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Reflexiones finales de la CAL tras la Asamblea Plenaria sobre la mujer

 

El documento con el que la Comisión Pontificia para América Latina ha resumido los frutos de los cuatro días de trabajo, proporciona también algunas recomendaciones pastorales

 

 

13 abril 2018, 18:38 | Ciudad del Vaticano


 

 

Del 6 al 9 de marzo tuvo lugar en el Vaticano la Asamblea Plenaria anual de la Comisión Pontificia para América Latina (Cal) sobre el tema: "La mujer, pilar de la construcción de la Iglesia y la sociedad en América Latina".

Una temática elegida por el propio Papa Francisco que, en esta ocasión, deseaba que se invitara a quince personalidades femeninas latinoamericanas, además de los veintidós cardenales y obispos miembros y concejales de la asamblea.

 

Una Asamblea reforzada por la mirada de la mujer

El documento final con el que la Comisión Pontificia para América Latina ha resumido los frutos de los cuatro días de trabajo, refleja fielmente las reflexiones de los participantes. Paralelamente, también proporciona algunas recomendaciones pastorales.

Se trató, en definitiva, de una sesión plenaria “compuesta de miradas y voces muy diferentes pero complementarias”, con el fin de reflexionar sobre cómo el rol y la tarea de las mujeres latinoamericanas ha cambiado a lo largo de la historia de la Iglesia.

El trabajo tuvo lugar en una atmósfera de gran comunión y libertad, lo que permitió experimentar el encuentro entre diecisiete cardenales, siete obispos, ocho mujeres laicas y seis mujeres consagradas.

Una elección que, según el secretario de la Cal, Guzmán Carriquiry Lecour, "ayuda a rechazar las lecturas simplificadas y simplistas de la realidad para reconocer la complejidad y medirse con ella".

 

La mujer en nuestros tiempos

La Comisión hace hincapié, en que el documento conclusivo “no busca ofrecer unas conclusiones fijas tras esta Asamblea”, sino una serie de reflexiones que ayuden a ampliar las perspectivas de los nuevos roles que desempeña la mujer en la actualidad.

“Nuestros tiempos están marcados profundamente por una renovada autoconciencia de la mujer sobre su dignidad, libertad y derechos, sobre su participación en todos los ámbitos de la convivencia, sobre sus reivindicaciones y anhelos”, se lee en esta síntesis final; que subraya la visión del Papa Francisco sobre el papel fundamental de la mujer y renueva su llamamiento a que sean reconocidas como “fuerza social y eclesial”; una fuerza que debe ser acompañada, sostenida, alentada e incluso potenciada para que produzca todos sus incalculables beneficios.

 

Especifidades de la mujer latinoamericana

Asimismo, la Comisión destaca el hecho de que América Latina ha quedado en las últimas décadas cada vez más integrada en la “cultura global”, que, en gran medida, es la mundialización de la cultura occidental como cultura dominante y hegemónica; resquebrajando así todos los estereotipos sobre el género femenino, imponiendo una figura “moderna” y “post-moderna” de la mujer como totalmente contrapuesta a la de la mujer “tradicional”, considerada según una contraposición maniquea, como esclava desde los tiempos de las “cavernas”.

Sin embargo, la realidad social y el arraigo de la propia cultura imponen todavía la consideración de especificidades latinoamericanas: “hay que contar la historia de los pueblos latinoamericanos desde la mirada de las mujeres, con especial consideración de las distintas generaciones y personalidades femeninas que han reflejado y marcado grandes fases de transformación cultural en América Latina”.

 

Obstáculos que anulan la dignidad de la mujer

Por otra parte, el documento de la CAL, también señala los principales obstáculos que impiden el desarrollo y la realización personal de la mujer en América Latina, poniendo en riesgo su dignidad: el machismo, la falta de oportunidades para acceder a la educación, los altos índices de pobreza e indigencia, la marginación y la exclusión.

También ellas son las más sufridas en el campo laboral, ya que por su condición de mujeres, a menudo son sometidas a trabajos ilegales, sin contratos, ni seguros, siendo explotadas, en muchas ocasiones, física y psicológicamente.

 

Jesús, el primero en dignificar a la mujer

Y este contexto, la voz de la Iglesia católica resuena pidiendo igualdad de condiciones para la mujer, siguiendo el ejemplo de Jesús, y exhorta “a estar muy libre de los prejuicios, estereotipos y discriminaciones”.

El documento concluye con una serie de recomendaciones pastorales entre las que destaca la invitación a que las comunidades cristianas, realicen una seria revisión de vida en pos de una conversión pastoral: "que sepa pedir perdón por todas las situaciones en que, han sido y aún son, cómplices de atentados a su dignidad".

“La apertura a las mujeres debe proceder de la visión de fe y conversión de la Iglesia, que mira con esperanza al futuro desde el evangelio de Jesús, quien demostró libertad, respeto y una extraordinaria capacidad para reencender la llama del amor y de la entrega personal en tantas mujeres que Él encontró en su vida pública”.