Cáritas | Economía solidaria • 07 Octubre 2018

 

Hagamos del trabajo decente una realidad

 

Cáritas trabaja contra la vulneración de los derechos laborales y para promover una transformación social

 

 

Por Tamar Arranz, técnica de Economía Solidaria de Cáritas Española


 

 

Coincidiendo con la Jornada Mundial por el Trabajo decente, que se celebra el 7 de octubre, queremos recordar que, para Cáritas, la lucha contra la vulneración de derechos laborales y la defensa del trabajo decente es una prioridad; también es un objetivo a perseguir, a través del cual tratamos de promover una transformación social vinculada al modelo de economía solidaria, que coloca a las personas y la sostenibilidad de la vida en el centro.

 

Un mercado laboral precario

Es necesario un cambio que nos permita superar esta realidad de injusticia y desigualdad en la que gran parte de la población aún sigue poder acceder a un empleo (16,7%), y en la que incluso muchas personas, a pesar de tenerlo, no consiguen salir de la pobreza (el 14% de la población ocupada, según la OCDE). La principal causa es un mercado laboral caracterizado por la precariedad, temporalidad y bajos salarios, que coloca a España entre los países de la Unión Europea con mayor proporción de personas trabajadoras pobres.

A ello se une un débil sistema de protección social basado en lo asistencial, que está dejando a más de 600.000 hogares sin ningún tipo de ingreso. Además, nos encontramos ante la constatación de que se está normalizando la vulneración de derechos laborales en algunos sectores, ya de por sí muy precarizados, configurando un mercado laboral que no asegura unas condiciones de vida dignas.

Y en este camino consideramos fundamental nuestra participación en la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente como espacio de trabajo en red, que tiene como objetivo favorecer dinámicas de sensibilización, visibilización y denuncia, y para el que la Jornada Mundial por el Trabajo Decente se convierte en momento esencial.

La experiencia de las diferentes actividades desarrolladas en años anteriores a lo largo de todo el territorio, nos demuestra la importancia de visibilizar y participar en este día. También pone de manifiesto la necesidad de continuar trabajando, de forma conjunta con otras organizaciones, para que el derecho al trabajo decente forme parte de las agendas políticas, sociales y eclesiales y pueda por fin convertirse en una realidad, que a día de hoy todavía está muy alejada de la vida de miles de personas.