Papa Francisco | REGINA COELI

 

El pueblo de Nicaragua y las vocaciones religiosas al centro de la oración del Papa

 

Tras rezar la oración del Regina Coeli, el Santo Padre expresó su preocupación por la tensión social que afecta a Nicaragua, y pidió rezar por este pueblo, así como por las vocaciones religiosas en la Iglesia

 

 

22 abril 2018, 12:22 | Ciudad del Vaticano


 

 

Tras rezar la oración mariana del Regina Coeli, el Santo Padre expresó su preocupación ante lo que está sucediendo en estos días en Nicaragua, donde tras llevarse a cabo una manifestación social, se produjeron enfrentamientos que también causaron algunas víctimas.

"Expreso mi cercanía con la oración por este amado país y me uno a los obispos para pedir que cese toda violencia, se evite un derramamiento inútil de sangre y que las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente; con sentido de responsabilidad", dijo Francisco.

En el marco del IV Domingo de Pascua y de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que este año lleva como tema "Escuchar, discernir, vivir el llamado del Señor", el Obispo de Roma invitó a agradecer a Dios porque "Él continúa suscitando en la Iglesia historias de amor por Jesucristo, para alabar su gloria y servir a sus hermanos".

"Hoy, en particular, agradecemos a los nuevos sacerdotes a quienes ordené recientemente en la Basílica de San Pedro y le pedimos al Señor que envíe muchos "buenos obreros para trabajar en su viña, y que multiplique las vocaciones a la vida consagrada y al matrimonio cristiano".

Por último, el Papa saludó cordialmente a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, algunos provenientes de Roma, Italia y de tantos otros países, dirigiendo un pensamiento especial a los de Setúbal, Lisboa, Cracovia y las Hermanas Pías Discípulas del Divino Maestro llegadas de Corea; así como a los peregrinos de Castiglione d'Adda, Torralba, Modica, Cremona y Brescia; sin olvidar al coro parroquial de Ugovizza; los confirmandos de Gazzaniga, Pollenza y Cisano sul Neva.

Antes de despedirse desde la ventana del Palacio Apostólico acompañado por el nuevo grupo de sacerdotes, el Santo Padre deseó a todos un buen domingo y un buen almuerzo, pidiendo como es habitual, que no se olviden de rezar por él