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La Caravana del migrante ya está en México recibiendo asistencia

 

Unos 4.000 centroamericanos están ya en la capital mexicana, a donde se espera que lleguen varios centenares más que se han desperdigado durante el camino

 

 

06 noviembre 2018, 12:17 | Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano


 

 

De la caravana de migrantes la mayoría son hondureños y fueron concentrados este lunes en el estadio Jesús Martínez El Palillo, al oriente de la capital mexicana. Las autoridades esperan que varios centenares más lleguen entre el martes y el miércoles, en medio de las elecciones legislativas en Estados Unidos del 6 de noviembre.

Los integrantes de la llamada primera caravana, compuesta por unos 5.000 migrantes, avanzaron hacia Ciudad de México desde el pasado fin de semana.  Este grupo, el más adelantado en el camino hacia la frontera con Estados Unidos, se fragmentó en los últimos días y continuó en grupos pequeños, aunque se espera que puedan reagruparse en los próximos días.

 

La primera parada de este caminar

Ciudad de México es para muchos migrantes la primera parada en la que se quedan en un albergue, bajo techo. En las inmediaciones del estadio El Palillo se instaló un comedor, contenedores de agua para que los migrantes puedan ducharse y lavar su ropa, consultorios médicos móviles, módulos de atención psicológica y colchonetas. Los migrantes se arremolinaron para recoger abrigos, cobijas y ropa donada. Otros cargaron sus teléfonos en enjambres de cables enmarañados y cargadores. Unos pocos colgaron su ropa en la malla que rodea el estadio.

En la zona del puente humanitario, como la nombraron las autoridades, se mantiene una fuerte presencia de policías, funcionarios del Gobierno local y representantes de Naciones Unidas (ONU), instituciones de derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil. El acceso a la prensa es limitado. La llamada segunda caravana, un grupo de entre 1.000 y 2.000 migrantes, comenzó este lunes a llegar a la pequeña población Tapanatepec, en el Estado sureño de Oaxaca.

Otra caravana de unos 1.500 integrantes, sobre todo salvadoreños, aún se encuentra en la costa del Estado de Chiapas, a unos 100 kilómetros de la frontera con Guatemala. Otros 1.650 centroamericanos están en el albergue de la Feria de Tapachula (Chiapas), de acuerdo con el Gobierno mexicano. Se calcula que unas 10.000 personas están en tránsito por México, pero las cifras y la forma de dar cuenta de las oleadas varían.

 

Aún faltan tres mil kilómetros para alcanzar los EEUU

Los migrantes se encuentran todavía a más de 3.000 kilómetros de Tijuana, el punto por el que se había dicho que iban a entrar a Estados Unidos. A medida que se aproximan las elecciones intermedias, el presidente Donald Trump intenta motivar a los votantes republicanos a enfocarse en inmigración, un tema que animó a su base electoral durante la campaña de 2016.

Trump calificó a la primera caravana, que partió de Honduras el 12 de octubre, como una horda invasora. Ha enviado militares a la frontera con México y considera tomar acciones ejecutivas para cerrarles la frontera a los migrantes, incluidos aquellos que buscan asilo. Las personas que viajan en estas caravanas están conscientes de que Trump se opone a su ingreso a Estados Unidos y han escuchado sobre el despliegue militar en la frontera. Sin embargo, muchos afirman que son impulsados por una profunda fe de que cuando lleguen a la frontera, Trump se conmoverá y les abrirá las puertas.

 

Presiones para detener la Caravana del Migrante

El presidente estadounidense ha presionado a los gobiernos de México y Centroamérica para evitar que los migrantes continúen su viaje hacia el norte, lo que ha creado un dilema político y de relaciones diplomáticas en la región. Los mandatarios de Guatemala y Honduras, ambos enfrascados en acusaciones de corrupción, ordenaron a las fuerzas de seguridad detener a los grupos —pero fue en vano—. Los migrantes pasaron al lado de los agentes enviados a impedir su avance. El gobierno mexicano invitó a los migrantes a solicitar asilo, y casi 1700 han aceptado la oferta, señalaron las autoridades el 30 de octubre.

 

Todos juntos por un mundo mejor

Las imágenes de esta migración masiva muestran el poder de viajar en grupos grandes. Mujeres jóvenes se sienten lo suficientemente seguras para llevar a sus hijos a lo largo de la carretera en carriolas donadas y las familias se amontonan en las camionetas que les ofrecen transporte. En los ríos con fuertes corrientes, las personas forman cadenas humanas para lograr cruzar.

Juntos, el viaje también es más barato, dijo Mauro Verzeletti, un sacerdote católico que dirige Casa del Migrante, un refugio en Ciudad de Guatemala. El eclesiástico sostiene que, al viajar en grupos, los migrantes pueden evitar la “estructura de coyotaje, de narcotráfico, de crimen organizado” que durante años ha controlado el trayecto al cobrar miles de dólares. Durante su recorrido los grupos también han recibido mucho apoyo —comida, ropa, refugio, atención médica— por parte de los gobiernos y ciudadanos comunes.

Cuando la primera caravana salió de San Pedro Sula, Honduras, el 12 de octubre, solo estaba conformada por algunos cientos. Pero los noticieros televisivos difundieron la noticia y miles de personas se unieron a la procesión conforme cruzó la frontera con Guatemala y se dirigió hacia México. Los migrantes se enfrentaron brevemente con las fuerzas de seguridad guatemaltecas y mexicanas el 19 de octubre en el río Suchiate, que marca la frontera entre ambos países. Sin embargo, la mayoría cruzó hacia México conforme los esfuerzos para detener su avance cedieron ante el tamaño del contingente, estimado en unas siete mil personas para ese momento.

 

Migrantes desde siempre

Su viaje hacia el norte ha resonado profundamente en los países de Centroamérica donde cientos de miles de personas han huido en los últimos años para escapar de la violencia y la represión política, así como de la pobreza exacerbada por la sequía y los problemas con los cultivos. Hace alrededor de dos semanas, otra caravana se formó en el pueblo hondureño de Comayagua. Cuando partió estaba compuesta por 350 viajeros, según afirmaron varios migrantes, y para cuando cruzó la frontera con Guatemala ya había crecido a alrededor de 1500.

Una tercera caravana salió de San Salvador el 28 de octubre y se espera que llegue a la frontera sur mexicana en los próximos días. Una cuarta se formó en el departamento hondureño de Olancho y viaja a través de Guatemala en estos momentos, dijo Cerpas, la defensora de los migrantes en Honduras. El gobierno mexicano evitó el avance de la primera caravana en el cruce legal de su frontera sur, pero los migrantes la atravesaron de manera ilegal, lo que hizo enojar a Trump. Cuando la segunda caravana, compuesta según los funcionarios por entre 1500 y 2000 personas, llegó a la frontera sur de México el 28 de octubre, los migrantes se encontraron con una demostración de fuerza policiaca.

El 29 de octubre, los miembros de la caravana formaron una cadena humana y caminaron a través del río Suchiate. Efectivos de la Secretaría de Marina de México observaron desde lanchas, pero no intervinieron, contaron las personas que trabajan con botes en ese tramo del río.

Después, las autoridades comenzaron a ceder. La mayoría de los migrantes treparon para entrar a México y su ingreso aparentemente fue ignorado. En México, la primera caravana fue recibida con un gran apoyo. Sin embargo, los migrantes son conscientes de que es posible que las próximas caravanas no reciban la misma bienvenida.