Servicio diario - 27 de junio de 2018


 

Audiencia general: Dios siempre escucha el lamento de sus hijos y los libera
Rosa Die Alcolea

Cariñoso saludo del Papa a enfermos y discapacitados en el Aula Pablo VI
Rosa Die Alcolea

Audiencia general, 27 de junio de 2018 — Texto completo
Redacción

La Comunidad de San Egidio recibe a 139 refugiados del Cuerno de África
Rosa Die Alcolea

Audiencia: "Responded con libertad y alegría a la llamada de Dios"
Rosa Die Alcolea

Pedro y Pablo: Modelos a imitar para "testimoniar con valentía el evangelio"
Rosa Die Alcolea

Peregrinos de lengua árabe: "Dios desea romper todas nuestras cadenas"
Rosa Die Alcolea

Hong Kong y Macao: El Papa recibe a los obispos en Visita 'ad Limina'
Marina Droujinina

Mons. Felipe Arizmendi: "El país depende también de ti"
Felipe Arizmendi Esquivel

Beata María Pía Mastena, 28 de junio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

27/06/2018-09:28
Rosa Die Alcolea

Audiencia general: Dios siempre escucha el lamento de sus hijos y los libera

(ZENIT – 27 junio 2018).- “Si alguien no ha hecho todavía experiencia de la acción liberadora de Dios en su vida, necesita elevar su grito al Padre como hizo el pueblo de Israel, Él siempre escucha el lamento de sus hijos y los libera”: es la invitación que ha hecho Francisco en la audiencia general celebrada esta mañana.

“Dios liberó a su pueblo y lo sacó de la esclavitud”, ha recordado el Papa Francisco, como una muestra más de que “Nuestro Dios primero salva y después nos pide confianza”.

En la audiencia general de este miércoles, 27 de junio de 2018, el Santo Padre Francisco, ha continuado su ciclo de catequesis sobre los Mandamientos, enfocando su meditación en el tema: “El amor de Dios precede a la ley y le da significado” (pasaje bíblico: del Libro de Deuteronomio 4, 32-35).

Desde esta perspectiva, la vida cristiana “no es simplemente un obedecer normas ni cumplir deberes”, ni tampoco depende solo de nuestra fuerza de voluntad, sino que es una “respuesta agradecida a un Padre generoso que nos ama y nos libera”, ha aclarado el Pontífice.

El Obispo de Roma ha explicado a los visitantes y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro que un corazón que ha sido tocado por el Espíritu Santo es “agradecido” y recuerda la “bondad de Dios” y los muchos beneficios que ha recibido de él.

“Él siempre libera”

En este contexto, el Papa ha hecho una invitación: “Si alguien no ha hecho todavía experiencia de la acción liberadora de Dios en su vida, necesita elevar su grito al Padre como hizo el pueblo de Israel, Él siempre escucha el lamento de sus hijos y los libera”.

“Nosotros no podemos salvarnos únicamente con nuestras propias fuerzas, pero podemos gritar pidiendo ayuda”, ha señalado. Esto es ya una forma de oración, que brota de lo que en nosotros existe de oprimido y necesitado de libertad.

El Papa ha subrayado que Dios “escucha siempre” nuestro grito, pues Él nos ha llamado a vivir como hijos libres y agradecidos, obedeciendo con alegría a aquel que nos ha dado mucho más de lo que nosotros podremos darle.

Al final de su reflexión en español, el Papa, como de costumbre, ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.

 

 

 

27/06/2018-18:10
Rosa Die Alcolea

Cariñoso saludo del Papa a enfermos y discapacitados en el Aula Pablo VI

(ZENIT – 27 junio 2018).- El Papa Francisco ha saludado esta mañana a los peregrinos de la organización ‘Iniciativa católica para el joven sordo de América’ y a los miembros de la delegación de la organización ‘Olimpiadas Especiales’, que han seguido la audiencia general desde el aula Pablo VI en el Vaticano.

Antes de salir a la plaza de San Pedro, este miércoles, 27 de junio de 2018, el Santo Padre ha querido acercarse a estas personas enfermas y dedicarles unas cálidas palabras de bienvenida, abrazando y besando a muchos de ellos. Desde hace varias semanas, Francisco repite este gesto de cercanía con los más desfavorecidos, momentos antes de celebrar la audiencia general.

Al grupo ‘Iniciativa católica para el joven sordo de América’, el Papa les ha prometido su oración para que la peregrinación que realizan, “Un tiempo para caminar con Jesús”, les ayude a “crecer en el amor a Cristo y a los demás”.

“El Señor tiene un lugar especial en su corazón para aquellos que sufren cualquier tipo de discapacidad, y también lo tiene el Sucesor de San Pedro”, ha expresado. “Espero que vuestra permanencia en Roma sea espiritualmente enriquecedora y fortifique vuestro testimonio del amor de Dios por todos sus hijos”.

 

‘Olimpiadas Especiales’

Asimismo, Francisco ha dado una especial bienvenida a la delegación de la organización ‘Olimpiadas Especiales’, con motivo del 50 aniversario de su fundación.

Así, Francisco les ha dicho: “El mundo de los deportes ofrece una oportunidad particular para que las personas crezcan en el entendimiento mutuo y en la amistad”.

Igualmente, el Papa les ha asegurado que reza “para que esta Llama Olímpica sea un signo de alegría y esperanza en el Señor que otorga los dones de la unidad y la paz a todos sus hijos”.

Sobre todos los que apoyan los objetivos de las Olimpiadas Especiales, el Pontífice ha implorado “de corazón” a Dios su bendición. “Que Él os conceda el gozo y la paz”, les ha bendecido.

 

 

 

27/06/2018-11:17
Redacción

Audiencia general, 27 de junio de 2018 —Texto completo

(ZENIT – 27 junio 2018).- La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar  a las 9:35 horas en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre Francisco ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.

En el Aula Pablo VI, antes de ir a la Plaza de San Pedro, el Papa ha encontrado a varios grupos de enfermos.

El Santo Padre, continuando su nuevo ciclo de catequesis sobre los Mandamientos ha centrado esta vez su atención sobre el tema: “El amor de Dios precede la ley y le da significado” (pasaje bíblico: Deuteronomio 4, 32-35).

Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo.

La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

 

Catequesis del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Esta audiencia será como la del miércoles pasado. En el Aula Pablo VI hay tantos enfermos  para que estén mejor, para que estuvieran más cómodos. Pero seguirán la audiencia con la pantalla gigante y también ellos con nosotros; es decir no hay dos audiencias. Hay una sola. Saludemos a los enfermos del Aula Pablo VI. Y sigamos hablando de los mandamientos que, como dijimos, más que mandamientos son las palabras de Dios a su pueblo para que camine bien: palabras amorosas de un Padre.

Las diez Palabras empiezan así: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre” (Ex 20: 2). Este comienzo sonaría extraño con las leyes verdaderas y propias que siguen. Pero no es así.

¿Por qué esta proclamación que Dios hace de sí mismo y de la liberación? Porque se llega al Monte Sinaí después de atravesar el Mar Rojo: el Dios de Israel primero salva, luego pide confianza. [1] Es decir: el Decálogo comienza con la generosidad de Dios. Dios no pide nunca sin haber dado antes. Nunca. Primero salva, después da, luego pide. Así es nuestro Padre, Dios bueno.

Y entendemos la importancia de la primera declaración: “Yo soy el Señor tu Dios”. Hay un posesivo, hay una relación, una pertenencia mutua. Dios no es un extraño: es tu Dios. [2] Esto ilumina todo el Decálogo y también revela el secreto de la acción cristiana, porque es la misma actitud de Jesús que dice: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros” (Jn 15, 9). Cristo es el amado del Padre y nos ama con ese amor. Él no comienza desde sí mismo, sino desde el Padre. A menudo nuestras obras fracasan porque partimos de nosotros mismos y no de la gratitud. Y quién empieza por sí mismo: ¿Dónde llega? ¡Llega a sí mismo! Es incapaz de hacer camino, vuelve a sí mismo. Es precisamente esa actitud egoísta que la gente bromeando dice: “Esa persona es yo, mí, me, conmigo”. Sale de sí mismo y vuelve a sí mismo.

La vida cristiana es, ante todo, la respuesta agradecida a un Padre generoso. Los cristianos que solo siguen “deberes” denotan que no tienen una experiencia personal de ese Dios que es “nuestro”.  Yo debo hacer esto, eso y lo otro… Solamente deberes. ¡Pero te falta algo! ¿Cuál es el fundamento de este deber? El fundamento de este deber es el amor de Dios Padre, que primero da y luego manda. Anteponer la ley a la relación no ayuda al camino de la fe. ¿Cómo puede un joven desear ser cristiano, si partimos de obligaciones, compromisos, coherencias y no de la liberación? ¡Pero ser cristiano es un camino de liberación! Los mandamientos te liberan de tu egoísmo y te liberan porque el amor de Dios te lleva hacia delante. La formación cristiana no se basa en la fuerza de voluntad, sino en la aceptación de la salvación, en dejarse amar: primero el Mar Rojo, luego el Monte Sinaí. Primero la salvación: Dios salva a su pueblo en el Mar Rojo, después en el Sinaí le dice lo que tiene que hacer. Pero ese pueblo sabe que hace esas cosas porque ha sido salvado por un Padre que lo ama.

La gratitud es un rasgo característico del corazón visitado por el Espíritu Santo; para obedecer a Dios, primero debemos recordar sus beneficios. San Basilio dice: “Quien no deja que esos beneficios caigan en el olvido, está orientado hacia la buena virtud y hacia toda obra de la justicia” (Reglas breves, 56). ¿A dónde nos lleva todo esto? A ejercitar la memoria: [3] ¡Cuántas cosas bellas ha hecho Dios por cada uno de nosotros! ¡Qué generoso es nuestro Padre Celestial! Ahora me gustaría proponeros un pequeño ejercicio: que cada uno, en silencio, responda para sí. ¿Cuántas cosas hermosas ha hecho Dios por mí? Esta es la pregunta. En silencio cada uno de nosotros responda. ¿Cuántas cosas hermosas ha hecho Dios por mí? Y esta es la liberación de Dios. Dios hace tantas cosas bellas y nos libera.

Y sin embargo, alguno puede sentir que aún no ha tenido una verdadera experiencia de la liberación de Dios. Puede suceder. Podría ser que uno mire en su interno y encuentre solo sentido del deber, una espiritualidad de siervos y no de hijos. ¿Qué hacer en este caso? Lo que hizo el pueblo elegido. Dice el libro del Éxodo: “Los israelitas, gimiendo bajo la servidumbre, clamaron, y su clamor que brotaba del fondo de su esclavitud, subió a Dios. Oyó Dios sus gemidos y acordóse Dios de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob… Y miró Dios a los hijos de Israel y conoció”(Ex 2,23-25). Dios piensa en mí.

La acción liberadora de Dios al comienzo del Decálogo – es decir, de los Mandamientos- es la respuesta a este lamento. No nos salvamos solos, pero de nosotros puede salir un grito de ayuda: “Señor, sálvame, Señor enséñame el camino, Señor, acaríciame, Señor, dame un poco de alegría”. Esto es un grito que pide ayuda. Esto depende de nosotros: pedir que nos liberen del egoísmo, del pecado, de las cadenas de la esclavitud. Este grito es importante, es oración, es conciencia de lo que todavía está oprimido y no liberado en nosotros. Hay tantas cosas que no han sido liberadas en nuestra alma, “Sálvame, ayúdame, libérame”. Esta es una hermosa oración al Señor. Dios espera ese grito porque puede y quiere romper nuestras cadenas; Dios no nos ha llamado a la vida para estar oprimido, sino para ser libres y vivir con gratitud, obedeciendo con alegría a Aquel que nos ha dado tanto, infinitamente más de lo que nosotros podremos darle. Es hermoso esto ¡Que Dios sea siempre bendito por todo lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará en nosotros!

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[1] En la tradición rabínica hay un texto iluminador sobre el tema: “¿Por qué las diez palabras no fueron proclamadas al comienzo de la Torá? […] ¿Con qué se puede comparar? A un hombre que, asumiendo el gobierno de una ciudad, preguntó a los habitantes: “¿Puedo reinar sobre vosotros?”. Pero ellos respondieron: “¿Qué bien nos has hecho para que pretendas reinar sobre nosotros?”. Entonces, ¿qué hizo? Les construyó muros defensivos y un canal para abastecer a la ciudad con agua; luego combatió guerras por ellos. Y cuando volvió a preguntar: “¿Puedo reinar sobre vosotros?”, le respondieron: “Sí, sí”. Así  el Lugar sacó a Israel de Egipto, dividió el mar por ellos, hizo bajar sobre ellos el maná y subir el agua del pozo, les llevó codornices y finalmente luchó por ellos en la guerra contra Amaleq. Y cuando les preguntó: “¿Puedo reinar sobre vosotros?”, respondieron: “Sí, sí” “(El don de la Torá Comentario sobre el decálogo de Ex 20 en Mekilta R. Ishamael, Roma 1982, p 49.)

[2] Cf. Benedicto XVI, Lett. Enc. Deus caritas est, 17: ” La historia de amor entre Dios y el hombre consiste precisamente en que esta comunión de voluntad crece en la comunión del pensamiento y del sentimiento, de modo que nuestro querer y la voluntad de Dios coinciden cada vez más: la voluntad de Dios ya no es para mí algo extraño que los mandamientos me imponen desde fuera, sino que es mi propia voluntad, habiendo experimentado que Dios está más dentro de mí que lo más íntimo mío. Crece entonces el abandono en Dios y Dios es nuestra alegría”

[3] Ver Homilía en la Misa en S. Marta, 7 de octubre de 2014: “[¿Qué significa rezar?] Es recordar ante Dios nuestra historia. Porque nuestra historia [es] la historia de su amor por nosotros ». Cf. Dichos y hechos de los padres del desierto Milán 1975, p. 71: “El olvido es la raíz de todo mal”.

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

27/06/2018-17:34
Rosa Die Alcolea

La Comunidad de San Egidio recibe a 139 refugiados del Cuerno de África

(ZENIT — 27 junio 2018).- Este miércoles, 27 de junio, a las 11:30 horas, han llegado al aeropuerto de Fiumicino, en Roma, 139 refugiados del Cuerno de África, procedentes de Etiopía, Eritrea y Somalia.

Los migrantes africanos han viajado en un vuelo regular de la 'Ethiopian Airlines' proveniente de Adis Abeba. Son 139 personas, niños y adultos, del Cuerno de África que estaban refugiados en los campos de Tigrai (Etiopía), señala la comunidad de San Egidio.

Su entrada en Italia ha sido posible gracias al Protocolo de Acuerdo con el Estado italiano, firmado por la CEI —que actúa a través de Caritas Italia y Fundación Migrantes—y por la Comunidad de San Egidio. Con este grupo ya son 327 los refugiados que Italia ha acogido, de los 500 previstos en dos años.

 

60 niños

Entre estas 139 personas, hay núcleos familiares numerosos, y más de 60 son niños: el más pequeño, Emanuel, nació hace apenas 3 meses.

Los refugiados serán acogidos en 13 regiones italianas, informan desde San Egidio: Abruzos, Calabria, Campania, Emilia Romaña, Lacio, Lombardía, Marcas, Piamonte, Cerdeña, Sicilia, Toscana, Umbría, Véneto.

 

Apoyo de familias italianas

Se les atenderá en parroquias, pisos de particulares y de institutos religiosos, con el apoyo de familias italianas que se ocuparán de acompañar el itinerario de integración social y laboral de cada persona en el país, garantizando servicios, cursos de lengua italiana, inserción escolar para los menores y atención sanitaria.

Todo ello es gracias a un proyecto totalmente autofinanciado con la aportación que la CEI recibe de la recaudación del impuesto de la renta, fondos recogidos por la Comunidad de San Egidio y la generosidad no solo de asociaciones y parroquias sino también de ciudadanos que han ofrecido sus casas y su trabajo gratuito y voluntario.

 

 

27/06/2018-10:00
Rosa Die Alcolea

Audiencia: "Responded con libertad y alegría a la llamada de Dios"

(ZENIT — 27 junio 2018).- El Santo Padre ha invitado a los peregrinos de lengua española, presentes en la audiencia general, a responder "con libertad y alegría a la llamada de Dios, que nos ama y nos libra de nuestras esclavitudes para que podamos vivir como sus hijos amados".

Esta mañana, 27 de junio de 2018, en la audiencia general, Francisco ha pronunciado unas palabras en español, como cada miércoles, como resumen de la catequesis completa que ofrece en italiano.

Al término de su reflexión en español, el Pontífice ha saludado cariñosamente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.

"Los invito a que, recordando todo lo bueno que Dios ha hecho en ustedes, respondan con libertad y alegría a la llamada de Dios", les ha dicho.

 

 

27/06/2018-16:59
Rosa Die Alcolea

Pedro y Pablo: Modelos a imitar para "testimoniar con valentía el evangelio"

(ZENIT — 27 junio 2018).- A dos días de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, Patronos de Roma, el Papa ha animado a los jóvenes, ancianos, enfermos y recién casados que han participado en la audiencia general a aprender de ellos "la capacidad de testimoniar con valentía el evangelio de Jesús".

"Más allá de las diferencias de cada uno —ha continuado el Santo Padre— conservando la concordia y la amistad sobre las que se funda la credibilidad de cualquier anuncio de fe".

El Pontífice Francisco ha celebrado la audiencia general esta mañana, miércoles 27 de junio de 2018, en la plaza de San Pedro ante miles de fieles, procedentes de países de todo el mundo.

En el Aula Pablo VI, antes de ir a la Plaza de San Pedro, el Papa ha encontrado a varios grupos de enfermos, y luego ha continuado su nuevo ciclo de catequesis sobre los Mandamientos, centrando esta vez su atención sobre el tema: "El amor de Dios precede la ley y le da significado" (pasaje bíblico: Deuteronomio 4, 32-35).

 

 

27/06/2018-16:42
Rosa Die Alcolea

Peregrinos de lengua árabe: "Dios desea romper todas nuestras cadenas"

(ZENIT — 27 junio 2018).- El Santo Padre ha lanzado un mensaje a los peregrinos de lengua árabe presentes en la audiencia general celebrada esta mañana: "Dios desea romper todas nuestras cadenas para vivir la vida y los mandamientos, no con el espíritu de los esclavos, sino con la libertad de los hijos".

Esta mañana, 27 de junio de 2018, el Papa ha reflexionado sobre “El amor de Dios precede la ley y le da significado” , tema inspirado en el pasaje del Deuteronomio 4, 32-35, continuando su ciclo de catequesis sobre los Mandamientos.

Así, Francisco ha saludado a los peregrinos de lengua árabe, en particular al coro “La perfecta leticia” de Egipto, a “Nousroto” de Líbano, a los fieles de la parroquia “San Salvador” de Jerusalén.

El Pontífice les ha comunicado que "Dios dio los mandamientos a su pueblo después de liberarlo de la esclavitud, mostrando así la generosidad de su amor paternal".

 

 

27/06/2018-15:35
Marina Droujinina

Hong Kong y Macao: El Papa recibe a los obispos en Visita 'ad Limina'

(ZENIT — 27 junio 2018).- El diálogo permanente con el gobierno chino y la situación de los jóvenes han sido el corazón del encuentro del Papa Francisco con los obispos de Hong Kong y Macao en visita ad limina a Roma, el sábado, 23 de junio de 2018, indica Asianews italiano. Los obispos también se reunieron con el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado.

Los obispos del grupo incluido el obispo Michael Yeung Ming-Cheung, obispo ordinario de Hong Kong, el obispo Joseph Ha Chi-Shing, OFM, obispo auxiliar del territorio, y el obispo Stephen Lee Bun sang, obispo de Macao.

La anterior Visita 'ad limina apostolorum' de los pastores de ambos territorios chinos tuvo lugar 10 años antes, con el cardenal Joseph Zen para Hong Kong y el obispo José Lai para Macao.

"El Papa nos ha pedido orar, dice Obispo Yeung Ming-Cheung, queremos orar por él, por la Iglesia en China y por todos aquellos que sacrificaron sus vidas por la fe en China, para que también nosotros estemos listos para sacrificar nuestra vida por el Evangelio"

"En China, la posición del Vaticano es clara", dice el obispo de Hong Kong: "El Vaticano no quiere irritar a nadie, no quiere cometer un error, pero al mismo tiempo debe hacer algo por el bien de la Iglesia y la sociedad china".

El obispo Yeung Ming-cheung dice que uno debe ser paciente en el diálogo con China: "Debemos continuar hablando, las relaciones diplomáticas no ocurren de la noche a la mañana", dice. Todos debemos ser pacientes, China tiene 5.000 años de historia y el diálogo lleva tiempo, hay cosas en las que estamos de acuerdo y en las que no estamos de acuerdo".

Con respecto a la situación de los jóvenes, el obispo Yeung Ming-cheung enfatiza que son "víctimas del desarrollo económico": "Se sienten muy frustrados, dice, porque exigen más justicia y más libertad pero son impacientes, buscan gratificación inmediata, pero no se puede plantar un árbol por la mañana y recoger el fruto por la tarde".

"Es urgente ir al encuentro de los jóvenes", continúa, "para ayudarlos a discernir, para ayudarlos en sus vidas diarias a fin de que entiendan y vivan la llamada de Jesús en un espíritu que les de la fuerza para 'ir adelante".

Durante la reunión, el Obispo Yeung, de 73 años, le pidió al Papa de renunciar a la oficina episcopal para dedicarse al compromiso de Caritas Hong Kong. "El Papa", dice, "fue muy amable y comprensivo".

© Traducción ZENIT, Raquel Anillo

 

 

27/06/2018-08:59
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Felipe Arizmendi: "El país depende también de ti"

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas

 

VER

El próximo domingo 1 de julio es muy importante para el país, pues elegiremos al presidente de la República, senadores, diputados federales, gobernadores y diputados locales en algunos Estados, y a muchos presidentes municipales. Las campañas electorales en los medios han sido fastidiosas, pero ya vamos a descansar de ellas. La expectativa general es quién ganará. Y esto es más trascendente que ganar un partido del mundial de futbol.

Muchos ciudadanos desean que triunfe su candidato, porque esperan que su situación personal pueda mejorar. Se dejan impresionar por las propagandas y por los ofrecimientos que todos hacen, como si fueran dioses que todo lo pueden cambiar, o mesías redentores, en cuyas manos estaría la salvación del país. No se dan cuenta de que ni Dios, que es omnipotente, cambia todo, no porque no pueda, sino porque respeta nuestra libertad para seguir o no seguir sus planes, para trabajar o no por su Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz. Ni Jesucristo nos quita nuestra libertad para pecar, a pesar de que él sea perfecto en todo y haya vencido el pecado y la corrupción. Ni el Papa, que anhela que todos seamos santos, puede evitar que algunos creyentes vayamos por otros caminos. Ni el obispo, ni el párroco, ni el pastor protestante, a pesar de que luchen por la conversión evangélica de la comunidad, pueden evitar que algunos de sus integrantes sean corruptos, ladrones, asesinos, lobos con piel de oveja, narcos, mentirosos, infieles, etc. ¿Son más poderosos y eficientes los candidatos, los gobernantes, los políticos, que Dios? Claro que no. Aún más; ni los padres de familia pueden garantizar que sus hijos se portarán siempre bien, pues hay muchas influencias que los contaminan, a pesar de los consejos y las normas de casa. ¿Qué candidato puede garantizar que se va a acabar la corrupción y la maldad en el país? Ni que todos los mexicanos fuéramos sus muñequitos a quienes pueden mover a su gusto.

Hay que ser realistas y no hacerse ilusiones. No olvidemos procesos electorales de otros años. La corrupción, la violencia, la inseguridad se cuelan por todas partes, y su eliminación no depende sólo de un proyecto político. Tu familia, tu municipio, tu Estado, tu país, dependen también de ti, y no sólo de quien gane una elección en cualquier nivel. Si tú no cambias, tu alrededor inmediato no cambia. Si tú no trabajas, tu situación no va a mejorar. Si cada quien asumimos nuestra responsabilidad, las cosas pueden cambiar.

 

PENSAR

El Consejo de Presidencia de nuestra Conferencia Episcopal acaba de emitir un documento para estos últimos días previos a las elecciones, y entre otras cosas nos dice:

"Las elecciones son sin duda un momento especial para expresar de manera crítica, responsable e informada nuestro derecho sobre quién nos debe gobernar, es decir, sobre quién debe coordinar los esfuerzos, para que entre todos -sociedad y gobierno-, podamos construir el bien común que México necesita.

El actual proceso electoral ha generado polarización y encono no sólo entre los candidatos sino entre algunos de sus seguidores, que en muchas ocasiones parecieran privilegiar más la pasión que la razón, más la descalificación que el argumento, más el deseo de destruir al adversario que la construcción de puentes de cara a un México reconciliado. Es preciso entender que las propuestas de gobierno que han presentado los candidatos, deben estar acompañadas de la más firme voluntad por lograr consensos y acuerdos que no sólo den viabilidad política a las ideas, sino que coadyuven a la reconciliación social.

La paz se construye paso a paso, día a día. Todos debemos convertirnos en sembradores de paz. Hoy más que nunca México necesita vivir en un clima de paz para poder caminar y seguir construyendo hacia delante.

Es una obligación moral ejercer nuestro derecho al voto. Todos debemos participar en este importante ejercicio de responsabilidad cívica: jóvenes y adultos, mujeres y hombres, habitantes de zonas urbanas y rurales. En las condiciones actuales el abstencionismo no nos ayuda a madurar como ciudadanos llamados a construir una democracia más sólida. Ejerzamos el derecho que tenemos para votar en conciencia, por el partido o el candidato de nuestra preferencia que mejor represente el máximo bien posible.

Es urgente construir un mejor México con más oportunidades de desarrollo humano integral para todos. Sin embargo, actualmente existen importantes tensiones sociales que han conducido a divisiones, resentimientos y violencias. Las fuerzas meramente humanas nunca alcanzan para volver a reunir los corazones, para reconciliar a las familias, para hacer concordia entre los pueblos".

 

ACTUAR

Participemos con nuestro voto el próximo domingo, porque sí influye en los resultados, pero no nos hagamos ilusiones falsas. Ni el mejor candidato puede cambiar toda la realidad, aunque él sea una buena persona; también depende de lo que tú seas y hagas. Pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine para tomar una sabia decisión al votar.

 

 

27/06/2018-18:14
Isabel Orellana Vilches

Beata María Pía Mastena, 28 de junio

«El Rostro de Cristo: sublime peana para ejercer la caridad. Fundadora del Instituto de la Santa Faz, con el que se propuso propagar, reparar y restaurar la imagen amable de Jesús en las almas. Es impulsora de la Pía obra de socorro»

No es la primera vez que un integrante de la vida santa descubre el auténtico sendero de su vocación después de haber recorrido otros. María Teresa Mastena vivió esta experiencia. Nació en Bovolone, Verona, Italia, el 7 de diciembre de 1881. Fue la primogénita de siete hermanos. Su padre Giulio, que regentaba una tienda de comestibles, y su madre María Antonia, que ejercía como maestra infantil en una escuela, les dieron una formación en la fe tan sólida que recibieron la gracia de ver cómo se consagraban dos de ellos porque Emilio Tarsicio, el penúltimo, fue capuchino. Además, otra de las hermanas, Magdalena, fue terciaria capuchina. Antes de cumplir 10 años en nota escrita prometió a Dios su virginidad, lógica salida para una niña que recordaba sentirse inmersa en Él hacia los 3 años.

La primera comunión en 1891 fue un instante lleno de resonancias místicas. A los 14 mostró su deseo de ingresar en el convento, pero la edad le obligó a demorar su ingreso, hasta que en 1901 las Hermanas de la Misericordia la acogieron en la comunidad. Se caracterizó por su piedad; ya guardaba dentro de su corazón una intensa devoción por el rostro de Cristo, cuya imagen plasmada en una antigua pintura se había acostumbrado a venerar en su casa paterna.

Percibía en su interior la llamada a una progresiva conversión, y el 11 de abril de 1903, fecha en la que Gemma Galgani entraba en la gloria, Teresa se unía místicamente sin saberlo a quienes, como esta pasionista, habían entregado su vida a Dios ofreciéndose en holocausto. Gemma murió custodiando su integridad, en aras de la pureza. Teresa, autorizada por sus superiores, quiso pronunciar ese día el voto privado de hacerse víctima. Profesó a finales de octubre de ese año tomando el nombre de Passitea del Niño Jesús. En 1905 finalizó los estudios de magisterio y en 1907 fue habilitada para impartir clases elementales. Estaba capacitada para asistir a niños enfermos, que fueron objeto de su enseñanza, fundamentalmente. Ejerció la docencia en Miane, mientras asumía la misión de superiora.

Su sed de progresar en el amor iba in crescendo, y en 1915 obtuvo el permiso del prelado monseñor Caroli para añadir nuevo voto a su vida: el de perseguir en todo lo más perfecto. En Miane hubo personas generosas que con sus aportaciones le permitieron abrir un centro-asilo para niños, un orfanato, una escuela y un club social. Hasta ese momento no había manifestado abiertamente lo que bullía en su interior. Estaba agradecida por todo lo que había aprendido junto a las Hermanas, pero no terminaba de encajar en ese carisma. Por eso, en 1927 ingresó con las religiosas cistercienses de San Giacomo di Veglia. Fue en este lugar donde al profesar tomó el nombre de María Pía. Pero lejos de la necesaria estabilidad humana y espiritual que perseguía, no tardó en darse cuenta de que la clausura tampoco era para ella. Y, de acuerdo con el prelado de Vittorio Veneto, monseñor Eugenio Beccegato, a finales de ese mismo año retornó a las aulas. Su decisión no fue comprendida; algunos de los que le prestaron apoyo, se pusieron en contra; fue objeto de críticas y represalias.

Impartió clases en Miane, Carpesica y San Fior. Su creatividad apostólica no estaba agotada: abrió un asilo, un comedor para niños sin recursos, y un taller. Sin olvidarse ni un segundo del voto de buscar siempre lo más perfecto tenía presente poner «toda la atención en ejercitar la santa indiferencia en todas las cosas»dando vía única a dos expresiones «el Fiaty el Deo gratias» tanto en las situaciones adversas, las que revistieran gravedad, como en los instantes felices.

Generalmente las obras destinadas a dar gloria a Dios no surgen sin más. En su origen hay todo un ejercicio de entrega de quien las impulsa: aflicción por las necesidades de los demás, que se anteponen a las particulares, un torrente de pasión incontenible que tiembla ante el despilfarro de la gracia divina, y un punzante anhelo de dejarse la vida literalmente, si es preciso, sembrando la semilla del evangelio por cualquier recodo. Si se ha contemplado el rostro de Dios en el otro, queda desterrado el legítimo descanso. Falta tiempo para atender al prójimo, para desgastarse en aras de ese amor incomparable que corre por las venas. Un apóstol no quiere ni pensar que tan solo uno de sus hermanos se pierda. Teresa había experimentado el sentimiento evangélico de ver en ellos al mismo Cristo. Por eso, mientras enseñaba dio los pasos oportunos para instituir una nueva fundación, materializada en 1930 en San Fior, y que implícitamente acogía estas vivencias de las que daba cuenta con su heroico quehacer.

Benedicto XVI, en la ceremonia de beatificación el 13 de noviembre de 2005, sintetizó sus elevados afanes con estas palabras: «...conquistada por el Rostro de Cristo, asimilo los sentimientos de dulce premura del Hijo de Dios hacia la humanidad desfigurada por el pecado, y lo concretó en gestos de compasión y después proyecto un Instituto con la finalidad de propagar, reparar, devolver la imagen del dulce Jesús en las almas».Su íntimo deseo era: «cada acto que realice con mis manos sea un trabajo continuo en torno al Corazón dulcísimo de mi Jesús...».Este Instituto de la Santa Faz tendría la finalidad de «... propagar, reparar y restaurar la imagen amable de Jesús en las almas».

En 1933 la beata instituyó la «Pía obra de socorro», y en 1936 abandonó la docencia. Entre tanto seguía con los trámites para el reconocimiento de su institución que llegó en 1947 después de haber sido recibida en audiencia por Pío XII en varias ocasiones. Al año siguiente se celebró el primer capítulo en el que salió elegida superiora general de forma unánime. Pero no pudo permanecer mucho tiempo en este oficio. Padecía diabetes, angina de pecho e hipertensión. En abril de 1951 sufrió un infarto; fue un aviso. El 28 de junio de ese año en Roma una nueva parada cardiaca terminó con su vida. Desde ese momento contemplaría, cara a cara y para siempre, el rostro de Dios.