluna, Arzobispo de Malta y Presidente del Colegio para el examen de los recursos (en materia de delicta graviora) en la Sesión Ordinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se traslade a Santiago de Chile.

El arzobispo de Malta, según una declaración emitida por la Santa Sede, publicada el 30 de enero de 2018, visitará al país "para escuchar a quienes han expresado la voluntad de presentar los objetos que están en su poder".

Mons. Juan Barros Madrid, nombrado obispo de Osorno en 2015, fue acusado por los laicos de su diócesis que exigen su partida, de haber tenido conocimiento del abuso sexual de su antiguo mentor, Fernando Karadima, mientras era seminarista. El Obispo Karadima fue condenado por abuso sexual y psicológico por el Vaticano en 2011, y sentenciado a retirarse a un monasterio para una vida de "oración y penitencia", sin ninguna misión pastoral, mientras que los hechos fueron prescritos para el Justicia chilena.

El caso del Obispo Barros ha estado en las noticias durante el reciente viaje del Papa Francisco a Chile y Perú (16-21 de enero). La prensa chilena había interrogado al Papa sobre este tema antes de la misa que celebró el 18 de enero en Iquique. "No hay pruebas en su contra, todo es calumnia", dijo.

En el avión de Lima a Roma, el Papa confirmó su apoyo al obispo de Osorno: "Por los abusos, continúo la línea de tolerancia cero iniciada por Benedicto XVI. En cinco años, no he firmado ninguna solicitud de indulto... El caso del Obispo Juan Barros, lo hice investigar. No hay evidencia de culpabilidad. No vinieron víctimas por el Obispo Barros, no aparecieron, si hubiera habido, habría sido el primero en escucharlos... Si lo juzgo culpable sin evidencia o certeza moral, soy yo quien cometerá una ofensa".

El Papa también se disculpó con las víctimas de abuso sexual: "En Iquique, respondí una pregunta de un periodista sobre el Obispo Barros. Usé el término 'prueba' y dije: El día que tenga pruebas, hablaré'. Desafortunadamente, sé que muchas personas que son abusadas no pueden mostrar evidencia, no la tienen y no pueden tenerla, o si lo hacen, están avergonzadas... Tengo que disculparme porque la palabra "prueba" me dolió, mi expresión no fue apropiada. Presento mis disculpas si he hecho daño sin darme cuenta, sin querer, me duele mucho... Es por eso que ya no quiero usar el término "pruebas".

 

 

30/01/2018-18:58
Anne Kurian

China: Sin divergencia entre el Papa y sus colaboradores

(ZENIT — 30 enero 2018).- Sobre los asuntos de China, el Papa Francisco y sus colaboradores trabajan en estrecha colaboración, dice el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el 30 de enero de 2018.

En una declaración publicada esta tarde, Greg Burke hace una actualización con referencia a las noticias difundidas sobre una presunta diferencia de pensamiento y de acción entre el Santo Padre y sus colaboradores en la Curia Romana respecto a las cuestiones chinas.

"El Papa mantiene un contacto constante con sus colaboradores, en particular de la Secretaría de Estado, sobre las cuestiones chinas y es informado por ellos de manera fiel y detallada acerca de la situación de la Iglesia Católica en China y de los pasos del diálogo en curso entre la Santa Sede y la República Popular China, que Su Santidad acompaña con especial solicitud.

Por lo tanto, suscita sorpresa y pesar que se afirme lo contrario por parte de personas de la Iglesia y que se alimenten así confusión y polémicas".

Esta aclaración hace referencia a las recientes declaraciones del Cardenal Joseph Zen, Arzobispo emérito de Hong Kong, quien desaprueba los esfuerzos de la Santa Sede hacia la República de China.

 

 

30/01/2018-07:50
Raquel Anillo

María, Protectora del Pueblo Romano: "Ir cada día donde la Madre"

(ZENIT — 29 enero 2018).- "Aprendamos a encontrar refugio, yendo cada día a la Madre": es la exhortación que hizo el Papa Francisco el domingo 28 de enero de 2018, en la basílica papal de Santa María la Mayor.

El Papa celebró la misa a las 9 horas, con motivo de la festividad del traslado del icono de María "Protectora del Pueblo Romano" y de su retorno a la Capilla Paulina de la Basílica después de meses de restauración. El Papa fue recibido por el Arcipreste de la basílica, el Cardenal polaco Stanislaw Rylko.

"La Madre custodia la fe, protege las relaciones, salva en la intemperie y preserva del mal. Allí donde habita la Virgen, el diablo no entra en esa casa. Donde está la Madre, la perturbación no prevalece, el miedo no vence", dijo el Papa Francisco.

Después preguntó y constató: "¿Quién de entre nosotros no tiene necesidad? ¿Quién de entre nosotros no se inquieta a veces? ¡Cuántas veces el corazón es un mar en la tempestad, donde las olas de los problemas se superponen y los vientos de las preocupaciones no cesan de soplar!".

Él respondió que las seguridades no viene de la tecnología, sino de la "Madre": "María es el arca segura en medio del diluvio". "No serán las ideas o la tecnología las que nos darán consuelo y esperanza, sino el rostro de la Madre, sus manos acariciando la vida, su manto que nos protege. Aprendamos a encontrar refugio, yendo cada día a la Madre".

Al final de la celebración, el Cardenal Rylko agradeció al Papa Francisco su presencia, recordando que viene a confiar sus viajes internacionales a María y viene a dar gracias a Santa María la Mayor a su regreso: "La "Protectora del Pueblo Romano" es también "vuestra Madonna" como lo demuestran sus vistas privadas antes y después de sus viajes papales. Hizo hincapié en el vínculo entre la misión y la confianza en María: "Gracias Santo Padre, porque con vuestro ejemplo nos recordáis que la Iglesia parte en misión siempre llamando a la puerta de la Madre".

Estaba encantado de que la restauración haya "devuelto al icono su luminosidad original, que queremos preservar para las generaciones venideras".

El icono, presente a la derecha del altar durante la celebración, fue llevado en procesión y colocado sobre el altar de la Capilla Paulina. El Papa lo incensó y depositó flores en el altar.

Esta es la traducción oficial de la homilía del Papa, pronunciada en italiano

AB

 

Homilía del Papa Francisco

Como pueblo de Dios en marcha, estamos aquí haciendo un alto en el templo de la Madre. La presencia de la Madre hace de este templo un hogar familiar para nosotros sus hijos. Con generaciones y generaciones de romanos, reconocemos en esta casa materna nuestra casa, la casa donde encontramos descanso, consuelo, protección, refugio. Los cristianos han comprendido desde el principio que en las dificultades y en las pruebas hay que recurrir a la Madre, como dice la antífona mariana más antigua : "¡Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!".

Nosotros nos refugiamos. Nuestros Padres en la fe han enseñado que en los momentos difíciles debes refugiarte bajo el manto de la Santa Madre de Dios. En el pasado, las personas perseguidas y en necesidad buscaban refugio junto a las mujeres nobles de alta clase social: cuando sus mantos, que se consideraban inviolables, se tendían en signo de acogida, significaba que habían concedido su protección. Es lo mismo para nosotros con la Virgen María, la más alta mujer del género humano. Su manto siempre permanece abierto para acogernos y protegernos. El Oriente cristiano nos lo recuerda bien, donde muchos celebran la protección de la Madre de Dios, que está representada en un bello icono, mientras que, con su manto, ella alberga a sus hijos y cubre al mundo entero. Los monjes de la antigüedad recomendaban también, en las pruebas, refugiarse bajo el manto de la Santa Madre de Dios: invocarla — como "Santa Madre de Dios"- era una garantía de protección y de ayuda y esta oración repetida: "Santa Madre de Dios", "Santa Madre de Dios", "Santa Madre de Dios"... Solamente así.

Esta sabiduría, que viene de lejos, nos ayuda: la Madre custodia la fe, protege las relaciones, salva en la intemperie y preserva del mal. Allí donde la Virgen habita, el diablo no entra. Allí donde está presente la Virgen, la inquietud no prevalece, el miedo no vence. ¿Quién entre nosotros no tiene necesidad, no esté inquieto o perturbado? ¡Cuántas veces el corazón es un mar en la tempestad, donde las olas de los problemas se superponen y los vientos de las preocupaciones no cesan de soplar! María es el arca segura en medio del diluvio. No serán las ideas o la tecnología las que nos darán consuelo y esperanza, sino el rostro de la Madre, sus manos que acarician la vida, su manto que nos protege. Aprendamos a encontrar refugio, yendo cada día a la Madre.

No deseches nuestras súplicas, continúa la antífona. Cuando nosotros suplicamos a María, María suplica por nosotros. Hay un bonito título en griego que dice esto: Grigorusa, es decir "aquella que intercede con premura". Y con esta premura es lo que utiliza Lucas en el Evangelio para decir como María fue a casa de Isabel: ¡rápido, inmediatamente! Ella intercede con rapidez, no arrastra, como lo hemos visto en el Evangelio, donde ella comunica inmediatamente a Jesús las necesidades concretas de la gente, como en las Bodas de Caná: "No tienen vino" (Jn 2, 3), ¡nada más!. Así hace cada vez que la invocamos: cuando nos falta la esperanza, cuando nos falta la alegría, cuando se nos han agotado las fuerzas, cuando se apaga la estrella de la vida, la Madre interviene. Y si la invocamos, interviene más. Está atenta a nuestras penas, sensible a nuestras dificultades- las dificultades de la vida — cerca del corazón. Y nunca, nunca desprecia nuestras oraciones; no defrauda, es Madre, jamás se avergüenza de nosotros, al contrario solo está esperando ayudar a sus hijos.

Una anécdota nos puede ayudar a comprenderlo. Cerca de una cama de hospital, una madre estaba velando a su hijo enfermo después de sufrir un accidente. Esta madre siempre estuvo allí, día y noche. Una vez ella se quejó a un sacerdote, diciendo: "¡A nosotras las madres, el Señor no nos ha concedido una cosa!" — "¿Qué?" — pregunta el sacerdote. "Hacernos cargo del dolor de nuestros hijos", respondió la mujer. Este es el corazón de una madre: no se avergüenza de las heridas, las debilidades de sus hijos, sino que quiere llevarlas sobre ella. Y la Madre de Dios y la nuestra saben llevarnos sobre ella, consolar, velar, curar.

Líbranos de todos los peligros, continúa la antífona. El Señor mismo sabe que nos hace falta refugio y protección en medio de tantos peligros. Por eso en el momento más crítico, en la cruz, dijo a su discípulo amado, y a cada discípulo: "He ahí a tu Madre" (Jn 19, 27). La Madre no es una opción, una cosa opcional, es el testamento de Cristo. Y tenemos necesidad de ella como un peregrino tiene necesidad de reposo, como un niño es llevado en brazos. Es un gran peligro para la fe vivir sin Madre, sin protección dejándonos flotar en la vida como las hojas por el viento. El Señor lo sabe y nos recomienda acoger a la Madre. Estos no son buenos modales espirituales, es una exigencia de la vida. Amarla no es poesía, es saber vivir. Porque sin Madre, no podemos ser hijos. Y nosotros, ante todo, somos hijos, hijos amados, que tienen a Dios por Padre y a la Virgen por Madre.

El Concilio Vaticano II enseña que María es "signo de esperanza y de consuelo para el Pueblo de Dios en marcha" (Const. Lumen Gentium, VIII, V). Es un signo, un signo que Dios ha puesto para nosotros. Si no la seguimos, vamos fuera del camino, porque es una señalización de la vida espiritual, que debe ser respetada. Nos indica a nosotros "cuya peregrinación no se ha acabado, y que [nos encontramos] comprometidos en el peligro y en las pruebas" (ivi, n. 62), la Madre que ya ha alcanzado la meta. ¿Quién mejor que ella puede acompañarnos en el camino?, ¿Qué esperamos nosotros? Como el discípulo que, a los pies de la cruz ha recibido a la Madre, "la recibe en su casa" dice el Evangelio (Jn 19, 27), nosotros también, en esta casa materna, invitamos a María a nuestro hogar, a nuestro corazón, a nuestra vida. No podemos permanecer neutrales o separados de la Madre, sino perdemos nuestra identidad de hijos y nuestra identidad de pueblo y vivimos un cristianismo hecho de ideas, de programas, sin confianza, sin ternura, sin corazón. Sin corazón, no hay amor y la fe corre el riesgo de convertirse en una hermosa fábula de otro tiempo. La Madre, sin embargo, protege y educa a los hijos. Ella los ama y los protege, para que ellos amen y protejan al mundo. Hagamos de la Madre la anfitriona de nuestra vida cotidiana, la presencia constante en nosotros, nuestro refugio seguro. Confiémosle cada día, invoquémosla en cada dificultad. Y ¡no nos olvidemos de volver a ella para darle gracias!

Ahora mirándola, cuando acaba de salir del hospital, mirémosla con ternura y saludémosla como los cristianos de Éfeso la han saludado. Todos juntos, tres veces: "Santa Madre de Dios". Todos juntos "Santa Madre de Dios", "Santa Madre de Dios", "Santa Madre de Dios".

© Traducción de Raquel Anillo

 

 

30/01/2018-13:41
Redacción

México: 1.850 templos católicos dañados por el terremoto

(ZENIT — 30 enero 2018).- Hasta enero de 2018, se contabilizaron 1.850 templos católicos dañados a causa de los sismos de septiembre de 2017, en 11 estados de México: Chiapas, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz.

La Secretaria General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó ayer, lunes, 29 de enero de 2018, un informe de Templos Católicos dañados en septiembre de 2017 en México a causa de los sismos y de fenómenos climáticos.

Tras 4 meses de trabajo colaborativo e intercambio de información, tanto de las Diócesis afectadas, como de diferentes órganos del gobierno, y a través del Observatorio Nacional, ha sido posible presentar el siguiente Informe de Templos Católicos dañados en septiembre de 2017.

Este trabajo tiene dos propósitos, señaló la CEM: El primero, brindar información del número de los templos, también entendidos como inmuebles históricos y no históricos, de la Iglesia Católica en México, que sufrieron algún nivel de daño, a causa de los fenómenos ya enunciados. Y el segundo, suscitar la reflexión en torno a la importancia de los templos en la vida de los mexicanos y las repercusiones que conlleva su daño o destrucción.

Para cumplir con estos objetivos fue necesario construir una metodología para la recolección de datos que resultara coherente con los fines perseguidos, misma que incorporó entrevistas, e inspección de inventarios existentes tanto de la Iglesia como de otras instituciones (anuarios estadísticos, compendio de datos por Diócesis, entre otros).

Y fue a través de un cuadro estadístico que se llevó a cabo la cuantificación y catalogación de los templos dañados.

 

Resultados

Hasta enero de 2018, se lograron contabilizar 1.850 templos católicos dañados, entendiendo por ello, los siguientes ocho tipos de inmuebles: catedral, basílica, parroquia y/o iglesia, santuario, capilla, convento, ex convento, espacios de formación como seminario, oficinas parroquiales, casas parroquiales. La segmentación deriva de las necesidades y del uso que la comunidad de fieles y pastores llevan a cabo en dichos espacios físicos.

Estos templos dañados afectaron a 26 de las 95 Diócesis, lo que representa un 27%: Las Arquidiócesis de Puebla, Antequera Oaxaca, México, Tuxtla Gutiérrez, Xalapa; las Diócesis de Cuernavaca, Huajuapan de León, Tlaxcala, Tabasco, Tenancingo, Tehuantepec, Chilpancingo-Chilapa, Tehuacán, Toluca, Valle de Chalco, Tlapa, San Cristóbal de las Casas, Texcoco, Ecatepec, Orizaba, Tapachula, Córdova, Tabasco, Veracruz, Nezahualcoyotl y Prelatura de Mixes.

En consecuencia, hubo daños en 7 de las 18 Provincias Eclesiásticas que hay en nuestro País, es decir el 38%. Estas provincias son: Tlanepantla, Puebla, Acapulco, Antequera Oaxaca, Tuxtla Gutiérrez, México, Yucatán y Xalapa.
Con los datos obtenidos se contabilizó daño a 17 catedrales; 4 basílicas; 44 Santuarios; 76 Conventos y Ex Conventos; 226 capillas; 31 oficinas y/o casas parroquiales; 11 Espacios de Formación como Seminarios; 1.411 parroquias y 30 inmuebles en proceso de identificación.

Con ayuda del catálogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que por intervención de la Secretaria de Cultura, nos fue compartido en octubre de 2017, se identificaron 1.603 inmuebles históricos de carácter religioso, dañados en 11 estados del país, estos son: Chiapas, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz.

Ver el informe completo

 

 

30/01/2018-10:37
Antonio Rivero

Padre Antonio Rivero: "Un día en la vida de Jesús de Nazaret"

Domingo 5° del Tiempo Ordinario
Ciclo B
Textos: Job 7, 1-4.6-7; 1 Co 9, 16-19.22-23; Mc 1, 29-39

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos

Idea principal: Un día en la vida de Jesús de Nazaret profeta, misionero y apóstol.

Síntesis del mensaje: Cristo delante de todas las miserias materiales y espirituales del hombre se compadece, se acerca y trata de solucionarlas, si así es la voluntad de su Padre. En vez de deprimirse por tanto dolor y lágrima, Él se refugia en la oración, de donde saca la fuerza para salir al paso de todo sufrimiento humano (l a lectura y evangelio) y darle sentido con su predicación (2a lectura). Su horario diario era: oración a su Padre, predicación y curación de las personas, convivencia con sus seres queridos y terminaba el día con la oración.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, de mañana rezaba. Hombre de oración. Prioridad en su vida: Dios su Padre. ¿Qué hacía en la oración? ¿Por qué y para qué rezaba? ¿A quién rezaba? ¿Cómo rezaba? Su intimidad con Dios, su amante identificación con su Padre es la fuente de la compasión y compromiso con los demás. Por ser una persona contemplativa también es una persona compasiva y misionera. En la oración Jesús abría su corazón a su Padre, le contaba los avances del Reino, le pedía fuerza y ternura para después derramarla por doquier. Allí en la oración solazaba su corazón herido por las ingratitudes de tantos hombres, cerrados a su Palabra y obstinados en el mal. A veces su oración era delicia, otras amargura, también desolación; pero siempre terminaba en luz y fuerza para el cumplimiento de su misión redentora.

En segundo lugar, después descansaba y crecía en sus lazos humanos y afectivos en la casa de Pedro, que también era la casa de Jesús. Hombre muy humano. Antes de salir a la predicación, comía y alimentaba sus afectos en casa de sus amigos íntimos. Con qué cariño y ternura trataría a la suegra de Pedro, que en ese día estaba enferma con fiebre. Cómo abriría su corazón a sus amigos, como lo hacía en la casa de Betania. Ahí reponía sus fuerzas físicas y psicológicas, pues era hombre al fin. Qué lejos está de Jesús ese comportamiento huraño, antisocial, avinagrado, escurridizo. Jesús era rico en afectos humanos, pero al mismo tiempo se sentía libre en su corazón y a su alrededor, y no atado a criaturas que tanto paz nos quitan, cuando a ellas nos apegamos.

Finalmente, en la tarde, predicaba en la sinagoga, curaba y expulsaba demonios, pues todos le buscaban. Hombre Dios, apóstol y médico. Jesús aparece como la respuesta de Dios a los males de este mundo, al dolor de estos corazones destrozados. Hoy cura a la suegra de Pedro y a otros varios enfermos, y libera de sus espíritus malignos a los posesos. ¡Cuánto tiempo emplea Jesús, a lo largo del evangelio, atendiendo a las personas que buscan, que sufren, que están desesperadas! Quiere una liberación integral y total, que incluye la curación de males físicos, psíquicos y espirituales. Es Maestro y Misionero, pero también Médico. Ahora bien, no acepta ser monopolizado por un grupo de personas, un pueblo, un área. Su misión es predicar el Reino más allá y en todas partes. "Sigamos a las villas vecinas para que pueda proclamar la Buena Nueva allá también".

Para reflexionar: ¿Cuál de estos rasgos de la personalidad de Jesús me gustan más? ¿Mi vida se parece en algo a la de Jesús? ¿En qué? ¿Tengo compasión para acercarme al hermano que sufre y trato de curarlo? ¿O paso de largo, insensible e indiferente? ¿Comienzo y termino el día de rodillas en oración?

Para rezar: Señor, que sepa dar prioridad en mi vida a la oración, y de ahí, salga a remediar los males de mis hermanos. Que me haga cercano, próximo a mi hermano con afecto sincero, la ayuda desinteresada, una mano tendida, una cara acogedora, una palabra oportuna. Que me haga solidario de todos y que sepa acompañarlos en su via¬crucis, sea cual sea. Amén.

 

 

30/01/2018-08:00
Isabel Orellana Vilches

San Juan Bosco, 31 de enero

«El fundador de los salesianos fue un sembrador de alegría. Derrochó generosidad entre la infancia y juventud abandonada a la que proporcionó toda clase de recursos. Con una pedagogía excepcional condujo a muchos a la conversión»

Este gran maestro de santos que hoy ofrece ZENIT nació en I Becchi, Castelnuovo d'Asti, Italia, el 16 de agosto de 1815.. Un sentimiento alentó su santa vida: «¡Señor, dame almas!... Almas, almas, sobre todo de niños y de jóvenes, para llevarlas a Ti». Muy pequeño orientó toda su capacidad creativa organizando juegos con otros niños, que interrumpía al repique de campanas para conducirlos a la iglesia; entonces comenzaba a hacerse manifiesto su innegable carisma con este colectivo. A los 9 años vio en sueños los rasgos inequívocos del abandono. Una infancia duramente castigada por la distancia afectiva convertía la pradera en escenario de hiriente conducta: robos, blasfemias y otras fechorías, ante las cuales el santo reaccionaba con violencia, golpeando a los muchachos. En el mismo estado de vigilia se sintió amonestado y exhortado a ponerse en medio de ellos; se le daba a entender que debía mostrarles la fealdad del pecado y la belleza de la virtud: «No con golpes, sino con la mansedumbre y con la caridad deberás ganarte a estos tus amigos.. Yo te daré la Maestra bajo cuya disciplina llegarás a ser sabio; y sin la cual, toda sabiduría se convierte en necedad». A su vez, en una aparición, María, que sería esa Maestra anunciada, le mostró una manada de animales extraños y feroces, que pronto se trocaron en mansos corderillos. «¡Mira lo que te espera!», dijo la Virgen, añadiendo: «Hazte humilde, fuerte, bueno, y verás lo que vas a hacer». Juan se echó a llorar, y Ella le aseguró que un día lo comprendería todo. Así fue. En su momento entendió el significado de la visión a través de la cual se le encomendó la recuperación de niños y jóvenes maleantes. María siempre sería para él la «Auxiliadora de los cristianos».

Se había quedado huérfano de padre cuando tenía 2 años, y su madre hizo lo posible para que pudiera estudiar, algo que consiguió en medio de no pocas privaciones y sacrificios. Eran tan pobres que tuvo que mendigar para costear su formación. Almas caritativas le dieron ora la chaqueta, ora el abrigo, y hasta los zapatos. Él aunaba inteligencia y esfuerzo que, junto a su piedad, pronto hicieron maravillas. Cursados los primeros estudios en Chieri, prosiguió realizándolos en el seminario mayor de Turín. Por entonces sus dotes teatrales ya eran conocidas. Los niños quedaban fascinados y estupefactos ante las acrobacias y números de magia que realizaba ante ellos. Eran algunas de sus tácticas para mantenerlos alejados del mal. Con la misma fórmula en Turín se rodeó de chavales que vagaban sin rumbo y se atrajo su amistad sin esfuerzo.

Fue ordenado sacerdote en 1841. Tuvo como guía a san José Cafasso, que corroboró la vocación a la que se sentía llamado: «Prosigue tu trabajo con los chicos abandonados. Eso y no otra cosa es lo que Dios quiere de ti». Y le aconsejó: «Camina y observa a tu alrededor». Su entorno le devolvía estampas desoladoras, miseria asomada en las pupilas de la infancia y la juventud de las zonas marginales que bien conocía. «Hasta el último aliento por los jóvenes», se dijo. Con ellos, en particular los pobres y abandonados, compartía rezos, juegos, y los invitaba a comer de vez en cuando. Contaba para todo con la inestimable ayuda de su madre Margarita Occhiena, que ejerció gran influencia sobre él, y junto a ella hizo frente a las críticas y habladurías. En diciembre de 1841 un muchacho fue acogido por el santo y tras él llegaron otros. Pronto el cobertizo Pinardi se llenó de jóvenes que fueron la semilla del Oratorio de San Francisco de Sales. Cuando en una ocasión una bienhechora le dio a elegir entre el grupo de niños y jóvenes ruidosos, faltos de educación y buenos modales, que no habían recibido cariño, y destinar el lugar que tenía para las muchachas, Juan no los abandonó, sino que se los llevó consigo.

Pudo perder la vida a causa de una pulmonía, pero se recuperó y siguió luchando por los chicos. Logró rescatarlos de las influencias ajenas y de los peligros que les acechaban lejos del hogar que había creado para ellos. La clave de todo era el amor que sembraba a su alrededor: «Con la bondad y el amor trato de ganar para el Señor a estos mis amigos». Un amor derrochado de forma personalizada, de un modo que cada uno podía pensar que era único para él. Su creatividad, que parecía no tener fronteras, dio lugar a talleres diversos donde, al tiempo que los mantenía a cobijo, les proporcionaba formación.

El «método preventivo» consistente en la práctica de la caridad, con el sentido paulino, fue dando sus frutos, materializándose en una sólida educación cristiana y humana. La continuidad de esta obra se produjo a través de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y de las Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas), fundadas con santa María Dominica Mazzarello. La pedagogía salesiana, conocida y estimada por doquier, incluye los recursos que le proporcionó su fundador: escuelas tipográficas, revistas y editoriales, entre otras. De la pluma del santo surgieron libros didácticos encaminados siempre a poner de manifiesto los más altos ideales. Las obras que emprendió tuvieron como finalidad enseñar que el amor y la confianza en los jóvenes disuelve todos los males.

Uno de sus alumnos, el mejor, fue santo Domingo Savio, elevado a los altares a los 15 años. Éste, antes de morir, glosó el espíritu que les había inculcado su fundador, afirmando: «Nosotros aquí hacemos consistir la santidad en mucha alegría». En un momento en el que todos sus colaboradores, menos uno, abandonaron a Don Bosco, él pensó formar a Domingo para que le acompañase en su delicada misión. Entre sus muchas acciones también mandó erigir varias iglesias. Al final de su vida pudo decir con toda propiedad: «... Lo que he hecho, lo he hecho por el Señor... Se habría podido hacer más... Pero lo harán mis hijos... Nuestra Congregación es conducida por Dios y protegida por María Auxiliadora». Murió en Valdocco el 31 de enero de 1888. Fue beatificado por Pío XI el 2 de junio de 1929, y este mismo pontífice lo canonizó el 1 de abril de 1934.