Servicio diario - 19 de abril de 2018


 

Santa Marta: No hay "evangelización de sillón"
Anne Kurian

Confederación Benedictina: "Una escuela del servicio del Señor"
Redacción

50° aniversario Camino Neocatecumenal: El Papa recibe al equipo responsable
Rosa Die Alcolea

JMJ: XLIV Cita Eucarística en preparación a Panamá 2019
Redacción

Santa Inés de Montepulciano, 20 de Abril


 

 

19/04/2018-13:35
Anne Kurian

Santa Marta: No hay "evangelización de sillón"

(ZENIT — 19 abril 2018).- "No hay evangelización de sillón": dijo el Papa Francisco durante la misa de esta mañana 19 de abril de 2018 en la Casa de Santa Marta en el Vaticano. En su homilía reportada por Vatican News en italiano, recomendó comenzar desde la situación concreta, no desde una teoría.

Al comentar sobre la primera lectura (Hechos 8: 26-40), donde Felipe se ve impulsado a partir por el ángel del Señor, el Papa destacó que si la persecución dispersó a los discípulos, sin embargo, se les permitió "ir más allá".

Y el Papa explica: "Como hace el viento con las semillas de las plantas, las lleva y las siembra, eso es lo que pasó aquí: fueron más allá, con la semilla de la Palabra, y han sembrado la Palabra de Dios ... Este pasaje de los Hechos de los Apóstoles es de gran belleza ... Es un verdadero tratado de evangelización. Así evangeliza el Señor. Así proclama el Señor. El Señor también quiere que nosotros evangelicemos".

En la primera lectura, de hecho, el Espíritu Santo llama: "Levántate y vete". Levántate y ve a este lugar. No hay "evangelización de sillón". "Levántate y vete". Sal siempre. En movimiento. Ve donde tienes que decir la Palabra. "
"La evangelización no es un buen plan de proselitismo", continuó, "Vayamos y hagamos prosélitos ..." No ... Es el Espíritu el que te dice cómo hablar para llevar la Palabra de Dios, para llevar el nombre de Jesús. No existe un "Vademécum de evangelización" que se sirva, se necesita "proximidad", debemos "mirar lo que está sucediendo", es decir, "partir desde la situación", no desde una "Teoría".

El Papa Francisco mencionó a los misioneros como "mártires de la evangelización", que "no estaban preparados físicamente, porque no tenían los anticuerpos para resistir las enfermedades de estas tierras". "No podemos evangelizar en teoría", insistió. La evangelización es un poco de cuerpo a cuerpo, de persona a persona. Partimos de la situación, no de las teorías".

Este "método simple", concluyó, "es el método de Jesús": "Jesús evangeliza así. Siempre en camino, siempre en movimiento, siempre cerca de la gente, y él siempre partía desde las situaciones concretas ...Solo podemos evangelizar con estas tres actitudes, pero bajo la fuerza del Espíritu Santo. Sin el Espíritu, ninguna de estas tres actitudes sirve. Es el Espíritu quien nos insta a ponernos de pie, acercarnos y a partir de las situaciones".

© Traducción ZENIT, Raquel Anillo

 

 

19/04/2018-14:07
Redacción

Confederación Benedictina: "Una escuela del servicio del Señor"

(ZENIT — 19 de abril 2018).- El Papa ha recibido esta mañana en audiencia, a las 12.00, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, a los monjes de la Confederación Benedictina con motivo del 125° aniversario de la fundación de la Confederación Benedictina y de la colocación de la primera piedra de la abadía primacial de San Anselmo en Roma.

Publicamos a continuación el discurso que ha dirigido el Papa a los presentes en la audiencia.

 

Discurso del Santo Padre

Reverendo Abad Primado,
queridos Padres abades,
queridos hermanos y hermanas,

Os doy la bienvenida con motivo del 125 ° aniversario de la fundación de la Confederación Benedictina y agradezco al Abad Primado sus amables palabras. Me gustaría expresar toda mi consideración y gratitud por la importante contribución que los benedictinos han aportado a la vida de la Iglesia, en todas partes del mundo, durante casi mil quinientos años. En esta celebración del Jubileo de la Confederación Benedictina queremos recordar, de forma especial, el esfuerzo del Papa León XIII, que en 1893 quiso unir a todos los benedictinos fundando una casa común de estudio y de oración, aquí en Roma. Damos gracias a Dios por esta inspiración, porque llevó a los benedictinos de todo el mundo a vivir un espíritu más profundo de comunión con la Sede de Pedro y entre ellos.

La espiritualidad benedictina es renombrada por su lema: Ora et labora et lege. Oración, trabajo, estudio. En la vida contemplativa, Dios a menudo anuncia su presencia de una manera inesperada. Con la meditación de la Palabra de Dios en la lectio divina, estamos llamados a permanecer en religiosa escucha de su voz para vivir en obediencia constante y gozosa. La oración genera en nuestros corazones, dispuestos a recibir los increíbles dones que Dios siempre está dispuesto a darnos, un espíritu de fervor renovado que nos lleva, a través de nuestro trabajo diario, a intentar compartir los dones de la sabiduría de Dios con los demás: con la comunidad, con aquellos que vienen al monasterio para su búsqueda de Dios ("quaerere Deum"), y con aquellos que estudian en vuestras escuelas, institutos y universidades. Así se genera una vida espiritual siempre renovada y fortalecida.

Algunos aspectos característicos del tiempo litúrgico pascual, que estamos viviendo, como el anuncio y la sorpresa, la pronta respuesta y el corazón dispuesto a recibir los dones de Dios, son en realidad parte de la vida benedictina de todos los días. San Benito os pide en su Regla "no anteponer nada absolutamente a Cristo" (n. O 72), para que estéis siempre alerta, en el hoy, listos para escucharlo y seguirlo dócilmente (cf. aquí, Prólogo). Vuestro amor por la liturgia, como una obra fundamental de Dios en la vida monástica, es esencial sobre todo para vosotros mismos, ya que os permite estar en la presencia viva del Señor; y es precioso para toda la Iglesia, que a lo largo de los siglos, ha beneficiado de ello como de agua de manantial que riega y fecunda, alimentando la capacidad de vivir, personalmente y en comunidad, el encuentro con el Señor resucitado.

Si San Benito fue una estrella luminosa — como lo llama San Gregorio Magno — en su tiempo marcado por una profunda crisis de los valores y de las instituciones, era porque aprendió a discernir entre lo esencial y lo secundario en la vida espiritual, poniendo firmemente en el centro al Señor. ¡Qué también vosotros, hijos suyos en nuestro tiempo, podáis practicar el discernimiento para reconocer lo que proviene del Espíritu Santo y lo que proviene del espíritu del mundo o del espíritu del diablo! Discernimiento que " no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, [sino que] es también un don que hay que pedir al Espíritu Santo. Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento. "(Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate, 166-167).

En esta época, cuando las personas están tan ocupadas que no tienen tiempo suficiente para escuchar la voz de Dios, vuestros monasterios y conventos se convierten en oasis, donde hombres y mujeres de todas las edades, orígenes, culturas y religiones pueden descubrir la belleza del silencio y redescubrirse a sí mismos, en armonía con la creación, permitiendo que Dios restablezca un orden apropiado en sus vidas. El carisma benedictino de acogida es muy valioso para la nueva evangelización, porque os da la oportunidad de recibir a Cristo en cada persona que llega, ayudando a aquellos que buscan a Dios a recibir los dones espirituales que Él tiene reservados para cada uno de nosotros.

Además, a los benedictinos se les ha reconocido siempre su compromiso con el ecumenismo y el diálogo interreligioso. Os animo a continuar en esta importante obra para la Iglesia y para el mundo, poniendo a su servicio vuestra hospitalidad tradicional. En efecto, no hay oposición entre la vida contemplativa y el servicio a los demás. Los monasterios benedictinos, tanto en las ciudades como lejos de ellas, son lugares de oración y de acogida. Vuestra estabilidad también es importante para las personas que vienen a buscaros. Cristo está presente en este encuentro: está presente en el monje, en el peregrino, en el necesitado.

Os agradezco vuestro servicio en el ámbito de la educación y de la formación, aquí en Roma y en tantas partes del mundo. Se sabe que los benedictinos son "una escuela del servicio del Señor". Os exhorto a dar a los estudiantes, junto con las nociones y conocimiento necesarios, las herramientas para que puedan crecer en esa sabiduría que los empuje a buscar continuamente a Dios en sus vidas; esa misma sabiduría que los llevará a practicar el entendimiento mutuo, porque todos somos hijos de Dios, hermanos y hermanas, en este mundo que tiene tanta sed de paz.

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, espero que la celebración del Jubileo por el aniversario de la fundación de la Confederación Benedictina sea una oportunidad provechosa para reflexionar sobre la búsqueda de Dios y su sabiduría, y sobre cómo transmitir con más eficacia su riqueza perenne a las generaciones futuras.

Por la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, en comunión con la Iglesia celestial y con los santos Benito y Escolástica, invoco sobre cada uno de vosotros la bendición apostólica. Y os pido, por favor, que sigáis rezando por mí. Gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

19/04/2018-16:13
Rosa Die Alcolea

50° aniversario Camino Neocatecumenal: El Papa recibe al equipo responsable

(ZENIT — 19 abril 2018).- El Papa Francisco ha recibido esta mañana, 19 de abril de 2018, al equipo internacional responsable del Camino Neocatecumenal en el Palacio Apostólico del Vaticano.

El objetivo principal de la reunión —informa el movimiento eclesial— fue "hablar del 50a aniversario del Camino que se conmemorará con un gran encuentro presidido por el Papa en Tor Vergata el próximo 5 de mayo".

Durante la reunión, el Pontífice dio las gracias por el bien que el Camino está haciendo a la Iglesia y mostró su alegría al saber que enviará 36 nuevas missio ad gentes a todo el mundo, además de 20 comunidades en misión que irán a las periferias de Roma.

Entre otros temas, hablaron de la evangelización y la labor misionera que está llevando a cabo el Camino.

Kiko presentó al Santo Padre a María Ascensión Romero, que, a petición de la Santa Sede, y como establecen los estatutos, completa el equipo ante la falta de Carmen Hernández, quien falleció el 19 de julio de 2016.

 

Encuentro en Tor Vergata

El próximo sábado 5 de mayo, el Camino Neocatecumenal celebrará un gran encuentro internacional en Roma con motivo del 50 aniversario de su llegada a Roma, después de sus inicios en Madrid a finales de los años 60.

El encuentro comenzará a las 11 de la mañana y será presidido por el Papa Francisco, quien mostró su entusiasmo al recibir la propuesta hace unos meses de parte del iniciador y responsable internacional del Camino, Kiko Argüello.

El lugar escogido es Tor Vergata, área universitaria situada en la periferia de Roma, en homenaje a San Juan Pablo II, quien a lo largo de sus 26 años de pontificado acogió y apoyó al Camino. En Tor Vergata, situado en la periferia de Roma, se celebró la inolvidable Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en el año 2000.

Participarán unas 150 mil personas de todo el mundo y de los 5 continentes, y estarán representadas las 135 naciones en las que está implantado el Camino, además de cardenales, obispos y otras personalidades.

El encuentro será además un motivo de acción de gracias por el amor y fidelidad de Dios en estos años, el Papa Francisco hará el envío de 36 nuevas missio ad gentes que, a petición de otros tantos obispos, evangelizarán en zonas secularizadas o con poca presencia de la Iglesia, en ciudades de todo el mundo.

Francisco también enviará 20 comunidades de las parroquias de Roma —que han concluido esta iniciación cristiana— a otras de la periferia de la ciudad cuyos párrocos han solicitado su ayuda para llamar a los alejados de la fe.

El encuentro, que concluirá con canto del Te Deum como acción de gracias por estos 50 años, será conducido por el equipo internacional del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, el P. Mario Pezzi y Ascensión Romero, quien entró a formar parte del mismo recientemente.

Se recordará de manera muy especial a Carmen Hernández, co-iniciadora del Camino Neocatecumenal junto a Kiko, fallecida el 19 de julio de 2016.

 

 

19/04/2018-15:37
Redacción

JMJ: XLIV Cita Eucarística en preparación a Panamá 2019

(ZENIT — 19 de abril 2018).- La Iglesia Católica celebró la XLIV Cita Eucarística, que este año tuvo una importante participación de los jóvenes como un preámbulo a la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en enero de 2019.

En su mensaje al país, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo de Panamá, invitó a los jóvenes a levantarse y ser protagonistas de su propia historia, emulando el ejemplo de la Virgen María, aquella joven que se atrevió a dar el SÍ al proyecto de Dios, no temió, a pesar de lo que implicaba eso en medio de la desconfianza, de la lógica humana. Su vida de fe le dio la fuerza y la confianza en Dios la sostuvo.

En su homilía, el Arzobispo pidió por Colón. "Esta es una muestra palpable de la indiferencia de todos. Tenemos, no solo los gobiernos, sino todo el resto del país, una deuda histórica con esta provincia que nos ha dado tanto a nuestro Panamá".

"Es falso que en Colón no hay nada bueno, que no se puede reparar el tejido social deteriorado por diversas causas. AQUÍ tenemos una muestra de que si hay gente buena, JÓVENES Y ADULTOS COLONENSES LEVÁNTENSE CON SANO ORGULLO, porque el destino de su provincia está en sus manos. Lucharán y devolverán la esperanza a una provincia agotada de tanta desidia, que ha tenido que acostumbrarse a vivir entre aguas servidas, caserones cayéndose, con un alto desempleo e inseguridad", destacó.

En su mensaje, invitó a los panameños a no ser propagadores de falsas noticias, siguiendo el mensaje del Santo Padre cuando nos habla de la proliferación de informaciones infundadas, basadas en datos inexistentes o distorsionados, que tienen como finalidad engañar o incluso manipular al lector para alcanzar determinados objetivos, influenciar las decisiones políticas u obtener ganancias económicas, es una realidad que no mide la destrucción ni las consecuencias que causa no solo al tejido social, sino en la vida de las personas e instituciones que se ven afectadas. En la Iglesia Católica con respecto a la misma Jornada Mundial de la Juventud, la han atacado achacando exigencias que son totalmente falsas, con respecto a qué clase de familia deben acoger a los peregrinos, cuando hemos reiterado que solo basta abrir su corazón y las puertas de su hogar para recibir al mismo Jesús, en la persona de los muchachos y muchachas. Y reitero todos estamos invitados a ser parte de este proyecto país que se llama JMJ Panamá 2019.

 

 

19/04/2018-03:04

Santa Inés de Montepulciano, 20 de Abril

«Modelo para Catalina de Siena, Inés fue inusualmente precoz en la elección de la vida consagrada. Era una niña de 9 años cuando ingresó en el convento. A los 12 administraba los bienes, y a los 15 se convirtió en abadesa»

San Raimundo de Capua, biógrafo de Catalina de Siena, es una de las fuentes principales para conocer a esta santa. Ella no ocultó su impresión al conocer los hechos extraordinarios que Dios hizo por medio de Inés, y la profundísima vida de piedad y penitencia que jalonó su existencia. En su Diálogo escribió Catalina: «La dulce virgen santa Inés, que desde la niñez hasta el fin de su vida me sirvió con humildad y firme esperanza sin preocuparse de sí misma». En Inés fueron palpables los signos de la sencillez e inocencia evangélica, muestra de que un niño no tiene doblez y de que su apertura a los más altos ideales obedece a un patrimonio legado por el Padre celestial, al que jamás se cierra; siempre está presto a manifestarse a poco que se estimule y acompañe en el camino de la fe. Si todavía hay alguien que piense que el rigor y la comprensión de una alta vida espiritual es impropia de esa edad, debería desterrar la idea.

Nació Inés Segni el 28 de enero de 1268 en Gracciano Vecchio, pequeña localidad cercana a Montepulciano, Italia. Su familia, poseedora de excelentes recursos económicos, abrazaba el credo que ella heredó, complaciéndose en el rezo de las oraciones que le enseñaron, especialmente el Padrenuestro y el Avemaría. Los recitaba en distintos momentos del día priorizando este fervoroso gesto sobre los juegos infantiles que retomaba después de haber orado devotamente. Muy niña se fijó en el tosco hábito, un «sacco», que llevaban las religiosas de su ciudad natal. Le sedujeron, porque a su corta edad ya experimentaba particular tendencia a la espiritual. Y a los 9 años ingresó en la comunidad. Tuvo la fortuna de que sus padres se lo permitieran al ver la madurez con la que expuso su anhelo, y de ser acogida y formada por ellas.

A los 12 años Inés eran tan capaz y tan virtuosa que pusieron en sus manos la administración de los bienes del monasterio. Y a los 15 fue enviada a Procena en respuesta a una demanda efectuada por las personas que tenían a su cargo el castillo de Montepulciano que solicitaban la presencia de las monjas allí. Para asumir el oficio de abadesa tuvo que ser dispensada por el papa Martín IV. El hecho de ser elegida para esta misión siendo tan joven da idea de su talla humana y espiritual. La clave de su vida era la oración continua. El trato familiar con las Personas Divinas y su devoción por la Virgen María cincelaban su espíritu con los signos indelebles de un amor que iba transfigurándola en Cristo. Era amable, humilde, sencilla, bondadosa, abnegada, con gran visión de gobierno, y mostraba en toda circunstancia paz y alegría. Al encarnar las virtudes evangélicas todo lo que decía era creíble.

Junto a Margarita, que fue su formadora, fundó otro monasterio en Montepulciano a petición de un grupo de caballeros. A sus 18 años el obispo la designó superiora del mismo. Permaneció en ese cargo veintidós años. En este nuevo convento, con su ilimitada entrega, llena de confianza en Dios, el rigor en el cumplimiento de la regla, su oración y pasión por la Eucaristía, siguió arrebatando la gracia de muchísimas vocaciones. Tuvo también preocupaciones y disgustos. En dos ocasiones viajó a Roma. Una de ellas con objeto de cercenar de raíz la ambición y afanes de poder internos. Por si fuera poco, su úlcera de estómago y habituales infecciones intestinales no le dieron excesiva tregua desde 1304, aunque ella mostraba extraordinaria fortaleza de manera incesante soportándolas con paciencia.

Las noticias de su excelsa forma de vida y de la bondad que regía el monasterio que se hallaba bajo su responsabilidad fue origen de una tercera fundación que requirieron pusiese en marcha en Montepulciano, erigida con la aprobación del pontífice. Años atrás, la Virgen le había encomendado esta obra sellada con el signo de tres piedras que entregó a la religiosa. Vio en la oración que debía ser destinada a la juventud y, con la contribución económica de amigos, familiares y vecinos, abrió el convento en 1306 en ese monte en cuyas laderas moraban mujeres de vida descarriada. Eligió la regla a seguir después de tener una visión en la que se le presentaron tres santos: Agustín, Domingo y Francisco. Iban navegando en un barco y la invitaron a subir. En medio de la sobrenatural conversación, Domingo vaticinó: «Subirá a mi nave, pues así lo ha dispuesto Dios». Y el espíritu dominicano fue adoptado por ella y sus hermanas.

Adornada con diversos carismas, el de milagros y éxtasis, entre otros, que comenzaron a manifestarse en su infancia, recibía también mensajes extraordinarios. En una de estas visiones, narrada por san Raimundo, la Virgen depositó al Niño Jesús en sus brazos, y parece ser que antes de entregárselo de nuevo a María, le quitó la cruz que portaba en el cuello y la conservó. En otra ocasión, tras haber contemplado el gozo del paraíso con la Virgen y los santos que entonaban Vernans Rosa (floreciendo la rosa), apareció una rosa en el lugar donde había estado hincada de rodillas.

En 1316 por sugerencia de las religiosas aceptó recibir tratamiento para sus enfermedades en las termas de Chianciano. Allí siguieron obrándose prodigios. Empeoró y regresó a Montepulciano. Los últimos meses de vida los pasó animando y confortando espiritualmente a sus hermanas. Quienes la acompañaban en los postreros instantes no podían evitar la emoción. Pero Inés las consoló, diciéndoles: «Si en verdad me aman, alégrense de que voy al Padre Dios a recibir su herencia eterna. No se afanen, que desde la eternidad las encomendaré siempre». Falleció el 20 de abril de 1317. Catalina de Siena, que la denominó «madre gloriosa», acudió a venerar sus restos treinta años más tarde. El cuerpo se hallaba (y se encuentra) incorrupto. Según relató san Raimundo, cuando Catalina hizo ademán de arrodillarse, uno de los pies de Inés cobró vida y se puso a su alcance, hecho milagroso que fue contemplado por los que se encontraban allí. Clemente VIII beatificó a Inés en 1608. Benedicto XIII la canonizó el 10 de diciembre de 1726.