La firma

 

¿De nuevo Guerra Fría?

 

Ante los acontecimientos vividos en las últimas semanas con la guerra de Siria y las consecuencias que tiene a nivel mundial

 

 

16/04/2018 | por José Ramón Talero Islán


 

 

Ante los acontecimientos vividos en las últimas semanas con la guerra de Siria y las consecuencias que tiene a nivel mundial por medio de los bloques que defienden, como siempre por sus intereses, posturas de enfrentamiento y  de intransigencia, me pregunto:

¿A dónde vamos a llegar?  ¿Hemos perdido totalmente el juicio? ¿Vamos de nuevo a una guerra fría?

Somos partícipes de tantos horrores en el mundo, que no nos paramos a pensar las consecuencias de estas actuaciones. Somos colaboradores del ocultamiento de la justicia y de presentarla con una inhumana procacidad. Culpables por consentir esa vanidad, avaricia, falsedad e indolencia de muchos hombres que tienen el poder y que son incapaces de rectificar y pedir perdón. Cooperadores de este mundo casi agónico que consiente guerras sin sentido por el dominio y la codicia de unos pocos. Inoculamos resentimientos y cohibimos la afección hasta extinguirla.

Cómo decía Stefan Zweig en su libro “El mundo de ayer” donde analiza extraordinariamente, los cambios que convulsionaron la Europa del siglo XX entre las dos guerras mundiales:

 

“Nuestros padres creían honradamente que las fronteras de las divergencias entre naciones y confesiones se fusionarían poco a poco en un humanismo común y que así la humanidad lograría la paz y la seguridad, esos bienes supremos”

 

Seguimos aún en el siglo XXI, repitiendo de forma insensata  comportamientos anteriores.

Es necesario e imprescindible, el respeto a las diferentes culturas, tradiciones y pueblos. El fortalecimiento de las democracias, ampliando por parte de elementos materiales de los Estados, la adopción de normas que salvaguarden los derechos fundamentales. La reestructuración de la ONU, convirtiendo este organismo, en un verdadero medio para el cumplimiento de la justicia, justicia verdadera. Para ello los privilegios y vetos de los países más poderosos deben excluirse de forma inmediata para conseguir una aprobación  ecuánime.

No podemos consentir de ninguna de las formas, volver a una angustiosa “Guerra Fría” donde todos los países del planeta vivan entre la incertidumbre y la consternación.