Pinceladas reflexivas

 

Cuaresma: Tiempo de conversión personal

 

En la antesala de la Pascua de Nuestro Señor

 

 

02/02/2018 | por Francesc Martinez Porcell


 

 

Tiempo de conversión son todos los instantes de todos los días de nuestras vidas. La Iglesia establece como preferente un período litúrgico concreto para todos. Fija unas normas de observancia con carácter de mínimos. Normas que obligan y que deben atenderse en espíritu y en verdad. Lo que se dice ayunar, actualmente, no se percibe en lugares públicos. Del mismo modo la abstinencia queda “descafeinada”, si nos fijamos sólo en el rigor no rigorista de la simple normativa obligante, especialmente en los lugares tales como bares, restaurantes, hoteles y similares.

Ayuna y se abstiene de los placeres de comer carne quien va más allá de la “normativa” concreta. De lo contrario podemos caer todos en una especie de auto trampa moral. Recuerdo todavía cuando me decían de pequeño que los viernes de cuaresma eran días de comer pescado. La trampa era ésta. En vez de comer platos de carne te sumías en el deleite del pescado bien cocinado. Ya entonces surgían las voces discordantes de militancia eclesial que esgrimían esto último para arremeter contra la normativa.

Y me pregunto desde entonces: ¿Qué diferencia hay entre quienes se aferran a la normativa vigente siguiéndola escrupulosamente en su letra y quienes arremeten contra ella en base a objeciones racionalistas a deleites o dietas culinarias moralmente permitidas? Los primeros no ven más razón que la norma y el escrúpulo de su observancia. Los segundos razonan la norma y aparcan escrúpulos para obviarla. Ambas conductas caen en lo mismo, pues atienden la letra pero no el espíritu. Hay quien consume pescado y verduras y no come nunca carne de modo habitual. Son los comensales vegetarianos. ¿En qué consiste su abstinencia en la Cuaresma?

Con el paso de los años y de los siglos todas las normativas evolucionan. Toda norma tiene cambios. Por ejemplo la del ayuno antes de comulgar. Primero eran doce horas, luego fueron tres y actualmente es una. Se explica. Era muy común la misa a diario y dominical a primera hora de la mañana. No habían misas anticipadas de vigilia. Por tanto ¡fiel cristiano cena y no desayunes mañana antes de madrugar para asistir a misa dominical y comulgar!. Con la introducción de misas cuando el día está bien levantado, ¡pues desayuna pronto y observa tres horas de ayuno! Con la introducción de las misas dominicales anticipadas en sábado ¡desayuna y no comulgues antes de una hora!

La actitud escrupulosa existe igual. Con carácter de mínimos basta con cumplir formalmente al pie de la letra. Desayunas media hora antes de que empiece la misa, llegas puntual  y cuando llega el momento de comulgar ya han transcurrido los sesenta minutos. Los detractores ni siquiera objetan la norma. Pasan de ella. Y más si la norma no se recuerda desde el ambón o desde el altar por parte del ministro, a ser posible durante la homilía.

Me permito recordarles las normas. Están exentos de ayuno los niños menores de 14 y los digamos abuelos mayores de 60. Hay solo dos días anuales obligatorios de ayuno: el laborable Miércoles de Ceniza y el festivo Viernes Santo. Queda a criterio muy personal la cuantificación del ayuno, tal como desayuno sucinto, comida muy frugal y no cenar. La Iglesia quiere que nos apliquemos al ayuno esos dos días. La abstinencia de carne, sea de ternera, pollo, cerdo u otra, está marcada para todos los días viernes del año. A criterio personal es sustituible por otros “sacrificios”, fuera del tiempo cuaresmal según lo preceptuado por los Obispos de cada territorio. En España es obligatoria, aparte del Miércoles de Ceniza, los siete días Viernes del tiempo de Cuaresma.

Practicar la abstinencia y el ayuno en espíritu y en verdad, más allá de las normas concretas vigentes de estricto cumplimiento en cada territorio episcopal, eso es lo que se nos pide a todos durante la Cuaresma como preparación a la Pascua del Señor. Junto con ello la práctica de la limosna. No resulta fácil aplicarse a ello sin dar explicaciones a nadie. En activo laboral en según qué menesteres no hay que cortarse y te ves como bicho raro. La llegada de los carnavales es el anuncio para todos los públicos de que se acerca el Miércoles de Ceniza.

Además este año 2018 el domingo de Carnaval es la festividad de Nuestra Señora de Lourdes. El lunes de Carnaval es Santa Eulalia. Y el Miércoles de Ceniza es el día de San Valentín. ¡Y encima la publicidad mediática en todo reportaje televisivo llevan días hablando del Carnaval y no de la Cuaresma!

Hoy es 2 de febrero, Nuestra Señora de la Candelaria, fecha tradicional para el desmontaje del belén en los hogares catalanes.