Servicio diario - 26 de octubre de 2018


 

Mons. Anthony Muheria: "En África tenemos el problema de la migración desde hace más de 10 años"
Rosa Die Alcolea

Sínodo 2018: Es importante "no dejar fuera al Espíritu Santo del documento de trabajo"
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: Construyendo la paz en el mundo con "tres pequeñas cosas"
Anne Kurian

Honduras: Las diócesis mexicanas se vuelcan con los hermanos emigrantes
Rosa Die Alcolea

Sínodo de los Obispos: "Aprendamos de la pedagogía de Jesús con los jóvenes"
José Antonio Varela Vidal

Argentina: Guillermo Cuide, nombrado obispo auxiliar de San Isidro
Redacción

El "caminar juntos" del Sínodo: Comunión y sinodalidad
Anita Bourdin

Eutanasia: A propósito del caso de Eluana Englaro
Redacción

Mons. Felipe Arizmendi: Opción por los jóvenes, desde Santo Domingo
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Enrique Díaz Díaz: "A la orilla del camino"
Enrique Díaz Díaz

Beato Bartolomé de Vicenza (O Bartolomé de Bragança), 27 de octubre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

26/10/2018-20:18
Rosa Die Alcolea

Mons. Anthony Muheria: "En África tenemos el problema de la migración desde hace más de 10 años"

(ZENIT — 26 oct. 2018).- "En Europa están muy preocupados por los inmigrantes que hay en Europa, eso es lo que está en la prensa. Pero por desgracia, no se habla de los problemas que tenemos en África", comenta Mons. Anthony Muheria. "Esperemos que esto sea una oportunidad también para los padres sinodales de escuchar de nuestra boca lo que está pasando en África, así se puede al menos difundir.

Y es que el problema de la migración en África lo tienen desde hace más de 10 años, aclara Mons. Muheria: En países como Uganda, Kenia y Etiopía cuentan con campos de inmigrantes 900.000, 800.000 y 1 millón de personas, respectivamente. "Hay algunos que han estado en esos campos más de 10 años, no conocen la vida normal", indica el obispo.

El Sínodo es una buena ocasión para "escuchar" comenta el prelado africano. "La realidad de la Iglesia es un mosaico, y los problemas de Europa son muy diferentes de los problemas de África".

 

Jóvenes africanos

Los principales problemas que preocupan a los jóvenes de África son la formación para las vocaciones, el empleo y la educación, describe Mons. Muheria. Sin embargo, el Arzobispo de Kenia asegura: "En África tenemos muchos jóvenes que están en la Iglesia, están cerca, están muy contentos, la alegría de África".

Para el Arzobispo de Nyeri, de la Prelatura del Opus Dei, esta es la tercera vez que participo en el Sínodo de los Obispos. La primera vez fue en el Sínodo de la Eucaristía y la segunda, en el Sínodo de la Palabra.

Sigue la entrevista concedida por Monseñor Anthony Muheria en exclusiva a Zenit:

***

 

ZENIT: ¿Qué novedad presenta este Sínodo?

Mons. Anthony Muheria: Va mejorando la organización, me imagino que con la experiencia, se van incorporando nuevas cosas. También diría que con la iniciativa del Papa Francisco, que ha añadido una cosa muy buena, que es después de algunas intervenciones, hay 3 minutos de pausa, de reflexión, y eso es bueno, para que calen las cosas que estamos escuchando, para reflexionar, para tener las ideas más claras. Y también para hacer un poco de meditación, porque no solamente son cosas prácticas, son también cosas espirituales para discernir de este modo lo que el Espíritu Santo puede sugerir en nuestros corazones.

 

ZENIT: ¿Cómo es la realidad de su diócesis y de su país?

Mons. Anthony Muheria: Primero, cuando venimos al Sínodo, venimos para escuchar. La realidad de la Iglesia es un mosaico, y los problemas de Europa son muy diferentes de los problemas de África. Pero no nos podemos quedar ajenos a esto, hay que escuchar porque ahora el mundo global está interconectado. Y también aportar experiencias buenas que hemos tenido en África. Hay muchas cosas que se pueden decir.

Yo lo que había preparado, cada padre sinodal prepara un tema para tratar, no quiere decir que ese tema es tu especialidad, es lo que el Espíritu Santo te ha tocado, para compartir con los demás. Yo he hablado de la cercanía que los obispos, como pastores, deben tener con los jóvenes, una cercanía y disponibilidad que complican nuestra vida, desde luego, pero no es solamente una cosa burocrática de mandar a nuestros delegados para cuidar a los jóvenes. Es que los jóvenes necesitan un contacto con nosotros, como padres, como modelos. Esto, que es una gracia que hemos recibido, de compartir, de dar, y así, los jóvenes tienen este derecho (por decirlo de algún modo), hay que hacer el esfuerzo de acercarse mucho a los jóvenes, estar en sus cosas, caminar con ellos. He tenido experiencia en esto, estando con los jóvenes, en sus fiestas, caminando juntos, yendo de excursión, cansándome con ellos para que vean nuestra vulnerabilidad. Y que nos animen a nosotros que estamos un poco viejitos y así nos abramos al corazón de los jóvenes. Estando cerca comparten cosas que quizás no harían de otra forma.

Y luego, que en África tenemos muchos jóvenes que están en la Iglesia, están cerca, están muy contentos, la alegría de África. Los años de juventud deben ser años de alegría. Hay que quitar todo este pesimismo y negatividad, y dar optimismo, esperanza, alegría para que disfruten de su juventud, con sus problemas, pero estar encima de ellos diciéndoles "no estás haciendo esto", es acercamiento. El Papa Francisco está hablando de acompañamiento.

Por otro lado, los jóvenes tienen ideales. Los ideales son muy altos. No podemos darles unos ideales o una fe a medio cocinar. Los jóvenes exigen la justicia máxima, no puedes decirles "es medio justo". No, "queremos la justicia máxima". También tenemos la Verdad máxima, y no podemos diluirlo para ellos, y lo mismo con la fe. Entonces hay que pensar como se "empaqueta", como se "envuelve" mejor para ellos. Hay que venderlo bien, pero al mismo tiempo, que ellos lo vean "puro" con sus propios ojos. Y eso es difícil.

Es lo que estamos pidiendo al Espíritu Santo, que nos ilumine para saber qué hacer en la Iglesia un poco diferente, quizá muy diferente, no sé, para que lleguemos más al corazón del joven, a la cabeza del joven y para darle este reto, de que este ideal de santidad es posible y debe ser nuestro reto.

 

ZENIT: ¿En qué se distinguen los problemas de los jóvenes africanos con los problemas de los jóvenes europeos?

Mons. Anthony Muheria: Sí, cosas concretas. Primero: En África tenemos muchos jóvenes en la Iglesia, que están contentos en la Iglesia, tenemos vocaciones. El problema es formar para esas vocaciones, darles esperanza cuando hay hambre, cuando hay pobreza.

Segundo: Empleo. Es un problema muy grande en África. Los jóvenes no tienen empleo, entonces no tienen esperanza. Los jóvenes de África también tienen el problema del odio étnico, que es muy fuerte. Hay que hablarles de eso, de vivir la caridad, de aceptar aunque sean diferentes, de otras etnias.

Tercero: La educación. Muchos de ellos no han llegado a un nivel de educación adecuado. No han superado más que la primaria y secundaria. Más del 80% de los jóvenes no tienen carrera. Eso es un problema grande para sus ideales y sus sueños. Hay cosas muy concretas. En África también hay problemas de corrupción. Se han visto, están introduciéndoles a la corrupción, en una estructura de corrupción, en un gobierno de corrupción... lo ven como normal, esto es otro problema.

 

ZENIT: Con respecto al tema de la migración, el Arzobispo Metropolitano de Addis Abeba, Mons. Berhaneyesus Demerew Souraphiel, aseguró que muchos jóvenes africanos emigran a otros países del continente. ¿Cómo es la situación en Kenia? ¿Reciben gente?

Mons. Anthony Muheria: En África tenemos muchos emigrantes. En Etiopía tienen 900.000, que son inmigrantes en campos. En Kenia tenemos 800.000, en Uganda tienen 1.000.000. En países de África del Sur también tienen un millón, o sea, que hay una cantidad grande. El problema que tenemos es que no es como parece, un problema como el de Europa. Nosotros hemos tenido este problema por muchos años, más de 10 años. Y vienen de países de África: Del Congo, de Ruanda, muchos de Sudan, muchos de Somalia... Ahí hay muchos que los acogemos pero que viven en situaciones muy pobres, sin tener esperanza, sin tener educación. Este problema es bastante grande. Naciones Unidas nos ayuda, pero la ayuda que viene es muy limitada. No es ayuda de vida, es ayuda de sobrevivir. Entonces intentan sobrevivir hasta un momento que pierden la esperanza. Hay algunos que han estado en esos campos más de 10 años, no conocen la vida normal. Niños que han nacido ahí, entonces hasta la vida familiar es difícil porque la gente no tiene nada que hacer, entonces hay malos hábitos de vida también...etc. Es un problema muy grande pero nadie habla de eso. Hablan de los africanos que emigran de África a Europa, o de Iraq, está bien, son muchos, pero tenemos ese problema mucho más grande allí.

 

ZENIT: ¿En el Sínodo se están pensando en dar solución a este problema o se mira hacia Europa?

Mons. Anthony Muheria: Ahora estamos dando conclusiones de cómo podemos resolver este problema, no sé qué saldrá. Hay que esperar a ver que sale, pero se está tratando en el Aula del Sínodo. En Europa están muy preocupados por los inmigrantes que hay en Europa, eso es lo que está en la prensa. Pero por desgracia, no se habla de los problemas que tenemos en África. Hasta que no haya una catástrofe en África, no se va a hablar de estos problema en la prensa. Esperemos que esto sea una oportunidad también para los padres sinodales de escuchar de nuestra boca lo que está pasando en África, así se puede al menos difundir.

 

ZENIT: ¿Cómo trasladará lo trabajado en este Sínodo a las parroquias de su diócesis?

Mons. Anthony Muheria: Hemos tenido en Kenia un año dedicado a la juventud para preparar este Sínodo. No es que vayamos a empezar a hacer cosas ahora, llevamos un tiempo de preparación, dos años haciendo cosas con los jóvenes. Es un proceso, seguiremos haciendo, hablando y mejorando, con lo que estamos viviendo aquí. Pero esperemos que también el Santo Padre nos de algunos retos y animarnos un poco para esto. Ojalá podamos declarar un año dedicado a los jóvenes, ahora que vamos a Panamá. Ojalá. Y ese sería un buen contexto para desarrollar todo que lo estamos viendo aquí. Pero no hay que verlo solo como un programa que nos dan, nos vamos y lo cumplimos. Eso es muy burocrático. Me parece que hay que tomar el germen de aquí, ir a nuestra tierra y ver qué podemos hacer, utilizando el impulso del Espíritu Santo y las ideas que hemos oído.

 

 

26/10/2018-16:06
Rosa Die Alcolea

Sínodo 2018: Es importante "no dejar fuera al Espíritu Santo del documento de trabajo"

(ZENIT — 26 oct. 2018).- Esta tarde se votarán los 21 miembros del XV Consejo Ordinario del Sínodo, para los 2 próximos años, ha anunciado Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano.

En el briefing de esta mañana, celebrado en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, han participado el Cardenal Christoph Schónborn, O.P., arzobispo de Viena, Presidente de la Conferencia Episcopal (Austria); Mons. Eamon Martin, Presidente de la Conferencia Episcopal de Irlanda y Arzobispo de Armagh; Mons. Anthony Muheria, arzobispo de Nyeri (Kenya); el P. Enrique Figaredo Alvargonzalez, S.I., Prefecto Apostólico de Battambang (Camboya); y Erduin Alberto Ortega Leal, auditor, miembro de la Comunidad de San Egidio (Cuba).

Mañana, sábado 27, por la mañana "se leerá el documento final en el aula que se someterá a votación, la mayoría cualificada de los 2 tercios va a decidir y observar los distintos párrafos", ha anunciado Ruffini.

Por la tarde —ha añadido el Prefecto de Comunicación— se celebrará un encuentro entre los padres sinodales y los jóvenes participantes en el Sínodo en agradecimiento por esta Asamblea, en el que habrá espectáculos, poesías, bailes, cantos... de las diferentes culturas.

 

Joven auditor de Cuba

Erduin Alberto Ortega Leal, miembro de la Comunidad de San Egidio en Cuba, ha agradecido en primer lugar la presencia a todos los periodistas. Ha testimoniado que el Sínodo "ha sido una experiencia realmente rica, sobre todo de escucha y de aprender otras culturas", porque en el Sínodo —ha dicho— hay representación de muchos jóvenes "que representan varias culturas, varias lenguas, tienen muchas historias, y han compartido sus testimonios, que han ayudado mucho a este documento final".

Quisiera decir que los jóvenes estamos "muy agradecidos con el Papa Francisco", quien nos ha invitado a este Sínodo, donde "hemos tenido la oportunidad de ser escuchados y de escuchar".

 

"Compartir experiencias juntos"

El oyente en el Sínodo ha destacado también que los padres sinodales han tenido la oportunidad de escucharnos directamente, de entender nuestras dudas, también nuestros sufrimientos... las situaciones que se viven en diferentes partes del mundo. "Y esto de cierta manera se ve. El documento va a tener un carácter sinodal, un carácter de compartir experiencias juntos".

El joven cubano ha terminado expresando el deseo que el Sínodo sirva como aportación para una "Iglesia que quiere caminar con los jóvenes, no por los jóvenes, sino con los jóvenes".

 

Presidente de la Conferencia Episcopal Irlanda

Este ha sido "un momento lleno de gracia" ha subrayado Mons. Eamon Martin, Arzobispo de Armag, en su intervención en la Oficina de Prensa.

"En Irlanda hemos intentado mantener la conexión con los jóvenes de allí, pero tenemos un desafío: ¿cómo podemos involucramos con estos jóvenes?", ha narrado el Arzobispo de Irlanda.
Asimismo, ha contado que tras la experiencia del Sínodo, han tenido un momento de reflexión, que les ha permitido "comprender el significado de las vocaciones, por ejemplo, el discernimiento".

 

Presencia del Espíritu Santo

Es importante "no dejar fuera al Espíritu Santo del documento de trabajo", ha asegurado Mons. Martin. "Yo he sentido la presencia del Espíritu Santo en esta comunidad, la comunidad de los obispos, que se han encontrado con el Papa, la comunión entre los obispos, los pastores, la comunión con los jóvenes...".

"Yo creo que si queremos rejuvenecer a nuestra Iglesia, tenemos que llamar al Espíritu Santo para sacar partido del espíritu presente en la Iglesia", ha concluido. Arzobispo de Viena
El Cardenal Christoph Schónborn, Presidente de la Conferencia Episcopal de Austria, ha reconocido que ha participado en 6 Sínodos y este es "el mejor". Ha sido un momento "repleto de alegría, hemos reído mucho", ha compartido. Ha sido un entorno "serio, de gran escucha y de una verdadera comunión".

El Cardenal Schónborn ha contado que algo que le impresionó una palabra que le ha dicho un joven africano, de un país donde hay guerra civil, muchas injusticias y explotación. Este joven le dijo que "la Iglesia es nuestra única esperanza" porque ahí "podemos encontrar un lugar de escucha y de comprensión, donde podemos sentirnos nosotros mismos, podemos sentirnos como en casa".

 

Arzobispo de Kenia

Mons. Anthony Muheria, Arzobispo de Nyeri, Kenia, ha opinado que "a veces pensamos demasiado en las actividades y nos olvidamos de Dios, del gran autor de nuestras vidas...".

Ha deseado que esta "aventura" "no se quede solo en una reunión, en un Sínodo, sino sea una huella para el futuro, para los obispos". "Y esperamos que haya cambios de enfoque". "Hay muchos retos en pie", ha declarado.

"En Kenia hablamos de la fiebre, del fuego del Espíritu Santo, y es importante que las llamas puedan mantenerse vivas, esto decimos en Kenia, y la Iglesia tiene una
responsabilidad".

"Tenemos que despertar nuevamente la fe de los jóvenes, tenemos muchos retos en este sentido", ha observado.

 

Obispo en Camboya

Enrique Figaredo Alvargonzalez, Prefecto Apostólico de Battambang, ha compartido su experiencia como representante de Camboya: "Estamos reconstruyendo la Iglesia desde las heridas que ha dejado la guerra. Retos que nos permiten estar muy cerca de la gente, gente joven, gente rota..."

El jesuita ha señalado 4 testimonios que le han gustado especialmente, escuchados en la XV Asamblea General Ordinaria: El Cardenal Berhaneyesus Demerew Souraphiel, Presidente de la Conferencia Episcopal y Arzobispo Metropolita de Addis Abeba, que habló del comercio de armas y migración de jóvenes africanos y el Arzobispo de Westminster que habló de la trata de ser humanos.

Así como la intervención del Arzobispo Mons. Mariano José Parra Sandova, de Venezuela, sobre el liderazgo en la Iglesia, especialmente en la tarea del acompañamiento, y la propuesta de la religiosa española María Luisa Berzosa sobre la participación de la mujer.

"Me llevo aprendizaje. Estoy muy contento de haber participado en un Sínodo donde hayan salido estos temas", ha declarado el P. Enrique Figaredo.

 

 

26/10/2018-15:16
Anne Kurian

Santa Marta: Construyendo la paz en el mundo con "tres pequeñas cosas"

(ZENIT — 26 octubre 2018).- "Podemos construir la paz en todo el mundo con estas pequeñas cosas": humildad, dulzura y paciencia, aseguró el Papa Francisco en la misa de este viernes 26 de octubre de 2018 en la Casa Santa Marta.

En su homilía informada por Vatican News, el Papa meditó sobre el himno a la unidad "dado por San Pablo en la primera lectura (Ef 4,1-6). Los cristianos de entonces y los de hoy están "demasiado ocupados" con sus "luchas internas", lamentó el Papa: están "acostumbrados a respirar el aire de conflicto" mientras que "la carrera de armamentos, la preparación de las guerras, de la destrucción, continúa".

"Incluso las instituciones mundiales, como lo vemos hoy, creadas con la mejor voluntad para ayudar a la unidad de la humanidad, la paz, son incapaces de llegar a un acuerdo", continuó: "hay veto aquí, un interés allí ... Y tienen dificultad para encontrar acuerdos de paz. Y durante este tiempo los niños no tienen nada que comer, no van a la escuela, no tienen educación, no hay hospitales porque la guerra destruye todo. Tenemos una tendencia a la destrucción, a la guerra y a la desunión. Es la tendencia que siembra el enemigo en nuestro corazón, el destructor de la humanidad: el diablo".

 

Déjalo, solo abre tu corazón

La paz, la unidad, se construyen con "humildad, dulzura y paciencia", dijo el Papa Francisco. "Nosotros, que estamos acostumbrados a insultarnos ... déjalo ... abre tu corazón. ¿Podemos hacer la paz en el mundo con estas tres pequeñas cosas? Sí, es el camino. ¿Podemos llegar a la unidad? Sí, este es el camino: "humildad, dulzura y paciencia". Y Pablo continúa con un consejo muy práctico: "apoyaos los unos a los otros con amor". Vamos a apoyarnos unos a otros. No es fácil, el juicio siempre sale, la condenación, que conduce a la separación, a la distancia ... "

Cuando los miembros de una misma familia se alejan, "el diablo es feliz", es "el comienzo de la guerra", advirtió el Papa que los instó a soportarse unos a otros "porque todos damos motivos de enojo, porque todos somos pecadores, todos tenemos nuestros defectos".

Para concluir, el Papa se detuvo en "el consejo de Jesús" en el Evangelio: "cuando vas con tu adversario ante el magistrado, mientras estás en el camino, haz todo lo posible para arreglarlo con él" ( Lc 12,54-59). "Hacer la paz lo primero: es la humildad, es la dulzura, es la paciencia. Podemos construir la paz en todo el mundo con estas pequeñas cosas, porque estas actitudes son la actitud de Jesús: humilde, dulce, perdona todo".

"El mundo de hoy tiene necesidad de paz, insistió, necesitamos paz, nuestras familias necesitan paz, nuestra sociedad necesita paz. Comencemos en casa a practicar estas cosas simples: paciencia, dulzura, humildad. Avancemos en este camino: siempre hacer la unidad, consolidar la unidad. Que el Señor nos ayude en este camino.

© Traducción ZENIT, Raquel Anilllo

 

 

26/10/2018-11:08
Rosa Die Alcolea

Honduras: Las diócesis mexicanas se vuelcan con los hermanos emigrantes

(ZENIT – 26 oct. 2018).- El pasado miércoles, 24 de octubre de 2018, llegaron los primeros emigrantes hondureños a Tonalá (Jalisco), de la caravana formada por más de 7.000 personas, que partieron el pasado 12 de octubre ed 2018 de Honduras, huyendo de la pobreza y la corrupción, en dirección a Estados Unidos.

La prensa mexicana señala que el contingente más grande, que se encuentra en Pijijiapan, habría salido en la madrugada de este 26 de octubre directamente al municipio de Arriaga, en el cual permanecerá 2 días.

A la primera caravana de más de 7.000 personas personas procedentes de Honduras –entre ellos niños, jóvenes, adultos y mayores– se ha sumado una segunda caravana, se calcula que son unas 1.500 personas más, según la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala, adonde llegaron ya. Por desgracia, se reportó la muerte de otro joven migrante Hondureño más.

 

Recibimiento en Tonalá

Al llegar a Tonalá, las mujeres y niños fueron llevados al salón Guadalupe de la iglesia de san Francisco de Asís, habilitado como albergue, contando con baños y tinas de agua para que puedan hidratarse.

Según informa el diario Sexenio, el arribo de un primer grupo de hombres mujeres y niños de la caravana migrante proveniente de Honduras fue al parque central Esperanza, a su llegada se le ofreció alimentos, agua y ropa; elementos que la población de ese municipio incrustado en la Costa de Chiapas tuvo a bien donar en el centro de acopio.

De acuerdo con la información, se otorga la atención a los hermanos centroamericanos en su paso por tierras Tonaltecas, para que puedan continuar su recorrido. En el parque se instalaron carpas para que puedan descansar, puedan protegerse de la lluvia y del sol.

 

5 etapas

Tonalá es la última de las 5 etapas que la diócesis de Tapachula propuso a la caravana de centroamericanos, caminando durante el día y descansando en la noche en un lugar destinado para ello, donde han recibido algo de alimento.

Los 5 lugares propuestos a los hermanos hondureños para su recorrido por México fueron: En primer lugar, la Frontera con Guatemala a la Ciudad de Tapachula; la segunda, de Tapachula a Villa de Comaltitlán; la tercera, de Villa de Comaltitlán a Mapastepec, la cuarta de Mapastepec a Pijijiapan y la quinta de Pijijiapan a Tonalá. La caminata se realizaría por la carretera costera Ciudad Hidalgo- Arriaga.

 

Ayuda humanitaria

La diócesis de Tapachula, así como San Cristóbal de Las Casas y otras, se han organizado para darles asistencia en la medida de sus posibilidades.

Desde diferentes parroquias de México, a través de Cáritas, se están recogiendo alimentos, ropa, y otros objetos de primeros auxilios para ayudar a estas personas.

 

Cáritas San Cristóbal de Las Casas

En San Cristóbal de Las Casas piden a las parroquias que han estado haciendo acopio, hagan favor de ir a dejarlos a los Centros de Acopio que se han establecido en la Diócesis:

  • En Frontera Comalapa, la Ermita Inmaculada Concepción en el Barrio de Cuernavaca de la parroquia Santo Niño de Atocha;
  • En Comitán: En la Castalia;  En San Cristóbal de Las Casas:
  • Oficina de Cáritas en San Cristóbal de Las Casas.

Las necesidades que resaltan son de alimentación, aseo y albergue:

  • Alimentos: Pan para hacer tortas, agua, frijol refritos en sobre, leche en polvo,  azúcar, avena, alimento para bebés, alimentos preparados (tamales, barras energéticas, semillas y frutas deshidratadas).
  • Aseo: papel higiénico, pañales para distintas etapas, jabón de baño, toallas sanitarias, pasta de zinc, vaselina en pomitos o bolsitas, ropa interior mujeres, hombres y niños y niñas.
  • Materiales de salud: Ketoprofeno o diclofenaco en gel, ketorolaco con tramadol, antibióticos, loratadina, vitacilina, supositorios febrax para bebes, paracetamol gota pediátricas, buscapina compuesta, analgésicos y antigripales, pomadas para masajes, vendas, algodón, gasas, guantes y alcohol.

 

Cáritas Tapachula

Permanezcamos Acopiando: En Frontera Comalapa, la Ermita Inmaculada Concepción en el Barrio de Cuernavaca de la parroquia Santo Niño de Atocha;  En Comitán: En la Castalia;  En San Cristóbal de Las Casas: Oficina de Cáritas en San Cristóbal de Las Casas.

Las necesidades que resaltan son de alimentación, aseo y albergue:

  • Alimentos: arroz, agua, frijol, aceite, café, leche en polvo, azúcar, avena, alimento para bebés, alimentos preparados en caso de ser necesario.
  • Aseo: papel higiénico, pañales para distintas etapas, jabón, detergente, toallas sanitarias.
  • Materiales de salud: Analgésicos y antigripales, tinturas, pomadas, jarabes, vendas, algodón, gasas, guantes y alcohol.

La diócesis anunciaron que estarían organizando la entrega de lo recolectado en las parroquias desde el 24 de octubre, hacia el punto donde se encuentre la caravana, ya que todos los días hacen viajes hacia un punto antes de donde se encuentre la caravana.

 

Donativos

CÁRITAS DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS  A.C.

 

BANORTE    SUC: 3150

NUMERO DE CUENTA: 0642624985

CLAVE INTERBANCARIA: 072130006426249855

Código: MENOMXMT

 

 

 

 

26/10/2018-09:38
José Antonio Varela Vidal

Sínodo de los Obispos: "Aprendamos de la pedagogía de Jesús con los jóvenes"

(ZENIT — 26 oct. 2018).- A pocos días de terminar el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, conversamos con monseñor José Elías Rauda, OFM, obispo de San Vicente, en El Salvador.

Junto a sus expectativas de las conclusiones del sínodo, también explicó el buen efecto que ha tenido la canonización de monseñor Oscar Romero en su país, y cómo la Iglesia salvadoreña espera la canonización de otros mártires de la misma guerra interna, que mató al santo obispo.

 

¿Cómo estuvo el ambiente del sínodo en esta fase final?

En el aula del sínodo se ha respirado un ambiente de fraternidad, y también de satisfacción por los frutos que ha dado al escuchar a los jóvenes, quienes necesitan ser los protagonistas. No solo se trata de un trabajo para ellos, sino con ellos, acompañarles a las diferentes etapas de la vida. Y no solo para ellos, sino para nosotros mayores. Somos una Iglesia-comunión, eso es lo que el Vaticano nos recuerda, una Iglesia pueblo de Dios, donde todos tenemos un lugar, de acuerdo a los carismas que hemos recibido.

 

¿Hay algo que a usted le gustaría que se incluya en las conclusiones, desde la realidad del joven centroamericano?

Yo quisiera ver como reto, cómo responder a la violencia, porque ya los gobiernos lo que hacen es multiplicar el ejército y los policías para controlarlos. Pero lo que se trata es de formar y prevenir, y cómo acompañar a estos jóvenes. Por otro lado, veo la necesidad de formar desde los seminaristas, para que se especialicen en pastoral juvenil. Y así, sientan esa compasión de Cristo por acompañar a tantos hermanos, como Aquel que acompañaba a las multitudes abandonadas como ovejas sin pastor. Que aprendamos todos de la pedagogía de Jesús, caminando con los jóvenes, caminando con nuestros hermanos, nuestras hermanas, así como lo hizo Jesús con los discípulos de Emaús.

 

En los días del Sínodo fue la canonización de monseñor Romero... ¿Qué mensaje deja para el trabajo con los jóvenes?

La canonización de monseñor Romero viene a ayudarnos más que todo, para unificar criterios en el aspecto de la formación. Hay que poner atención desde la formación de los sacerdotes, al verlo como figura, como modelo, como santo. Nos queda pues, conocer su aura, su vida, ese Romero como niño enfermo, sus estudios, su inteligencia, su formación inicial, su formación permanente, su espiritualidad, su vida interior, su profetismo y su coherencia de vida, así como su identidad y su espiritualidad como pastor fiel y mártir. Creo que monseñor Romero fue para nosotros un motivo de inspiración, y seguirá siendo motivo y auge de vocaciones que quieran servir al Señor como él lo hizo.

 

En El Salvador, otros derramaron también su sangre en época de Romero... ¿Qué casos quisiera resaltar y cuéntenos cómo van sus causas de beatificación...?

Pensar en monseñor Romero es pensar también en otros hermanos y hermanas. Como el obispo Joaquín Ramos, que fue asesinado unos años después. Podemos pensar en otros mártires como lo fue el padre Cosme Spessotto, italiano misionero franciscano, que tres meses después de la muerte de monseñor Romero se le quitó la vida. Y luego el padre Rutilio Grande, que está ya en proceso de beatificación. Pensemos en los profesores sacerdotes jesuitas, asesinados en la Universidad Centroamericana (UCA), junto a la cocinera y su hija. Ha habido tantos catequistas, religiosas, seminaristas, diáconos. Entonces es una multitud, la que fue asesinada en la época del conflicto. Debemos recordarles y ante todo, ver que son un ejemplo para nosotros en la Iglesia salvadoreña, como semillas de sangre de mártires, que son la semilla de nuevos cristianos.

 

¿Se siente más identificado con los asuntos de los jóvenes, después de este sínodo?

Creo que para todos los obispos y los sacerdotes que estamos participando en el sínodo, es toda una escuela, todo un momento de formación permanente, con este punto específico de los jóvenes. En todos nosotros creo que se ha clavado bien la urgencia de convertir nuestro corazón hacia el joven. Yo soñaría, por lo menos como desafío, que se vuelva o que se viva la famosa opción preferencial por los jóvenes desde Puebla, porque eso significa conversión del corazón de los pastores para darles atención, acompañarles, incluso con recursos económicos para hacer programas de formación. Después de este sínodo, estamos convencidos de la importancia del protagonismo de los jóvenes, pues ellos no solo son el futuro, sino el presente. Esperamos que las conclusiones del sínodo las podamos aterrizar cada obispo; y si la pastoral juvenil ha sido descuidada, pues que se tome en serio y de eso surja un discipulado, con el protagonismo que los jóvenes deben tener en la Iglesia.

 

 

26/10/2018-13:57
Redacción

Argentina: Guillermo Caride, nombrado obispo auxiliar de San Isidro

(ZENIT — 26 oct. 2018).- El Santo Padre ha nombrado obispo auxiliar de San Isidro (Argentina) al Reverendo Guillermo Carde, Vicario General de la misma diócesis, asignándole la sede titular de Giomnio.

 

Revdo. Guillermo Caride

El reverendo Guillermo Carde el 25 de mayo de 1962 en Buenos Aires. Estudió Filosofía y Teología en el seminario diocesano "San Agustín" de San Isidro. Fue ordenado sacerdote el 5 de diciembre de 1986.

Como sacerdote ha desempeñado los siguientes ministerios: vicario parroquial de la catedral de la diócesis de San Justo y de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes en San Isidro, formador del seminario diocesano de San Agustín y párroco de Jesús en el Huerto de los Olivos y de Ntra. Sra. de la Guardia.

Actualmente es vicario general de la diócesis de San Isidro y párroco de San Gabriel de la Dolorosa.

 

 

26/10/2018-17:04
Anita Bourdin

El "caminar juntos" del Sínodo: Comunión y sinodalidad

(ZENIT — 26 octubre 2018).- El espíritu de "sinodalidad" — de caminar juntos en la presencia de Cristo — el espíritu de comunión fue enfatizado ampliamente en la conferencia de prensa diaria del sínodo sobre "los jóvenes, la fe y el discernimiento de las vocación" (3- 28 de octubre de 2018), jueves 25 de octubre.

El cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Cittá della Pieve, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEO, el cardenal Arlindo Gomes Furtado, obispo de Santiago de Cabo Verde (Cabo Verde); El obispo Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, arzobispo de Trujillo, presidente de la Conferencia Episcopal del Perú, y Lucas Barboza Galhardo, joven auditor en el Sínodo, del Movimiento Schónstatt (Brasil), participaron en este encuentro con la prensa internacional.

"Hemos tenido la experiencia de la belleza de caminar juntos", dijo el cardenal Bassetti. El sínodo fue "una policromía de colores y una polifonía de idiomas", la presencia de los jóvenes ha hecho "tener la experiencia del viento de Pentecostés", agregó.

También subrayó la importancia de la naturaleza concreta de las intervenciones de los jóvenes, muchas de las cuales hablaban de la "soledad". Por el contrario, los jóvenes del mundo necesitan a alguien que "calienta sus corazones" y, a pesar de "la cultura de la fragmentación", donde el "relativismo" parece prevalecer, el mundo de la juventud tiene "una sed increíble". de infinito".

El cardenal Arlindo Gomes Furtado también habló de un "mundo fragmentado" en el que "los cristianos están llamados a ser instrumentos de comunión". Dijo que estaba muy satisfecho con su experiencia en el sínodo: "Trabajar juntos y caminar juntos" es un enfoque que todos deberían cultivar "en las pequeñas comunidades" para vivir la Iglesia como "una verdadera familia eclesial".

El concepto de "sinodalidad" fue mencionado por monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, quien notó el deseo de los jóvenes de una "Iglesia con los brazos abiertos para todos": "Durante el Sínodo, hubo un gran intercambio cultural y de ideas: esta experiencia es el fruto del Espíritu Santo".

A una pregunta sobre los abusos, de poder, espirituales o sexuales, el cardenal Bassetti respondió observando: "No podemos decir que se trate de toda la Iglesia, sino de una pequeña parte. Pero tampoco podemos decir que no le concierne al mismo tiempo como un todo", ya que la Iglesia, es la eclesiología de San Pablo," es un cuerpo "y" si un miembro sufre, todo el cuerpo sufre.

Recordó las etapas previstas para la prevención: habrá una asamblea en noviembre durante la cual "discutiremos este tema y discutiremos un documento en preparación". Luego habló sobre la convocatoria del Papa Francisco de los Presidentes de las Conferencias de Obispos del Mundo el próximo febrero: "Necesitamos claridad" y "ante todo es necesario un trabajo de prevención".

Para el joven Lucas Barboza Galhardo, miembro del Comité Nacional de Coordinación de la Pastoral de los Jóvenes de la Conferencia de los Obispos brasileños, "escuchar los testimonios de abuso fue terrible, el desafío es defender a la Iglesia de Jesús, no los abusos".

© Traducción ZENIT, Raquel Anilllo

 

 

26/10/2018-20:49
Redacción

Eutanasia: A propósito del caso de Eluana Englaro

Una de las tácticas para promover la eutanasia consiste en crear "casos" sobre los que todos hablan. En julio de 2008 la prensa relanzó, a nivel mundial, el caso de Eluana Englaro, una mujer italiana de 37 años que estuvo en coma desde 1992.

Los jueces determinaron entonces que los tutores de Eluana podían interrumpir la hidratación y la nutrición de Eluana y provocar así una muerte terrible: de hambre y de sed. La sentencia fue confirmada de modo "definitivo" el 13 de noviembre de 2008.

El caso sirve para alimentar el debate sobre la eutanasia. Se suceden, como en otros casos, las opiniones, los editoriales, las encuestas. Todo sirve para suscitar emociones y, en ocasiones, para ocultar la realidad sobre la mal llamada "muerte dulce".

Como el debate está en marcha, como la polvareda es enorme, busquemos al menos la respuesta a algunas preguntas que no podemos dejar de lado. En concreto, nos fijamos en tres preguntas:

 

¿Es lícito provocar la muerte de un enfermo?

La respuesta es, simplemente, no. Porque provocar la muerte, hacer actos destinados a matar, es siempre un homicidio. Aunque algún día existan leyes que permitan la
eutanasia; aunque la sociedad, bien dirigida por algunos ideólogos, llegue a pensar que sí sería lícito. El homicidio es siempre homicidio, y el homicidio convertido en algo "legal" es uno de los mayores desórdenes en la vida de los pueblos.

 

¿Cómo afrontar las peticiones de una familia o del mismo enfermo a favor de conseguir una "muerte digna"?

Pues del mejor modo posible, es decir, con tratamientos paliativos y con un afecto sincero y constante. Así de sencillo y así de "fácil". Porque el tratamiento paliativo puede incluso realizarse en casa, y porque llevaría no sólo a "ahorrar" (¿no será el tema del dinero la verdadera causa de tantos esfuerzos a favor de la eutanasia?), sino a tratar de un modo mucho más humano al enfermo. Y porque donde el enfermo se siente querido y es tratado convenientemente las peticiones de eutanasia son prácticamente nulas.

 

Para que no divaguemos: ¿cómo muere una persona a la que se le deja de hidratar y de alimentar?

Lo explica un médico italiano en una entrevista en la que trata el caso de Eluana Englaro: "Hasta ahora Eluana no ha sufrido, al menos así lo establecen las evidencias científicas disponibles. Pero si se le interrumpe la alimentación y la hidratación, preparémonos a un nuevo caso Terri Schiavo. Las úlceras que se le formarán en la piel, los labios resecos, las hemorragias, las convulsiones, la necesidad de morfina, como sucedió a Terri, todo esto ¿es un bien para Eluana?" (entrevista en Zenit, 10 de julio de 2008). Casos como los de Eluana Englaro, Piergiorgio Welby, Terri (o Terry) Schiavo, Ramón Sampedro, Nancy Cruzan... deberían ser tratados con el respeto que merece cualquier vida humana en sus últimos momentos. A la vez, se deberían mantener en pie los criterios básicos de la medicina y de la justicia.

La medicina sabrá ayudar y aliviar al enfermo en todo aquello que sea proporcionado y útil para su situación; a la vez, sabrá renunciar a lo "excesivo" cuando sólo lleve a alargar la agonía y a aumentar los dolores, mientras que ofrecerá siempre lo mínimo necesario (tratamiento del dolor, alimentación, hidratación, limpieza). No es un acto médico matar a un enfermo en coma a base de hambre y de sed, sino un homicidio lento, aunque esté amparado por varias sentencias judiciales.

La justicia, por su parte, velará para que nunca haya seres humanos que puedan decretar la muerte de los enfermos, y promoverá sistemas sanitarios donde los tratamientos paliativos no sean un lujo de algunos privilegiados, sino el esfuerzo sincero de la sociedad para cuidar y atender de la mejor manera posible a quienes se encuentran en las últimas etapas de su existencia terrena.

Fernando Pascual, L. C.
Autores católicos.org

 

 

26/10/2018-09:15
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Felipe Arizmendi: Opción por los jóvenes, desde Santo Domingo

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

Está por concluir en Roma el Sínodo sobre los jóvenes. Se votan las últimas propuestas, que serán la base para que el Papa elabore, con ayuda de sus asesores, la exhortación o documento final, que con seguridad nos ofrecerá una visión de la realidad mundial de los jóvenes, una iluminación desde la Palabra de Dios y unas propuestas para una pastoral juvenil renovada, que ayude a los jóvenes a crecer en la fe y discernir su vocación en la Iglesia y en el mundo.

En el Cuaderno de trabajo, precisamente porque se afirma que «los jóvenes no están en el corazón de muchos obispos, sacerdotes y religiosos», se proponen ya algunos caminos que deberíamos seguir para acompañarlos más de cerca y, así, la Iglesia pueda cumplir su misión con ellos: ayudarlos a encontrar el Señor, a sentirse amados por Él y a responder a su llamada a la alegría del amor. Para esto, se necesita ofrecer un acompañamiento espiritual y psicológico, familiar, educativo y social, en la vida cotidiana y en la comunidad eclesial, especializado para seminaristas y jóvenes consagrados, abierto a las diferentes vocaciones juveniles, en particular al matrimonio y al servicio comunitario, no sólo al sacerdocio, aunque sin excluirlo.

 

PENSAR

La preocupación pastoral de la Iglesia por los jóvenes no es moda del momento. En las diferentes Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, ha estado presente esta inquietud. Ya desde Río de Janeiro (1955), Medellín (1968) y sobre todo Puebla (1979), se ha hecho la opción por ellos, que ratificamos en Santo Domingo (1992) y en Aparecida (2007).

En Santo Domingo, dijimos: "Nos proponemos reafirmar la opción preferencial por los jóvenes proclamada en Puebla no sólo de modo afectivo, sino efectivamente; esto debe significar una opción concreta por una pastoral juvenil orgánica, donde haya un acompañamiento y apoyo real con diálogo mutuo entre jóvenes, pastores y comunidades. La efectiva opción por los jóvenes exige mayores recursos personales y materiales por parte de las parroquias y de las diócesis. Esta pastoral juvenil debe tener siempre una dimensión vocacional"(SD 114).

Se propone "una acción pastoral que responda a las necesidades de maduración afectiva y a la necesidad de acompañar a los adolescentes y jóvenes en todo el proceso de formación humana y crecimiento de la fe. Habrá que dar importancia especial al sacramento de la Confirmación, para que su celebración lleve a los jóvenes al compromiso apostólico y a ser evangelizadores de otros jóvenes. Que capacite para conocer y responder críticamente a los impactos culturales y sociales que reciben y los ayude a comprometerse en la pastoral de la Iglesia y en las necesarias transformaciones de la sociedad" (SD 115).

Todo esto exige un proceso de acercar a los jóvenes a un encuentro vivo con Jesucristo, pues no se trata de simples estrategias de reunirlos y presumir que contamos con ellos. Por eso, se pide que nuestra pastoral "dinamice una espiritualidad del seguimiento de Jesús, que logre el encuentro entre la fe y la vida, que sea promotora de la justicia, de la solidaridad y que aliente un proyecto esperanzador y generador de una nueva cultura de la vida" (SD 116). "La Iglesia, con su palabra y su testimonio, debe ante todo presentar a los adolescentes y a los jóvenes a Jesucristo en forma atractiva y motivante, de modo tal que sea para ellos el camino, la verdad y la vida que responde a sus ansias de realización personal y a sus necesidades de encontrar sentido a la misma vida" (SD 119). "Para responder a la realidad cultural actual, la pastoral juvenil deberá presentar, con fuerza y de un modo atractivo y accesible a la vida de los jóvenes, los ideales evangélicos" (SD 120).

Esto me recuerda lo que me dijeron los jóvenes de Pijijiapan, diócesis de Tapachula, cuando hice la visita pastoral a esa parroquia. Me pidieron que les dijera a los sacerdotes y a las religiosas que, en las reuniones semanales, ya no les pusieran tantas dinámicas para entretenerlos y hacerlos participar, sino que les hablaran más de Jesucristo. Esa es su hambre y su necesidad. Es que, cuando se encuentran con El, todo adquiere un nuevo sentido y son capaces de entregar su vida por Cristo y por el pueblo.

 

ACTUAR

Hagamos caso a esta voz del Espíritu, que nos pide no tener miedo de acercarnos a los jóvenes, sino buscarlos, escucharlos, comprenderlos, orientarlos y, sobre todo, acercarlos más a Jesús.

 

 

26/10/2018-09:30
Enrique Díaz Díaz

Mons. Enrique Díaz Díaz: "A la orilla del camino"

Jeremías 31, 7-9: "Vienen a mí llorando, pero yo los consolaré y los guiaré"
Salmo 125: "Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor"
Hebreos 5, 1-6: "Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec"
San Marcos 10, 46-52: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!"

Hay personas que no tienen luz en sus ojos pero que proyectan una gran luz a su alrededor. Claudia es una joven que ha luchado a brazo partido contra una sociedad que discrimina, que obstaculiza e impide un verdadero desarrollo. A pesar de su ceguera, superando obstáculos, ha terminado su carrera profesional. Buscando por aquí y por allá, haciéndose acompañar de sus padres, auxiliándose de medios sencillos pero efectivos, logra imponerse en un medio que obstaculiza todo. No se tiene en cuenta a los débiles visuales, ni para caminar, ni para trabajar, ni para estudiar. Los mismos maestros se encuentran sorprendidos y descontrolados ¿cómo exigir y cómo enseñar a quien no puede verlos? Sin embargo, con perseverancia y energía, esta jovencita se ha salido adelante y contagia con su alegría en todos los lugares donde se encuentra. Su música, su voz y su sencillez, han iluminado nuestro camino.

¿Un ciego puede guiar a otro ciego? Ambos caerán en un pozo, dice el proverbio. La narración de San Marcos parece contradecirlo. Un ciego se convierte en guía para quienes tienen luz. Es más, supera la oposición de quienes, mirando, tienen el alma en tinieblas y le impiden acercarse a Jesús. Sentado a la orilla del camino, sin ilusión, sin riesgo, pero también sin esperanza, gasta las horas y espera sólo las sobras y las indiferencias de los que pasan de largo. A la orilla del camino como muchos descartados que han perdido la ruta y que no alcanzan el ritmo vertiginoso de una sociedad que consume, arrebata y destruye, y que va dejando su estela de pobreza y miseria "a la orilla del camino". No en el camino porque estorbarían la carrera alocada de un mundo consumista y egoísta que se afana en su propio mantenimiento. Así, "a la orilla del camino" van quedando en el olvido. Pero Bartimeo, al "sentir" pasar a Jesús no quiere quedar en el olvido y está dispuesto a arriesgarse, a caminar desde su oscuridad en busca de la luz. Comienza con un grito desgarrador: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!". Un grito, una oración y un rayo de esperanza que hacen nacer en su corazón la ilusión que logrará ponerlo de pie.

El primer impedimento del pobre Bartimeo era el "quedarse" sentado, pero logra vencerlo saliendo de la inercia y el conformismo. El segundo parece más grave: la oposición de los demás que le impiden hablar y lo regañan para que guarde silencio. ¿Por qué lo hacen? ¿Porque molestaba al Maestro o porque los molestaba a ellos? ¿A quién beneficia el silencio de aquel ciego?

Actualmente hay situaciones difíciles y dolorosas que muchos preferirían que pasaran ignoradas. Que no se hable del hambre, de la pobreza, del dolor, de la migración... porque nos hace parecer un país menos próspero, porque "el mundo tiene derecho a ser feliz", porque se irían las inversiones, porque hay que ocultar la pobreza, porque... se esgrimen mil razones y sin embargo ninguna es válida. Ahí está el dolor y la injusticia clamando al Señor cada día más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!"Hay dolores, cegueras, olvidos, que reclaman la presencia del Señor y piden se tenga compasión. A pesar de estar a la "orilla del camino" los hermanos siguen clamando por un lugar en el banquete de la vida, un lugar con dignidad y justicia.

Para Jesús no hay olvidados, para Él todos están presentes. Él no puede pasar de largo, ni desconocer a los que están a la orilla del camino, por eso ordena que lo llamen. Y, sólo entonces, aparecen las primeras palabras de aliento:"¡Ánimo! Levántate, porque él te llama". La sola palabra de Jesús suscita la esperanza. Al ciego aún le queda mucho camino por recorrer: tiene que levantarse, (pensando en su oscuridad será como arrojarse en el vacío), y lo hace de un salto y con entusiasmo; pero además debe abandonar su manto, su única protección, y así, descubierto acercarse a Jesús. Gran lección para nosotros. Lanzarnos al vacío tan sólo con el arma de la fe. Despojarnos del manto que nos protege: el poder económico, cultural, ideológico, político; la
preocupación, el ansia, nuestras pretensiones y las miras humanas, el ansia de poseer... todo cabe en un manto del que nos debemos despojar. Y así el ciego, despojado, escucha atento las palabras de Jesús: "¿Qué quieres que haga por ti?". La total disposición de Jesús para darle luz y vida le hacen responder: "Maestro, que pueda ver". Igual petición deberíamos hacer nosotros, que podamos ver más allá de nuestras limitaciones, que miremos más allá de nuestro pesimismo, que miremos con espíritu alegre, lleno de esperanza y lleno de fraternidad. Que Jesús ilumine nuestros ojos y nuestros pasos para iniciar nuevos caminos.

Cristo, que lo hace todo, parece no hacer nada: "Vete; tu fe te ha salvado". Le afirma que su fe lo ha salvado. Así el que parecía ciego, ha resultado con mayor luz en su interior y ha emprendido el seguimiento de Cristo, pues "comenzó a seguirlo por el camino". El que estaba sentado, ciego y mendigo, se ha transformado en discípulo gracias a la fe que le ha regalado Cristo respondiendo a su súplica. El que se sentía incapaz de dar un paso, ahora se transforma en caminante de la fe. La fe cristiana y el seguimiento de Jesús van siempre juntos, como en el camino los ojos y los pies van siempre juntos. La fe sin seguimiento quedaría vacía, y el seguimiento sin fe, estaría ciego. Pero este pasaje nos enseña que uno y otra son posibles sólo para quien invoca la misericordia de Dios, tira lejos el manto que lo resguarda y se acoge a la bondad divina: el pobre que ruega obtiene ojos para ver y pies para alcanzar la liberación por parte de Dios.

¿Qué dificultades que nos han dejado sentados a la orilla del camino? ¿Qué esfuerzos hacemos para dar el salto de la fe? ¿Hay mantos que nos impiden seguir a Jesús?

Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, para que dejando nuestros miedos, mantos y ataduras, sigamos a Jesús por el camino del Reino. Amén.

 

 

26/10/2018-20:43
Isabel Orellana Vilches

Beato Bartolomé de Vicenza (O Bartolomé de Bragança), 27 de octubre

«Dominico, recibió el hábito de manos de su fundador. Gran pacificador y creador de la Milicia de Jesucristo. Mando erigir la iglesia de la Santa Corona en Vicenza, donde se venera la espina de la corona de Cristo»

Nació hacia el año 1200 en la ciudad italiana de Vicenza. Integrante de la familia de los condes de Braganga, fue formado en consonancia con su alcurnia. Estudió en Padua y tuvo la fortuna de conocer en plena juventud a santo Domingo de Guzmán, quien acababa de fundar en Vicenza. Tenía alrededor de 20 años cuando él le impuso personalmente el hábito dominico. Después de haber sido ordenado sacerdote, a Bartolomé le encomendaron sucesivas e importantes misiones. Una de sus cualidades destacadas era la predicación. Hábil y certero en sus argumentos, salía victorioso en su lucha contra los herejes. Por eso, aunque inicialmente había impartido Sagradas Escrituras, conociendo su inteligencia y virtud fue enviado a diversos lugares.

Celoso defensor de la paz y artífice de reconciliación, que ya había instaurado en zonas habitadas por la discordia, como las regiones italianas de Lombardía y Emilia, aún dio un paso más. Y en 1233, mientras predicaba junto al padre Juan de Vicenza en Bolonia, fundó la Milicia de Jesucristo (conocida también como «fratres gaudentes») con el objetivo de restaurar la paz y defender la fe y libertad eclesiales. Inspirada en ella, hacia mediados de siglo un grupo de laicos pertenecientes a la aristocracia, que procedían de las ciudades de Parma, Bolonia, Reggio Emilia y Modena, ante la urgente necesidad detectada de contrarrestar el empuje de movimientos como la Congregación de los Devotos (flagelantes), revitalizaron la Milicia retomándola con el nombre de Orden de los Caballeros de Santa María Gloriosa. Fue confirmada por Urbano IV en 1261 a través de una bula, y suprimida por Sixto V en 1559. En ella se integraron los miembros de la Milicia. Es decir que Bartolomé fue artífice indirecto de esta Orden. Él fue quien redactó los estatutos de esta fundación que fue aprobada por Gregorio IX en 1234 y se escindió en torno a 1260. El beato fue maestro regente de teología y consejero de este pontífice.

En 1235, dos años despuésde haber fundado la Milicia, el capítulo general de la Orden efectuado en Bolonia lo designó Maestro del Sacro Palacio como sucesor de Domingo de Guzmán. Fue prior en distintos conventos que dirigió con sabiduría y prudencia. Al igual que había hecho Gregorio IX, el papa Inocencio IV también contó con él, eligiéndole para acompañarle como teólogo al Concilio de Lyon en 1245. En 1248, siendo en esos momentos confesor del rey san Luís IX de Francia, este Santo Padre lo nombró obispo de Nicosia, Chipre, juzgando esencial su presencia de hombre virtuoso allí, dado el conflicto existente en los Santos Lugares. Precisamente en esa época, el monarca francés encabezaba una expedición para combatir a los opositores de la fe en defensa de Tierra Santa, y Bartolomé le visitó en Palestina. Regresó con la invitación del rey para volver a verse en Francia.

En 1254 el pontífice Alejandro IV lo designó prelado de Vicenza. Pero a causa de la persecución antirreligiosa impulsada por el violento Ezzelino III da Romano —que lideraba el movimiento gibelino pro imperial del norte de Italia, contrario al papa—, no pudo asumir la misión plenamente ya que, por defender a los aterrados ciudadanos frente a este sanguinario dictador, tuvo que dejar la ciudad. A finales de ese año viajó a Inglaterra como legado pontificio. Reinaba entonces Enrique III que tenía la sede en Aquitania, y Bartolomé le acompañó a él y a la reina, en su viaje a París; entonces visitaron al rey Luís. En el transcurso de este encuentro, el santo monarca obsequió al beato con una preciadísima reliquia: una espina de la corona del Salvador. En 1256 Alejandro IV volvió a encomendarle la sede de Vicenza. Pero Ezzelino continuaba su particular cruzada en contra de la Iglesia, y aunque Bartolomé se incorporó a la diócesis, el jefe de los gibelinos le obligó a abandonarla. A finales de 1259 murió Ezzelino, y unos meses más tarde, entrado ya el año 1260, pudo regresar a su sede.

Con redoblados bríos ejerció su misión pastoral. Restituyó la paz en la región del Véneto, levantó las iglesias que habían sido destruidas y confirmó a todos en la fe. En ese tiempo mandó erigir la conocida iglesia de la Santa Corona, donde se venera la espina de la corona de Cristo que le regaló el monarca francés. En medio de tanto quehacer, Bartolomé escribió varios textos entre los cuales se conservan Expositio Cantici Canticorumy De venatione divini amoris, que tiene como trasfondo el pensamiento del Pseudo-Dionisio. Tuvo la gracia de participar en la segunda traslación de los restos de santo Domingo, que se produjo en 1267, dedicándole un panegírico. Y unos cuatro años más tarde de la misma, a finales de 1270 o a mediados de 1271, falleció en Vicenza con fama de santidad. Pío VI confirmó su culto el 11 de septiembre de 1793.