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Verónica Cantero Burroni: un auténtico ejemplo de autosuperación

 

"Vale la pena vivir la vida a pesar del sufrimiento", afirma la joven escritora argentina cuya parálisis cerebral que le impide la motricidad, la ha motivado a desarrollar su talento literario, convirtiéndola en una fuente de inspiración para tantas personas en el mundo.

 

 

23 agosto 2018, 16:59 | Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano


 

 

 

El testimonio de la joven Verónica Cantero Burroni, quien con tan sólo 16 años es autora de varios libros y ganadora de premios literarios de alcance internacional; ha conmocionado a los participantes del Meeting de Rimini celebrado en Italia del 19 al 21 de agosto con el lema "Por la amistad entre los pueblos".

 

Dificultad = oportunidad de autosuperación

"Vale la pena vivir la vida a pesar del sufrimiento", afirmó la joven escritora argentina, oriunda de Campana en la Provincia de Buenos Aires, quien acudió a este encuentro acompañada de su madre, Cecilia Burroni; para compartir con la audiencia su historia de lucha contra una parálisis cerebral que le impide la motricidad, y que afronta con gran determinación, siendo plenamente consciente de que las dificultades de las personas, son en realidad "oportunidades de autosuperación".

 

Literatura: impulso de vida

La propia Verónica explicó en su comparecencia, que el ejercicio de la escritura, en el cual se inició motivada por el consejo de un amigo de su familia que la animaba constantemente a "lanzarse a la aventura de viajar a través de la imaginación"; se convirtió en un impulso para "avanzar siempre hacia adelante", sin barreras ni condicionamientos.

"Escribo para entrar en un mundo sin límites, para entrar en contacto con los personajes de los que hablo. Lo que hago es escribir para vivir y vivir para escribir".

 

Vale la pena vivir a pesar del sufrimiento

Pese a su corta edad de vida, Verónica muestra una gran fortaleza espiritual fruto de una fe profunda que ya se ha cuestionado sobre el sentido del dolor y el sufrimiento humano. Por ello, la joven considera la literatura, como algo mucho más especial que una simple afición o pasatiempo.

"Trato de transmitir las emociones que experimento en la vida cotidiana y las transformo en una historia", afirma la escritora argentina, quien además responde con claridad sobre cómo encarar los complejos entresijos de la vida, que a menudo causan tantos padecimientos.

"Soy feliz porque entendí que vale la pena vivir aunque exista el sufrimiento y ese es el mensaje que quiero difundir a través de mis libros", afirma argumentando que ya con 11 años preguntaba a Dios el porqué de su condición física.

"Entendí que es un regalo para poder mostrar a la gente que bajo cualquier circunstancia uno puede ser feliz. La escritura se ha convertido en el medio para manifestar esa felicidad".

 

Su encuentro con el Papa: un sueño real

Gracias a su talento literario, que la llevó en 2016 a ganar el premio Elsa Morante para jóvenes, (uno de los galardones más prestigiosos de Italia), por su cuento "El ladrón de sombras"; Verónica recuerda también con alegría el momento en el que conoció personalmente al Papa Francisco, durante una Audiencia General el 1 de junio de 2016, en la que tuvo ocasión de entregarle al Santo Padre un ejemplar de su obra con la siguiente dedicatoria:

"Te dedico este libro para agradecerte por todo lo que me has enseñado. Me enseñaste a usar mi ojo de cristal y mi ojo de carne, porque esto es un sueño para mí, un sueño que vivo hoy".

 

El ojo de carne y el ojo de cristal

La joven argentina hacía referencia al mensaje que pronunció el Papa a los jóvenes cubanos durante su encuentro en el Centro Cultural Padre Félix Varela de La Habana, en septiembre de 2015, a quienes animó a no tener miedo de soñar.

«En la objetividad de la vida tiene que entrar la capacidad de soñar y un joven que no es capaz de soñar está encerrado en sí mismo», dijo el Pontífice recordando que las personas tenemos dos tipos de ojos: "uno de carne y otro de cristal":

«Con el ojo de carne vemos lo que miramos. Con el ojo de cristal vemos lo que soñamos. Ábrete y sueña, sueña que el mundo contigo puede ser distinto. Sueña que si tú pones lo mejor de ti, vas a ayudar a que ese mundo sea distinto».

Una enseñanza que Verónica no olvidará jamás y que ha sabido poner en práctica dando ejemplo y testimonio de ello, con su propia vida.