Tribunas

Campañas de casos extremos; manipular los sentimientos

 

 

Daniel Tirapu


 

Ya Amadeo de Fuenmayor en los 70 planteaba el engaño de la campaña italiana para introducir el divorcio en la legislación: se plantea un caso extremo, matrimonio en que el marido es un delincuente, chica joven violada, mujer en coma 17 años, de tal modo que los sentimientos ante el sufrimiento parecen hacer razonable una legislación de divorcio, de aborto, de eutanasia. Sólo sería para casos extremos, clamorosos, evidentes y sólo para esos casos.

En España se habló de que medio millón de parejas en 1981 esperaban la ley de divorcio; aprobada la ley, el primer año no hubo más de 500 divorcios. ¿Ves?, te dicen, nadie pretendía acabar con el matrimonio; 25 años después  el 50 por ciento de los matrimonios se divorcian, y la institución matrimonial no es valorada.

En el aborto primero se despenaliza (sigue siendo delito) algún supuesto; con el tiempo el aborto es un derecho.  El caso de Eluana, de Sanpedro, exigen que se legisle la eutanasia. Son campañas orquestadas y bien aireadas, perseverantes, que van calando.

El caso extremo es extremo, y no da vía libre para convertirlo en general. Al tiempo le pido ayuda a Dios y a la Iglesia para que nos marque el camino, porque lo fácil es claudicar.

Il piccolo divorcio, il piccolo aborto, la piccola eutanasia (piccolo es pequeño, pequeña). Lo digo para generaciones actuales, yo que no soy muy viejo, pero sí lo suficiente, he visto con estos ojos que así ha sido.

 

Daniel Tirapu.