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Madre Carmen Rendiles: Una vida al servicio de la Iglesia transmitiendo el amor de Dios

 

Venezuela tiene una nueva Beata: Madre Carmen Rendiles, Una gran figura de mujer completamente consagrada al servicio de los pobres y los más necesitados

 

 

16 junio 2018, 11:31 | Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano


 

 

Tuvo lugar en Caracas la ceremonia de Beatificación de la Sierva de Dios, Carmen Rendiles Martínez, Fundadora de las Hermanas esclavas de Jesús, o Siervas de Jesús de Venezuela. Presidió la Ceremonia el enviado del papa Francisco, cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.

 

Su biografía: Toda su vida ha amado y honrado su vocación

Carmen Rendiles Martínez nació en 1903, en 1927 entró en la Congregación francesas de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento. Se distinguió por su inmensa bondad y sabia prudencia. En los años 50 guió el proceso de refundación de su congregación, hasta que en 1965 la Santa Sede aprobó la nueva fundación venezolana llamándola “Siervas de Jesús”. Como Superiora general de la Fundación promovió un intenso espíritu religioso entre sus hermanas. Gracias a ella, la congregación siguió creciendo y se consolidó en Venezuela y en Colombia.

 

Madre Carmen buscó alcanzar la santidad

Madre Carmen murió en 1977. El 21 de diciembre del 2017 el Papa Francisco reconoció la autenticidad de un milagro realizado por la intercesión de Madre Carmen, ocurrido en Caracas el 18 de julio del 2003: la sanación instantánea de una grave lesión en el brazo derecho de un médico venezolano.

Nuestra colega Roberta Barbi entrevistó al Cardenal Amato quién al referirse del carisma de la nueva Beata, recordó que toda su vida, Madre Carmen amó y honró su vocación y buscó alcanzar la santidad. Repetía a menudo: “quiero ser santa, como San Pablo: no vivo más yo, sino que es Cristo que vive en mí”.  Confiando en Dios abría su corazón a todos, sobre todo a los pobres, fundó para las chicas con necesidades el colegio de Santa Ana en Caracas, Mérida, Valencia y Belén.

También cuidaba a los sacerdotes. Para muchos de ellos ella fue su sabia y materna consejera. Era buena y dulce con sus hijas espirituales. Con las enfermas las visitaba, apoyaba, sostenía y las ayudaba en todo lo que necesitaban.