Servicio diario - 05 de agosto de 2018


 

Ángelus: Jesús va más allá de la satisfacción inmediata de las necesidades materiales
Redacción

Ángelus: El Papa ha recordado la figura de Pablo VI
Redacción

Chile: Los obispos reconocen haber fallado a su deber de pastores
Redacción

La diócesis de Roma abre la causa de beatificación del jesuita Pedro Arrupe
Redacción

Beata María Francisca de Jesús (Ana María Rubatto), 6 de agosto
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

05/08/2018-15:23
Redacción

Ángelus: Jesús va más allá de la satisfacción inmediata de las necesidades materiales

(ZENIT — 5 agosto 2018).- "Jesús vino a traernos algo más para abrirnos a una nueva existencia, a un horizonte más amplio", ha dicho el Papa Francisco en el Ángelus que presidió desde la ventana del despacho que da a la Plaza San Pedro este soleado domingo ante 20.000 personas.

Queridos hermanos y hermanas. Buenos días.

En estos últimos domingos la liturgia nos ha mostrado la imagen llena de ternura de Jesús que sale al encuentro de las multitudes y sus necesidades, en el pasaje del evangelio de hoy (Jn 6, 24-35) la perspectiva cambia es la multitud alimentada por Jesús la que va nuevamente en busca de Él, va al encuentro de Jesús. Pero para Jesús no es suficiente que la gente lo busque, Él quiere que la gente lo conozca, quiere que la búsqueda y el encuentro con Él vaya más allá de la satisfacción inmediata de las necesidades materiales.

Jesús vino a traernos algo más para abrir una nueva existencia a un horizonte más amplio que las preocupaciones diarias de nutrición, vestimenta y de la carrera y así sucesivamente.

Por tanto, volviéndose hacia la multitud exclama. Ustedes no me buscan porque han visto señales sino porque han comido de esos panes y se han saciado (y 26). Así Jesús anima a las personas a dar un paso adelante, a preguntarse sobre el significado del milagro, no solo aprovecharse de Él. De hecho, la multiplicación de los panes y los peces es un signo del gran regalo que el padre le ha dado a la humanidad y que es Jesús mismo.

Él es el verdadero "pan de vida" (y 30) que quiere satisfacer no solo a los cuerpos sino también a las almas, dando el alimento espiritual que puede satisfacer el hambre mas profunda. Es por eso por lo que nos invita e invita a las multitudes a procurarse no el alimento que no dura, sino aquel que permanece para la vida eterna (y 27).

Es un alimento que Jesús nos da todos los días: su Palabra, su Cuerpo, su Sangre. La multitud escucha la invitación del Señor, pero no entiende su significado como a menudo nos sucede a nosotros y le preguntan: "¿qué debemos hacer para cumplir con las obras de Dios?" (y 28). Los oyentes de Jesús piensan que Él les pide que cumplan con los preceptos para obtener otros milagros como la multiplicación de los panes.

Es una tentación común, esto de reducir la religión a la práctica de las leyes: proyectando en nuestra relación con Dios la imagen de la relación entre los sirvientes y su amo, los sirvientes deben realizar las tareas que el maestro ha asignado para poder obtener su benevolencia, eso lo sabemos todos. Por eso la gente quiere saber de Jesús que acciones deben hacer para agradar a Dios. Pero Jesús da una respuesta inesperada, esta es la obra de Dios, "creer en el que Él ha enviado" (y 29). Estas palabras están dirigidas hoy, también a nosotros, la obra de Dios no consiste en "hacer" cosas sino en "creer", en creer en aquel a quien Él ha enviado, o mas bien, la fe en Jesús nos permite hacer las obras de Dios, si nos dejamos envolver en esta relación de amor y confianza con Jesús podremos hacer buenas obras que tengan el perfume del Evangelio, para el bien y las necesidades de los hermanos.

El Señor nos invita a no olvidar que, si bien es necesario preocuparse por el pan material, es aún más importante cultivar nuestra relación con Él, fortalecer nuestra fe en Él que es el Pan de Vida venido para saciar nuestra hambre de verdad, nuestra hambre de justicia, nuestra hambre de amor.

 

 

05/08/2018-16:41
Redacción

Ángelus: El Papa ha recordado la figura de Pablo VI

(ZENIT — 5 agosto 2018).- Al final de la oración mariana de este domingo 5 agosto 2018, el Papa Francisco ha recordado la figura del Papa Pablo VI

Queridos hermanos y hermanas: Hace cuarenta años, el Beato Papa Pablo VI estaba viviendo sus últimas horas en esta tierra. De hecho, murió en la tarde del 6 de agosto de 1978. Lo recordamos con tal veneración y gratitud, esperando su canonización, el 14 de octubre. Desde el cielo intercede por la Iglesia y por la paz en el mundo.

La canonización de Pablo VI tendrá lugar durante el Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes.

Recordamos, que fue el Papa Montini quien concluyó el Concilio Vaticano II, y es también autor de la encíclica Humanae Vitae, que este año se celebra su 50° aniversario

 

 

05/08/2018-15:46
Redacción

Chile: Los obispos reconocen haber fallado a su deber de pastores

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile reconocieron "humildemente que hemos fallado a nuestro deber de pastores al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos. A veces no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos abusos sexuales, de poder y de autoridad y, por ello, pedimos perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes".

El presidente de la Conferencia, Mons. Santiago Silva, junto al secretario general, Mons. Fernando Ramos, dieron a conocer el texto de la declaración conclusiva de la 116a asamblea plenaria extraordinaria del Episcopado, que se realizó entre el 30 de julio y el 3 de agosto en Punta de Tralca. Asamblea convocada para abordar la situación que vive la Iglesia Católica en el país, particularmente a raíz de los graves casos de abuso cometidos por personal consagrado.

En los últimos tres días de la asamblea participaron, además de los obispos, los vicarios de Pastoral de las diócesis, directivos de CONFERRE y congregaciones religiosas, diáconos, laicas y laicos colaboradores en los servicios nacionales del Episcopado.

 

"No siempre supimos acoger"

En la declaración, los obispos expresaron también su arrepentimiento "ante quienes han acompañado a las víctimas, a sus familias, a quienes han realizado responsablemente esfuerzos por buscar la verdad, la justicia, la reparación y la purificación, y a los cientos de consagrados y laicos que diariamente dan testimonio del amor, la misericordia y la redención de Cristo y que se ven afectados en su ministerio por causa de los errores, pecados y delitos cometidos. En especial, reconocemos que no siempre supimos acoger en todas las instancias eclesiales las orientaciones del Consejo Nacional de Prevención para abordar oportunamente los casos de abuso sexual. Nuestras faltas u omisiones han causado dolor y perplejidad, han afectado la comunión eclesial y han dificultado la conversión y minado la esperanza".

Los pastores consideran que de ningún modo han querido causar ni agravar el daño producido, "pero, mirado en una perspectiva del tiempo, algunos de nosotros pudimos ser más activos y atentos al dolor sufrido por las víctimas, familiares y la comunidad eclesial".

A partir del discernimiento realizado estos días, los obispos dieron a conocer 'decisiones y compromisos.

 

Decisiones adoptadas

1. Se incluirá un Anexo a las Líneas Guía "Cuidado y Esperanza", norma que rige a todas las diócesis del país, relativo a la plena voluntad de colaborar con el Ministerio Público en la entrega de los antecedentes sobre abuso sexual a menores de edad, resguardando los nombres de denunciantes y víctimas que expresamente soliciten reserva de su identidad. El texto de dicho anexo se dará a conocer apenas se formalice el acuerdo de colaboración con la Fiscalía Nacional que trabaja un equipo jurídico en representación de la Conferencia Episcopal de Chile.
2. A contar de hoy, darán a conocer públicamente toda investigación previa sobre presunto abuso sexual de menores de edad realizada en nuestras jurisdicciones. Lo mismo solicitamos a los superiores de congregaciones religiosas.
3. Se nombra a la abogada Ana María Celis Brunet Presidenta del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas.
4. Se a aprueban nuevas atribuciones y competencias al Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas:
a. En adelante dará seguimiento a la implementación de las Líneas Guía "Cuidado y Esperanza" en las diócesis, tanto en la recepción de denuncias, el acompañamiento a víctimas, en las medidas de prevención y la adecuada formación de los agentes pastorales.
b. Recabará información actualizada sobre la cantidad de investigaciones previas y procesos penales en curso en nuestro país.
c. Se crea un Departamento de Prevención de Abusos para ejecutar las orientaciones del Consejo Nacional. Su directora ejecutiva será Pilar Ramírez Rodríguez.
d. Se faculta a dicho Departamento para recibir denuncias sobre abusos conforme la normativa canónica, facultad que no anula ni suprime las instancias propias de las diócesis e institutos de vida consagrada.
e. En el sitio web del Consejo www.iglesia.cl/prevenirabusos se repondrán los nombres de clérigos con sentencias definitivas civiles y canónicas por abuso de menores de edad.

 

Compromisos asumidos

1. Los obispos se comprometen "a incrementar nuestra disponibilidad para encontrarnos personalmente, cada obispo, con víctimas de abusos cometidos por clérigos de nuestras jurisdicciones que estén dispuestas a hacerlo, para acogerles, escucharles y ponernos, junto a nuestros equipos de acogida, a su disposición para todo cuanto ayude a sanar las heridas. Este mismo signo solicitamos a los superiores de institutos de vida
consagrada".
2. Considerando que el reconocimiento, la verdad y la justicia son siempre los primeros pasos hacia la reparación, se comprometen "con la ayuda del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas, a buscar criterios comunes en los procesos de reparación hacia las víctimas de abuso".
3. Se comprometen "a seguir promoviendo la formación permanente en prevención de abusos de todo el personal consagrado y agentes pastorales de las diócesis, y la acreditación de formadores. Esto mismo estamos solicitando a los institutos de vida consagrada y, particularmente, a los responsables de las instancias educativas de la Iglesia".
4. Se comprometen "a elaborar e implementar un protocolo de buen trato que buscará fomentar relaciones basadas en el respeto por la dignidad de la persona, en ambientes parroquiales, comunitarios y educativos, especialmente dirigido a quienes ejercen cargos de autoridad, responsabilidades directivas y a quienes atienden a personas. Asimismo, elaboraremos un código de comportamiento para los ministros ordenados. Ambos instrumentos se darán a conocer en abril de 2019".
5. Acogiendo el llamado del Papa Francisco, los obispos se comprometen "a promover intensamente la participación de laicos y laicas en instancias eclesiales generando ambientes de sinceridad, franqueza y crítica constructiva junto a los consagrados, en una experiencia comunitaria como "pueblo de Dios".
6. Se comprometen también a "hacer una mirada autocrítica de los aspectos estructurales de nuestras diócesis que permitieron la ocurrencia y perpetuación del abuso en la iglesia para que estos hechos nunca más se vuelvan a repetir. En este contexto, impulsaremos la renovación permanente en los consejos y equipos de gestión y conducción pastoral a nivel diocesano y parroquial con especial acento en la participación de la mujer, sobre todo en las instancias de toma de decisiones".

 

Valoración de estudiar plazos de prescripción

Los obispos valoran "la voluntad de estudiar los plazos de prescripción legal de los diversos delitos de abuso sexual de menores contenidos en la legislación estatal, de manera que el paso del tiempo no inhiba la posibilidad de sancionar tales ilícitos y de proceder a los procesos de reparación en sus diversos aspectos".

Y añaden: "Sabemos que las decisiones y compromisos a corto y mediano plazo que hoy hemos anunciado, no solucionan, por sí solos, el dramático flagelo del abuso en nuestra Iglesia, y las complejas causas y raíces del mismo".

 

Enmendar, perfeccionar y dar garantías

Los obispos consideran que a cada pastor y superior religioso "corresponde enmendar, perfeccionar y dar las adecuadas garantías, respecto de sus jurisdicciones. A todos los bautizados y bautizadas que conformamos el pueblo de Dios nos corresponde ejercer nuestra corresponsabilidad en la misión de la Iglesia, con una actitud adulta y crítica en la construcción del tejido comunitario".

Del mismo modo, estiman que "las instancias del Estado, judiciales, políticas y sociales, están también llamadas a cumplir, desde cada uno de sus ámbitos, la misión de velar por el cuidado de niños, niñas y adolescentes y de buscar legislaciones más adecuadas para castigar el abuso y promover su prevención. Desde la Iglesia, cuentan con toda nuestra disposición".

Finalmente, expresan su "cercanía a todos los hombres y mujeres laicos, religiosas y religiosos, diáconos y sacerdotes que viven la conmoción por estos graves y
contradictorios episodios y, desde el sufrimiento compartido, no han dejado de anunciar su fe en Cristo ni de servir a los demás en la comunión de la Iglesia".

Concluye la declaración encomendando os estos propósitos a la Virgen María "que, aun con el sufrimiento junto a su Hijo crucificado, supo acompañar a los discípulos y reanimarlos en la esperanza y en la certeza de que Cristo Resucitado es el centro de nuestra vida y la fuente de nuestra misión".

 

— Declaración, Decisiones y Compromisos de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile

Conferencia Episcopal de Chile

 

 

05/08/2018-14:31
Redacción

La diócesis de Roma abre la causa de beatificación del jesuita Pedro Arrupe

(ZENIT — 5 agosto 2018).- La diócesis de Roma ha abierto la causa de beatificación del sacerdote español Pedro Arrupe, 28° Superior General de la Compañía de Jesús, anuncia Vatican News este 26 de julio de 2018. Los Medios del Vaticano saludan a una figura que "guió la Compañía de Jesús de 1965 a 1983 aportando una profunda renovación en fidelidad a los principios conciliares". Conocitó el bombardeo atómico de Hiroshima y trabajó para los refugiados, incluidos los "boat people" vietnamitas del sur.

Anunciando la apertura de la causa, el p. Arturo Sosa, asistente general de la Compañía de Jesús, definió al padre Arrupe como "un hombre de verdad enraizado en Cristo y dedicado a la misión", una "figura de gran importancia", "una persona que ha vivido la santidad de una manera profunda y original en toda su vida: en su juventud, como jesuita, como maestro de novicios, como provincial y como general".

"La causa abierta no sólo refleja su gobierno, sino a la persona entera, que fue capaz de identificarse con el Señor durante toda su vida", dijo el Padre Sosa.

Vatican News da una breve biografía: Vasco, nacido en Bilbao el 14 de noviembre de 1907, el p. Arrupe estudió medicina en Madrid, ingresó al noviciado en 1927 y fue ordenado sacerdote en 1936. Su primer destino fue Estados Unidos, luego Japón, donde permaneció durante veinte años.

El 6 de agosto de 1945, vivió la experiencia catastrófica del bombardeo atómico de Hiroshima, que lo marcará para siempre, como se puede leer en uno de sus escritos: "Tan pronto como las baldosas y las explosiones de cristal y de vigas terminaron de caer y cesó el estruendo, me levanté del suelo y vi el reloj frente a mí, todavía sujeto a la pared, pero me detuve: parecía como si el reloj hubiera permanecido clavado. Eran las 8:10. Este reloj silencioso e inmóvil era para mí un símbolo. La explosión de la primera bomba atómica puede considerarse como un evento por encima de la historia. No es un recuerdo, es una experiencia perpetua, que no se detiene con el tic-tac del reloj. Hiroshima no tiene relación con el tiempo: pertenece a la eternidad".

El p. Arrupe fue elegido en 1965 en la clausura del Concilio, 28° Superior General de la Compañía de Jesús, y se pone en marcha, durante casi veinte años, "un proceso profundo y delicado de cambio que provoca grietas y cierta preocupación", dijo la mismo fuente.

Su sucesor en 1985, p. Peter Hans Kolvenbach, lo define como "un innovador que ha abierto muchos caminos nuevos, ha dado un impulso a un nuevo espíritu misionero en el mundo y ha iniciado una nueva forma de vida consagrada, siguiendo el ejemplo de los apóstoles". El p. Arrupe de hecho ha acentuado el servicio prestado por los jesuitas en todo el mundo, con especial atención a los más pequeños y por la justicia social. De África a Asia y a Europa, fue bajo su intuición que nació el "Servicio Jesuita a Refugiados".

El 7 de agosto de 1981 de agosto sufre una grave trombosis cerebral al regresar a Roma de un viaje a Filipinas y Tailandia. Como consecuencia, pierde buena parte de la capacidad de comunicarse y la movilidad del lado derecho. Murió el 5 de febrero de 1991, viviendo en oración esta vez de la enfermedad.

El Papa Francisco ha rendido varias veces homenaje a la "visión profética" del Superior General, recogiéndose en su tumba en la iglesia de Gésú en Roma y alentando así a los antiguos alumnos y estudiantes de escuelas o universidades jesuitas en septiembre de 2016: " la Iglesia necesita que aprovecheis el coraje y el ejemplo del Padre Arrupe".

Dos veces en sus homilías en Santa Marta, evocó esta anécdota contada por el padre. Pedro Arrupe, invitado por un hombre rico para recibir dinero para las misiones en Japón. La entrega del sobre tuvo lugar delante de periodistas y fotógrafos. Arrupe dijo que ese día sufrió una "gran humillación" pero aceptó el dinero "para los pobres de Japón". Cuando abrió el sobre, "había 10 dólares en él". Y el Papa arremetió contra "esta espiritualidad de los cosméticos, donde uno quiere parecer 'bueno, hermoso'

 

 

05/08/2018-06:21
Isabel Orellana Vilches

Beata María Francisca de Jesús (Ana María Rubatto), 6 de agosto

«Italiana, primera beatificada del Uruguay. Es fundadora de la Congregación de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano. Extendió su obra a favor de los enfermos, niños y jóvenes abandonados en Uruguay, Argentina y Brasil»

Hoy, día de la Transfiguración del Señor, la Iglesia celebra la vida de Ana María. Juan Pablo II al elevarla a los altares el 10 de octubre de 1993 recordó que era la primera beatificada del Uruguay, aunque nació en la localidad italiana de Carmagnola, el 14 de febrero de 1844. Casi toda su vida discurrió en su país, pero la muerte le sorprendió en Montevideo.

Ana María tenía siete hermanos; algunos fallecieron en la infancia. Tuvieron la gracia de nacer y crecer en el hogar de una familia cristiana. Ella aprendió a amar a Dios con el testimonio de sus padres, y en particular de su madre ya que perdió a su progenitor a la edad de 4 años. Quince años más tarde fue ésta la que murió. Entonces dejó Carmagnola y se trasladó a Turín. Aunque no había recibido estudios, poseía una inteligencia natural que encubrió esa carencia formativa. Prueba de ello fue la acertada misión que desempeñó como dama de compañía de la noble piamontesa Mariana Scoffone, y la gestión de sus bienes patrimoniales desde 1864 a 1882.

Habría tenido la posibilidad de contraer matrimonio si hubiera querido. De hecho, un ciudadano de Carmagnola de alta posición la había pretendido, pero aguardó una respuesta en vano durante varios años porque Ana María rechazó esta opción; sentía la llamada de Dios. En Turín simultaneaba sus tareas ordinarias con la formación de niños como catequista y auxiliaba a los enfermos, especialmente los que se hallaban en el Cottolengo abandonados a su suerte. Su relación con el Oratorio de Don Bosco acentuó más si cabe su inclinación a entregarse a Dios y al prójimo.

En el estío de 1883, hallándose en Loano, aconteció un hecho significativo que iba a marcar su vida. Fue testigo de un accidente laboral que sufrió un albañil; la funesta caída le hirió en la cabeza. Ella le auxilió, le curó, y le dio el estipendio que le hubiera correspondido por dos días de trabajo con objeto de que pudiera restablecerse en su domicilio. La Providencia quiso que el edificio en cuya construcción trabajaba el obrero fuese destinado a una comunidad compuesta por mujeres, aunque faltaba la persona apropiada para regirla. Esta iniciativa apostólica la impulsaba el capuchino, padre Angélico de Sestri Ponente, quien al conocer a Ana María pensó que ella era la idónea para asumir tal responsabilidad. La beata abandonó las actividades que llevaba a cabo en Turín, y se instaló en Loano.

En enero de 1885, con el apoyo del capuchino, junto a cinco jóvenes fundó la Congregación de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano con el fin de atender a los enfermos con particular dilección por los niños y los jóvenes abandonados. Tomó el nombre de María Francisca de Jesús y emprendió una labor misionera sin retorno. El prelado de la diócesis la designó superiora. En 1888 el Instituto ya se había extendido a otros puntos de Italia. En 1897 viajó a América Latina junto a cuatro religiosas. Fundó en Montevideo, Buenos Aires y Rosario. En Montevideo conoció personas que la ayudaron generosamente. Con los recursos que le proporcionaron se estableció en el barrio Belvedere y pensando en el bienestar y formación de las mujeres, erigió una escuela y un taller de costura que les permitiría ganarse la vida de forma digna. Igualmente con lo que obtuvo de una gran benefactora construyó una casa con una capilla para la comunidad que puso bajo el amparo de la Santísima Trinidad y de San Antonio cumpliendo la petición de la bienhechora. La capilla es el actual santuario que lleva el nombre de la beata.

En 1899 viajó al Marañón, al nordeste del Brasil, pero año y medio más tarde sufrió la tragedia de conocer el martirio de seis de sus hijas, hecho doloroso que como madre y fundadora jamás olvidaría. En una de sus cartas había dicho: «Sacrifíquense por amor del Señor, sean grano fecundo en el suelo». Ellas lo hicieron derramando su sangre por Cristo. Ana María atendió a todas con sus constantes viajes; abrió 18 casas. En las cartas que les dirigía vertía su experiencia mística. Les animaba diciéndoles: «Detrás de una dura prueba, tu Dios te espera con una felicidad mucho mayor».«Mírate de frente... no te asustes en las dificultades, pide ayuda y mantente dócil a quienes te pueden guiar. Mira a la Virgen, pídele que te ilumine y ayude». «¡Queridísima mía! Sí, te lo repito: sé buena y reza mucho. Los ídolos de este mundo no merecen tu corazón». «La vida es breve y, si no damos ahora nuestro corazón a Dios, ¿cuándo se lo daremos? Ofréceselo y dile que lo transforme». «Si obras con la mente concentrada en tu Dios y en el trabajo, no te detendrás en tantas pequeñeces; tendrás serena la conciencia y el corazón alegre».

«Si haces todo amando, nada te será demasiado pesado. Si con alegría tomas tu cruz, te encontrarás feliz, no sentirás su peso y no la cargarás sobre los otros». «No dejes pasar un día sin tener un encuentro fuerte con Dios en la oración; de Él recibirás el coraje de amar sincera y generosamente, de lo contrario te sofocaría el egoísmo», etc. Indudablemente, eran reflexiones pasadas por la oración, concebidas para auxiliar a cada una según su particularidad.

En 1904 se hallaba en Montevideo en una de las visitas apostólicas que realizaba a sus fundaciones. Ya llevaba más de un año allí, aunque la previsión inicial para su estancia había sido de algunas semanas. Fue el lugar donde entregó su alma a Dios el 6 de agosto de ese año a causa de un cáncer. Con su vida cumplió lo que había expresado en una carta: «Queridas hijas procuremos hacer un poco de bien, recemos mucho, soportemos con paciencia las dificultades de la vida presente, a fin de que un día podamos alcanzar en el cielo a nuestras queridas mártires».Su cuerpo fue sepultado en el cementerio de La Teja, donde desarrollaba su misión, dando respuesta al deseo que consignó en su testamento: «Mi cuerpo sea sepultado en medio de mis queridos pobres»