Pinceladas reflexivas

 

La cruz acústica dominical

 

Cruz habitual como un templo

 

 

11/06/2018 | por Francesc Martinez Porcell


 

 

La cruz acústica es una tortura real para todo aquel y aquella con una mínima y razonable capacidad auditiva. Es una cruz directamente proporcional al entreno y capacidad en las propias facultades auditivas y por ende vocales. A veces queda aliviada en misa dominical por la capacidad en canto litúrgico y palabra de Dios proclamada en el altar por el ministro consagrado.

Entender, como fiel asistente, el texto de una lectura leída desde el ambón por voluntarios de ambos sexos y de distintas edades es tarea de cruz. De cruz auditiva ofrecida a Dios para redención del pueblo penitente y uno mismo. No siempre es factible que el voluntario y la voluntaria sepan leer pausadamente y entonando bien para todos los fieles congregados. Sí debiera ser impelida una preparación previa de quien va a leer un determinado texto litúrgico para todos los fieles.

El nivel de canto litúrgico es distinto en cada fiel congregado. Normalmente quienes no saben cantar permanecen callados. A quien mínimamente sabe cantar le resulta muy difícil expresar en canto litúrgico su propia oración cantada. La tortura auditiva viene precedida por afán de protagonismo voluntarista mediante el ofrecimiento a ser voluntario en estas lides de lecturas del antiguo y nuevo testamento y voz cantante liderante de coro parroquial cutre

El falsete es un don de Dios y si se tiene hay que emplearse a fondo en ello. No ya como cantor litúrgico sino como simple fiel congregado. Pues muchas veces es mucho mejor permanecer callado o ir en busca de ambiente parroquial distinto. Igual si yo me ofrezco voluntario para rascar las cuerdas de una guitarra me lo agradecerían. ¿Me entreno con la misma rascada y… a rascar? Que nadie piense que haré esto.

La fe en Dios se me pone a prueba dentro del templo. Concentrarse en la Santa Misa es tarea de titanes. A ello hay que añadir las tosecitas variadas en distintas zonas del templo, los móviles que suenan y las criaturas impertinentes que no son educadas a comportarse dentro del templo.

Menos mal que hay laicos como éste. Se llama Giovanni Vianini y lleva anillo en el dedo. Es un conductor de laicos y laicas. Este youtube linkeado con su nombre es de hace un año. Y éste otro de hace un mes. Hay unos cuantos más. Dicen hace años que es la hora de los laicos. ¿De qué clase de laicos?