Otras Religiones
Los maestros se forman en la comisión islámica

 

Cuatro colegios tendrán clase de Religión islámica por primera vez en la provincia de León

 

Más de 120 alumnos han solicitado esta asignatura al formalizar su matrícula y se sumará a la católica y la evangélica

 

 

El próximo septiembre, con el inicio del curso escolar, por primera vez en la provincia de León se impartirán clases de Religión Islámica en al menos cuatro colegios. Así lo han confirmado desde la Dirección Provincial de Educación, después de que 121 alumnos hicieran constar en la matrícula su interés por cursar esta materia.

 


 

 

Es la primera vez que en la provincia, desde que en el curso 2016/2017 arrancaran las clases de esta asignatura en Soria, que existe tanta demanda y, al cumplirse los requisitos mínimos, será en al menos cuatro centros —en función de la organización y de la distribución de los centros—donde comenzarán las clases, como ya se hace con las religiones Católica y Evangélica, informa el Diario de León.

En Castilla y León, la primera provincia que la Religión Islámica entró por primera vez en las aulas fue Soria y después, en el curso pasado, ya llegó a Segovia. El presidente de la Comisión Islámica de España, Riay Tatary, destaca que en los niveles de Primaria se sumarán el próximo curso, junto con León, las provincias de Salamanca, Valladolid y Burgos. “Hay un número importante de alumnado musulmán en la provincia de León y va en aumento año tras año”, comenta el presidente de la Comisión Islámica.

 

Cupo mínimo

Desde la Consejería de Educación se establece un cupo mínimo para que se imparta la clase en los colegios. Son los alumnos los que deben demandar esta materia y después, tras completar “la inscripción en tiempo y forma”, como destacan desde la Dirección Provincial, se establecen los centros y los docentes con los que finalmente se atenderá a los alumnos.

“Las reglas del juego serán las mismas que para el resto de las religiones o valores éticos», indican desde León, en relación a la organización de las clases.

En función de la demanda de cada centro, se podrá agrupar a alumnos de diferentes niveles educativos para conseguir el cupo necesario y permitir la organización de los docentes. Hasta ahora, según inciden desde la Dirección de Educación en León, encontrar profesores capacitados para impartir estas enseñanzas había sido, junto con la escasa demanda, lo que había retrasado la impartición de estas clases en la provincia.

 

Comisión islámica

Hasta ahora, estos jóvenes alumnos recibían su formación religiosa de mano de las asociaciones o colectivos islámicos en cada provincia y a partir del próximo curso en la provincia de León, la Religión islámica entrará a las aulas junto con la católica y la Evangélica.

Es la Comisión Islámica de España la que se encarga, como ocurre con los diferentes obispados en el caso de la Religión Católica o la Iglesia Evangélica, la que selecciona a los docentes que impartirán las clases.

“El requisito fundamental es que tienen que haber estudiado Magisterio o el grado de Educación Primaria, después nosotros nos encargamos de formales para la enseñanza de la materia”, destaca el presidente de la Comisión Islámica de España, Riay Tatary, quien añade que ese proceso se está desarrollando actualmente a fin de conseguir que los alumnos leoneses cuenten para septiembre con los maestros necesarios.

En las clases de Religión islámica se impartirán “esencialmente las bases de la fe musulmana y también se trabajará de forma muy amplia los valores que transmite, que básicamente son comunes a todas las religiones”, explica Tatary. Estos alumnos también podrán ahondar en algunos pasajes del Corán, el libro sagrado para los musulmanes, así como “en la vida del profeta y el mensaje de Dios”.

 

Religión evangélica

Los alumnos de Religión Evangélica en la provincia de León superan el millar, mientras que los docentes de Religión Católica destacan, según un estudio realizado a finales del curso pasado, que el 70% de los estudiantes leoneses elegían esta opción y que llegaba hasta el 100% en los pueblos, mientras que se reducía en los núcleos urbanos más grandes.