Servicio diario - 05 de marzo de 2018


 

Santa Marta: Francisco llama a la conversión del pensamiento y de las obras
Rosa Die Alcolea

Vietnam: Visita 'ad Limina' de 33 obispos al Papa Francisco
Rosa Die Alcolea

Austria: El Papa recibe al Canciller Sebastian Kurz
Redacción

El Papa a los enfermeros: La "ternura" es la clave para entender a los enfermos
Rosa Die Alcolea

Burkina Faso: El Papa apoya un centro médico para los más pobres
Anne Kurian

México: El Papa nombra obispo de Matehuala a Mons. Salazar Cárdenas
Redacción

Santa Rosa de Viterbo, 6 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

05/03/2018-18:10
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: Francisco llama a la conversión del pensamiento y de las obras

(ZENIT — 5 marzo 2018).- La religión y la fe no son "un espectáculo" —ha advertido el Papa Francisco—. "La Iglesia nos invita a reflexionar sobre la conversión del pensamiento, sobre su estilo y sobre la conversión de las obras y de los sentimientos".

La homilía del Santo Padre en la Misa matutina, celebrada hoy en la capilla de Santa Marta, ha tratado en torno a la Primera Lectura dedicada a Naamán el Sirio y sobre el Evangelio de San Lucas en el que Jesús explica que ningún profeta es aceptado en su propia patria.

 

Conversión de las obras

En tiempo de Cuaresma —ha indicado el Papa—, "la Iglesia nos dice que debemos convertir nuestras obras, y nos habla del ayuno, de la limosna, de la penitencia: es una conversión de las obras. Hacer obras nuevas, obras con estilo cristiano, ese estilo que proviene de las Bienaventuranzas, en Mateo 25: hacer esto".

El Pontífice ha lanzado una reflexión a los fieles: "¿Yo pienso con un estilo cristiano o con un estilo pagano?". La Iglesia llama a una conversión de las obras; conversión de los sentimientos; "y hoy nos habla de la 'conversión del pensamiento': no de lo que pensamos, sino de cómo pensamos, del estilo de pensamiento", ha dicho el Papa invitando a pensar en la Parábola del Buen Samaritano: "convertirse a la compasión".

"La fe no es un espectáculo: es la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que obra en los corazones", ha señalado el Obispo de Roma esta mañana.

 

Pedir la "gracia de la conversión"

A propósito del episodio de Naamán el Sirio, enfermo de lepra, el Papa recordó que "va a ver a Eliseo para ser curado", quien le aconseja que se bañe siete veces en el Jordán. Pero él piensa, en cambio, que los ríos de Damasco son mejores que las aguas de Israel. "Se enoja, se irrita y quiere volver sin hacerlo" — ha recordado Francisco—porque "este hombre esperaba el espectáculo". Pero el estilo de Dios —añadió el Pontífice— es otro: "Cura de otro modo".

El Papa ha advertido de que se puede rezar "todo el Credo, también todos los dogmas de la Iglesia", pero si no se hace "con el espíritu cristiano", no sirve "para nada".

Así, el Santo Padre ha animado a preguntarnos "¿Con qué espíritu pienso yo?", y "ver si yo pienso verdaderamente con el espíritu de Dios", ha dicho. Francisco ha exhortado a pedir la gracia de discernir cuándo pienso con el espíritu del mundo y cuándo pienso con el espíritu de Dios, y pedir la gracia de la conversión del pensamiento.

 

 

05/03/2018-17:24
Rosa Die Alcolea

Vietnam: Visita 'ad Limina' de 33 obispos al Papa Francisco

(ZENIT — 5 marzo 2018).- El Papa Francisco ha recibido a 33 obispos de la Conferencia Episcopal de Vietnam, en Visita "ad Limina Apostolorum", esta mañana, 5 de marzo de 2018, en el Vaticano.

Durante la visita "ad Limina Apostolorum", cada Obispo da cuenta al Papa del estado moral y espiritual de su diócesis y todo lo relacionado con su gobierno.

En las visitas 'ad Limina' que los obispos de un país hacen en un lapso de cinco a diez años, rezan en Roma ante las tumbas de Pedro y de Pablo y renuevan su fidelidad al Pontífice.

 

Encuentro del Papa con el presidente

El Santo Padre se reunió el pasado 24 de noviembre de 2016 con el presidente de la República Socialista de Vietnam, Tran Dai Quang.

En los últimos años, el Papa Francisco ha trabajado por un acercamiento entre la Iglesia y el Estado vietnamita, y ambas partes han trabajado por el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Iglesia y el Estado, basadas en un "espíritu común de diálogo" y de "búsqueda constante de los instrumentos más idóneos para incrementar su progreso".

 

Obispos de la Visita "ad Limina Apostolorum"

Los prelados de Vietnam que han participado en la visita al Santo Padre son:

— El Cardenal Pierre Nguyén V?n Nhon, arzobispo de Há Nói, con el obispo auxiliar, Mons. Laurent Chu V?n Minh, obispo titular de Tinisa di Numidia.
— Mons. Cosma Noá ?at, S.I., obispo de Bac Ninh.
— Mons. Thomas Vu Dinh Hiéu, obispo de Búi Chu.
— Mons. Joseph Vu V?n Thién, obispo de Hai Phóng.
— Mons. Jean Marie Vu Tát, obispo de Hung Ho,con el obispo auxiliar, Mons. Alphonse Nguyén Huu Long, P.S.S, obispo titular de Gummi di Bizacena.
— Mons. Joseph Chau Ngoc Tri, obispo de Lang Són et Cao Bang.
— Mons. Joseph Nguyén N?ng, obispo de Phát Diém.
— Mons. Nguyen V?n ?é, S.D.B.,obispo deThái Binh.
— Mons. Paul Nuyen Thái Hop, O.P. obispo de Vinh, con el obispo auxiliar, Mons. Pierre Nguyén Van Vién, obispo titular de Megalopoli di Proconsolare.
— Mons. Joseph Nguyén Chi Linh, arzobispo de Hué; administrador apostólico "sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis" de Thanh Hóa.
— Mons. Vincent Nguyén V?n Ban, obispo de Ban Mé Thuót.
— Mons. Joseph ?úc Ngán, obispo de ?a Nang.
— Mons. Louis Gonzaga Nguyén Húng Vi, obispo de Kontum.
— Mons. Joseph V5 ?úc Minh, obispo de Nha Trang.
— Mons. Matthieu Nguyén V?n Khói, obispo de Quy Nhon.
— Mons. Paul Búi V?n ?oc, arzobispo de Thánh-Phó H5 Chí Minh, con los obispos auxiliares, Mons. Joseph Do Manh Hung, obispo titular de Liberalia y Mons. Louis Nguyén Anh Tuán, obispo titular de Catro.
— Mons. Emmanuel Nguyén Hong Son, obispo de Bá Ria.
— Mons. Stephanus Tri Buu Thién, obispo de Cán Tho.
— Mons. Antoine Vu Huy Chuong, obispo de ?á Lat, con il obispo coadjutor Mons. Dominic Nguyen Van Manh.
— Mons. Joseph Trán Xuán Tiéu, obispo de Long Xuyén, con el obispo coadjutor Mons. Joseph Trán V?n Toán.
— Mons. Pierre Nguyén V?n Kham, obispo de My Tho.
— Mons. Thomas Nguyén V?n Trám, administrador diocesano de Phan Thiét.
— Mons. Joseph Nguyén T?n Tuóc, obispo de Phú Cuong.
— Mons. Peter H4nh V?n Hai, obispo de Vinh Long.
— Mons. Joseph ?inh ?úc ?ao, obispo de Xuán Lóc, con el obispo auxiliar, Mons. John Do Van Ngan, obispo titular de Buleliana.

 

 

05/03/2018-17:03
Redacción

Austria: El Papa recibe al Canciller Sebastian Kurz

(ZENIT — 5 marzo 2018).- El Papa Francisco ha recibido al Canciller de la República de Austria, Sebastian Kurz, durante 35 minutos en privado, este lunes, 5 de marzo de 2018. En el corazón de la visita: Han hablado de asuntos de paz, desarme nuclear y migración.

Asimismo, el Sr. Sebastian Kurz se reunió sucesivamente se reunió con el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, a quien acompañaba Mons. Antoine Camilleri, Subsecretario de Relaciones con los Estados.

La Santa Sede ha informado mediante un comunicado de que los coloquios han transcurridos en una "atmósfera de cordialidad", se han destacado las buenas relaciones bilaterales y la fructífera colaboración entre la Santa Sede y Austria, subrayando la "importancia de la defensa de la vida y de la familia", así como de la promoción del "bien común de la sociedad", especialmente el de los sectores más débiles de la población.

Posteriormente, se hizo referencia a la contribución del país en el seno de la Unión Europea y a la necesidad de solidaridad entre los pueblos. Por último, se abordaron algunos temas de actualidad internacional, entre los cuales la paz, el desarme nuclear y las migraciones.

El Canciller estuvo acompañado por el Presidente de Salzburgo, Wilfried Haslauer, quien invitó al Papa para el jubileo de 200 años de villancicos "Dulce noche, noche santa" ("Stille Nacht! Heilige Nacht!"), "canto de paz".

Con Anne Kurian

 

 

05/03/2018-10:29
Rosa Die Alcolea

El Papa a los enfermeros: La "ternura" es la clave para entender a los enfermos

(ZENIT — 5 marzo 2018).- "¡Qué la sensibilidad que adquirís estando día a día en contacto con los pacientes haga de vosotros promotores de la vida y la dignidad de las personas!" animó el Papa Francisco a los profesionales italianos de Enfermería italianos.

El sábado, 3 de marzo de 2018, el Papa recibió en audiencia a las 11:45 horas, en el Aula Pablo VI, a los miembros de la Federación de Colegios de Enfermería Profesionales, Asistentes de Sanidad, Asistentes de la Infancia (IPASVI), con casi 450 mil miembros.

El Pontífice les invitó a ser "capaces de reconocer los límites correctos de la técnica, que nunca pueden convertirse en un absoluto y relegar la dignidad humana a un segundo plano".

 

La ternura es la clave

Francisco recordó que la "ternura" es la clave para entender a los enfermos y es una "medicina preciosa para su curación". "Y la ternura pasa del corazón a las manos, pasa por un 'tocar' las heridas lleno de respeto y amor", les dijo.
"Vosotros mismos tocáis a los enfermos y, más que cualquier otro, cuidáis su cuerpo", advirtió el Papa. Cuando lo hagáis —aconsejó— acordados de cómo Jesús tocó al leproso: de una manera que no fue distraída, indiferente o molesta, sino atenta y amorosa, que le hizo sentirse respetado y cuidado.

 

"Enfermos, pedid sin exigir"

Asimismo, Francisco exhortó a los pacientes a que "nunca den por descontado lo que reciben de los enfermeros: "También vosotros, enfermos, prestad atención a la humanidad de los enfermeros que os asisten. Pedid sin exigir; no esperéis solo una sonrisa, sino ofrecedla también a quienes se dedican a vosotros".

Publicamos a continuación el discurso que el Papa dirigió a los presentes en la audiencia:

****

 

Discurso del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Me alegra encontreros y en primer lugar, me gustaría expresar mi gratitud y mi estima por el trabajo tan valioso que lleváis a cabo para muchas personas y para el bien de toda la sociedad. ¡Gracias, muchas gracias!

Saludo cordialmente a la Presidenta y a toda la Federación Nacional de los Colegios de las Profesiones de Enfermería que vosotros representáis hoy aquí. Aunque proviene de una larga tradición asociativa, esta Federación se podría decir "recién nacida" y ahora está dando sus primeros pasos. Su constitución, confirmada por el Parlamento italiano hace unos días, destaca el valor de las profesiones de enfermería y garantiza que se valorice más vuestro profesionalidad. Con casi 450 mil miembros, sois la asociación profesional italiana más grande y representáis una referencia también para otras categorías de profesionales. Vuestro camino común hace posible no solamente que tengáis una sola voz y una mayor fuerza contractual, sino, sobre todo, que compartáis los valores e intenciones que subyacen a vuestro trabajo.

Es verdaderamente irremplazable el papel de los enfermeros en la asistencia de los pacientes. Como ningún otro, el enfermero tiene una relación directa y continua con los pacientes, los cuida todos los días, escucha sus necesidades y entra en contacto con su cuerpo, que cuida. Es peculiar vuestro enfoque de los cuidados, ya que os hacéis cargo de las necesidades integrales de las personas, con esa atención característica que reconocen los pacientes, y que es una parte fundamental del proceso de restablecimiento y curación.

El Código deontológico internacional de enfermería, en el que también se inspira el italiano, identifica cuatro tareas fundamentales de vuestra profesión: "promover la salud, prevenir la enfermedad, restablecer la salud y aliviar el sufrimiento" (Introducción). Se trata de funciones complejas y múltiples, que afectan a todas las áreas de las curas, y que se llevan a cabo en colaboración con otros profesionales del sector. El carácter tanto curativo como preventivo, rehabilitador y paliativo de vuestra acción requiere de vosotros un alto nivel de profesionalidad, lo cual lleva aparejado la especialización y la actualización, debido a la evolución constante de la tecnología y de las curas.
Sin embargo, esta profesionalidad no solo se manifiesta en la esfera técnica, sino también, y quizás aún más, en el ámbito de las relaciones humanas. Al estar en contacto con los médicos y familiares, así como con los enfermos, os convertís, en los hospitales, en las clínicas y en los hogares, en el cruce de caminos de miles de relaciones que requieren atención, experiencia y conforto. Y es precisamente en esta síntesis de habilidades técnicas y sensibilidad humana donde se manifiesta plenamente el valor y el carácter precioso de vuestro trabajo.

Al cuidar a mujeres y hombres, niños y ancianos, en todas las etapas de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, participáis en una escucha continua, encaminada a comprender cuáles son las necesidades de ese enfermo, en la etapa que está atravesando. De hecho, frente a la singularidad de cada situación, nunca es suficiente seguir una fórmula, sino que se requiere un continuo -¡y fatigoso! — esfuerzo de discernimiento y atención a la persona individual. Todo esto hace de vuestra profesión una misión verdadera y propia, y de vosotros "expertos en humanidad", llamados a realizar una tarea irremplazable de humanización en una sociedad distraída, que demasiado a menudo deja en sus márgenes a las personas más débiles, y se interesa solamente de los que "valen" o cumplen con los criterios de eficiencia o de ganancia. ¡Qué la sensibilidad que adquirís estando día a día en contacto con los pacientes haga de vosotros promotores de la vida y la dignidad de las personas! Sed capaces de reconocer los límites correctos de la técnica, que nunca pueden convertirse en un absoluto y relegar la dignidad humana a un segundo plano. Prestad atención al deseo, que a veces no se expresa, de espiritualidad y asistencia religiosa, que representa para muchos pacientes un elemento esencial de sentido y de serenidad de la vida, aún más urgente en la fragilidad debida a la enfermedad.

Para la Iglesia los enfermos son personas en las que está presente de manera especial Jesús que se identifica con ellos cuando dice: "Estaba enfermo y me visitasteis". En todo su ministerio Jesús estuvo cerca de los enfermos, se acercó a ellos con amor y curó a tantos. Cuando se encuentra con el leproso que le pide que lo cure, tiende la mano y lo toca (cfr. Mt 8 2-3). No debemos dejar que se nos escape la importancia fundamental de este sencillo gesto: la ley mosaica prohibía que se tocase a los leprosos y les impedía que se acercasen a los lugares habitados. Jesús, sin embargo, va al corazón de la ley, que encuentra su compendio en el amor al prójimo y, tocando al leproso, reduce la distancia con él para que no esté separado de la comunidad de los hombres y perciba, a través de un gesto sencillo, la cercanía de Dios mismo. Así, la curación que Jesús le da, no es solamente física, sino que llegue al corazón, porque el leproso no solo fue curado sino que también se sintió amado. No os olvidéis de la "medicina de las caricias": ¡es muy importante!. Una caricia, una sonrisa, están llenas de significado para el enfermo. Es un gesto simple, pero lo anima, hace que se sienta acompañado, siente que la curación se acerca, se siente persona, no un número. No os olvidéis.

Estando con los enfermos y ejerciendo vuestra profesión, vosotros mismos tocáis a los enfermos y, más que cualquier otro, cuidáis su cuerpo. Cuando lo hagáis acordados de cómo Jesús tocó al leproso: de una manera que no fue distraída, indiferente o molesta, sino atenta y amorosa, que le hizo sentirse respetado y cuidado. Haciendo así, el contacto que se establece con los pacientes les da como una reverberación de la cercanía de Dios Padre, de su ternura por cada uno de sus hijos. Precisamente la ternura: la ternura es la "clave" para entender a los enfermos. Con la dureza no se entiende al enfermo. La ternura es la clave para entenderlos y también es una medicina preciosa para su curación. Y la ternura pasa del corazón a las manos, pasa por un "tocar" las heridas lleno de respeto y amor.

Hace años, un religioso me dijo que la frase más conmovedora que le habían dirigido en su vida era la de un paciente que él había asistido en la fase terminal de su enfermedad. "Gracias, padre", le había dicho, "porque siempre me ha hablado de Dios, incluso sin mencionarlo": la ternura hace esto. Aquí está la grandeza del amor que dirigimos a los demás, que lleva escondido en sí, aunque no lo pensemos, el mismo amor de Dios.

Nunca os canséis de estar cerca de las personas con este estilo humano y fraterno, encontrando siempre la motivación y el impulso para llevar a cabo vuestra tarea. Tened cuidado, sin embargo, de no gastaros casi hasta consumiros, como sucede si se está involucrado en la relación con los pacientes hasta el punto de hacerse absorber, viviendo en primera persona todo lo que les sucede. El vuestro es un trabajo cansado, además de estar expuesto a riesgos, y el involucrarse excesivamente, junto con la dureza de las tareas y los turnos, podría haceros perder la frescura y la serenidad que necesitáis. ¡Tened cuidado! Otro elemento que hace que desempeñar vuestra profesión sea oneroso y en ocasiones insostenible es la falta de personal, que no ayuda a mejorar los servicios ofrecidos, y que una buena administración no puede considerar en modo alguno como una fuente de ahorro.

Consciente de la exigente tarea que lleváis a cabo, aprovecho esta oportunidad para exhortar a los pacientes a que nunca den por descontado lo que reciben de vosotros. También vosotros, enfermos, prestad atención a la humanidad de los enfermeros que os asisten. Pedid sin exigir; no esperéis solo una sonrisa, sino ofrecedla también a quienes se dedican a vosotros. En este sentido, una anciana me dijo que, cuando va al hospital para las curas que necesita, está tan agradecida a los médicos y a los enfermeros por su trabajo, que trata de ponerse elegante y guapa para devolverles a su vez algo. Nadie, pues, de por sentado lo que los enfermeros hacen por él o ella, sino que alimente siempre por vosotros el sentido de respeto y gratitud que se os debe. Y con vuestro permiso, me gustaría rendir homenaje a una enfermera que me salvó la vida. Era una monja enfermera: una monja italiana, dominica, a la que mandaron a Grecia como profesora, muy culta... Pero siempre como enfermera vino después a Argentina. Y cuando yo, con veinte años, estaba a punto de morir, fue ella la que dijo a los médicos, también discutiendo con ellos: "No, esto no va, hay que darle más". Y gracias a estas cosas, sobreviví. ¡Se lo agradezco tanto! Se lo agradezco. Y quisiera mencionarla aquí, ante vosotros: Sor Cornelia Caraglio. Una mujer buena, valiente, hasta llegar a contradecir a los médicos. Humilde, pero segura de lo que hacía. ¡ Y tantas vidas se salvan gracias a vosotros! Porque estáis todo el día allí, y veis lo que le pasa al enfermo. Gracias por todo esto.

Mientras os saludo, expreso mi esperanza de que el Congreso, que celebraréis en los próximos días, sea una fructífera ocasión para reflexionar, confrontar y compartir. Invoco la bendición de Dios sobre todos vosotros; y vosotros también, por favor, rezad por mí.

Y ahora, en silencio, porque sois de diversas confesiones religiosas, en silencio recemos a Dios, Padre de todos nosotros, para que nos bendiga.

¡El Señor bendiga a todos vosotros y a los enfermos a los que cuidáis!

¡Gracias!

© Librería Editorial Vaticano

 

 

05/03/2018-18:28
Anne Kurian

Burkina Faso: El Papa apoya un centro médico para los más pobres

(ZENIT — 5 marzo 2018).- El Papa Francisco alentó el trabajo del Centro Médico de los Frailes Conventuales Menores para los más pobres de Sabou, Burkina Faso, en un congreso celebrado en el Colegio Seraphicum (Colegio de San Buenaventura) en Roma.

En un mensaje publicado el 5 de marzo de 2018 por Vatican News' en italiano él insta a "continuar el generoso trabajo de difundir el Evangelio y el apoyo constante a la Iglesia en Burkina Faso", favoreciendo siempre a los pobres y trabajando en las periferias geográficas y existenciales con el precioso compromiso de evangelización y promoción humana.

El Papa confía en la Virgen María, Reina de las misiones, y en San Maximiliano Kolbe, la fecundidad del servicio misionero de la Orden y envía su bendición apostólica. Entre los participantes en la iniciativa: Nicolas Meda, Ministro de Salud de Burkina Faso, quien hablará.

El Centro Médico de San Maximilian Kolbe fue inaugurado en 2003. Ofrece servicios gratuitos de salud a más de 110.000 habitantes: emergencia, medicina general, maternidad, pediatría y pronto radiología y cirugía.

 

 

05/03/2018-10:52
Redacción

México: El Papa nombra obispo de Matehuala a Mons. Salazar Cárdenas

(ZENIT — 5 marzo 2018).- El Santo Padre Francisco ha nombrado obispo de la diócesis de Matehuala (México) al Revdo. Margarito Salazar Cárdenas, del clero de la diócesis de Matamoros, hasta ahora párroco de Nuestra Señora de Guadalupe.

 

Margarito Salazar Cárdenas

El reverendo Margarito Salazar Cárdenas nació el 22 de febrero de 1958. Fue ordenado sacerdote el 12 de junio de 1989, incardinándose en la diócesis de Matamoros.

Es Licenciado en Teología Fundamental en la Universidad Pontificia de México.

Ha adquirido una considerable y variada experiencia pastoral desempeñando los siguientes cargos: formador, profesor, vicerrector y rector del Seminario Diocesano, coordinador de la Comisión Diocesana de la Pastoral Vocacional, defensor del vínculo, ecónomo diocesano, párroco y vicario episcopal.

Actualmente es párroco de Nuestra Señora de Guadalupe.

 

 

05/03/2018-08:30
Isabel Orellana Vilches

Santa Rosa de Viterbo, 6 de marzo

«Estas terciaria franciscana, que comenzó a predicar por las calles siendo una niña, vestida con tosco sayal, pone de manifiesto la genialidad del amor divino. Por su celo apostólico fue apresada y desterrada por las autoridades locales»

En el Martirologio romano actual aparece como beata, aunque un apunte insertado en él recuerda que el papa Calixto III la introdujo en el catálogo de los santos el año 1457. Y es que a la vista de sus numerosas virtudes y prodigios efectuados por su mediación, en la voluntad de los pontífices estuvo llevar adelante su proceso de canonización. Lo abrió Inocencio IV, pero al morir en 1254 aquél se paralizó. Rosa se apareció al papa Alejandro IV en 1258 rogándole que tomase su cuerpo —conservado incorrupto bajo las losas de la iglesia de Santa María del Poggio sin otro envoltorio que él mismo—, y lo llevase al monasterio de Santa María de las Rosas, un lugar en el que nunca la admitieron en vida. En 1357 se desató un pavoroso incendio que destruyó la capilla donde se conservaban sus restos. La caja que los contenía sufrió el efecto devastador de las llamas, pero el cuerpo de Rosa simplemente tomó otro color.

¿Qué hizo esta joven, en sus escasos 18 años de existencia, para ser acreedora de tantos honores y morir con fama de santidad? Sencillamente hacer de ella un canto de amor a la Santísima Trinidad, socorrer a los pobres con ardiente caridad, y defender la fe de la Iglesia con una autoridad evangélica admirable. Nació en Viterbo, Italia, en 1234. Era hija de humildes campesinos y, según cuentan las crónicas, su infancia estuvo plagada de signos virtuosos; creció rodeada de prodigios. Desde muy niña era frecuente verla ensimismada ante las imágenes de santos y de la Virgen, y mostraba una clara inclinación por todo elemento religioso. Su falta de recursos económicos y escasa edad le impidieron ingresar en el convento de San Damián de Viterbo. El escenario de su entrega fue su modesto hogar paterno y las calles de las ciudades donde vivió. El momento histórico que le tocó vivir no fue fácil. La población estaba amedrentada por la violencia ejercida contra ella por el emperador Federico II, que había sido doblemente excomulgado por Gregorio IX, pero que respondió imponiéndose por la fuerza en todos los estados que permanecían fieles al pontífice.

Entretanto, esta penitente precoz tenía 7 u 8 años y llevaba ya una vida de intensa oración. Sus severísimas mortificaciones estuvieron a punto de enviarla al otro mundo. Sentía especial devoción por la Virgen y fue por su mediación que sanó de las lesiones que afectaron a su organismo debidas a las disciplinas que se infligía. Un día María se le apareció rodeada de un coro de vírgenes y le indicó que recorriera las iglesias de San Francisco de Asis, la de San Juan Bautista y la de Santa María del Poggio. Debía vincularse a la Tercera Orden de San Francisco sin abandonar su domicilio. El hábito le fue impuesto en la iglesia parroquial.

Recuperada su salud, tal vez sin haber cumplido aún los 10 años de edad, se dedicó a predicar por las calles vestida con tosco sayal. Y profundamente afligida, como si fuera un profeta, alertaba a las gentes. Les hacía ver la gravedad de los desmanes que cometían contra el Redentor, denunciando cómo transitaban día tras día imbuidas en sus quehaceres, ajenas a la entrega de su vida ofrecida al Padre por ellas que formaban parte del género humano. Rosa era una niña, pero sus encendidas palabras suscitaban grandes conversiones. Sin proponérselo ejercía una autoridad moral entre sus convecinos que, a pesar de estar acostumbrados a verla deambular con la fogosidad de un apóstol de Cristo, con el rostro arrebolado y los cabellos sin orden alguno, no podían evitar quedar impactados por su impecable conducta. Era notorio su amor por los pobres a los que socorría con evangélica prontitud. Sin dudarlo se privaba de la pieza de pan que le correspondía para ofrecérsela a ellos. Y esa austeridad de la que hacía gala era de dominio público.

Sin embargo, aunque los ciudadanos en general agradecían su entrega, hubo también incontables detractores. Molestos por las consecuencias que sus palabras y acciones tenían para los planes del emperador Federico, la convirtieron en objeto de mofa y se plantearon darle muerte. Su padre, inquieto ante el cariz que tomaban los acontecimientos, le prohibió evangelizar como hacía, so pena de infligirle algún castigo si persistía en este empeño apostólico. Impertérrita, Rosa respondió: «Si Jesús fue golpeado por mi causa, yo puedo ser golpeada por causa suya. Yo solo haré lo que Él me dijo que hiciera. No puedo desobedecerle». Aún pudo seguir difundiendo la fe por las calles dos años más. Después, instigada por este grupo de fanáticos, la autoridad de Viterbo la apresó y luego la desterró. Sus padres la acompañaron en su expulsión y se establecieron en Soriano, nuevo escenario de su predicación que atrajo a los moradores de otras localidades circundantes.

En diciembre de 1250 vaticinó públicamente la muerte del emperador, hecho que se produjo el 13 de ese mes y año. Entonces regresó a su patria, donde fue acogida con gran entusiasmo. Pero, en realidad, ella siempre había querido gozar de la soledad y la paz del monasterio; por eso acudió a las religiosas de Santa María de las Rosas deseando vestir el hábito de las damianitas. Nuevamente su pobreza fue un veto para cumplir este deseo. Y cuando la madre abadesa rechazó su petición, ella aseguró que ya que no la habían recibido en vida, posiblemente tendrían que acogerla cuando estuviese muerta, como así sucedió.

El párroco Pedro de Capotosti, su confesor, le sugirió que llevase en su hogar la vida de oración y penitencia que anhelaba. Y eso hizo. Algunas jóvenes que compartían su ideal se reunían junto a ella en una aledaña capilla que el sacerdote mandó erigir cerca del convento. Pero este nuevo foco religioso fue suprimido por Inocencio IV a instancias de las damianitas que no deseaban ver el fecundo crecimiento de otra comunidad nacida al lado de la suya. La santa regresó con sus padres y su voz se apagó discretamente, sin notoriedad alguna, el 6 de marzo de 1252. Sus últimas palabras fueron: Jesús y María.