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Jornada Mundial contra la Malaria: la cara oculta de una enfermedad silenciada

 

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año el paludismo acaba con la vida de medio millón de personas que podrían ser curadas si tuvieran acceso al tratamiento médico adecuado

 

 

25 abril 2018, 13:14 | Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano


 

 

El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles.

Se trata de una afección en principio prevenible y curable, pero que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año acaba con la vida de medio millón de personas en países donde debido a la pobreza, la falta de asistencia médica y la escasez de agua corriente, se desencadenan epidemias que arrasan a poblaciones enteras atacando de manera especial a los niños.

 

Preparados para vencer el paludismo

Por ello, cada 25 de abril, Día Mundial contra la Malaria, la OMS se une a las organizaciones asociadas para concienciar a la comunidad internacional sobre la importancia de que se conozcan los efectos y consecuencias de esta enfermedad, que en muchas ocasiones es silenciada por los medios de comunicación e ignorada en las sociedades de países más desarrollados.

"Preparados para vencer al paludismo", es el tema de la jornada de este año 2018 que subraya el trabajo colectivo y el compromiso global con la finalidad de unirse en torno al objetivo común de "un mundo libre de paludismo".

Ante la alarmante cifra de muertes por malaria, hoy más que nunca, se deben unir todos los esfuerzos posibles buscando encarrilar nuevamente la lucha contra el paludismo y esta es la razón por la cual la OMS pide que se aumenten la inversión y la cobertura de los instrumentos de eficacia demostrada para prevenir, diagnosticar y tratar esta enfermedad.

 

La clave está en la prevención

Desde el año 2000, la prevención del paludismo ha tenido un importante papel en la reducción del número de casos y de muertes, fundamentalmente a través de la expansión del uso de mosquiteras tratadas con insecticidas y del rociado de interiores con estos productos.

En África subsahariana, donde se concentra el mayor número de afectados por esta enfermedad, la proporción estimada de la población que duerme protegida por mosquiteras tratadas con insecticidas ha aumentado del 30% en 2010 al 53% en 2015.

 

Cada dos minutos muere un niño por paludismo

Según el informe mundial sobre el paludismo elaborado en 2016, el número de embarazadas que reciben tratamiento profiláctico se ha multiplicado por cinco entre 2010 y 2015 en 20 países africanos. Esto ha contribuido favorablemente a la prevención del cotagio y a la reducción de los índices de mortalidad infantil a causa de la malaria, que también se extiende por países asiáticos y tropicales.

Igualmente, se tiene constancia de que 2015 se registraron 212 millones de nuevos casos de paludismo y 429 000 muertes por esta causa.

"Cada dos minutos muere un niño por paludismo", es el dato más alarmante que destacan la OMS y otras organizaciones como UNICEF que trabajan constantemente en la protección de los enfermos; una información que no puede reducirse a una mera cifra estadística, sino que debe resonar en las conciencias de cada ciudadano del mundo, ya que se trata de muertes que podrían ser evitadas si se aplicara al paciente el correspondiente tratamiento médico.