Opinión

 

Desapego, despreocupación y soledad interna

 

¿Por qué no nos preocupamos de todo lo que nos acontece a nuestro alrededor, y pensamos más en los demás?

 

 

25/07/2018 | por José Ramón Talero Islán


 

 

La esclavitud moderna y la ignorancia voluntaria a las que nos sometemos origina a diario ese desapego y despreocupación que hace que cada vez estemos más solos en nuestro interior, y más desconfiados en nuestro exterior. Justificamos en algunos momentos, para intentar ser más auténticos, más razonables, mejores; sin embargo, se nos olvida de inmediato y volvemos al engranaje irracional y miserable, al que a diario estamos acostumbrados en nuestra sociedad.

Nos planteamos la felicidad, la solidaridad, la paz, el amor al prójimo. Todos tenemos la necesidad de transmitirlo, pero esa capa de barniz que tenemos encima (egoísmos, disputas, rencores, codicias) nos lo impide. A veces, asoma el disolvente y de forma momentánea disuelve esa capa y aparece realmente la esencia pura del ser humano, que es la que nos debe distinguir de cualquier otra especie.

Eminentes pensamientos fluyen e iluminan nuestra mente… perdonemos, no sintamos el agravio, ni el odio. “El perdón es una decisión, no un sentimiento” “perdonando tendremos paz y la tendrá el que nos ofendió”.

Precisamente ayer leía este texto, que decía lo siguiente: “Ser feliz es estar en paz sabiendo que estoy recorriendo el camino correcto, el que coincide con el sentido de mi vida, el de mis errores y triunfos, con mis miedos y corajes… el camino que yo elegí, en el que hice todo lo que pude y más”.

Sin lugar a dudas, hay muchas formas de morir, pero solo una para vivir y esta es la que nos falta en nuestra sociedad, el ofrecernos y darnos a los demás sin esperar nada a cambio.