Servicio diario - 27 de abril de 2018


 

"El Cielo no es un lugar aburrido, sino el encuentro gozoso con Jesús"
Rosa Die Alcolea

Familia Montfortiana: El Papa los llama a ser almas "de fuego" animadas por el Espíritu
Rosa Die Alcolea

Información Financiera de la Santa Sede: Mejora del sistema de información
Rosa Die Alcolea

Alfie: El pequeño lleva ya más de 60 horas respirando sin asistencia mecánica
Redacción

Canadá: El Papa unifica la diócesis de Alexandria-Cornwall con la archidiócesis de Ottawa
Redacción

Mons. Pietro Parolin: "No se vive en la Iglesia como átomos independientes y autorreferenciales"
Redacción

Brasil: Mons. Airton José Dos Santos, nombrado arzobispo metropolitano de Mariana
Redacción

San Luis María Grignion de Montfort, 28 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

 

27/04/2018-12:01
Rosa Die Alcolea

"El Cielo no es un lugar aburrido, sino el encuentro gozoso con Jesús"

(ZENIT – 27 abril 2018).- El Santo Padre ha recordado que el Cielo no es “un lugar aburrido, como algunos piensan, sino el encuentro gozoso con Jesús”, señala ‘Vatican News’ en español.

En este sentido, el Pontífice ha invitado en la misa celebrada esta mañana, 27 de abril de 2018, a “caminar seguros por la vida” confiando en la “promesa de la felicidad eterna hecha por Dios”, apunta el medio informativo del Vaticano.

Francisco ha reflexionado sobre la primera Lectura propuesta por la liturgia del día tomada de los Hechos de los Apóstoles, que refiere el discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía:

Los habitantes de Jerusalén y sus jefes –decía el Apóstol– no habían reconocido a Jesús y lo habían condenado, pero Él, tras haber muerto, resucitó. “Y nosotros –concluía– les anunciamos que la promesa hecha a los Padres se ha cumplido, porque Dios la ha hecho por nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús”.

 

En camino

“Con esta promesa de Dios en el corazón el pueblo se puso en camino y con la seguridad de saberse `un pueblo elegido´”. A la vez que añadió que el pueblo, que con frecuencia es infiel, “confiaba en la promesa, porque sabía que Dios es fiel”. Y por esta razón iba adelante, confiando en la fidelidad de Dios, ha señalado el Papa.

“También nosotros estamos en camino: nosotros estamos en camino. Estamos en camino… y cuando hacemos esta pregunta –‘Sí, en camino: ¿pero en camino hacia dónde?’ – ‘Sí, ¡hacia el cielo!’ – ‘Y, ¿qué cosa es el cielo?’. Y ahí comenzamos a resbalar en las respuestas, no sabemos bien cómo decir ‘qué cosa es el cielo’. Y muchas veces pensamos en un cielo abstracto, un cielo lejano, un cielo… sí, sí está bien allí…”, ha expresado el Santo Padre.

“Algunos piensan–ha continuado– : ‘Pero, ¿no será un poco aburrido estar allí toda la eternidad?’. No: el cielo no es eso. Nosotros caminamos hacia un encuentro: el encuentro definitivo con Jesús. El cielo es el encuentro con Jesús”.

 

Encuentro con Jesús

Asimismo, Francisco ha animado a los fieles a volver sobre este pensamiento: “Yo estoy caminando en la vida para encontrar a Jesús”. Un encuentro que nos hará gozar para siempre –ha aclarado–.

“¿Qué cosa hace Jesús, mientras tanto?”, el Papa ha lanzado esta pregunta en la homilía. “El Señor no está sentado esperándome, sino que como dice el Evangelio, trabaja por nosotros“.

“Jesús reza por mí, por cada uno de nosotros. Pero esto debemos repetirlo para convencernos: Él es fiel y Él reza por mí. En este momento”.

 

 

27/04/2018-16:50
Rosa Die Alcolea

Familia Montfortiana: El Papa los llama a ser almas "de fuego" animadas por el Espíritu

(ZENIT– 27 abril 2018).- El Santo Padre ha compartido con la familia Montfortiana: “El otro es la Sabiduría, cuyo amor e incansable investigación inspiraron a San Luis María Grignion de Montfort –de quien mañana recordaréis el aniversario de la muerte– páginas luminosas”.

Este viernes, 27 de abril de 2018, a las 12:15 horas, el Papa Francisco ha recibido en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano a los participantes en el XXXII Capítulo General de los Hermanos de San Gabriel y los miembros de la familia Montfortiana, informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El tema del capítulo, Vida fraterna y dimensión comunitaria de la misión monfortiana, se propone “situar vuestra misión en nuestro mundo marcado por el individualismo y la globalización, por el consumismo, la eficiencia y la apariencia, para tratar de estar presente en él como almas “de fuego”, animadas por el Espíritu y viviendo en la Sabiduría”, ha expresado el Pontífice.

“Es un llamamiento para cada uno de vosotros y para vuestra misión como educadores” –les he exhortado el Papa–. Así, les ha confirmado que se asienta en una “certeza”, la de la “belleza de la vida”, don gratuito de Dios.

Publicamos a continuación el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes en el encuentro.

***

 

Discurso del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas:

Me complace recibiros con motivo del 32º Capítulo General de los Hermanos de San Gabriel. Agradezco al Superior General sus amables palabras. También saludo a los Misioneros Monfortianos y a las Hijas de la Sabiduría, así como a las Hermanas de San José de Kottayam, con mis mejores deseos en su aniversario.

Esta es la ocasión para recordar, para agradecer, y para regresar a los fundamentos sentados, hace más de trescientos años, por San Luis María Grignion de Montfort – de quien mañana recordaréis el aniversario de la muerte – fundamentos a los que el Padre Gabriel Deshayes dio un nuevo impulso. Uno de estos fundamentos es la Palabra de Dios para meditar constantemente, para que se encarne en la vida y modele poco a poco los pensamientos y gestos sobre los de Cristo. El otro es la Sabiduría, cuyo amor e incansable investigación inspiraron a San Luis María páginas luminosas. Para obtenerla, él nos invita a “escuchar a Dios con sumisión humilde; a actuar en Él y por Él con fidelidad perseverante; y finalmente a  adquirir la luz y la unción necesarias para inspirar a los demás el amor de la Sabiduría, para conducirlos a la vida eterna “(El Amor de la Sabiduría Eterna, n. 30). Poniendo en práctica estos consejos, podréis discernir los desafíos particulares que siempre son oportunidades para “recomenzar  juntos desde Cristo y desde Monfort”.

El tema: Vida fraterna y dimensión comunitaria de la misión monfortiana, se propone situar vuestra misión en nuestro mundo marcado por el individualismo y la globalización, por el consumismo, la eficiencia y la apariencia, para tratar de estar presente en él como almas “de fuego”, animadas por el Espíritu y viviendo en la Sabiduría. Según St. Luis María, esta es la única riqueza capaz de “enseñarnos a ser”. Es un llamamiento para cada uno de vosotros y para vuestra misión como educadores. Se asienta en una certeza, la de la belleza de la vida, don gratuito de Dios, y en una esperanza: la de la posibilidad de su desarrollo hasta la plenitud a través del crecimiento del amor, que unifica todas las dimensiones de la persona. Esta síntesis se construye todos los días con la oración, con la docilidad al Espíritu Santo, con la  fidelidad a su Regla de vida y con la caridad vivida. El ejemplo perfecto para imitar es la Virgen María: como subrayan vuestras  constituciones, la consagración total a Jesús a través de María es el recorrido fundamental de la vida mariana de los miembros del Instituto.

Además, la vida fraterna, así como la describen  los Hechos de los Apóstoles (2: 42-47), da testimonio por sí misma. Atrae y evangeliza todos los días, y es contagiosa. Los que nos ven vivir  son sensibles a nuestra forma de ser, de aceptar la diversidad de puntos de vista, de hacer frente a las tensiones y resolverlas con delicadeza, caridad y humildad (cf. Evangelii gaudium, 227; Gaudete et Exsultate, 89). En vuestra comunidades o en los grupos de trabajo apostólico, la fraternidad debe estimular a cada uno a ser disponibles al Espíritu olvidándose de sí mismo. Pasar de una vida en común a una vida fraterna puede hacer que el camino diario sea más fácil y más alegre. La atención al hermano que está a mi lado, así como el diálogo, favorecen la comunión en la diversidad. En la crisis espiritual actual, que genera angustia y tristeza debido a la pérdida del sentido de la vida, os invito a formar comunidades acogedoras, donde sea agradable vivir, manifestando especialmente a los jóvenes la alegría de seguir a Cristo y de responder a su llamada. ¡Que se sientan escuchados sin prejuicios, reconocidos y valorados, para que puedan ofrecer con su entusiasmo los dones que Dios les ha otorgado para el bien de todos!

Amad con el corazón y con las manos” resume lo que aspiráis a vivir y a transmitir. Solo la “civilización del amor” puede dar un alma a nuestro mundo globalizado, presa de cambios constantes. Gracias a vuestro carisma vivido con dedicación y sabiduría, podéis ser faros, destacando el carácter evangélico de la misión educativa. El Evangelio atañe  a la vida y a la acción en todos los ámbitos. Meditándolo desde esta perspectiva, impregnará la vida de vuestras comunidades, así como vuestra misión colectiva como educadores. Aprendamos de Jesús, la Sabiduría encarnada, cómo acoger al otro y tejer lazos con él, especialmente si es diferente, de otra cultura, de otra generación, yendo al corazón de su espera y expresando nuestro amor con gestos concretos, de compasión, de compartir, a cuesta de arriesgar, como recordé en Evangelii gaudium(ver n. °88). Así, a los desafíos de la transmisión de la fe y de la convivencia se podrá responder con creatividad a través de la pedagogía, del proyecto educativo y social de los institutos. En el centro de vuestra misión, siempre ha estado la atención a los pobres y marginados. Continuad ayudándolos a ser protagonistas de su futuro para ocupar su puesto en la sociedad.

Al mismo tiempo que doy gracias por el tesoro de vuestra vocación en la Iglesia, os invito a “navegar” con confianza y renovado entusiasmo misionero. Que en este tiempo de Pascua, el misterio de la muerte y resurrección de Cristo esté  en el centro de vuestra fe y vuestra consagración, para iluminar vuestro camino en la verdad.

Encomiendo el futuro de vuestra misión a la intercesión materna de la Virgen María, Sede de la Sabiduría, y os bendigo a todos de corazón, junto con vuestros colaboradores. Y os pido que no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

27/04/2018-11:04
Rosa Die Alcolea

Información Financiera de la Santa Sede: Mejora del sistema de información

(ZENIT — 27 abril 2018).- La Autoridad de Información Financiera (AIF) de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano ha presentado el Informe Anual 2017, es decir: el informe que examina las actividades y estadísticas de la AIF durante 2017.

La conferencia de presentación se ha celebrado este viernes, 27 de abril de 2018, a las 11 horas, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El Informe Anual de la Autoridad de Información Financiera (AIF) se refiere a la actividad de información financiera y de vigilancia, "tanto en ámbito prudencial como para la prevención y lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo", del Año VI, 2017 —apunta la Santa Sede—.

En el acto han intervenido el presidente y el director de la AIF, respectivamente los señores René Brülhart, y Tommaso Di Ruzza.

 

Sistema de informaciones sólido

La Autoridad de Información Financiera indica que el 2017 ha confirmado la "solidez del sistema de información y de la aplicación efectiva" del marco regulatorio de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Además, la entidad de la Santa Sede mantuvo un enfoque proactivo en la colaboración y el intercambio de información con sus homólogos extranjeros en la lucha contra los delitos financieros.

"2017 ha sido un año de consolidación y normalización de las actividades institucionales" —ha afirmado René Brülhart, presidente de la AIF—.

Asimismo, han recalcado la "consolidación de las medidas adoptadas para establecer un marco normativo eficaz y su aplicación plena y sostenible. Normalización del sistema de informaciones, que puede considerarse sólido".

 

Fortalecimiento de las funciones de control

El sistema ha registrado una disminución progresiva de las señales de actividad sospechosa (SAS). En 2017, se enviaron 150 señales de actividades sospechosas a la AIF, en comparación con las 207 del año anterior.

"Esta tendencia se puede leer de manera positiva porque, en paralelo, ha aumentado la calidad de las señales, que dan prueba de una creciente sensibilización y del fortalecimiento de las funciones de control de los sujetos informantes", ha declarado Tommaso Di Ruzza, director de la AIF.

En 2017, se enviaron 8 informes a la Oficina del Promotor de Justicia del Vaticano para su posterior investigación por parte de las autoridades competentes de law enforcement.

Del mismo modo, han señalado que en el año 2017, la AIF firmó 19 memorandos de entendimiento con sus homólogos en jurisdicciones extranjeras e intercambió información en 268 casos.

Además, el marco regulador se ha fortalecido aún más —apuntan en el comunicado de prensa de la AIF— en particular con la introducción del Reglamento no. 2, que establece las normas con respecto a los datos e informaciones que acompañan las transferencias de fondos y requisitos técnicos sobre transferencias bancarias y débitos directos en euros.

 

Acerca de la AIF

La Autoridad de Información Financiera es la autoridad competente de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano para la vigilancia y la inteligencia financiera en la prevención y la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, así como para la supervisión cautelar.

Instituida por el Papa Benedicto XVI con la carta apostólica en forma de motu proprio de 30 de diciembre de 2010, la AIF lleva a cabo sus actividades institucionales sobre la base de la nueva constitución promulgada por el Papa Francisco con el motu proprio de 15 de noviembre de 2013 y la Ley N° XVIII de 8 de octubre de 2013.

La AIF ha firmado memorandos de entendimiento con las Autoridades de Vigilancia y Unidades de Información Financiera (UIF) de Albania, Alemania, Andorra, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Cabo Verde, Canadá, Chile, Chipre, Colombia, Cuba, Ecuador, Eslovenia, España, Estados Unidos de América, Estonia, Francia, Ghana, Gibraltar, Guernsey, Hungría. India, Isla de Man, Italia, Jersey, Letonia, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, Moldavia, Mónaco, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Rusia, San Marino, Sudáfrica, Suiza, Taiwán (República de China).

La AIF es miembro del Grupo Egmont desde 2013.

 

 

27/04/2018-17:41
Redacción

Alfie: El pequeño lleva ya más de 60 horas respirando sin asistencia mecánica

El Tribunal Supremo del Reino Unido emitió el pasado 30 de febrero un dictamen autorizando a que los médicos responsables del cuidado de Alfie Evans, un niño que padece una enfermedad rara, que le incapacita para oír, ver, oler y responder al tacto, como consecuencia de una degeneración cerebral, puedan desconectarlo del soporte que lo mantiene con vida. Alfie tiene 23 meses de edad y permanece hospitalizado desde diciembre de 2016 en “estado semi-vegetativo” debido a una condición neurológica degenerativa desconocida (ver más AQUÍ).

Sus padres Tom Evans y Kate James se opusieron desde el principio a esta medida, porque siguen teniendo la esperanza de prolongar la vida de su hijo con un tratamiento que les han ofrecido desde un hospital especializado en Roma. A pesar de ello, el equipo médico decidió que había que retirarle a Alfie la ventilación asistida. Sin embargo, sus padres han manifestado que no van a renunciar a seguir luchando por la vida su hijo. Por ello, la familia apeló a los tribunales de justicia.

Finalmente, los padres perdieron, y su demanda recibió rechazo tras rechazo en todas las instancias judiciales a las que acudieron, incluida la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo. El pasado 24 de abril, los médicos decidieron retirar la respiración mecánica a Alfie, pero tras quitársela, sorprendentemente respira por si mismo. “Alfie lleva respirando horas y no está sufriendo”, declaró emocionado su progenitor. Tom Evans tuvo que luchar, otra vez, para que los médicos accedieran, tras cuarenta minutos de conversación, a «darle agua y oxigenar su cuerpo» al ver que, seis horas después de desconectarlo de las máquinas, el niño seguía con vida.

 

Sobre la patria potestad del bebé

Nicolás Jouve, catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares y experto en Bioética, ha declarado en el programa de radio ‘Herrera en Cope’ que “en España no ocurriría un supuesto como el de Alfie “porque no hay una normativa que admita esa pérdida de la patria potestad” de los padres, esto es, de los derechos y obligaciones que tienen sobre el menor. A su juicio, “en el caso del niño la autonomía de los médicos del hospital sorprende frente a la voluntad de unos padres que lo único que quieren es que se agoten todas las posibilidades o que el niño muera de forma natural”.

Así, Jouve ha dicho que no se puede entender por qué los padres pierden la patria potestad del bebé ya que son quienes tienen el derecho de defenderlo. “Por muy triste que sea su caso, son los padres los que están en su pleno derecho de agotar todas las posibilidades que existan, por lo menos para los cuidados finales”.

 

Punto de vista bioético

En nuestra opinión, un primer aspecto a considerar desde un punto de vista bioético, es si ha sido correcto suprimir la respiración artificial a Alfie. Nuestra opinión es que retirar un medio vital, como puede ser la respiración asistida mecánica, solo sería éticamente válido, en caso de riesgo inminente de muerte y existencia de sufrimientos intensos bien contrastados. Sin embargo, en este caso concreto no nos parece que exista riesgo inmediato de muerte, dado que el niño lleva enfermo desde Diciembre de 2016 y continúa viviendo, e incluso se planteó la posibilidad de trasladarlo al Hospital Bambino Gesú en Italia para continuar con el tratamiento. Tampoco existe constancia de la existencia de un sufrimiento intenso. El papa Francisco se volcó en este caso, pidiendo que se hiciera lo imposible para efectuar el traslado. Por ello, creemos que retirarle la respiración mecánica  se podría calificar como un acto objetivamente eutanásico.

Este caso merece una amplia reflexión bioética, y puede servir como base  para la misma, lo que ya expusimos con motivo del caso de Charlie Gard, muy parecido al de Alfie Evans.

 

 

 

27/04/2018-10:36
Redacción

Canadá: El Papa unifica la diócesis de Alexandria-Cornwall con la archidiócesis de Ottawa

(ZENIT — 27 abril 2018).- El Papa Francisco ha unido in persona episcopi la diócesis de Alexandria-Cornwall con la archidiócesis de Ottawa y ha nombrado a Mons. Terrence Prendergast, arzobispo de Ottawa, también obispo de Alexandria-Cornwall.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede lo ha hecho público este viernes, 27 de abril de 2018, a través de un comunicado.

 

Mons. Terrence Prendergast

Mons. Terrence Prendergast, jesuita, nació el 19 de febrero de 1944 en Montreal. Ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en 1961 y fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 1972. Obtuvo un Doctorado en Teología en Toronto en la Atlantic School of Theology. Enseñó desde 1975 hasta 1981 en la Atlantic School of Theology en Halifax.

De 1981 a 1987 fue rector del Regis College en Toronto y de 1991 a 1995 profesor y decano de la Facultad de Teología.

El 22 de febrero de 1995 fue nombrado obispo auxiliar de Toronto y consagrado el 25 de abril siguiente. El 30 de junio de 1998 fue promovido a arzobispo de Halifax y desde 2002 también administrador apostólico de Yarmouth.

El 14 de mayo de 2007 fue nombrado arzobispo de Ottawa e instalado el 26 de junio.

 

 

27/04/2018-17:51
Redacción

Mons. Pietro Parolin: "No se vive en la Iglesia como átomos independientes y autorreferenciales"

(ZENIT — 27 abril 2018).- Publicamos a continuación la homilía que el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, pronunció ayer durante la celebración eucarística con motivo del 750° aniversario de la dedicación de la catedral de Monreale en Sicilia (Italia).

***

 

Homilía del Cardenal Pietro Parolin

Eminencias,
Estimado Mons. Pennisi,
Queridos hermanos en el episcopado y en el presbiterio,
Queridos diáconos:
Distinguidas autoridades civiles y militares,
Queridos hermanos y hermanas:

La archidiócesis de Monreale celebra hoy la conclusión de las celebraciones por el 750 aniversario de la solemne dedicación de su espléndida catedral, que tuvo lugar el 25 de abril 1267, por el cardenal francés Rodolfo Grosparmi, obispo de Albano y legado papal del papa Clemente IV. Gracias, Excelencia, por haberme invitado a participar en este momento de alegría para toda la comunidad diocesana y saludo con afecto fraterno a todos los presentes, también en nombre del Papa Francisco, que me ha pedido que os exprese su cercanía y os transmita su bendición.

A la gratitud al Señor Dios por esta magnífica obra, expresión de la fe y del sumo ingenio artístico, se añade un motivo más de alegría, querido Mons. Pennisi, con el recuerdo agradecido del quinto aniversario del inicio de su ministerio pastoral en esta Iglesia.

El escenario que se abre a la mirada del visitante de esta catedral — aunque fuera el más distraído o el más alejado de la fe — suscita maravilla por la armoniosa y radiante concentración de belleza perfecta. El esplendor de oros y de figuras dirige la atención hacia el Pantocrátor, el Cristo Todopoderoso que bendice desde el ábside, inmenso, sereno, glorioso, que uno no se cansa de contemplar. Muchas personalidades se han sentido impresionadas por este esplendor , entre ellas el teólogo alemán Romano Guardini, lleno de agradecimiento por la existencia de este templo, el padre David M. Turoldo, que llamó a Monreale "tesoro admirable" y muchos otros.

La catedral de Monreale despierta las mismas sensaciones experimentadas por los embajadores del príncipe Vladimir de Kiev, cuando, en 987, al participar en una liturgia en una iglesia de Constantinopla, contaron al rey que les parecía estar suspendidos entre el cielo y la tierra. En efecto, la magnificencia de los mosaicos y de toda la construcción, se vuelve más viva y vivificante, participando en la acción litúrgica, cuando el pueblo cristiano y su pastor celebran juntos la gloria del Señor y renuevan su sacrificio en la cruz. Las energías y el ingenio profusos para la construcción del templo están al servicio de la acción de la oración de la comunidad cristiana. Al esplendor del lugar, que recorre a través de las imágenes la historia de la salvación, corresponde el milagro diario que nos hace probar la Eucaristía. Las maravillas creadas por el arte inspirado por la palabra de Dios se convierten en un lugar ideal para celebrar la presencia del Señor convertido en alimento y bebida de vida para su pueblo.

Al participar con devoción en una acción litúrgica en este templo, y de manera muy especial en la santa misa, podemos ,pues, experimentar un momento y un lugar en el que la humanidad se asoma a la eternidad, roza lo divino, y dialoga con ello, recibiendo gracias y consuelo. Podemos entrar en una bendita tierra fronteriza, donde Dios se comunica con nosotros y nosotros con Él. Gracias a la Eucaristía de la que nos alimentamos, formamos una verdadera comunidad que camina junta y supera egoísmos estériles y ambiciones personales vacías.

El esplendor de la catedral nos lleva a la fe que lo hizo posible. El gran arte cristiano es realmente, junto con el testimonio del martirio y de la caridad activa, la prueba más convincente de la verdad de la fe, del hecho que Cristo no es un personaje relegado en el pasado, sino el Resucitado viviente que guía la historia. La catedral de Monreale invita a tomar en serio la revelación cristiana, porque una tal cascada de belleza lleva a la fuente que la inspiró, a generaciones de creyentes que supieron, a través de la piedra y del mosaico, expresar la alegría interior del discípulo redimido por Cristo.

Con motivo del inestimable valor espiritual y eclesial, así como histórico y artístico de vuestra catedral estáis llamados — con la ayuda de todos — a hacer todos los esfuerzos posibles para defenderla y mantenerla refulgente de luz y belleza, para poder estar a la altura de vuestros predecesores que la levantaron. La catedral de Monreale es el orgullo y la gloria de vuestra ciudad, de la archidiócesis y de toda Sicilia, es un tesoro de fe que se ha hecho piedra y mosaico como testimonio constante del apego de Sicilia a su Iglesia y requiere cuidados, dedicación y generosidad especiales.

Las teselas resplandecientes postulan, sin embargo, algo más importante, como las lecturas de la santa misa de hoy nos ayudan a entender. Relacionan el edificio de la iglesia con el pueblo de Dios que se reúne en él. La belleza exterior del templo se refleja en la belleza del alma de cada fiel, santificada por la gracia a través del bautismo y los demás sacramentos, que nos hacen miembros del Cuerpo de Cristo.

Al magnífico edificio material corresponde el espiritual, que se construye en el amor. A este propósito San Pedro nos recuerda que: "También vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios" (1 Pedro 2: 5). Las almas salvadas por Cristo, habitadas por el Espíritu Santo, en camino hacia el Reino de Dios, son la obra maestra más grande y la catedral más hermosa para mantener limpia, luminosa y firme en las buenas obras.

Las realidades más importantes, por lo tanto, no son las paredes cuajadas de mosaicos, sino las personas que reconocen al Señor Jesús como la piedra angular y que se identifican a sí mismos como "piedras vivas" de un edificio espiritual, que posee una belleza de santidad que las piedras no pueden expresar.

Pero no podemos ser piedras vivas que permanezcan aisladas, desligadas de la comunidad que nos transmite los dones del Señor. No se vive en la Iglesia como átomos independientes y autorreferenciales, porque cada uno está en relación vital con Dios que lo creó y lo redimió y con los hermanos. El Espíritu Santo nos ha reunido en un solo pueblo, del cual somos miembros vivos. Por lo tanto, es necesario dejarse llevar por su soplo y esforzarse por crear armonía, hacer coro, difundir un concierto melodioso que multiplica las energías al servicio del bien.

Nos ayuda a entender esta dinámica fundamental el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que acabamos de leer, donde se presentan los pilares fundamentales de la Iglesia primitiva y, en consecuencia, de cada comunidad verdaderamente eclesial, que se expresa en la perseverancia, vivida en la concordia, y en el intercambio de bienes espirituales y materiales.

El primer pilar es la enseñanza de los apóstoles, testigos directos del Señor, para que la hagamos nuestra con un compromiso serio y continuo. El segundo pilar es la comunión, que indica aquí el libre intercambio de bienes materiales, que hace visible la unión espiritual de los creyentes, llamados a ser "un solo corazón y una sola alma" (4,32). La comunión garantiza que a ninguno le falte lo necesario para vivir y que los pobres puedan contar con la solidaridad y la generosidad de todos. El que quiere ser discípulo del Señor no puede por menos que socorrer a los que lo necesitan.

Como dice el apóstol Juan: "No amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad" (1 Jn 3:18). El cristianismo es, a imitación de Cristo, irradiación hacia todos y, especialmente hacia los pobres, de la caridad. Los que no lo reconocen olvidan que Nuestro Señor "el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza" (2 Corintios 8: 9), se olvida de que el amor por el prójimo que vemos es prueba y verificación del amor a Dios a quien no vemos.

El tercer pilar es partir el pan con los hermanos en la Eucaristía con alegría y sencillez de corazón. Ejercitando la virtud de la humildad, participando en las alegrías y las penas de la comunidad, haciendo de la liturgia la principal fuente de caridad para parecernos cada vez más al pan eucarístico del que nos nutrimos, la fe se convierte en luz que propaga la caridad. Como el Santo Padre Francisco afirmó recientemente en Molfetta: " Quien se alimenta de la Eucaristía, asimila la misma mentalidad del Señor. Él es Pan partido para nosotros y quien lo recibe se vuelve a su vez pan partido, que no fermenta con orgullo, sino que se da a los demás: deja de vivir para sí mismo, para su propio éxito, para obtener algo o para ser alguien, sino que vive para Jesús y como Jesús, o sea por los demás.... Después de la Misa ya no se vive para uno mismo, sino para los demás"(Homilía, 20 de abril de 2018). La Eucaristía, fuente y centro de la comunidad, genera una caridad activa, tras las huellas pasos de Cristo, que se hizo caridad del Padre hacia nosotros.

La asiduidad en las oraciones en el templo, especialmente en algunos momentos significativos de la vida de la comunidad cristiana, es el cuarto pilar. Cuando los fieles se reúnen , Dios obra signos y prodigios, fortalece la comunidad, hace que crezca y dispersa las fuerzas que la desintegran. El resultado es una vida hermosa y alegre, que sabe cómo enfrentar las vivencias humanas, en su alternancia entre alegrías y dolores, a la luz del Evangelio, sin huir de la realidad, pero con la alegría de la Pascua en el corazón, que irradia una esperanza indestructible de vida sin fin , con Dios, con la Santísima Virgen María y todos los santos.

El pasaje del Evangelio ahora proclamado nos hace dar otra paso adelante. Jesús, hablando con la samaritana, le dice: "Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte ni en Jerusalén, adoraréis al Padre ... Llega la hora — (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad "(Jn 4, 21, 23). ¡Jesús dirige la atención mucho más allá del lugar exterior!

No es decisivo adorar a Dios en un lugar determinado. Es decisivo, sin embargo adorarlo, en la docilidad al Espíritu Santo, con una conciencia límpida, alejada del mal porque ha sido redimida por Cristo. El esplendor del templo y de la liturgia están dirigidos a las almas para que, a su vez, se vuelvan espléndidas por la acción de la gracia en ellas. De esta manera, la oración y la adoración se convertirán en vida y caridad. Necesitan — antes que la belleza de las piedras del templo — la belleza de un corazón dócil que ame al Señor y haga espacio para Dios en cada momento de la existencia.

En el día en que Monreale exulta por el recuerdo de la dedicación su catedral y recuerda con alegría la entrada en la archidiócesis de su pastor, podemos repetir las palabras de la Proclamación de Pascua en la noche gloriosa de la resurrección de Cristo: " Alégrese también nuestra madre la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este templo con las aclamaciones del pueblo. "

Que las innumerables gracias concedidas por el Señor sean una ocasión de vivo reconocimiento y un motivo de renovado compromiso, tanto a nivel personal y familiar, como eclesial y comunitario. La Virgen Madre de Dios, a la cual con el título de María Naciente este templo está dedicado, San Castrense y todos los santos de esta archidiócesis, junto con Santa Rosalía, Santa Ágata y el beato Padre Giuseppe (Pino) ??Puglisi, sean vuestros poderosos intercesores ante el Padre, para que os conceda todo bien, consuelo y gracia. Así sea.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

27/04/2018-17:07
Redacción

Brasil: Mons. Airton José Dos Santos, nombrado arzobispo metropolitano de Mariana

(ZENIT — 27 abril 2018).- El Santo Padre ha nombrado arzobispo metropolitano de Mariana (Brasil) a Mons. Airton José Dos Santos, transfiriéndolo de la sede metropolitana de Campinas, indica la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Mons. Geraldo Lyrio Rocha, presentó la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de Mariana (Brasil), y ésta ha sido aceptada por el Papa Francisco.

 

Mons. Airton José dos Santos

Mons. Airton José dos Santos nació el 25 de junio de 1956 en Bom Repouso, en la archidiócesis de Pouso Alegre, en el estado de Minas Gerais. Asistió al curso de Filosofía en la FAI — Faculdades Associadas do Ipiranga y al de Teología en la Facultad Teológica Pontificia Nossa Senhora da Assungáo de las archidiócesis de Sao Paulo. Obtuvo una Licenciatura en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

El 8 de diciembre de 1985 recibió la ordenación sacerdotal y fue incardinado en la diócesis de Santo André, donde ha ocupado los siguientes cargos: vicario parroquial, rector del Seminario de Filosofía, vicario regional, miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores; coordinador diocesano de Pastoral Vocacional y Pastoral Familiar; párroco; canciller y ecónomo diocesano.

El 19 de diciembre de 2001 fue nombrado obispo auxiliar de Santo André y recibió la ordenación episcopal el 2 de marzo de 2002. El 4 de agosto de 2004 fue nombrado obispo de Mogi das Cruzes y 15 de febrero 2012 fue promovido a arzobispo de Campinas.

Ha sido secretario del Consejo Episcopal Regional Sul 1 y presidente de la Comisión de Liturgia. En el ámbito nacional ha sido Presidente de la Comisión Episcopal para los tribunales eclesiásticos de segunda instancia y miembro de la Comisión Episcopal para la implementación del Acuerdo Brasil-Santa Sede.

Actualmente es presidente del Consejo Episcopal Regional Sul 1 de la CNBB, que incluye las diócesis del estado de Sáo Paulo.

 

 

27/04/2018-06:32
Isabel Orellana Vilches

San Luis María Grignion de Montfort, 28 de abril

«Maestro de la espiritualidad mariana, autor de textos dedicados a la Virgen halló refugio en su maternal regazo ante las numerosas pruebas que sufrió. Dejó puestos los pilares de la Compañía de María y de las Hijas de la Sabiduría»

Nació el 31 de enero de 1673 en Montfort, Francia. Era el mayor de dieciocho hermanos. Entre ellos hubo tres sacerdotes y tres religiosas; otro falleció en la infancia. Aunque de fuerte complexión y fortaleza física, gran habilidad, así como cualidades para el arte (dibujo y pintura) y la literatura —todo lo cual merecía el respeto de sus amigos—, Luís era tímido; le agradaba la soledad. Se curtía orando ante la Eucaristía y frente a la imagen de María. Su padre era un abogado de carácter agrio e irascible, que volcaba especialmente en su primogénito, hostigándole e incitándole a la ira. Como el joven tenía también su temperamento, y seguramente un viso cercano al despotismo y a la arrogancia como su progenitor —según han afirmado estudiosos de su vida—, para evitar conflictos con él actuaba como Teresa de Lisieux: hacía de la huída su victoria. Al optar por esta vía se adiestraba en la forma de morir a sí mismo indicada por Cristo y caminaba firmemente hacia la santidad.

Fue domando sus tendencias y aprendió a ser paciente y amable. Ello le predispuso para saber afrontar evangélicamente numerosas pruebas que salpicaron su acontecer: incomprensiones, persecuciones e insultos cargados de hiel. Pronto se refugió en María para que acogiese en su regazo maternal las penas que le ahogaban. Ella le confería paz. «Soy todo tuyo ¡oh María!, y todo cuanto tengo, tuyo es», escribiría en una de sus extraordinarias obras.
Siendo adolescente acudía por la mañana temprano a misa sin reparar en la notable distancia que había entre el templo y su domicilio. Cursó estudios con los jesuitas de Rennes y mantuvo la costumbre de acudir a la iglesia visitándola antes y después de salir de clase. Todo ello aconteció en la etapa crucial de los 11 a los 19 años, que de algún modo marca el devenir. Era externo; vivía con su tío sacerdote Alain Robert. En ese periodo tuvo una experiencia de Dios que dio un vuelco a su vida, y que le llevó a centrarse en la oración y en la penitencia. Ante todo, buscaba su transformación interior. Por eso aprovechaba las vacaciones uniéndose a un grupo de jóvenes que atendían a pobres y enfermos incurables liderados por Julien Bellier, un sacerdote con gran impronta apostólica. Allí comenzó a impartir catequesis y a intensificarse su devoción a María. Fue el umbral de una de sus líneas características: la búsqueda de la Sabiduría.

A los 20 años inició estudios eclesiásticos en el seminario san Sulpicio de París. Su familia atravesaba serios problemas económicos, y aunque tenía benefactores malvivió en el alojamiento que le asignaron fuera del seminario porque no podía procurarse otro mejor. Al morir el director de la comunidad se acogió a otra con mayores carencias. Padeció hambre y frío tales que enfermó seriamente. Permaneció un tiempo en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte, y al recobrar la salud ingresó en el seminario de san Sulpicio. Sus gestos no pasaron desapercibidos: velaba a moribundos para obtener algo de dinero, se manifestaba en las calles contra los que publicaban textos poco edificantes o entonaban canciones profanas, organizaba colectas en el seminario para ayuda de los necesitados, etc. Eran formas consideradas poco ortodoxas por muchos de su entorno y no causaban buena impresión precisamente. A ello se unían las críticas contra su criterio, juzgado como severo en no pocas ocasiones. Luís iba conquistando la santidad a fuerza de oración, penitencia y estudio.

Fue ordenado en 1700. Y los dieciséis años de sacerdocio vinieron cargados de dificultades para él, entre otras cosas, porque no se entendía su inquietud y nula conformidad con ciertas costumbres eclesiásticas. En 1703 aún no tenía claro si debía orientarse al auxilio de los pobres o a la predicación. Entonces ya vivía en París y meditaba sobre la cruz de Cristo en el minúsculo espacio que había en el hueco de la escalera de un modesto local. En 1704 estuvo centrado en las misiones en Poitiers en medio de incomprensiones hasta el punto de que el obispo le despidió de la diócesis. Fueron años de incertidumbre y soledad, de muchos recelos acumulados tras de sí a su pesar, de ver cómo se cerraban puertas que había ido abriendo. No sabía a quién acudir, hasta que en 1706 tomó la decisión de viajar a Roma. Fue con la esperanza de que el Santo Padre marcase el rumbo que debía seguir. Y Clemente XI en el transcurso de una audiencia ratificó la labor que había venido realizando, esa que otros no acogieron bien, encomendándole la evangelización de las campiñas de Francia en comunión con los obispos. Partió de allí con el título de «misionero apostólico» que el pontífice le confirió.

Durante cinco años evangelizó el país de forma incansable llegando hasta Bretaña. Animaba las misiones con cánticos y ponía signos externos que recordarían la labor llevada a cabo. Señalizaba los lugares con cruces, a veces erigía calvarios y hacía que cobrasen realce cofradías que estaban en decadencia. Después de una corta experiencia vinculado a unos misioneros que actuaban bajo la dirección del padre Leuduger lanzó las redes a laicos y otros presbíteros de distintas órdenes interesados en colaborar con él. En medio de las dificultades que prosiguieron, casi al final de sus días puso las bases de dos congregaciones religiosas: la Compañía de María y las Hijas de la Sabiduría; se materializaron cuando ya había fallecido. Además, restauró templos dedicados a María, y luchó contra el jansenismo arrebatando numerosas conversiones. Fue un insigne escritor de textos marianos. El 28 de abril de 1716 falleció a consecuencia de una pulmonía en Saint-Laurent-sur-Sévre. León XIII lo beatificó el 22 de enero de 1888. Pío XII lo canonizó el 20 de julio de 1947. En 1942 se halló su manuscrito Tratado de la verdadera devoción a Maríaque ha conferido a este santo fama universal.