Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

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Nº 580

29 de may. 2018

 

1. Ángel Nuño: “las sectas detectan los momentos de vulnerabilidad de las personas”.

2. España: la Costa del Sol, una zona con gran concentración de sectas.

3. Paraguay: un testigo de Jehová denuncia ante la Justicia la transfusión realizada a su esposa.

4. Argentina: así fue el proceso judicial contra los Niños de Dios en Rosario.

5. Los mormones le piden a un juez que desestime una demanda por abuso sexual.

6. Los mormones rompen definitivamente su relación con los Boy Scouts.

7. La historia de Osho (Bhagwan Rajneesh).

8. Una exposición en Barcelona repasa la influencia del ocultismo en el arte contemporáneo.

9. Brasileña juzgada por asesinato en Madrid cuenta la influencia de una secta de vudú.

10. España: nuevo juicio por explotación sexual de una nigeriana amenazada con vudú.

 

 

1. Ángel Nuño: “las sectas detectan los momentos de vulnerabilidad de las personas”.

FUENTE: La Opinión de Málaga

 

 

En una sociedad inmersa en una profunda crisis de valores y hasta de identidad, las sectas se aprovechan y ofrecen seguridades, respuestas, asideros… por lo que no es de extrañar que tantas personas acaben en sus redes. Es lo que opina, y con ello justifica el actual auge de las sectas, Ángel Nuño, que es profesor de Movimientos Religiosos Alternativos en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas “San Pablo” de Málaga, vinculado a la facultad de Teología de Granada y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).

Este experto pone en evidencia la proliferación de grupúsculos de apenas una docena de integrantes, pero igualmente destructivos, que ejercen su labor de captación a través de internet y las redes sociales, donde son mucho más difíciles de detectar y controlar. Recogemos aquí la entrevista que le ha hecho Ignacio A. Castillo para La Opinión de Málaga.

- ¿Por qué han perdido importancia las sectas de carácter religioso?

- Todavía hay algunas que son claramente religiosas, por su estructura y configuración. Sin embargo, es cierto que éstas también han sufrido el proceso de secularización. Hoy día crecen como la espuma otro tipo de grupos que se alinean con la autorrealización, la meditación o el bienestar. Y en esta órbita nos encontramos con propuestas de canalización de energías, reiki o la meditación vipassana… todo esto está de moda.

- ¿No es necesario ser entonces creyente o más o menos crédulo para caer en la trampa?

- Desde mi punto de vista, el elemento religioso ha sufrido una metamorfosis, se ha tornado y cada vez se parece más a un elemento espiritual. Son grupos muy cercanos a modas espirituales de tipo oriental, espiritualidad sin Dios, sin religión, técnicas de relajación, búsqueda de paz interior, descubrimiento del potencial humano, regresión a vidas pasadas o contacto con difuntos.

Han adquirido también mucha relevancia las pseudoterapias, que ofrecen propuestas de sanación mágica. No es siquiera una medicina natural, ni siquiera se remonta a épocas pasadas. La medicina oficial la presentan como una conspiración o un negocio del que hay que alejarse. Y provocan que personas con enfermedades graves se alejen del tratamiento médico y opten por estas alternativas, que además de suponerles un gran desembolso económico les van alejando también de una posible curación.

- ¿Cómo llegan a sus víctimas?

- A través de ganchos, que son capaces de detectar los momentos de especial vulnerabilidad de las personas. A esto hay que añadir el impacto que aquí también ha tenido internet, lo que también provoca que muchos de estos grupos sean más difíciles de rastrear. A las 300 organizaciones detectadas en España hay que sumar todas estas nuevas realidades que se expanden también a través de las redes sociales, que captan a sus víctimas y logran configurar grupúsculos de menos de 10 personas pero también con consecuencias atroces.

- ¿Por qué este incremento de la actividad de las sectas precisamente ahora?

- Porque se pone de manifiesto la crisis social y la ausencia de valores que padecemos.

- ¿Qué buscan los líderes de las sectas de sus adeptos?

- Uno de los objetivos más claros es el económico. Es el fundamental en muchos de estos grupos. Pero no es el único. También hay grupos quizás, no tan numerosos, en los que destaca sobre todo el carácter megalómano del líder, que quiere que le sigan, que le obedezcan, que se le sometan a su voluntad. El factor lucrativo, aunque puede estar también presente, quedaría en un lugar secundario frente a la admiración a la figura del líder, considerado como una divinidad, una especie de mesías. Se mezcla también ese elemento.

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2. España: la Costa del Sol, una zona con gran concentración de sectas.

FUENTE: La Opinión de Málaga

 

 

Con el título “La mitad de las sectas más destructivas que hay en España operan en la Costa [del Sol]”, La Opinión de Málaga ha publicado un reportaje firmado por Ignacio A. Castillo, junto a la entrevista reproducida justo arriba en este mismo boletín InfoRIES. Según leemos en la entradilla, las sectas funcionan como pequeñas multinacionales que buscan que la inversión que hacen en su expansión sea lo más rentable posible en un mercado con dinero y gente.

No hay en España ningún observatorio nacional que se dedique a identificar o vigilar de forma real y efectiva las sectas, pero los expertos consideran que en España operan en torno a 300 grupos manipulativos. Algunos de ellos muy destructivos. La mitad estarían establecidos en la Costa del Sol. Y, al contrario de lo que pueda pensarse, no solo son sectas religiosas. Identificar, por tanto, qué es una secta, es el primer escollo que tienen que sortear quienes se encargan de estudiarlas. Porque una secta puede ser una secta para un psicólogo, pero puede que no lo sea para un sociólogo. O para un teólogo.

Existe una definición que aporta Vicente Jara, especialista que pertenece a la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES): «Grupo social agresivo que practica el mimetismo y el señuelo». Es la que, por ejemplo, defiende Ángel Nuño, profesor de Movimientos Religiosos Alternativos en los centros teológicos de la Diócesis de Málaga y miembro también de RIES. Hay otras definiciones más complejas y académicas, pero ésta resulta muy esclarecedora.

Son grupos agresivos porque, pueden ocasionar algún tipo de daño a la víctima, a la que aíslan de su familia, empiezan a exigir cantidades económicas o deterioran sus relaciones interpersonales. Practican el mimetismo porque intentan parecerse a una cosa que no son, simulan formas religiosas u ofrecen prácticas pseudoterapéuticas. Y usan un señuelo porque ofrecen actividades, a priori, atractivas, desde ejercicios de relajación a retiros de descanso e incluso curaciones milagrosas.

José Miguel Cuevas es uno de los más reconocidos especialistas en sectas, profesor de Psicología de la Universidad de Málaga y responsable del único servicio público que lucha contra estos grupúsculos en el Ayuntamiento de Marbella. Este experto señala que, lo que parece evidente, es que las sectas consiguen explotar al individuo, «lo someten a los intereses de la organización o del gurú de turno y anulan su voluntad». «Tu libertad queda a merced del grupo. Tus valores previos desaparecen. Te crees que estás en un grupo elitista, que te supone muchas ventajas, que es el resto del mundo el está equivocado, que eres libre y que libremente has escogido ese camino», añade.

Manipulación muy sutil

La víctima, cuando está dentro del grupo, nunca va a aceptar que éste es perjudicial para sí mismo o es sectario. Al contrario. Creen que la pertenencia es un privilegio. «Ahí está el arte o estrategia de estos grupos. Se muestran invisibles, la manipulación es muy sutil», asegura este psicólogo, que además es vicepresidente de la Asociación Iberoamericana de Investigación del Abuso Psicológico y ha centrado su carrera en este ámbito, con un máster en Terapia de Conducta y Experto en Adicciones de la Complutense de Madrid, incluido. «La gente cuando piensa en sectas piensa en algo más tosco o burdo», indica.

El objetivo de la secta depende de cada gurú o líder y depende un poco de la estructura jerárquica de cada colectivo. Puede, además, haber diferentes metas y a cada persona, en función de sus capacidades o talentos, se le puede someter a una explotación diferente. El tema económico es importante pero no en todos los grupos. El sexual es también recurrente. «La organización utiliza a sus adeptos como a peones», destaca.

El problema además es que no hay límites en esa explotación. Es siempre desmedida. El líder de la secta suele tener perfil sociópata «y no tiene ninguna capacidad empática, de ponerse en el lugar del otro, por lo que nunca se va a parar para decir que el fin, a veces, no justifica los medios. Al contrario». Y utiliza todas las técnicas manipulativas a su alcance, las más poderosas, como el miedo, el sentimiento de culpa, los engaños... «Todo lo que haga falta para mantenerlos esclavizados», sostiene Cuevas.

La Costa del Sol es considerada uno de los puntos calientes del crecimiento de este tipo de grupos y sectas. También la costa levantina, algunas islas o las grandes capitales, como Madrid y Barcelona. También Bilbao. Pero en el caso de Málaga «el crecimiento está siendo vertiginoso», sostiene Ángel Nuño. ¿Por qué? Por la confluencia de personas y de culturas. La Costa del Sol es elegida por muchas personas para vivir y pasar largas temporadas de su vida. También por muchos jubilados, que deciden instalar su residencia en la provincia, muchos de ellos extranjeros. Se trata de un enclave turístico excepcional.

«La Costa tiene un gran atractivo para inversores de todo tipo, empresarios o constructores... quien decide poner en marcha uno de estos grupos o abrir una nueva sede, se fija en lugares donde hay mercado y todo le puede resultar más beneficioso, para que la inversión que le resulte rentable. El elemento económico está muy presente en todas las actividades de estos grupos», explica Nuño. «La mayoría de las sectas destructivas con cierta entidad son como pequeñas multinacionales que necesitan expandirse y buscan el mercado donde pueda haber dinero y gente», corrobora Cuevas.

En los años 80 y 90 del pasado siglo el problema de las sectas se agudizó. Entonces existían grupos muy reconocibles, de formas muy ligadas a las prácticas religiosas, que obligaban al adepto a marcharse a un recinto en el que estuviera sufriendo algún tipo de clausura. Pero esta realidad en el estudio de las sectas ya no es tan relevante. De hecho, ocurre lo contrario, indican los expertos. Ya no hay una imagen tan clara de lo que son las sectas. «En el contexto en que vivimos, cuando los religioso parece estar en retroceso, este tipo de sectas tampoco tienen la misma importancia que antes», asegura Nuño.

Con todo, en España se estima que hay 400.000 personas afectadas directamente por las sectas. José Miguel Cuevas destaca el auge de las sectas relacionadas con las pseudoterapias, que ofrecen tratamientos relacionados con la salud, que supuestamente tienen un efecto salvador, pero que no han demostrado con base científica que tengan algún tipo de eficacia por encima del placebo. Son propuestas de sanación mágica, una especie medicina alternativa que entra en colisión con la convencional.

También proliferan las sectas culturales. O las que tienen apariencia humanitaria, que se dedican supuestamente a ayudar a los más necesitados, como el Tercer Mundo. También hay sectas políticas... Cualquier excusa para someter a los adeptos a los intereses del gurú y explotarles desde el punto de vista económico o sexual.

El líder de la secta

Los puede haber muy inteligentes, con estudios universitarios y currículos brutales... Pero también hay líderes de sectas que son analfabetos. Lo que sí comparten todos los gurús es el carisma y su capacidad de atracción. Y sobre todo, como destaca José Miguel Cuevas, son muy narcisistas. «En mi libro publicado en 2006 analizo más de 20 gurús y todos son narcisistas con un ego que se lo pisan», asegura este experto. También suelen ser paranoicos, convencidos de que el mundo está en su contra. Dan rienda suelta a sus deseos y motivaciones vitales. No se han adaptado a la sociedad y están resentidos con ella.

«Tienen una sensación dualista de la sociedad. Nosotros somos los buenos y fuera está todo lo malo. Solo aquí, en el seno del grupo, podemos conseguir sentirnos cómodos y seguros y podemos conseguir algo importante», explica este experto, que indica cuál suele ser el modus operandi del líder de la secta. Manifiestan y comparten con sus adeptos su desconfianza hacia el exterior. «Son antisociales. Son psicópatas. No tienen escrúpulos ni remordimientos», concluye José Miguel Cuevas.

La víctima

El perfil de la víctima es aún más complejo. «La calle cree que son personas vulnerables, débiles, poco cultivadas... todos estos mitos se rompen y todos los estudios dicen que a mayor formación, mayor posibilidad de ser captado», asegura Cuevas. «Cuando pensamos que eso les pasa a otros menos a mí es cuando estamos más expuestos». Y ofrece datos: de las más de 300 víctimas analizadas durante su trayectoria profesional, más de 82 % eran personas con estudios superiores, universitarios o técnicos.

«No quiere decir que no haya sectas especializadas en gente analfabeta o marginada, pero también las hay que buscan a los mejores, gente con gancho, que tengan trabajo. Prácticamente hay una secta para cada persona», resume este estudioso. Las víctimas no tienen por qué tener trastornos psicológicos, ni problemas familiares o laborales importante. Más bien están condicionados por factores situacionales. «Todos pasamos por pequeños baches en la vida». Son momentos de especial vulnerabilidad, vivencias complicadas, pérdidas dolorosas... Y estos grupos son especialistas en detectarlos.

¿Cómo salir?

Surgen las primeras dudas en el adepto a la secta. «Cuando estudiamos este tipo de grupos no solo lo hacemos por acumular un saber sino por ayudar a las personas que pueden estar atrapadas», señala Ángel Nuño, que destaca que, a lo largo de la pertenencia a una secta, «siempre hay un momento en que la persona puede intuir que no está en el camino correcto». «La persona puede manifestar algún tipo de duda o reparo ante el grupo al que se ha vinculado o su entorno», sostiene.

La familia, el primer refugio. Cuando esto ocurra, continúa Nuño, es conveniente que la familia y el círculo más cercano de la víctima actúe con mucho tacto y, en ningún caso, «suelte los típicos exabruptos: ¿cómo se te ocurre? o ¿en qué estabas pensado?». Entre otras cosas, porque el propio grupo les advierte de que antes o después le dirán que había tomado una decisión estúpida. «Con esto lo único que se consigue es reforzar el vínculo con el grupo y el gurú». Lo más pertinente es un trato mucho más comprensivo, más humano, reforzar los vínculos familiares, que es clave para lograr salir.

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3. Paraguay: un testigo de Jehová denuncia ante la Justicia la transfusión realizada a su esposa.

FUENTE: Última Hora

 

 

La Sala Constitucional de la Corte de Paraguay dio trámite a la acción de un testigo de Jehová contra los fallos de un amparo que obligaron a su esposa a recibir transfusión sanguínea, aunque luego falleció. Además de los fallos, también ataca la Ley 3441, de Sangre, específicamente una parte del artículo 24, que dice que ninguna persona podrá oponerse a la transfusión, según leemos en el diario Última Hora.

En el caso, los ministros Miryam Peña Candia y Miguel Óscar Bajac votaron por admitir el estudio de la acción, mientras que la ministra Gladys Bareiro, por rechazar la acción in límine. Según el voto de la mayoría, la acción cumplía con los requisitos formales, por lo que admitieron su estudio. El accionante es Eduvigis Fariña, quien vive en Raúl Arsenio Oviedo, Caaguazú. Se presentó en representación de su fallecida esposa, Linia Ayala González de Fariña, bajo patrocinio de la abogada Abigail Alonso.

Dice que su esposa era una fiel testigo de Jehová y él también. Que su relación con Dios es lo primordial en la vida. Por eso, considera que “si ella sufriera la imposición de una transfusión de sangre no deseada, padecería las consecuencias de tal agresión como un ultraje a su persona”. La mujer padecía una cardiopatía y se sometió a una cirugía en el Hospital Nacional, de donde el 20 de septiembre de 2017 la derivaron al Hospital de Clínicas. La mujer, por escrito, se negó a una transfusión, pero los médicos plantearon un amparo, con el que le dieron transfusión. Falleció el 12 de octubre de ese año.

Por lo grave de su salud, los abogados del Hospital de Clínicas plantearon un amparo ante el juez civil de Luque, Daniel Ocampos, que concedió parcialmente la acción, que fue ratificada luego por el Tribunal de Apelación de Central. El accionante ataca ambas resoluciones de ser inconstitucionales.

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4. Argentina: así fue el proceso judicial contra los Niños de Dios en Rosario.

FUENTE: Rosario Plus

 

 

Parecía una comunidad utópica. Jóvenes y niños de distintos países compartían su vida en un hogar. Se mostraban simpáticos, alegres, desinteresados de las cosas materiales. Predicaban un mensaje de paz y amor basado en la Biblia, sin la rigidez de los cultos tradicionales. Pero bajo esa apariencia, según dijo la prensa de la época, “una siniestra organización desplegaba sus tentáculos sobre los rosarinos”. Eran los Niños de Dios, el paradigma de las sectas religiosas, un antro de prostitución y corrupción de menores. Lo cuenta Osvaldo Aguirre en Rosario Plus.

El 26 de agosto 1992 la jueza de Faltas Liliana Puccio ordenó el allanamiento de una casa de la avenida Córdoba de Rosario (Argentina). Allí vivían 35 menores y 17 mayores de diversas nacionalidades. Había uruguayos, paraguayos, chilenos, peruanos, norteamericanos, alemanes y brasileros. Y mendocinos, salteños, cordobeses, neuquinos y bonaerenses, pero ningún rosarino. Pertenecían a La Familia, el nombre que habían tomado los Niños de Dios después de enfrentar causas judiciales en distintos países y de que su líder, David Berg, se refugiara en Suiza para ponerse a cubierto de los pedidos de captura.

El fenómeno de los cultos alternativos y los grupos que actuaban bajo el difuso concepto de la cultura new age estaba envuelto en la sospecha. Las denuncias de la Iglesia Católica y libros como el best seller Las sectas invaden la Argentina (1986), del periodista Alfredo Silletta, advertían sobre movimientos que recurrían a técnicas de lavado de cerebro y reducían a sus miembros a la servidumbre. Los Niños de Dios representaban ese peligro como ningún otro movimiento.

El profeta del amor

Los orígenes del culto remitían a 1969, cuando Berg, un pastor pentecostal de 50 años, anunció haber recibido un mensaje de Dios que le anunciaba que él era el profeta del fin del mundo y que, como Moisés entre los hebreos, debía reunir al pueblo elegido para conducirlo hacia la Tierra prometida. Los Niños de Dios, como llamó a su culto, se extendieron desde California hacia el resto del mundo, con una fuerte inserción en la cultura hippie y basados en un método de predicación heterodoxo: el flirty fishing, “pesca de coqueteo”, la prostitución religiosa dirigida a empresarios en busca de fondos para sostener el desarrollo de las actividades.

Berg dedicó muchas de sus cartas –los escritos que los adeptos leían en las comunidades– a justificar la prostitución. El sexo y el amor libre no solo desligados del pecado sino como parte de la religión distinguieron al grupo y estaban íntimamente asociados en la vida de su inspirador; según el documental El profeta del amor y los niños de Dios, Berg se masturbó por primera vez en una iglesia, mientras su padre, también pastor, pronunciaba un sermón, y fundó el movimiento cuando dejó a su esposa y se unió con Karen Zerby, una joven 23 años menor que actualmente lidera La Familia.

Los Niños de Dios llegaron a la Argentina en noviembre de 1972, con un músico que tomó el pseudónimo Manases. Predicaban en parejas, mediante canciones y obras de teatro musical. En 1974 tuvieron su primera residencia propia. Según una publicación del grupo, “el gobierno de Juan Perón, el notable dictador argentino, fue excepcionalmente tolerante con nuestra Familia y nuestras actividades”.

Sin embargo, en 1977 la dictadura militar canceló su inscripción en el fichero de cultos no católicos del Ministerio de Relaciones Exteriores por “difundir una doctrina contraria a las instituciones armadas”. Pero los Niños de Dios estaban fogueados en persecuciones y por entonces habían cambiado su organización, para funcionar como comunidades cerradas.

Una denuncia

El 19 de diciembre de 1990 la norteamericana Ruth McKee de Frouman denunció en el Juzgado de Menores de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires, que los Niños de Dios retenían en distintos hogares a sus cuatro hijos, de entre 20 y 12 años. El juez Julio Cámpora derivó la investigación en el comisario Hugo Gambutti, de la división de inteligencia de la policía bonaerense.

El grupo salió al cruce de la denuncia a través de Susanne Claire Borowick, una canadiense que actuaba como su vocero en Argentina, quien presentó en el juzgado a los hijos mayores de McKee, de 20 y 17 años. Los jóvenes dieron toda la impresión de haber sido aleccionados para declarar en favor de los Niños, y el juzgado dispuso su traslado a EE.UU.

Desde 1982, los Niños de Dios habían sido objeto de causas judiciales en la ciudad de Buenos Aires y en Salta. La nueva investigación policial permitió saber que además tenían hogares en Florida, Vicente López, Pilar, Capilla del Señor, Hurlingham, San Isidro, Mar del Plata, Bahía Blanca, Tucumán, Salta y Jujuy. Y en Rosario, donde Mario César Robillard, un adepto al grupo de 39 años, aparecía como inquilino de la casa de Córdoba al 9500, una propiedad con varias edificaciones, amplio parque y pileta.

En agosto de 1991, el Servicio Para el Esclarecimiento en Sectas (Fundación SPES), un organismo de la Iglesia, creado por el psicólogo José María Baamonde (que después sería uno de los fundadores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas, RIES), denunció que el grupo hacía campañas de difusión en escuelas católicas. Dos meses después la Justicia allanó un local de los Niños de Dios en Salta e inició una causa por privación ilegal de la libertad que no tuvo mayores consecuencias.

La búsqueda de los menores Frouman continuó en secreto en el juzgado de Mercedes. La policía de Rosario recibió entonces de la bonaerense la información de que el grupo estaba en la ciudad y decidió emprender sus propias averiguaciones. El dato se filtró a la prensa amiga el 13 de agosto de 1992, cuando La Capital publicó una nota bajo el título “La secta Los Niños de Dios está actuando en Rosario”.

El artículo describió en términos generales las actividades del grupo: “Los integrantes de la secta actúan por lo general de a dos, pero se desconoce si han llegado a hacerlo en parejas de distinto sexo. Con algún pretexto ingresan a oficinas o comercios, donde ven la posibilidad de entablar conversación con personas, preferentemente jóvenes y mujeres, ante quienes inician una especie de catequización preguntándoles si creen en Dios y, de recibir respuesta afirmativa, formulan algunos lineamientos de la secta, a la que no identifican como Los Niños de Dios”. No había mayores precisiones; el dato para reconocerlos era la dirección impresa en los folletos que repartían, una casilla de correo registrada por la policía bonaerense como perteneciente al culto.

Dos semanas después, la jueza Puccio concedió la orden de allanamiento que le pedía la sección Seguridad Personal de la Unidad Regional II. Además de Robillard, la policía identificó a los referentes del grupo como Daniel Eberett Suttin, norteamericano de 38 años, y Carlos Fernando Pesoa Olivares, chileno de 32, y secuestró textos y videos.

Expediente X

El expediente del caso terminó misteriosamente perdido en los Tribunales rosarinos. O más bien fue robado, según la denuncia que presentó en agosto de 1997 el abogado Héctor Navarro, conocido por desempeñarse como perito en las causas iniciadas a los Niños de Dios y por debatir cara a cara con sus miembros en distintos programas de televisión, incluso en el que conducía la periodista cubana María Laria en Miami.

Navarro, que llegó a componer un glosario del grupo, fue uno de los principales denunciantes en Rosario. Lo acompañaba Eduardo Lausse, quien había pasado por hogares de los Niños de Dios en distintos puntos del país hasta llegar a la ciudad, donde abandonó la comunidad. Según su declaración judicial en Mercedes, Lausse entró al grupo “por amor a Dios y por una vida de servicio” a los 13 años de edad y salió diez años después. “Se le marcaban horarios, se controlaban las salidas y se obligaba a memorizar versículos de la Biblia y las cartas de Mo o Moisés David”, el alias de Berg.

“Fui viviendo los cambios de las distintas doctrinas”, dijo, y agregó que “primero fue una de amor libre a la que se incorporó la prostitución sacra (Flirty fishing o pesca con coqueteo) y la incentivación a los padres para que los niños tuvieran relaciones sexuales. Muchas personas se fueron por no estar de acuerdo con las reformas a la doctrina”.

Otro cambio fue la aplicación de castigos corporales, con la idea de que “si el niño no se somete por amor se lo debe someter por el temor”. El grupo tendía a disolver las familias biológicas: “siempre se separa a los chicos de los padres para garantizar que en caso de que alguno abandone la secta no se pueda llevar a sus hijos”, dijo Lausse, que se había casado cinco veces y llegó a ser el pastor en el hogar de Rosario.

Daniel Eberett Suttin parecía el líder religioso al momento del operativo en la sede rosarina. Apenas hablaba español y ante el interrogatorio del comisario Jorge Perfetto, jefe de Seguridad Personal, intentó contestar leyendo pasajes de la Biblia. La espectacularidad del procedimiento comenzó a disiparse cuando se comprobó que ninguno de los menores presentaba signos de abuso ni malos tratos, aunque la policía recibió las loas que por entonces eran de rutina en la prensa local.

Las crónicas reflejaron una mirada donde el morbo se mezclaba con la moralina ante las “sugerentes imágenes” con que el grupo difundía sus creencias. Los integrantes de la comunidad contradijeron en sus declaraciones la antigua prédica de Berg que legitimaba la pedofilia, el incesto y la masturbación infantil, siempre por mensajes que recibía en su línea directa con Dios. “Los integrantes de la secta comían, estudiaban y dormían en el lugar, rigiéndose por estatutos propios.

Uno de ellos establecía que hasta los 21 años no podían tener contactos sexuales con nadie. Luego, pasada esa edad, el amor era libre”, dijo La Capital. Estaban en contra del aborto y del comunismo. “Si un integrante –sea mujer u hombre– está enamorado de la pareja de otro, no tiene más que comunicárselo a su cónyuge para que éste le otorgue la anuencia y así acostarse libremente con el elegido”, agregó el diario local.

Los adultos declararon ante la jueza que no pertenecían a Los Niños de Dios sino a La Familia, como si una cosa y otra fueran distintas. La investigación pasó a enfocarse en las donaciones y el apoyo económico que la comunidad había recibido de frigoríficos, supermercados y comercios de diversos rubros. Pero tampoco encontró ningún delito por ese lado y la jueza Puccio cerró la causa imponiendo 30 días de prisión y el pago de una multa a los miembros del grupo, por negocios no autorizados o prohibidos y explotación de la credulidad pública, dos infracciones al Código de Faltas.

Contraataque

La causa por los menores Frouman continuó abierta, y el 1° de septiembre de 1993 el juez federal de San Isidro Roberto Marquevich ordenó el allanamiento de seis sedes de La Familia en la provincia de Buenos Aires. La Operación Niños de Dios, como se la llamó, derivó en el rescate de 142 chicos, la detención de 80 adultos, el inicio de una causa por corrupción y ocultamiento de menores, reducción a la servidumbre, asociación ilícita y violaciones a la Convención sobre los Derechos del Niño y el pedido de captura de David Berg, por entonces en la ciudad de Zurich.

Los Niños de Dios estaban preparados para resistir el ataque. Lo presentaron como un caso de persecución religiosa y una violación a los derechos humanos. Reconocían seguir las enseñanzas de Berg, pero afirmaban haber abandonado el método flirty fishing y tener prohibidos desde 1987 los contactos sexuales entre miembros del grupo y personas externas. Puertas adentro, en función de mantener la cohesión de la comunidad, lo describía como un ataque del Anticristo.

Las cartas de Berg contenían instrucciones detalladas al respecto. “A los periodistas les fascinan los asuntos polémicos, les encantan las peleas –dijo en Buenas nuevas, una publicación periódica de La Familia–. Salgan, pues, a la palestra y muéstrenles que están entablando una pelea. ¡Salgan a la calle con pancartas! Hagan manifestaciones callejeras (…) Tienen que lograr que los medios informativos presenten nuestro punto de vista”. También destacaba que “la gente generalmente simpatiza con los oprimidos, se compadece de los inocentes, los débiles, los indefensos y de quienes son objetos de ataque, maltratos y abusos injustos a manos de la policía”.

Las listas de oración contenían pedidos curiosos: “Que el Señor nos dé amigos influyentes y buenos abogados en todas las zonas del mundo en que nos encontramos”. También prescribía medidas de seguridad, “que los adolescentes y niños estén preparados para posibles allanamientos o interrogatorios, que los Hogares causen una buena impresión”, asimismo “que el Señor confunda, desenmascare y derrote a todos nuestros enemigos, que han agrupado sus fuerzas para atacar a La Familia a escala mundial”.

Otra línea de defensa consistió en difamar a los ex miembros que denunciaban al grupo. Abigail Berry, Eduardo Lausse, Richard Dupuy, Edward Priebe y Miriam Padilla, ex integrantes de la comunidad, declararon ante Marquevich y dieron detalles sobre violaciones a menores. La declaración de Berry, quien tenía 13 años cuando, según dijo, Susanne Borowick la entregó a su esposo Manuel Sabatasso, tuvo amplia repercusión. Lausse denunció amenazas de muerte y dijo que el grupo permanecía activo en Rosario. “¡Métanles pleito por calumnias, robo y todo lo que se les ocurra!”, recomendaba Berg.

En diciembre de 1993 la Cámara de Apelaciones de San Martín dio vuelta la causa. En fallo dividido, ordenó la libertad de los detenidos, la restitución de los menores y la devolución de los bienes confiscados. Si bien continuó hasta 2004, el proceso quedó decidido en esa instancia. Aunque lo proclamó como un triunfo, La Familia tuvo que irse de la Argentina a causa del escándalo

A 50 años de la fundación del culto, los Niños de Dios continúan su prédica como La Familia Internacional. Berg falleció en 1994 y desde entonces el grupo es dirigido por Karen Zerby y Steve Kelly, quienes proclamaron una nueva etapa en la historia de la comunidad, a la que llaman el Reinicio. En su sitio de internet, afirman tener 1.900 afiliados en diversas partes del mundo y constituir un movimiento cristiano virtual que difunde el Evangelio y realiza misiones humanitarias. Otro sitio, xFamiliy.org, ofrece una enciclopedia con datos sobre los principales miembros del grupo, su historia y las acusaciones que recibieron.

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5. Los mormones le piden a un juez que desestime una demanda por abuso sexual.

FUENTE: AP

 

 

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD) le pidió a un juez que desestime una demanda que acusa a sus líderes de ignorar acusaciones de violación hechas hace más de 30 años contra el director de un centro de entrenamiento de misioneros. Según leemos en Associated Press, muchas personas que pudieron haber declarado sobre lo sucedido en los 80 han muerto o tienen recuerdos fugaces, lo que deja a la secta incapacitada de defenderse plenamente, dijo la IJSUD en documentos presentados en la corte el pasado 15 de mayo.

McKenna Denson ha dicho que ella reportó varias veces en tres décadas que Joseph L. Bishop la violó y que la IJSUD no tomó medidas disciplinarias en el caso. Bishop ha negado la acusación de violación, pero le admitió a la policía que se expuso ante Denson cuando él presidía el Centro de Entrenamientos de Misioneros en Provo, Utah, de acuerdo con documentos policiales. Como presidente del centro, Bishop estaba en posición de autoridad sobre centenares de jóvenes mormones que se preparaban para misiones proselitistas.

Bishop, que ahora tiene 85 años, es nombrado también en la demanda. Sus abogados argumentan que la demanda debe ser desestimada porque es demasiado antigua. Denson, de 55 años, dijo que su experiencia ilustra problemas sistemáticos en la secta y que demandó porque quiere que la IJSUD cambie la forma en que responde a reportes de abuso sexual. Dijo que Bishop la escogió, estableció una relación emocional con ella y la violó. Le dijo que nadie le creería si ella denunciaba lo sucedido, dijo Denson.

The Associated Press usualmente no nombra a las víctimas de abuso sexual, pero Denson decidió revelar públicamente su historia, diciendo que el movimiento #MeToo le dio el valor para pensar que quizás le creerían. La IJSUD ha dicho que no se ha sancionado a Bishop porque él negó las acusaciones y ningún miembro podía verificarlas. El caso salió a la luz con la publicación de una conversación con Bishop que Denson grabó secretamente en diciembre. En la misma se escucha a Bishop disculpándose con Denson después de que ésta le confronta sobre el incidente, aunque él no especifica qué sucedió.

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6. Los mormones rompen definitivamente su relación con los Boy Scouts.

FUENTE: AP

 

 

Una relación de casi un siglo, basada en valores conservadores compartidos, llegó a su fin hace unos días con el anuncio de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD) de que se desvinculará de los Boy Scouts a fines de este año. Los mormones dijeron que incorporarán a sus 425.000 menores varones a un programa propio que están desarrollando, tal como informa la agencia Associated Press.

El anuncio de la IJSUD no fue una sorpresa, ya que el año pasado había retirado a 185.000 muchachos de entre 8 y 13 años de los Boy Scouts, dando a entender que la disolución de la alianza era inminente (véase el boletín InfoRIES nº 495). La incorporación de los niños mormones a los Boy Scouts era casi automática y la secta ha sido el principal patrocinador de los Boy Scouts en Estados Unidos. Los muchachos mormones que se van representan el 18,5 % de los 2,3 millones de menores que tiene la organización.

La IJSUD dijo en un comunicado que la medida obedece a que está creando un programa propio para la juventud, pero está claro que las dos instituciones habían tomado distintos caminos en los últimos años. Los Boy Scouts decidieron en 2015 admitir homosexuales entre sus líderes, como se denomina a los adultos que supervisan las unidades de scouts, y el año pasado anunciaron que admitirían niñas. Igual que otras confesiones religiosas conservadoras, los mormones se oponen al matrimonio gay y dicen que las relaciones homosexuales son un pecado.

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7. La historia de Osho (Bhagwan Rajneesh).

FUENTE: Vanguardia

 

 

El medio mexicano Vanguardia ha publicado un artículo de M. Sagnelli donde se cuenta la loca historia de un predicador Indio con 93 Rolls-Royce y cientos de miles de seguidores, y uno de los ataques bacteriológicos más serios en los EE.UU.

A principios de los años 80 una secta religiosa de origen indio fue capaz de atraer a miles de personas en una región de los EE.UU., donde estableció una gran comunidad que trató de tomar –y tuvo éxito, por un tiempo– el control político de la zona. En pocos años los líderes de las comunidades religiosas fueron los responsables de la militarización de la comunidad y varios intentos de envenenamiento colectivo, hasta que en 1985 fueron expulsados de los Estados Unidos. Más recientemente, se han convertido en los protagonistas de un popular documental de Netflix, Wild, Wild Country. Esta es la increíble historia de Bhagwan Shree Rajneesh, llamado Osho, y de la comunidad sannyasin.

En la década de 1960, India era un lugar aún más dividido y atrasado que hoy. El mensaje del líder político y espiritual Mohandas Karamchand Gandhi, que predicó la igualdad y la sencillez y murió en 1948, era todavía muy vivo. Bhagwan Shree Rajneesh no creía en nada de esto. Desde que trabajaba como investigador de filosofía en una remota universidad pública en el centro de la India, muchos han estado interesados en los mítines que tuvo en inglés, que en la India es uno de los idiomas oficiales y, sobre todo, comprensible incluso para los occidentales. Eran sermones llenos de bromas contra católicos y judíos, contra Gandhi y el socialismo y alabanzas a la civilización moderna, la ciencia y la libertad sexual.

Sus televidentes eran en su mayoría jóvenes burgueses occidentales, fascinados por un orientalismo algo burdo y llegaron a la India gracias al boca a boca y decepcionados por la compañía que se estaba consolidando en Europa o Estados Unidos. Rajneesh “les hizo sentir que pertenecían a una élite de pensadores libres, que miraron más allá del fanatismo y los hábitos sociales de todos los demás”, escribió el New Yorker.

Su fama como un orador extraño e irreverente se extendió a tal punto que en 1966 se vio obligado a renunciar a su puesto de profesor. Rajneesh luego se convirtió en un místico. En 1970, contó que había recibido la iluminación y se instaló en un apartamento de Mumbai para dedicarse a la meditación y la enseñanza a sus discípulos, que continuaron creciendo.

Alrededor de la predicación de Rajneesh comenzó a formarse una estructura jerárquica, dirigida por los fieles más devotos, que llenaba los momentos entre un sermón y otro con “sesiones grupales” y pequeñas tareas para hacer que la comunidad trabajara. El más carismático entre los líderes emergentes de esta comunidad fue Ma Anand Sheela.

Fue Sheela y sus colaboradores quienes se encargaron de todo: compraron el rancho y de un día para otro se mudaron a Oregon y comenzaron a trabajar en la construcción de la nueva comuna que albergaría a los sannyasins. Un valle entero se dedicó a la vivienda y las instalaciones recreativas: se construyeron decenas de dormitorios, un gran centro de meditación, una pista de aterrizaje de pista de aterrizaje, y alrededor de los campos y pequeñas industrias para que la comunidad sea autosuficiente. Tanto Rajneesh como Sheela obtuvieron una villa privada para vivir por su cuenta.

Sin embargo, desde la época de Pune, algo había cambiado: Rajneesh había dejado de hablar en público. Su silencio se prolongó hasta 1985. Su único contacto con la comunidad era un desfile de varios cientos de metros que se hace todos los días a bordo de uno de su Rolls-Royce (tenía 93). La transferencia de la comunidad sannyasin a Wasco no fue indolora. Los cuarenta habitantes de Antelope, el país más cercano a Rajneeshpuram, especialmente los jubilados, de ideas simples, religiosas y conservadoras, inmediatamente comenzaron a oponerse a lo que consideraban una invasión de su condado.

Se las arreglaron para atraer la atención de las autoridades locales, que empezaron a investigar si Rajneeshpuram había sido construido sin el respeto del medio ambiente, pero Sheela y sus colaboradores reaccionaron con dureza y comenzaron a comportarse de una manera hostil con los residentes y compraron lo más posible a los hogares de Antelope, convenciendo a muchos de los habitantes para que se mudaran a otra parte. El bar del pueblo, el único lugar de reunión para los antiguos habitantes, fue comprado y reemplazado por un restaurante para sannyasins.

El círculo alrededor de Rajneesh se tensó aún más. Un poco sorprendente, poco después de la marcha de Sheela, él comenzó a hablar de nuevo y la acusó de todas las maquinaciones de los últimos años. Luego, en una serie de discursos, proclamó que su doctrina no debería estar encerrada en una religión y ordenó que todos sus libros en Rajneeshpuram, alrededor de cinco mil, fueran quemados.

El 23 de octubre de 1985, un jurado federal lo acusó a él y a otros líderes de la comunidad de violar las leyes de inmigración: entre otras cosas, fue acusado de haber obligado a sannyasins estadounidense a casarse con miembros extranjeros para facilitar su estadía en los Estados Unidos. El 28 de octubre, Rajneesh y algunos de sus colaboradores intentaron escapar en un avión privado: parece que se dirigían a Bermuda, uno de los pocos países donde la extradición no hubiera sido posible.

Unas horas más tarde fue arrestado en Carolina del Norte, donde el avión se detuvo para abastecerse de combustible. Dentro de las tres semanas en que lo trasladaron con frecuencia de una prisión a otra, Rajneesh recibió una condena de diez años, luego suspendida, y la obligación de no regresar a los Estados Unidos antes de los cinco años. Todo había terminado.

Rajneesh regresó a la India y en 1987 se estableció definitivamente en Pune, donde volvió a hablar con sus discípulos todos los días. Fue en esos años cuando comenzó a llamarse a sí mismo Osho, una palabra de origen sánscrito que significa “maestro”. Murió en 1990 a la edad de 58 años, y fue enterrado en Pune. En su tumba leemos: «Osho / nunca nació / nunca murió / sólo visitó el planeta Tierra entre el 11 de diciembre de 1931 y el 19 de enero de 1990».

Sheela fue sentenciada a 20 años de prisión por diversos delitos, pero dejó una prisión federal en diciembre de 1988. Ahora vive en Suiza, donde trabaja en una comunidad para discapacitados. Después de regresar brevemente del estado, la tierra de Rajneeshpuram fue vendida al constructor Dennis R. Washington, quien en 1996 la donó a la organización Young Evangelical Youth. Hoy se llama Washington Family Ranch, y en verano alberga campamentos para jóvenes. En lugar de disminuir, la fama de Osho aumentó después de su muerte. Algunos “centros de meditación” aún siguen su doctrina.

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8. Una exposición en Barcelona repasa la influencia del ocultismo en el arte contemporáneo.

FUENTE: El Periódico – El Mundo

 

 

Henri Michaux, Kenneth Anger, Harry Smith, Mark Rothko, Carl Gustav Jung, Joseph Beuys, William S. Burroughs, Alejandro Jodorowsky, Sun Ra, Antoni Tàpies, Genesis P-Orridge, Suzanne Treister y Derek Jarman. ¿Qué tienen en común estos escritores, psiquiatras, cineastas underground, pintores, músicos y autores de cómic? El culto a “La luz negra. Tradiciones secretas en el arte desde los años 50”, que es el título de la exposición que, hasta el 21 de octubre de 2018, ocupará una de las salas del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) recorriendo los conceptos artísticos proporcionados por el ocultismo, las sociedades secretas y herméticas, la psicodelia, el misticismo o el esoterismo. Son cerca de 350 obras entre lienzos, dibujos, portadas de discos, collages, fotos y películas, la mayoría poco vistos hasta la fecha. Lo cuenta Quim Casas en El Periódico.

Vicenç Villatoro, director del CCCB, explicó en la presentación que no se trata de “una enciclopedia ilustrada del pensamiento esotérico. Tampoco es una reivindicación de estas corrientes, ni su refutación”. Diseñada por el comisario de la exposición, Enrique Juncosa, a partir de una serie de obras que Villatoro definió como de “extraordinaria belleza plástica y fascinación narrativa”, intentan mostrar como desde mediados del siglo XX y hasta la actualidad han sido planteados una serie de temas “fuera del sistema científico y racional, contra la tradición hegemónica”.

Según Juncosa, hubo una “explosión semántica a partir de finales de los años 60 en la que el arte planteó cuestiones políticas y filosóficas. Hasta entonces, el misticismo o el esoterismo habían quedado al margen”. Juncosa recordó por ejemplo la relación de Mondrian con la teosofía, la doctrina religiosa creada en 1875 que defiende que el conocimiento de Dios no necesita de una revelación divina. La exposición establece un hilo narrativo para revelar la influencia de las artes secretas, tan fascinantes para quienes las practican como para quienes las desconocen en su real magnitud.

El título de la exposición está extraído de un concepto del sufismo, explicó Juncosa: “Es el estadio que perseguían los místicos relacionados con los colores hasta llegar a la luz negra, el éxtasis absoluto en contacto con la divinidad”. Para él, “el cine experimental de Harry Smith y Kenneth Anger es similar al arte abstracto e intenta explicar una realidad más profunda”. Aleister Crowley, mago, ocultista, alquimista, poeta y pintor, quizá la figura más relevante de las artes secretas, está bien presente en la exposición –pese a fallecer en 1947– debido a su relación con Anger y su influencia en la música rock.

¿La realidad distorsionada? Nada de eso. Bajo los lienzos geométricos de Rothko, las páginas imbuidas de peyote de Jorodowsky (o de Moebius), la literatura anárquica de Burroughs, los dibujos con tinta china de Michaux o la música disconforme de Psychic TV (el grupo de Genesis P-Orridge, quien ha realizado plenamente su conversión sexual), late el retrato de la sociedad de estas últimas ocho décadas de cambios y mutaciones a la que no ha sido ajeno el culto a las artes secretas.

A Juncosa le gusta “el arte irónico, cínico, que sea enigmático y no agote su discurso”. De esto trata también esta exposición en la que podremos descubrir los jeroglíficos en los cuadros de Tàpies, las obsesiones del pintor norteamericano Forrest Bess (quería ser hermafrodita y por ello se hizo varios agujeros en el pene), la forma en que el poeta francés René Daumal se drogaba con aceite de motor de coche para obtener otra conciencia o el corto de Anger Invocation on my demon brother (1969), filmación de rituales satánicos de Crowley con música de Mick Jagger.

La cábala, el ocultismo y el tarot en el arte

Según escribe Vanessa Graell en el diario español El Mundo, tras la abstracción de Kandinsky late un anhelo de espiritualidad mística. Las tradiciones esotéricas, el ocultismo, el sufismo, el chamanismo o los secretos de la cábala subyacen en la creación artística moderna. La lista es larga: Edvard Munch, Piet Mondrian, Marcel Duchamp, Victor Hugo, W.Y. Yeats, August Strindberg... Ellos no están en “La luz negra”. Pero fueron los precursores modernos de un sustrato mistérico en el arte.

En Los Ángeles de mitad de los 80, con la era new age “en pleno apogeo, se celebró una exposición seminal, “The Spiritual in Art. Abstract Painting (1890-1985), que después se vería en Chicago y La Haya. Luego vendrían otras más modestas, pero la relación del arte con los cultos secretos siempre ha permanecido en un segundo plano, ignorada. La contracultura de los años 60 y 70 generó un boom de lo esotérico y lo espiritual. Y tras unos años de decadencia, ahora ha repuntado.

«Tal vez se deba a que volvemos a vivir en un mundo inquieto e insatisfecho, preocupado por cuestiones como las nuevas guerras coloniales, el terrorismo fundamentalista, la gravísima crisis ecológica o los populismos nacionalistas, tal y como en los 60 y 70 se temía una inminente catástrofe nuclear devastadora. Además, una gran parte del arte dominante en nuestros días es sumamente aburrido al carecer de misterio alguno y negar la poetización e interpretación de su experiencia», explica el escritor Enrique Juncosa a modo de tesis de la exposición que ha diseñado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).

Una exposición, “La luz negra”, que lo mezcla todo:cuadros psicodélicos, libros extraños, novelas pop, jazz y rock, cómics, instalaciones, vídeos desasosegantes... Entre las obras de Joseph Beuys, Barnett Newman, Agnes Martin, William S. Burroughs, Henri Michaux, Alejandro Jodorowsky, Harry Smith o Antoni Tàpies, destaca la polémica y fascinante figura de Aleister Crowley.

¿Quién fue Crowley? Siguiendo los pasos de Yeats se unió a la Orden Hermética del Alba Dorada y se supone que una entidad sobrenatural le contactó en Egipto para dictarle El libro de la ley, su texto sagrado. Llamó Thelema a su religión, que se basaba en la máxima “Do what thou wilt” (Haz tu voluntad) y transitó en la fina línea que separa al genio del gurú loco: en 1920 llegó a fundar una comuna de amor libre en Sicilia, la Abadía de Thelema (pero la policía la cerró después de tres años), e influenció a un puñado de escritores y músicos. Apareció en la portada del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de los Beatles e inspiró una novela a Somerset Maugham. “La luz negra” también suena a Led Zeppelin, David Bowie o Pink Floyd. Todos ellos se adentraron en el mundo oculto.

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9. Brasileña juzgada por asesinato en Madrid cuenta la influencia de una secta de vudú.

FUENTE: El País

 

 

Juliángela Queiroz (36 años) y Sabrina Oliveira (29) supieron durante una cena en un conocido restaurante de Madrid, en junio de 2011, que compartían “director espiritual” y una misma devoción: la magia negra, el vudú. Las dos eran brasileñas y atractivas; Sabrina tenía su propio BMW, un dúplex en Alcorcón (Madrid) con todo tipo de lujos y cuatro perros a los que paseaba todos los días por el barrio. Una hermana de Sabrina, compañera de club de Juliángela, las había presentado. Las dos se gustaron y decidieron tener sexo. Sabrina estaba casada desde 2006, pero su marido se hallaba en la cárcel por tráfico de drogas. Así comienza la historia que cuentan en el diario español El País José Antonio Hernández, F. Javier Barroso y Guiomar del Ser.

La noche de la cena bebieron con profusión hasta las 2.45 en un restaurante cercano al Senado. Habían planeado alojarse en un hotel de la capital, pero terminaron la noche en el dúplex de Alcorcón, donde Sabrina dijo tener un santuario para rituales. El domicilio, al que llegaron en el coche de Sabrina, estaba repleto de estampitas y velas. Allí, al alcohol ingerido durante la cena sumaron dos potentes drogas: cocaína y ketamina.

Sabrina, inmersa en una vida de lujos, era conocida en el barrio por sus largos paseos en compañía de sus mascotas y por frecuentar el gimnasio para mantenerse en forma. Juliángela, nacida en Belém (Brasil), aborrecía a los hombres, la habían “humillado y vejado”. “Acabé haciéndome lesbiana”, confesaría más tarde a los psicólogos oficiales de los juzgados de Madrid que han tratado de escudriñar qué extraños pensamientos turbaron su mente aquella noche en el dúplex.

¿Qué pasó y por qué? Tras o durante el encuentro sexual, Sabrina recibió 23 cuchilladas la madrugada del 11 de junio de 2011. Tuvo una terrible agonía, según reveló la autopsia: seis minutos recibiendo cuchilladas, después de que alguien le rompiera una botella de tequila en la cabeza. El impacto inicial la dejó casi inconsciente y mermó su capacidad de defensa. Aparentemente, la única persona que estuvo en casa de Sabrina esa noche fue Juliángela, pero ella asegura que no sabe con certeza lo que sucedió ni el motivo.

Juliángela ha contado este mes de mayo al jurado popular que la enjuicia por asesinato en la Audiencia Provincial de Madrid que, tras la última raya de cocaína en casa de Sabrina, se mareó. Que, cuando recobró la conciencia, tumbada bocarriba y semidesnuda, vio a Sabrina encima de ella, con sangre en las manos y blandiendo un enorme cuchillo mientras le hacía vudú. Y que los cortes en sus manos fueron fruto de sus intentos de defensa ante las embestidas de Sabrina. Sólo recuerda que cuando pudo auparse y arrebatarle el arma a Sabrina, recibió un botellazo en la cabeza que le hizo perder la conciencia de nuevo. Al despertar por segunda vez, asegura que vio a Sabrina en medio de un charco de sangre en el pasillo que conduce a la puerta de salida. Había manchas de sangre en las paredes.

Sólo Juliángela, y quizás ni ella, sabe lo que ocurrió en ese dúplex. A la mañana siguiente fue la empleada del hogar quien halló sin vida a la propietaria de la vivienda. Bajó corriendo y avisó al conserje, que alertó a la Policía Nacional. Cuando los agentes llegaron al dúplex, la cama estaba deshecha y el cuerpo sin vida de Sabrina se encontraba tendido bocarriba en el pasillo, rodeado de sangre. Vestía un pantalón vaquero desabrochado y una camiseta blanca. La agresión debió comenzar en el salón, donde se halló la botella rota, y continuó en el pasillo.

Hay una pista de lo que pudo suceder esa noche que apunta a la autoría de Juliángela. Hacia las 2.45 de la madrugada, Sabrina telefoneó a un santero de Madrid al que solía acudir. Este señaló en el juicio que estaba charlando con Sabrina y que de pronto oyó a esta gritar: “Vete de mi casa, estás loca, vete de mi casa...”. Le siguieron unos insultos en portugués. El teléfono quedó descolgado y ya no volvió a oírla.

Juliángela ha contado al tribunal que no sabe lo que sucedió, aunque la tesis inicial de su abogada es que, al despertar y ver a Sabrina encima de ella, logró quitarle el cuchillo y se defendió acuchillándola a ella. Solo recuerda que, al verla tendida en el pasillo, salió de casa y se dirigió hacia el BMW de Sabrina, pero no logró arrancarlo y telefoneó a un amigo para que la recogiera. Horas después se subió a un avión de British Airways en Barajas, hizo escala en Londres y desde allí huyó a Brasil.

Cuatro años después, en abril de 2015, Juliángela fue apresada en el aeropuerto El Dorado de Bogotá (Colombia) y entregada a España para ser juzgada por el asesinato con ensañamiento de Sabrina. Tenía pendiente una orden internacional de busca y captura a través de Interpol. La Corte Suprema de Justicia de Colombia dictó la orden de extradición en cuestión de meses, el 11 de agosto 2015. Los jueces rechazaron el intento de la defensa de que, al ser brasileña, no debía inmiscuirse el país colombiano.

El juez que instruía el caso en Alcorcón había remitido la documentación a Brasil para que juzgaran a Juliángela allí. Este país sudamericano carece de extradición de sus nacionales, pero sí los enjuicia en caso de delitos graves. El fiscal español pide 17 años de cárcel y una indemnización de 20.000 euros para la hermana de la fallecida y 180.000 para el marido.

Abusos sexuales hasta los 15 años

Los psicólogos de los juzgados de la plaza de Castilla la exploraron al llegar detenida a Madrid. El informe incorporado al sumario sobre ella contiene el desglose de una historia aterradora. Las muñecas y brazos de Juliángela conservan la huella de al menos tres intentos de suicidio; el último, en 2008. Cuando llegó por primera vez a España, en 2004, con 23 años, huía de un infierno. Su infancia fue muy difícil, contó a los psicólogos. “Sufrí abusos sexuales a los 3-4 años por parte de un socio de mi padre; a los siete por parte de un empleado de la finca familiar; a los diez por parte de un encargado de la finca; y a los 15, tocamientos a manos de un hermanastro, hijo del primer matrimonio de mi madre”, describió.

Cuando su padre murió a los 14 años, empezaron los problemas económicos. Las discusiones con su madre eran frecuentes. Su madre, explicó, nunca le dio importancia a los abusos que ella le describía. Y cayó en una depresión de la que quiso salir a través de la magia negra y que en realidad solo la llevó de infierno en infierno.

Narró Juliángela a los peritos que, con 15 años, conoció a un dentista diez años mayor que él del que se enamoró. Poco tiempo después, él la dejó. Y ella intentó suicidarse tomando psicofármacos. Tres días hospitalizada. Al salir, la depresión fue a más. “Estaba semanas enteras sin salir de mi habitación, llorando y durmiendo”. La relación su madre era cada vez peor. “Con 16 años, nos obligaba a hacer cosa que ella hacía para chicas de locales de estriptis (...) A mí no me gustaba, yo quería estudiar”.

Nunca se sintió protegida por su madre, describió. Una de sus hermanas la llevó a una mujer “que hacia limpiezas espirituales” para sacarla de su tristeza. “De pronto”, contó Juliángela, “me vi en medio de cinco o seis hombres en un ritual, convocando espíritus. Uno de los hombres me dijo que quería conocerme y tener una relación conmigo. Nos veíamos una vez al mes. Él practicaba una filosofía religiosa japonesa. Para estar con él me inicié en ella”.-

La secta de las orgías

“Al cabo de tres o cuatro años me habían alejado de mi familia y de los amigos, no me dejaban tener contacto con el mundo exterior, y me controlaban hasta la ropa que vestía. Dejé de estudiar”. Luego empezó a tener contactos “con el jefe de la secta”, añadió. Recuerda que allí “se hacían limpiezas espirituales consistentes en orgías y sesiones espirituales. Empecé a sentirme mal con todo eso, pero no podía decir nada a nadie, hasta que se lo dije a mi pareja, y nos salimos de ahí y nos casamos por un rito japonés. Luego él me dejó porque le hicieron llegar historias falsas sobre mí”.

Juliángela tenía entonces 20 años. Tras la ruptura, intentó de nuevo suicidarse. Y regreso a casa de su madre y a los estudios. Pero seguían las discusiones con su progenitora. Aun así acabó secundaria y empezó a trabajar en un laboratorio de análisis clínicos. Al poco tiempo dos de sus hermanas se trasladan a España para trabajar en el mundo de la prostitución. Y ella siguió los pasos de ellas en 2004. Estuvo en clubes de distintas ciudades españolas. “Para hacerlo tenía que beber y drogarme”, contó a los psicólogos. “Iba contra todos mis principios”. Tuvo cuadros de bulimia y anorexia nerviosa.

En 2006 se fue a Málaga a vivir con un cliente. Tuvo dos abortos y volvió la recurrente depresión. Hasta 2008, cuando se separó y empezó a trabajar “en discotecas y en el mundo de la noche”. Un día se cortó las venas de ambas muñecas e ingresó en un hospital de Málaga. “Tomaba drogas porque me quitaban la vergüenza”.

En 2010, vivía sola en Madrid. “Y empecé a tener visiones, como un espíritu feo, un demonio que no me dejaba salir, me faltaba el aire, hasta que esa cosa me soltaba... Llamé a un amigo mío, camello, y me dice que estoy loca. Sentí miedo y empecé por la Gran Vía de Madrid a buscar tiendas de santería. Un santero me hizo limpiezas, pero seguía encontrándome mal. Me tiraba cinco o seis días seguidos en la cama llorando… A veces me tenía que levantar para ir a la noche”.

En esa época conoció a Rubén. Se lo presento una hermana. Rubén, contó Juliángela a los psicólogos, “me dijo que su madre espiritual podría ayudarme. Y fuimos a Brasil a verla”. Es al regresar a Madrid de ese viaje, cuando conoció a Sabrina (la asesinada). “En el restaurante le hablé de mi viaje a Brasil y resultó que ella también conocía a la santera que había visitado. Me hablo de ir a cenar y de un santuario que ella tenía en su casa. En el restaurante, nos bebimos cada una un litro de vino y tomamos cocaína. Fuimos al baño varias veces... Y decidimos seguir la fiesta en su casa... En la casa recuerdo que fumamos, bebimos y nos besábamos. Me mareé y al despertarme encontré a Sabrina encima de mí, con el cuchillo...”.

“Huí a Brasil porque me dijeron que debía irme. Yo era prostituta, drogadicta, estaba amenazada por el marido de Sabrina, que era de una banda muy peligrosa”. En Brasil, volví a la santera; me dijeron que Sabrina quiso coger mi fuerza y sacrificarme. Que había gente famosa que hacía pactos con el diablo a costa de matar animales o a gente para tener sus poderes, y que no debía volver a España, que ella me cuidaría... Seguí bebiendo y drogándome para olvidar”.

Espíritus y sombras en su celda

Los psicólogos han expuesto en el juicio que Juliángela sufre un cuadro depresivo y trastorno de estrés postraumático; es decir un trastorno de la personalidad. Pero que sabe distinguir el bien del mal. No es una loca. Ha dicho a los psicólogos que en la celda de la cárcel “ve sombras” y que sigue creyendo “en los espíritus”.

Tales sombras, según los peritos, no constituyen un problema psicótico, sino que son fruto de las “ilusiones” que se dan entre los reclusos. Ilusiones que surgen de estados de sugestión. Es decir, tiene una “personalidad muy desorganizada, inestable e impulsiva”, en opinión de los expertos. El crimen, señalan los psicólogos, puede estar conectado con el consumo previo de drogas y sus rituales de magia negra. El jurado decidirá esta semana el futuro de Juliángela. El fiscal le pide 17 años de cárcel; la defensa, la absolución, por legítima defensa. El jurado dictaminará.

¿Había alguien más en la casa?

La defensa de la supuesta asesina mantiene que había alguien más en la vivienda de Alcorcón, presuntamente el santero con el que la acusada se marchó a Brasil, vía Londres. Se basa en que se halló semen en la vagina de la fallecida. Eso cuadraría además con la versión de Juliángela Queiroz de que se despertó cuando estaba siendo apuñalada por la fallecida.

La versión de los agentes de Homicidios es muy distinta. La supuesta asesina llamó a su santero, que estaba en la calle de Francisco Campos (distrito de Chamartín) y fue a recogerla a Alcorcón, tras lo cual huyeron. Así lo atestiguan las 13 llamadas que se intercambiaron hasta que llegó a su destino. Los vecinos la vieron salir por el patio envuelta en una toalla y con el pelo ensangrentado y acompañada de un hombre. No escucharon ninguna discusión ni ruidos de pelea, según los investigadores del Grupo V de Homicidios.

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10. España: nuevo juicio por explotación sexual de una nigeriana amenazada con vudú.

FUENTE: EP

 

 

La Fiscalía de España solicita penas de seis años y seis meses de prisión a dos ciudadanas nigerianas acusadas de obligar a ejercer la prostitución a una compatriota, a quien una de ellas engañó para que viniese a España y, una vez aquí, coaccionaron ambas con ritos vudú para explotarla sexualmente en “condiciones insalubres” y pagar una supuesta deuda de 25.000 euros, tal como informa la agencia Europa Press.

F.O. y S.A.B. habrían tenido trabajando a la víctima “a disposición de los clientes todo el día para realizar servicios sexuales” por los que cobraba diez euros que les debía entregar de manera íntegra, además de pagar por residir en el bar, “lo que hacía interminable la deuda”. El Ministerio Público atribuye a ambas la comisión de un presunto delito de trata de personas con fines de explotación sexual en concurso ideal con un delito de prostitución mientras que a F.O. le imputa, además, un supuesto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros ya que fue ella la que habría contactado con ella para ofrecerle la posibilidad de viajar a España.

El escrito de calificación provisional, consultado por Europa Press, recoge que a principios de 2014, F.O. contactó con la víctima y le dijo que en España “había mucho trabajo y que la vida era más fácil” en Nigeria, por lo que, dada “la situación de pobreza en la que se encontraba, sin trabajo, ni medios, y con la expectativa de mejorar sus condiciones de vida”, accedió a realizar dicho viaje. Así, le costeó la travesía desde su país natal hasta Marruecos, a donde llegó en marzo de ese aunque allí perdió el contacto con su, a la postre, presunta explotadora.

Tras residir en Libia y en Italia, recuperó la comunicación en agosto de 2015 y F.O. le dijo “que tenía que viajar a Roquetas de Mar para poder trabajar, lo que así hizo para llegar en noviembre”. “Una vez en esta localidad –añade el fiscal–, la acusada le dijo que tenía que pagar 25.000 euros de deuda ejerciendo la prostitución, de forma que, dada la carencia de documentación y domicilio, sin conocer a nadie en el país ni el idioma, y sin otra posibilidad de sobrevivir, se constreñida a hacerlo”.

F.O. la habría enviado entonces al local regentado por la otra acusada, en el mismo municipio, quien sabedora de la situación en la que se encontraba, la puso a trabajar “a disposición de los clientes todo el día para realizar servicios sexuales en condiciones insalubres y cobrando en torno a diez euros por servicios, que se veía obligada a abonar a las acusadas para el pago de la deuda”. El Ministerio Público resalta el “temor” que causaba en la víctima “la realización de rituales vudú a que se había visto sometida” y el hecho de que S.A.B. le cobrara igualmente por residir en el local, “haciendo interminable dicha deuda”.

Una orden de entrada y registro emitida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Roquetas de Mar en el bar permitió su liberación. En estos se hallaron 475 euros procedentes del pago de la deuda de la víctima y diversos efectos relacionados con el vudú como bolsitas “con restos biológicos de personas y textos escritos con rezos”. Al margen de las penas privativas de libertad, el fiscal interesa que se les prohíba acercarse a ella a menos de 300 metros durante 12 años y que la indemnicen, conjunta y solidariamente, con 20.000 euros. La vista oral se celebra los días 11 y 12 de julio en la Audiencia Provincial.

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.