Cáritas | Cooperación internacional • 22 Agosto 2018

 

Receta para un milagro

Desde que abrió, el almacén de Port Margot ha creado 13 empleos directos, tiene 125 clientes inscritos, y ha dinamizado la economía de la zona.

 

 

Por Juan Manuel Díaz Parrondo


 

 

Todos los miércoles por la mañana hay mercado en Port Margot, una población del norte de Haití donde colabora Cáritas Española desde hace cinco años.

 

Día de mercado en Port Margot

Horas antes de que amanezca, las comerciantes descienden de las montañas llevando sus productos en la cabeza. Algunas llevan una pequeña silla para sentarse en su puesto de venta. Son todas mujeres. Caminan horas para vender lo que han logrado producir en sus tierras. Plátanos, pimientos, cebolla, yuca. Las que no tienen tierra optan por el comercio. Pero los productos de más demanda que se pueden adquirir a mejores precios están lejos. A cuatro horas de viaje en camión, en la frontera con República Dominicana. Hasta allí viajan todas las semanas las comerciantes del mercado de Port Royal.

Económicamente se trata de un negocio de escaso rendimiento para las comerciantes de Port Margot. Tienen que pagar el transporte, cambiar dinero haitiano por pesos dominicanos para poder comprar. Pagar al transportista que les lleva la mercancía. Lidiar con los agentes aduanales que tratan de multarlas, y en ocasiones les decomisan parte de lo que llevan. Y después de toda esta cadena esfuerzos y pagos por adelantado, aun tienen que esperar que llegue el día de mercado para vender. Y aplicar a los productos un porcentaje que les deje un beneficio.

El esfuerzo sobrehumano de estas mujeres, semana tras semana sin vacaciones ni sindicatos, es la base sobre la que está asentada la economía del norte de Haití. Como en Port Margot, en cada población se celebran dos mercados semanales. Todos se abastecen del mismo modo.

 

Un almacén que cambia todo

En noviembre de 2015, un email enviado desde la Parroquia de Santa Margarita de Port Margot, cayó en la bandeja de entrada de Marie-Hélène Bellangeon, responsable de cooperación con Haití de Cáritas Española. El correo electrónico llevaba adjunto la receta para el milagro.

El equipo de acción social de la parroquia pedía ayuda para construir un gran almacén de mercancías en un terreno de la parroquia, para vender productos al por mayor a las comerciantes de Port Margot, y sus alrededores. Comprando directamente a los fabricantes se eliminarían los intermediarios y los viajes a República Dominica. Y los beneficios del almacén se utilizarían para ayudas sociales de la parroquia, que tiene cinco colegios y una clínica con maternidad.

La idea para el milagro era buena, pero además de dinero, requería de una gran labor profesional para garantizar su éxito. El proyecto fue aprobado en abril del 2016. Comenzó en junio de ese mismo año. La construcción terminó en mayo de 2017, y abrió oficialmente sus puertas el 5 de julio. La respuesta fue inmediata. Las ventas han ido creciendo hasta los 30.000 euros mensuales.

 

Romper el círculo de pobreza

Desde que abrió, el almacén de Port Margot ha creado 13 empleos directos, tiene 125 clientes inscritos, y ha dinamizado la economía de la zona. Todo eso en menos de seis meses. Todavía no se ha conseguido comercializar todos los productos que piden las comerciantes, pero no tardará. El 75 por ciento de los productos son fabricados en Haití. La rotación de la mercancía es de 45 días. Todos los indicadores financieros dan positivo. La magia se hizo realidad. Se logró romper el círculo de pobreza. Port Margot no es un lugar de origen, sino un punto de destino para el comercio local.

 

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