Servicio diario - 07 de mayo de 2018


 

Video mensaje del Papa: Unidad de los cristianos para superar la esclavitud moderna
Rosa Die Alcolea

Ginebra: Programa oficial de la "peregrinación ecuménica" del Papa
Rosa Die Alcolea

Congreso Internacional: "Consagrados llamados a ser la aurora de la Iglesia"
Redacción

Beata María Catalina de San Agustín, 8 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

07/05/2018-17:31
Rosa Die Alcolea

Video mensaje del Papa: Unidad de los cristianos para superar la esclavitud moderna

(ZENIT — 7 mayo 2018).- El Santo Padre llama a todos los cristianos a desarrollar "todos juntos" una mayor colaboración para que se supere todo tipo de desigualdad todo tipo de discriminación, que "son precisamente las que hacen posible que un hombre pueda hacer esclavo a otro hombre".

El Papa Francisco ha enviado un video mensaje a los participantes en el II Fórum Internacional sobre la esclavitud moderna que tiene lugar en Buenos Aires (Argentina) del 5 al 8 de mayo, y cuyo tema es "Viejos problemas en el nuevo mundo".

El Santo Padre propone dos principales tareas en este ámbito: La primera es "poner en acción una estrategia que permita un conocimiento mayor del tema" y la segunda apunta a "actuar en favor de quienes son convertidos en esclavos".

En este sentido, el Papa se refiere a "defender sus derechos, impedir que los corruptos y los criminales escapen de la justicia y tengan la última palabra sobre las personas explotadas".

Se trata de un foro organizado por la Arquidiócesis ortodoxa de Buenos Aires, guiada por el querido Metropolita Tarasios, y por el Instituto Ortodoxo Patriarca Atenágoras de Berkeley en California y cuenta con el patrocinio del Patriarcado ecuménico.

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A continuación, publicamos el texto del video mensaje que el Santo Padre Francisco, publicado por la Oficina de Prensa del Vaticano:

 

Vídeo mensaje del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Acogí con agrado la invitación para dirigirles un saludo a ustedes, que están participando en este Fórum sobre las formas modernas de esclavitud: «Viejos problemas en el nuevo mundo», organizado, por la Arquidiócesis ortodoxa de Buenos Aires, guiada por el querido Metropolita Tarasios, y por el Instituto Ortodoxo Patriarca Atenágoras de Berkeley en California y cuenta con el patrocinio del Patriarcado ecuménico. Antes de nada, manifiesto mi más sentido agradecimiento al Patriarca ecuménico, Su Santidad Bartolomé I, y al Arzobispo de Canterbury, Su Gracia Justin Welby, que el año pasado inauguraron estos Fórum. Me consuela saber que compartimos la misma preocupación por las víctimas de la esclavitud moderna.

La esclavitud no es algo de otros tiempos. Es una práctica que tiene raíces hondas y se manifiesta todavía hoy y en muchas formas diversas: tráfico de seres humanos, explotación del trabajo a través de deudas, explotación de niños, explotación sexual y de trabajos domésticos forzados son algunas de las tantas formas. Cada una es más grave y deshumana que las otras. A pesar de la falta de información que tenemos a disposición desde algunas regiones del mundo, las cifras son dramáticamente elevadas y, muy probablemente, subestimadas. Según algunas estadísticas recientes, habría más de 40 millones de personas, hombres, pero sobre todo mujeres y niños, que sufren la esclavitud. Solo para hacernos una idea podemos pensar que si vivieran en una única ciudad, sería la más grande megalópolis de nuestro planeta y tendría, más o menos, cuatro veces más la población de toda el área urbana de Buenos Aires y gran Buenos Aires.

Ante esta realidad trágica, nadie puede lavarse las manos si no quiere ser, en cualquier modo, cómplice de este crimen contra la humanidad. Una primera tarea que se impone es poner en acción una estrategia que permita un conocimiento mayor del tema, rompiendo ese velo de indiferencia que parece cubrir la suerte de esta porción de la humanidad que sufre, que está sufriendo. Parece ser que muchos no desean comprender el alcance del problema. Hay algunos que, al estar involucrados directamente en organizaciones criminales, no quieren que se hable de esto, simplemente porque sacan elevados beneficios gracias a las nuevas formas de esclavitud. También está quien, aun conociendo el problema, no quiere hablar porque se encuentra allí donde termina la "cadena de consumo", como consumidor de los "servicios" que ofrecen hombres, mujeres y niños convertidos en esclavos. No podemos hacernos los distraídos: todos estamos llamados a salir de cualquier forma de hipocresía, afrontando la realidad de que somos parte del problema. El problema no está en la vereda de enfrente: me involucra. No nos está permitido mirar hacia otra parte y declarar nuestra ignorancia o nuestra inocencia.

Una segunda gran tarea es la de actuar en favor de quienes son convertidos en esclavos: defender sus derechos, impedir que los corruptos y los criminales escapen de la justicia y tengan la última palabra sobre las personas explotadas. No es suficiente que algunos estados y organismos internacionales adopten una política particularmente dura al querer castigar la explotación de los seres humanos, si después no se afrontan las causas, las raíces más profundas del problema. Cuando los países sufren pobreza extrema, sufren violencia y corrupción, ni la economía, ni el marco legislativo ni las infraestructuras de base son eficaces; no logran garantizar la seguridad ni los bienes ni los derechos esenciales. De este modo, es más fácil que los autores de estos crímenes sigan actuando con total impunidad. Además, hay un dato sociológico: la criminalidad organizada y el tráfico ilegal de seres humanos eligen sus víctimas entre las personas que hoy tienen escasos medios de subsistencia y todavía menos esperanzas para el futuro. Para ser más claro: entre los más pobres, entre los más postergados, los más descartados. La respuesta de base reside en crear oportunidades para un desarrollo humano integral, iniciando con una educación de calidad: este es el punto clave, educación de calidad desde la primera infancia, para seguir generando después nuevas oportunidades de crecimiento a través del empleo. Educación y empleo.

Este trabajo inmenso, que requiere valentía, paciencia y perseverancia, necesita un esfuerzo común y global por parte de los diversos actores que componen la sociedad. También las Iglesias deben empeñar su tarea en esto. Mientras individuos y grupos especulan vergonzosamente sobre la esclavitud, nosotros cristianos, todos juntos, estamos llamados a desarrollar cada vez más una mayor colaboración, para que se supere todo tipo de desigualdad todo tipo de discriminación, que son precisamente las que hacen posible que un hombre pueda hacer esclavo a otro hombre. Un compromiso común para afrontar este desafío será una ayuda valiosa para la construcción de una sociedad renovada y orientada a la libertad, a la justicia y a la paz.

Deseo que este Fórum tenga buen éxito; pido al Señor que los bendiga a ustedes y bendiga el trabajo que están haciendo. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

07/05/2018-16:36
Rosa Die Alcolea

Ginebra: Programa oficial de la "peregrinación ecuménica" del Papa

(ZENIT — 7 mayo 2018).- El Papa Francisco visitará por primera vez Suiza el próximo 21 de junio de 2018, donde pronunciará dos homilías y un discurso, con motivo del 70 aniversario del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

El Vaticano ha publicado este lunes, 7 de mayo de 2018, el programa de la "Peregrinación ecuménica" del Papa Francisco en Ginebra, el jueves 21 de junio, una visita que el CMI describe como "histórica".

Esta será la primera visita del Papa Francisco a Suiza, la tercera de un Papa al CMI, y él será el cuarto Papa en ir al país, después de la visita de Pablo VI (1969, al CMI), las cuatro visitas de Juan -Paul II (1982 en Ginebra, 1984 en el COE, 1985 y en 2004, en Berna), y el paso de Benedicto XVI durante sus vacaciones (julio de 2006, monasterio del Gran San Bernardo).

El próximo 15 de mayo, a las 12 horas, se celebrará una conferencia de prensa para presentar el programa de este viaje.

En el acto intervendrán el cardenal suizo Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el pastor Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias Iglesias, Obispo Charles Morerod, Obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo de la Iglesia Católica Romana, y Marianne Ejdersten, Directora de Comunicaciones del CMI.

 

Programa del viaje

– 8:30 horas: Salida en avión de Roma/Fiumicino  hacia Ginebra

– 10:10 horas: Llegada al aeropuerto internacional de  Ginebra

Ceremonia de bienvenida

Encuentro privado con el presidente de la Confederación helvética en una sala del aeropuerto

– 11:15 horas: Oración ecuménica en el Centro Ecuménico WCC

Homilía del Santo Padre

Almuerzo con la leadership WCC  en el Ecumenical Institute di Bossey

– 15:45 horas: Encuentro ecuménico en el Centro Ecuménico WCC

Discurso del Santo Padre

Santa Misa en el Palexpo

Homilía del Santo Padre

Despedida oficial

– 20 horas: Salida en avión hacia el aeropuerto de Roma/Ciampino

– 21:40 horas: Llegada al aeropuerto de Roma/Ciampino

 

 

07/05/2018-17:45
Redacción

Congreso Internacional: "Consagrados llamados a ser la aurora de la Iglesia"

(ZENIT — 7 mayo 2018).- Se concluyó ayer el Congreso internacional "Consecratio et consecratio per evangelica consilia"organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

En estos días los consagrados y consagradas de todo el mundo se encontraron para compartir reflexiones y experiencias sobre los temas de la consagración, el carisma, la fraternidad y la misión.

«Debemos continuar caminando juntos en sinodalidad, porque el Espíritu Santo habla donde existe la armonía de la vida fraterna», dijo el Cardenal De Aviz, Prefecto de la CIVCSVA en la conclusión de la sesión celebrada ayer, 6 de mayo de 2018.

Una reflexión sobre la consagración, que se ha iniciado en estos días y que es necesario continuar desarrollando, primero desde el punto de vista teológico, a partir del Concilio Vaticano II y desde el Magisterio y trabajando junto con otros Dicasterios, así lo ha afirmado Mons, José Rodríguez Carballo, OFM, Arzobispo Secretario CIVCSVA en el desarrollo de la síntesis conclusiva. «La consagración es una realidad dinámica, in itinere ... Es una identidad en relación, porque el carisma tiene un aspecto relacional. Podemos ser la aurora de la Iglesia — como nos ha dicho el Papa — si caminamos juntos, en comunión con la Iglesia y en comunión con el mundo».

«La experiencia que estoy haciendo en estos días — ha dicho Kris Van Damme, consagrado de la Familia espiritual la Obra — es la de ver y encontrar una gran diversidad de carismas y de modos de vivir y de entender la consagación. No obstante la diversidad veo la unidad por amor de Cristo y el compromiso con la Iglesia, además una fuerte experiencia de Espíritu Santo».

También lo afirma, Jeanne Marie Cooper, 33 años, consagrada del Ordo Virginum desde hace más o menos 10 años, que desarrolla su profesión de juez y coordinadora del tribunal matrimonial en la Diócesis de Winona-Rochester: «En este Congreso me he sentido animada por la apertura de la Congregación hacia las diversas formas de vida consagrada, como el Ordo Virginum, que son nuevas realidades en la vida de la Iglesia. También he sentido una gran alegría encontrar otras vírgenes consagradas de todo el mundo y descubrir como son de semejantes nuestras experiencias personales, a pesar de nuestros contextos culturales diferentes».

 

 

07/05/2018-17:48
Isabel Orellana Vilches

Beata María Catalina de San Agustín, 8 de mayo

«Al servicio de los pobres y de los enfermos vivió esta beata que fue agraciada con numerosos favores místicos, siendo asediada también por el maligno. Es otro ejemplo de precocidad en la entrega que comenzó en la más tierna infancia »

Nació en Saint-Sauveur-le-Vicomte, en la Normandía francesa, el 3 de mayo de 1632. Su influyente familia pertenecía a la alta burguesía. Su padre Jacques Symon,señor de Longpreyera teniente alcalde de Cherbourg y prestigioso jurista. Fue la tercera de cinco hijos, pero desde sus 2 años de vida creció bajo el amparo de sus ilustres abuelos maternos, Jean et René Jourdan, personas de oración y de gran generosidad. Atendían a los pobres y enfermos en una especie de hospital, ayudados por sacerdotes y religiosos que prestaban su colaboración. Al transcurrir su infancia en tal ambiente de virtud, colmado de cuidados a los que tanto sufrían, en su corazón prendió la llama de la vocación. El jesuita padre Malherbe sació su curiosidad cuando a los 3 años le preguntó qué había que hacer para agradar a Dios. A través de un enfermo le explicó que podía lograrse como él, aceptando su enfermedad; así cumplía la voluntad divina. La niña tomó buena nota de ello y el resto de su vida estuvo marcada por el anhelo de complacer a Dios y darse a Él por entero.

Precocidad y firmeza en su decisión fueron dos características de su imparable progreso espiritual. A los 4 años comulgaba, a los 10 se integró en la cofradía del Rosario, y a los 11 hizo voto de castidad ante María, por la que sintió gran devoción, en compromiso escrito y sellado con su propia sangre. Prometió no cometer jamás ningún pecado mortal y rubricó esa crucial etapa incluyendo otras pautas que, junto a éstas, iban a conducirle a los altares: oración, meditación, confesión y, por supuesto, la recepción de la Eucaristía. Su abuelo, viendo tantos rasgos de virtud en ella, predijo que sería religiosa y sierva de Dios.

Dispuesta a ser hospitalaria, a los 12 años ingresó como postulante en el monasterio de la Misericordia de Bayeux, regido por las religiosas agustinas, con quienes le ligaban lazos de amistad y gratitud porque su familia las había ayudado económicamente. Con ello se cumplía el vaticinio efectuado por san Juan Eudes en 1643 quien anticipó que sería monja. No consta que haber sido objeto de dos predicciones le condicionara. Sencillamente vivía con naturalidad la entrega a la que iba siendo llamada en cada instante. Juan Eudes le fue aconsejando santamente y el 24 de octubre de 1646 —a la edad de 14 años—, tomó el hábito religioso. Fue una fecha cargada de tintes emotivos ya que en ella perdió a su querido abuelo. Como era de esperar, el grado de madurez humana y espiritual que había marcado una trayectoria poco común hacia una radical consagración fue palpable en el noviciado, ejemplar para el resto de la comunidad cuya edad superaba con creces la suya. La rutina pasó por su vida sin rozarla siquiera.

Dispuesta, atenta a cualquier atisbo providencial para vivir una mayor oblación, al conocer la demanda de religiosas para ir a Canadá cursada por la madre María Guenet de San Ignacio, superiora del Hótel-Dieu de Québec no se lo pensó dos veces.

Enseguida manifestó su anhelo de servir a Dios en ese hospital que la Orden regía desde 1639. No vieron factible en un primer momento dar respuesta a la demanda de Catalina. Su padre se opuso frontalmente. Pero al ver la férrea convicción que tenía: «vivir y morir en Canadá, si Dios te abría la puerta», no tardaron en cambiar de parecer religiosas, su padre y el prelado, que dio su visto bueno. En concreto el señor de Longpreycedió tras la lectura de la vida del mártir jesuita padre Isaac Jogues. Su madre Frangoise Jourdan de Launay, que la beata perdió siendo muy niña, contemplaría desde el cielo este nuevo rasgo de virtud de su pequeña.

En 1648, a los 16 años, hizo sus primeros votos. Al profesar tomó el nombre de María Catalina de San Agustín. En mayo de ese mismo año se cumplió su deseo de partir a Canadá. Su juventud no fue óbice para emprender una travesía llena de vicisitudes que duró tres meses. En el trayecto contrajo la peste y sanó con la intercesión de la Virgen María. Llegó a Québec el 9 de agosto de ese año. Toda la ayuda era poca para las hermanas que le habían precedido. Su presencia fue como un don caído del cielo. Desde el primer momento se afanó ofreciendo lo mejor de sí en una agotadora tarea. Lo hizo con destreza y sentido práctico porque tenía formidables cualidades como
enfermera. Aprendió las lenguas de los nativos de las tribus indias a los que asistían, y fue un modelo de sencillez y donación. Viendo sus muchos talentos, los superiores la nombraron administradora del monasterio y del hospital. Luego sería directora general de éste, así como maestra de novicias y ecónoma.

Se dedicaba a sus misiones en cuerpo y alma, ejercitando la caridad con una disposición admirable. Era encantadora en su trato, delicada, obediente, humilde, y vivía con auténtico espíritu de sacrificio. Todas las penalidades que se le presentaron las sufrió en silencio. Fue agraciada con dones místicos y favores del cielo que han sido subrayados por sus biógrafos. Y todo ello en medio de violentas tentaciones a las que fue sometida por el diablo. En una de sus experiencias místicas sobrenaturales vio al mártir san Juan de Brébeuf, a quien se encomendó. Su confesor y biógrafo el jesuita padre Ragueneau le sugirió que escribiera un diario, pero quedó destruido en el incendio del Hótel-Dieu. Falleció en este lugar el 8 de mayo de 1668, a la edad de 36 años, aquejada por la tuberculosis. Había consumado su vida siendo estrictamente fiel a este anhelo: «Que se haga tu voluntad»en un ejercicio permanente de caridad. Juan Pablo II la beatificó el 23 de abril de 1989.