IGLESIA | entrevista

 

Entrevista al Fundador de la Asociación Meter contra la pedofilia

 

El fundador de la Asociación Meter contra la pedofilia: “La cercanía del Papa a las víctimas, es un gesto a imitar”. La pedofilia es el mal del siglo - afirma el padre Di Noto - pero la Iglesia no es una multinacional de sacerdotes pedófilos.

 

 

19 febrero 2018, 13:15 | Federico Piana – Ciudad del Vaticano


 

 

La confirmación del bello gesto llegó de la Oficina de Prensa de la Santa Sede: el Papa, diversas veces en el mes, encuentra en modo privado a las víctimas de violencias sexuales. “Las escucha y trata de ayudarlas a sanar las graves heridas causadas por los abusos sufridos”, explicó el director, Greg Burke.

 

Abrazo a las víctimas, un gesto de amor

Es un acto de amor y cercanía que deberíamos hacer todos, comenta el padre Fortunato Di Noto, fundador de la Asociación Meter, desde siempre comprometida en la lucha contra la pedofilia. Las heridas sobre las que el Papa se inclina, razona el padre Fortunato, “duran en el tiempo y difícilmente se pueden superar. Francisco cumple un acto profético, de pastor. Y todos los obispos del mundo deberían imitarlo, demostrando así que existe una Iglesia – madre capaz de un signo en grado de superar la hipocresía que rodea este fenómeno obsceno”. El abrazo del Papa a las víctimas debe ser el resorte para empujar a cada hombre a comprometerse contra esta plaga del siglo. “No sólo con la oración y la acogida – apremia don Di Noto – sino también con la denuncia. Fuerte denuncia. Como  la que haremos en la Plaza de san Pedro el próximo 6 de mayo en ocasión de la 22ª Jornada por los niños víctimas de la violencia y de la explotación”.

 

La Iglesia no es una multinacional de sacerdotes pedófilos, el problema es global

Según las más recientes estadísticas sobre los abusos sobre menores, se consumen sobre todo entre los muros domésticos: el padre Di Noto lo subraya no para alejar las responsabilidades de la Iglesia en diversos casos en todo el mundo, sino para ratificar un principio absoluto: “Digamos inmediatamente una cosa: es gravísimo que un sacerdote pueda abusar de un niño, sobre esto no hay ninguna duda. Pero ningún bautizado y ningún hombre, debería permitirse hacer daño a una pequeña criatura. No sólo la familia puede estar en el centro de vicisitudes dramáticas, también la pedo-criminalidad complica el cuadro, organizaciones que han olido, en la carne frágil e inocente de los niños, un negocio millonario, más fructuoso que el de la droga. Millones los niños involucrados”. Por lo tanto, es necesario estar atentos a no caer en el equívoco de considerar “la Iglesia como una multinacional de curas pedófilos. El problema es global y debe ser afrontado, no con las declaraciones de buen sentido, sino con acciones concretas que involucren los Estados, los cuales aun no han dado respuestas adecuadas”. Luego añade: “La Iglesia fue una de los pocos sujetos a dotarse de instrumentos de intervención eficaces. Si bien aún hay sombras, como siempre ha dicho el Papa Francisco”.