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El Papa a las Iglesias africanas: «Trabajemos juntos por el bien común»

 

El Santo Padre recibió en audiencia en el Vaticano a una delegación de la Organización de Iglesias Instituidas en África, y los alentó a cultivar el diálogo ecuménico "en favor de la construcción de sociedades más justas y pacíficas".

 

 

23 junio 2018, 10:28 | Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano


 

 

La mañana del sábado 23 de junio el Papa Francisco recibió en audiencia, por primera en el Vaticano, a una delegación de la Organización de Iglesias Instituidas en África, a la cual el Pontífice agradeció “su predisposición para buscar vínculos más estrechos con la Iglesia católica”.

En su discurso el Santo Padre destacó que la historia -relativamente breve de estas comunidades- ha estado marcada por la lucha por la independencia del continente africano y sus esfuerzos por crear una sociedad caracterizada por la justicia y la paz, capaz de defender la dignidad de la gran variedad de los pueblos africanos.

“Ustedes conocen bien los desafíos a los que se enfrenta África en su conjunto, así como aquellos con los que se encuentran las diferentes Iglesias en su misión de evangelización, reconciliación y ayuda humanitaria”, dijo el Pontífice destacando que en particular, los miembros de esta organización “son conscientes del enorme desafío que supone el proporcionar estabilidad, educación y oportunidades de empleo a los jóvenes, que forman un grupo poblacional tan grande en las sociedades africanas”.

 

El sentido del Evangelio para los pueblos de África

Asimismo el Obispo de Roma propuso una pregunta fundamental a la que todos debemos responder: ¿En qué sentido el mensaje cristiano es una buena noticia para los pueblos de África?

“Frente a la desesperación de los pobres, la frustración de los jóvenes, el grito de dolor de los ancianos y el sufrimiento, el Evangelio de Jesucristo, transmitido y vivido, se traduce en experiencias de esperanza, paz, alegría, armonía, amor y unidad”, afirmó Francisco subrayando que si realmente estamos convencidos de que los problemas de África se pueden resolver más fácilmente recurriendo a los recursos humanos, culturales y materiales del continente, entonces está claro que nuestro deber cristiano “es acompañar cada esfuerzo para promover un uso sabio y ético de estos recursos”, en especial, el compromiso común y urgente de promover procesos de paz en las diversas áreas de conflicto.

 

Solidaridad concreta para el necesitado

Por otra parte, el Sucesor de Pedro alentó a las Iglesias instituidas en África a practicar, ante todo, “una solidaridad concreta con el necesitado”, ya que – afirmó Francisco- “es tarea de los líderes de la Iglesia ayudar a las personas a reunir sus propias energías para ponerlas al servicio del bien común y, al mismo tiempo, defender su dignidad, su libertad y sus derechos”.

“Hay más necesidad que nunca de que todos los cristianos aprendan a trabajar juntos por el bien común. Aunque existen diferencias significativas entre nosotros en cuestiones de naturaleza teológica y eclesiológica, también hay muchas áreas en las que los líderes y los fieles de las diversas comunidades de la familia cristiana pueden establecer objetivos comunes y trabajar para el bien de todos, especialmente por el bien de nuestros hermanos y hermanas más desfavorecidos y más débiles”, añadió.

 

Valores cristianos que nos unen como hermanos

De igual manera, el Papa hizo hincapié en la importancia de perseverar en el fortalecimiento de los valores cristianos que nos unen como hermanos, hijos de un mismo Padre; y que tan arraigados están en las sociedades africanas como “el profundo sentido religioso de la existencia de un Dios creador y de un mundo espiritual; el valor de la familia, los hijos vistos como un Don divino, el respeto hacia los ancianos y el deber de responsabilidad con los vecinos”.

El Santo Padre recordó también que una tarea específica de los cristianos en las sociedades africanas “es promover la coexistencia de grupos étnicos, tradiciones, idiomas e incluso diferentes religiones”, una tarea, no siempre fácil; ya que a menudo encuentra obstáculos debido a la gran hostilidad mutua.

 

Paz para el mundo es el deseo de Dios

Por ello, Francisco los alentó a tener más encuentros y diálogos ecuménicos como estos, con la Iglesia católica y con todas las demás Iglesias y comunidades cristianas, para que “iluminados por el Espíritu Santo puedan encontrar la forma de promover la colaboración entre todos: cristianos, religiones tradicionales y musulmanes, por un futuro mejor para África”.

Antes de despedirse, el Papa manifestó su deseo de que esta visita a Roma, la ciudad del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo, “ayude a reafirmar la voluntad de la Iglesia Católica de hacer todo lo posible, junto con sus socios ecuménicos, para promover el Reino de justicia, paz y de fraternidad que Dios quiere para toda la humanidad”.