IGLESIA | Nicaragua

 

Nicaragua: La Iglesia cercana a su pueblo denunciando la injusticia

 

El obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, Mons. Silvio Báez, criticó la "criminalización" del derecho a protestar en Nicaragua, un día después de que el presidente Daniel Ortega insistió en llamar "terroristas" a quienes se manifiesten en su contra

 

 

02 agosto 2018, 13:23 | Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano


 

 

Diferentes organismos humanitarios nacionales e internacionales han responsabilizado a Ortega por la cantidad de personas asesinadas desde abril pasado, en su mayoría manifestantes que protestan contra su Gobierno. Ortega afirmó que los encapuchados con armas que actúan en el marco de las protestas contra el Gobierno "son policías voluntarios", y que la cifra de muertos durante la crisis que estalló en abril asciende a 195, lo dijo en una entrevista difundida por Euronews.

 

La Paz no se impone con las balas

"La paz social no se impone a fuerza de balas, de intimidación, encarcelamientos y procesos judiciales injustos", señaló Mons. Báez.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias", lo que Ortega ha negado.

La CIDH ha advertido que una "tercera fase" de represión consiste en la "criminalización de los manifestantes", y la ha denominado como "más ruda, más explícita y burocrática", porque utiliza la justicia contra las personas. El mandatario ha sostenido que todo se debe a un "golpe de Estado", y ha señalado de forma directa al clero nicaragüense de ser "parte del plan golpista", detrás del cual estaría Estados Unidos, según Ortega.

 

Peregrinar unidos por el amor y la alegría

Esta semana se está llevando a cabo los festejos en honor a Santo Domingo de Guzmán, que comenzaron el domingo, con un espectáculo taurino, y concluyen el 10 de agosto. Este año, en vez de comprar petardos, algo tradicional en esta fiesta, celebrarla con el estallido de petardos, los obispos han pedido que con ese dinero se compren rosarios y sean ellos los protagonistas en la peregrinación.

Ayer, en la peregrinación se obsequiaron 15 mil rosarios. Según la tradición los festejos religiosos comienzan con la bajada el martes 31 de la imagen del santo, y una celebración eucarística, que presidió el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, quien dijo en su homilía, que uno de los objetivos de la Iglesia es fortalecer la fe en un momento difícil, un momento de contradicciones, de confrontaciones, momentos de dolor como es la muerte de tantos nicaragüenses.

El cardenal nos habla del momento de dolor que está viviendo el pueblo, la necesidad de estar todos unidos, y la importancia del verdadero diálogo. El martes 31, cuando inició la fiesta religiosa, con la bajada de la imagen para iniciar la procesión, el párroco de la Iglesia de Santo Domingo, el Padre Boanarges Carballo, agradeció al cardenal, a los obispos, sacerdotes y religiosos por su esfuerzo en el alcance de la paz.

Desde esta sede parroquial de Santo Domingo de Guzmán, cuántas familias se han acercado a mí para pedirme que ore por ellas, que no se divida su familia, que entre los vecinos no perdamos nuestra amistad. Que el país no se divida, sino que trabajemos con esperanza, escuchándonos, podemos tener ideas distintas, podemos no estar de acuerdo, y como dice el Papa Francisco, es por eso la grandeza del diálogo.

En el diálogo siempre hay posturas distintas, cada quien tiene su idea, pero cuál es la grandeza del diálogo, que vamos limando cada uno, y como decimos nosotros, cada vamos haciendo nuestra parte. Y cada vamos concediendo al otro. Es triste cuando algunas veces decimos, “esta mula es mi macho, y de esta no me bajo”, no eso es negativo, esas personas que piensan así no tienen capacidad de dialogar, las personas de diálogo son las que son capaces de reconocer al otro.

 

La Iglesia alienta a su pueblo a seguir este camino con esperanza

En la homilía de Monseñor Rolando José Álvarez, Obispo de la diócesis de Matagalpa, en la Catedral de san Pedro Apóstol, subrayó la importancia de cada uno ante el compromiso con la historia. Nuestra corresponsabilidad, dijo con las situaciones y circunstancias que nos tocan vivir para que el Señor a partir de allí pueda seguir obrando los milagros que Él siempre ha querido realizar en su pueblo.

Hay diversas tentaciones dijo Mons. Álvarez, como el miedo, el pánico o el terror, que hieren el grado de implicación, de compromiso, y corresponsabilidad, que cada uno de nosotros en la sociedad nicaragüense debe tener en este momento histórico que nos toca vivir.

Sea el miedo, sea el pánico o sea el terror, puede hacer que una persona, que una familia, que una comunidad, que un pueblo, que una sociedad, se mire trastornada completamente en su misma personalidad y en su misma identidad. Y el pueblo, dijo, debe en el nombre del Señor, rechazar la tentación del miedo, del pánico, y del terror.  Si hay gente que está padeciendo de esto, si hay gente que ya ha comenzado a entrar en esta tentación, pídale al Señor ser liberada de esto, ser liberada de ella, porque sicológicamente, afectiva, sentimental, espiritual, moralmente, puede llegar a ser esclavo del miedo, del pánico o del terror. Así de grave es esto.

El obispo de Matagalpa, Mons. Rolando José Alvarez habló de estas “tentaciones” sobre todo porque en la Iglesia estaba el padre de uno de estos jóvenes desaparecido.

 

Orar por la paz en Nicaragua

También en la homilía de Monseñor César Bosco Vivas, Obispo de la diócesis de León, dijo que hay venganza y revancha, entre el pueblo: “me hiciste esto”, “publicaste esto en las redes”, “estás de parte del gobierno”, una serie de acusaciones que surgen entre el mismo pueblo. Y somos cristianos dijo, todo esto pasará, esperemos que Dios con su misericordia pura, obre en nosotros, que los arreglos que vendrán sean de paz para Nicaragua.  Lo que no debe pasar nunca es la enseñanza de Jesús, nos ama el Señor, nos ha dado el alimento que necesitamos para que no decaiga nuestra esperanza en este mundo, para que aportemos, todos juntos, en el bienestar común, y ese regalo, ese don, es la eucaristía.

Por su parte, en Jinotega, el obispo de esta diócesis, Monseñor Carlos Enrique Herrera, en su homilía, pidió que ya cese la violencia, hoy más que nunca el pueblo está sensible al dolor y al sufrimiento. Que cese la violencia, la muerte que haya vida dijo el prelado, todos tenemos que poner nuestro esfuerzo para que cese el mal, seguir orando con fe, con humildad, con paciencia. Que hagamos un compromiso de conversión.