IGLESIA | virgen maría madre de la Iglesia

 

El P. Aguilera comenta la memoria de la Virgen María, Madre de la Iglesia

 

Entrevista a Don Salvador Aguilera López, sacerdote de la Archidiócesis de Toledo (España), licenciado en Liturgia por la Universidad Eclesiástica “San Dámaso” de Madrid y licenciado en Liturgias Orientales por el Pontificio Instituto Oriental de Roma.

 

 

28 marzo 2018, 18:13 | Renato Martinez – Ciudad del Vaticano


 

 

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos dio a conocer este 24 de marzo una notificación sobre la memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, tras su inscripción en el Calendario Romano como memoria obligatoria a celebrarse ya este año el lunes después de Pentecostés.

 

Nueva celebración litúrgica para toda la Iglesia

Con fecha de 11 de febrero del presente año, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos hacía público que, por deseo del Papa Francisco, la memoria de la «bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia» sea inscrita en el Calendario Romano General el lunes después de Pentecostés.

 

El futuro santo Pablo VI y la Virgen María

En la conclusión de la tercera sesión del Concilio Ecuménico Vaticano II, el día 21 de noviembre de 1964, el beato Pablo VI declaró que la bienaventurada Virgen María es «Madre de la Iglesia es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores que la llaman Madre amorosa». El Papa Montini, tal como cita el Decreto, estableció que «de ahora en adelante la Madre de Dios sea honrada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título» (AAS 56 [1965] 1015).

 

En el sentir de los Padres de la Iglesia

En el citado Decreto son nombrados dos Padres de la Iglesia: San Agustín y san León Magno. El Obispo de Hipona dice que María es madre de los miembros de Cristo, porque ha cooperado con su caridad a la regeneración de los fieles en la Iglesia mientras que el Santo Pontífice afirma que María es, al mismo tiempo, madre de Cristo, Hijo de Dios, y madre de los miembros de su cuerpo místico, es decir, la Iglesia.

 

En la Sagrada Escritura

María es madre de los miembros de Cristo porque es la Madre de Dios y porque está íntimamente unida a la obra redentora de su Hijo. El Decreto cita dos textos bíblicos en los que aparece María: al pie de la Cruz (cf. Jn 19,26-27) y en el cenáculo en Pentecostés (Cf. Hch 1,14). El Decreto de la memoria, con el primero, subraya que Ella es la Madre que, al pie de la Cruz, «aceptó el testamento de amor de su Hijo y acogió a todos los hombres, personificados en el discípulo amado, como hijos» y, con el segundo, que Ella, «solícita guía de la Iglesia naciente», inició su propia misión materna ya en el cenáculo al orar con los Apóstoles en espera de la venida del Espíritu Santo.

 

Precedentes de dicha celebración

Con motivo del año de la Redención (1975) la Santa Sede publicó una Misa Votiva con este mismo nombre, la cual fue incluida posteriormente en el Misal Romano (cf. Notitiae 9 [1973] 382-383); además, en 1980 se añadió dicha invocación a las Letanías Lauretanas (cf. Notitiae 16 [1980] 159); en 1986 se publicaron tres formularios en las llamadas «Misas de la Virgen» con el nombre de “La Virgen María, imagen y madre de la Iglesia” y, posteriormente, se ha concedido que algunas familias religiosas o países la puedan, por ejemplo, la patria del Papa Francisco.

 

En la Nación Argentina

En el actual Misal de Argentina, aprobado por la Congregación para el Culto Divino el 18 de octubre de 2007, y siendo presidente de la Conferencia de Obispos el Card. Jorge Mario Bergoglio, ya aparece esta celebración en honor de María con el grado de memoria obligatoria para todo el país, el lunes después de Pentecostés. Si vemos en el Propio de los Santos hay una rúbrica, al final del mes de mayo, que nos remite al formulario de dicho nombre que se encuentra en las Misas Votivas.

 

¿Dónde encontramos los textos para la Misa y la Liturgia de las Horas?

Adjuntos al Decreto vienen los textos litúrgicos en latín, dejando la responsabilidad de las traducciones a cada Conferencia de Obispos. En cuanto a la Misa hemos de señalar que ya se encuentra en el Misal: formulario 10B; en cuanto a las lecturas, basta ir al Leccionario de las «Misas de la Virgen», en concreto a los formularios I y II de “la Virgen María, Imagen de la Iglesia” y allí encontraremos las dos opciones que hay como primera lectura (Gén 3,9-15.20 y Hch 1,12-14), el salmo responsorial (Salmo 86 [87]), el Aleluya del formulario II y el Evangelio ha sido ampliado el del formulario I (Jn 19,25-34). Con respecto a la Liturgia de las Horas, se señala como segunda lectura para el Oficio de Lectura la Alocución del futuro san Pablo VI en la conclusión de la tercera sesión del Concilio Ecuménico Vaticano II.

 

Frutos y finalidad de esta celebración

Esta celebración, como señala el Decreto, «ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana debe fundamentarse en el misterio de la Cruz... y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos». Además, en el Comentario que hace el Card. Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, señala que esta celebración sirva para recordar a todos los discípulos de Cristo que tenemos que enraizar nuestra vida en tres realidades: “Crux, Hostia et Virgo”, es decir, en la Cruz, en la Eucaristía y en la Virgen María, ya que son los misterios que Dios nos ha dado para dar fecundidad, estructurar nuestra vida interior y conducirnos hasta Jesús (Cf. La fuerza del silencio, 57)

 

¿Qué ocurre en los lugares donde ya se celebraba?

Pues en los lugares donde ya se celebraba con un grado litúrgico más elevado, como nos indica el Decreto, se seguirá celebrando del mismo modo en el futuro.

 

En España ya hay alguna celebración mariana en ese día

El lunes de Pentecostés es un gran día de fiesta para todos los Almonteños que celebran a su Patrona, la bienaventurada Virgen María bajo la advocación del «Rocío». Hasta ahora, en su Ermita, hacían uso de algunos formularios de las «Misas de la Virgen María» tales como: “La Virgen María del Cenáculo” o “La Virgen María, Reina de los Apóstoles”. Pero puedo decir, como rociero, que la decisión del Papa Francisco ha sido recibida con gran alegría y más aún en este año que se conmemoran los 25 años de la visita de san Juan Pablo II a la Aldea del Rocío; parece que quieren corroborar las palabras que aquel día dijo el Papa Wojtyła: «Que todo el mundo sea rociero».

 

Nota aclaratoria

El pasado 24 de marzo, la ya citada Congregación sacaba una «Notificatio» cuya finalidad era aclarar cómo actuar en caso que esta memoria obligatoria de la bienaventurada Virgen María coincidiese con otra celebración del mismo grado. El Dicasterio presidido por el Card. Robert Sarah señala que se seguirán los principios generales de las Normas generales para el Año Litúrgico y el Calendario y, además, dada la vinculación de María, Madre de la Iglesia, con Pentecostés, en caso de coincidir con la memoria de un Santo o Beato, prevalece la memoria de la bienaventurada Virgen María.