Servicio diario - 21 de noviembre de 2018


 

Jornada Pro Orantibus: "¿Qué sería de la Iglesia sin la vida contemplativa?"
Rosa Die Alcolea

"Dejen que el Señor les hable" — Videomensaje del Papa para la JMJ de Panamá
Rosa Die Alcolea

El Papa llama a "suplicar la humildad y la verdad que nos pone frente a nuestra pobreza"
Rosa Die Alcolea

Audiencia general, 21 noviembre 2018 — Catequesis completa
Rosa Die Alcolea

España: Elegido Secretario General de la Conferencia Episcopal a Mons. Argüello García
Redacción

México: Los obispos crean el 'Equipo Nacional para la Protección de Menores'
Rosa Die Alcolea

Presentación de la Santísima Virgen María: "Poderoso Auxilio de los cristianos"
Rosa Die Alcolea

El Papa a los visitantes hispanos: "Sean testigos de la misericordia de Dios en medio del mundo"
Rosa Die Alcolea

JMJ 2019: Por primera vez, en video el Mensaje del Papa para preparar la Jornada
Rosa Die Alcolea

Mons. Felipe Arizmendi: "Lo que diga el pueblo..."
Felipe Arizmendi Esquivel

San Pedro Esqueda Ramírez, 22 de noviembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

21/11/2018-18:10
Rosa Die Alcolea

Jornada Pro Orantibus: "¿Qué sería de la Iglesia sin la vida contemplativa?"

(ZENIT — 21 nov. 2018).- "Gracias, hermanas y hermanos contemplativos, porque vosotros sois todo esto para el mundo: apoyo para los débiles, faros, antorchas y centinelas. Gracias por enriquecernos con tantos frutos de santidad, de misericordia y de gracia", expresa el Papa con motivo de la Jornada Pro Orantibus, de oración a favor de los religiosos y religiosas de vida contemplativa.

En la audiencia general, celebrada esta mañana, 21 de noviembre de 2018, en la plaza de San Pedro, el Papa ha mencionado la celebración del Día pro Orantibus, coincidiendo con el memorial litúrgico de la Presentación de la Santísima Virgen María en el Templo.

Está dedicado al recuerdo de las comunidades religiosas de clausura: "¡hay muchas!", ha señalado Francisco. "Es una ocasión muy oportuna para agradecer al Señor el don de tantas personas que, en monasterios y ermitas, se dedican totalmente a Dios en la oración, en el silencio y en el retiro.

"¡Que no le falte a estas comunidades, el afecto, la cercanía y el apoyo, también material, de toda la Iglesia!", ha pedido el Pontífice a todos los fieles y visitantes en la audiencia general.

El Santo Padre ha enviado un mensaje a los participantes en el encuentro que se celebra hoy con motivo de la Jornada Por Orantibus en la Pontificia Universidad Lateranense y en la basílica papal de San Juan de Letrán, organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

 

Encuentro en San Juan de Letrán

Este año, la Jornada se celebra en estos lugares porque la basílica de San Juan de Letrán está dedicada a la presentación de dos documentos que se relacionan directamente con la vida contemplativa femenina: la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere y la Instrucción aplicativa Cor orans.

Francisco reza junto a toda la Iglesia —dice a los consagrados de vida contemplativa—para que "el Señor realice en vuestros corazones su obra y os transforme enteramente en él, que es el fin último de la vida contemplativa; y que vuestras comunidades o fraternidades sean verdaderas escuelas de contemplación y oración".

En esta circunstancia, el Papa exhorta a los religiosos y religiosas a tomar en serio el desafío de la formación, que consiste en "un itinerario de progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo hacia el Padre".

En este contexto, el Papa recuerda a los religiosos la importancia del discernimiento y del acompañamiento espiritual y vocacional de los candidatos, "sin dejarse nunca llevar por ansiedad de los números y de la eficiencia".

 

Orar por los religiosos

La Jornada Pro Orantibus fue instituída por el Papa Pío XII en 1953 y se celebra en la fiesta litúrgica de la Presentación de María. Es un día que marca la Iglesia para orar a favor de los religiosos y religiosas de vida contemplativa, como expresión de reconocimiento, estima y gratitud por lo que representan ellos y ellas, y el rico patrimonio espiritual de sus institutos en la Iglesia.

RD

A continuación sigue el mensaje del Santo Padre, con motivo de la celebración de la Jornada Pro Orantibus:

***

 

Mensaje del Santo Padre

¡Queridos hermanos y hermanas!

En la fiesta litúrgica de la Presentación de María, hoy celebramos, en su 65a edición, la Jornada Pro Orantibus. Este año, la Jornada, celebrada en la Pontificia Universidad Lateranense y en la basílica papal de San Juan de Letrán, está dedicada a la presentación de dos documentos que se relacionan directamente con la vida contemplativa femenina: la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere y la Instrucción aplicativa Cor orans.

En esta ocasión, me es grato saludar a todos vosotros que participáis en la Jornada. En vosotros saludo a todos los religiosos y religiosas que siguen a Cristo en la vida contemplativa, buscando el rostro de Dios y participan en la misión de la Iglesia, siendo en ella el corazón orante.

Gracias por haber respondido a la invitación para participar en este encuentro y en esta celebración que en su momento os dirigieron, con mi aliento, el Cardenal Prefecto y el Arzobispo Secretario. Y también doy las gracias al Secretariado Pro Monialibus, que prepara este Jornada con gran detalle y se ocupa de las hermanas con necesidades especiales en la Villa de la Meditación y ayuda a los monasterios en dificultades.

Aprovechando esta Jornada, deseo manifestaros, una vez más, el gran aprecio de la Iglesia por vuestra forma de vida. ¿Qué sería de la Iglesia sin la vida contemplativa? ¿Qué sería de los miembros más débiles de la Iglesia que encuentran en vosotros un apoyo para continuar el camino? ¿Qué sería de la Iglesia y del mundo sin los faros que señalan el puerto a los que se han perdido en alta mar, sin las antorchas que iluminan la noche oscura que estamos atravesando, sin los centinelas que anuncian el nuevo día cuando todavía es de noche? Gracias, hermanas y hermanos contemplativos, porque vosotros sois todo esto para el mundo: apoyo para los débiles, faros, antorchas y centinelas (cf. Const. Ap. Vultum Dei quaerere, I, 6). Gracias por enriquecernos con tantos frutos de santidad, de misericordia y de gracia (cf. ibíd., I, 5).

Con toda la Iglesia, yo también rezo para que "el Señor realice en vuestros corazones su obra y os transforme enteramente en él, que es el fin último de la vida contemplativa; y que vuestras comunidades o fraternidades sean verdaderas escuelas de contemplación y oración... El mundo y la Iglesia os necesitan, [...]. Que sea esta vuestra profecía" (ibíd., I, 36).

En esta circunstancia, os invito a tomar en serio el desafío de la formación, que, como bien sabéis, consiste en " un itinerario de progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo hacia el Padre". (San Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Vita Consecrata, 65). Por este motivo, ya que claramente la formación dura toda la vida, también es necesario aceptar con responsabilidad que la formación es un proceso lento, por lo que es importante no tener prisa. En este contexto, también os recuerdo la importancia del discernimiento y del acompañamiento espiritual y vocacional de los candidatos, sin dejarse nunca llevar por ansiedad de los números y de la eficiencia (véase CIVCSVA, Ripartire da Cristo, 19 de mayo de 2002, 18), así como la formación de las formadoras y de las hermanas llamadas a prestar el servicio de autoridad.

Para que vuestra vida contemplativa sea significativa para la Iglesia y para el mundo de hoy, es necesario apuntar a una formación adecuada a las necesidades del momento presente: una formación integral, personalizada y bien acompañada. Tal formación nutrirá y defenderá vuestra fidelidad creativa al carisma recibido, tanto de cada una de las hermanas como de toda la comunidad.

Queridos hermanos y hermanas, esta Jornada transcurrida en fraternidad lleve luz y vida a vuestras comunidades; la Virgen María, modelo de contemplación, os enseñe a buscar constantemente el rostro de Dios y a permanecer fieles a vuestra misión de ser corazón orante de la Iglesia. Os imparto con afecto mi bendición apostólica y os pido, por favor, que recéis por mí.

Del Vaticano, 21 de noviembre de 2018
Memoria de la Presentación de la B.V. María
Jornada Pro Orantibus

 

 

21/11/2018-13:24
Rosa Die Alcolea

"Dejen que el Señor les hable" Videomensaje del Papa para la JMJ de Panamá

(ZENIT – 21 nov. 2018).- “Queridos jóvenes, dice el Papa: Anímense a entrar cada uno en su interior y decirle a Dios: ¿Qué es lo que quieres de mí? Dejen que el Señor les hable; ya verán vuestra vida transformada y colmada de alegría”.

Ante la inminente Jornada Mundial de la Juventud de Panamá (JMJ), que se celebrará del 22 al 27 de enero de 2019, el Papa habla a los jóvenes en un videomensaje, difundido este miércoles, 21 de noviembre de 2018 por la Santa Sede.

En el video, Francisco los anima “a que se preparen, siguiendo y participando en todas las iniciativas que se llevan a cabo. Les ayudarán a ir caminando hacia esta meta”.

 

Primer paso para ser feliz

Siguiendo el lema de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud: “He aquí  la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38), el Pontífice invita a los jóvenes a “descubrir lo que el Señor espera de nosotros y ser valientes para decir ‘sí’ “.

“Nuestra vida solo encuentra significado en el servicio a Dios y a los demás”, anuncia el Papa en el video. Así, asegura que dar una respuesta afirmativa a Dios “es el primer paso para ser feliz y hacer felices a muchas personas”.

 

Un ‘sí’ valiente y generoso

María fue una mujer feliz, porque fue generosa ante Dios y se abrió al plan que tenía para ella, relata. “Sus palabras son un “sí” valiente y generoso”, asegura. “El sí de quien ha comprendido el secreto de la vocación: salir de uno mismo y ponerse al servicio de los demás”.

“Las propuestas de Dios para nosotros, como la que le hizo a María, no son para apagar sueños, sino para encender deseos; para hacer que nuestra vida fructifique y haga brotar muchas sonrisas y alegre muchos corazones”.

 

 

 

 

21/11/2018-10:54
Rosa Die Alcolea

El Papa llama a "suplicar la humildad y la verdad que nos pone frente a nuestra pobreza"

(ZENIT — 21 nov. 2018).- "Bienaventurados los pobres de espíritu; aquellos que, no fiándose de sus propias fuerzas, se abandonan en Dios, que con su misericordia cura sus faltas y les da una vida nueva".

Así ha concluido el Papa Francisco su reflexión en español, pronunciada en la audiencia general, que ha dedicado al último mandamiento: "No codiciarás los bienes de tu prójimo, ni la mujer de tu prójimo", este miércoles, 21 de noviembre de 2018, en la plaza de San Pedro.

Frente a este mandamiento de la ley de Dios, "nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que nuestra debilidad se supera solo con nuestras fuerzas, en virtud de una observancia externa", ha advertido el Papa.

Por ello, el Pontífice ha hecho un llamamiento concreto a los todos los fieles: "Debemos suplicar, como mendigos, la humildad y la verdad que nos pone frente a nuestra pobreza, para poder aceptar que solo el Espíritu Santo puede corregimos, dando a nuestros esfuerzos el fruto deseado".

Esa "verdad", ha señalado, es "apertura auténtica y personal" a la misericordia de Dios que nos transforma y renueva, ha asegurado Francisco.

 

"No codiciarás"

El Pontífice ha observado que a simple vista parece coincidir con los mandamientos: "No cometerás adulterio" o "no robarás". Sin embargo —ha aclarado— hay una diferencia.

En este epílogo —ha indicado Francisco— el Señor "nos propone llegar al fondo del sentido del decálogo" y evitar que "pensemos que basta un cumplimiento nominal y farisaico" para conseguir la salvación.

La diferencia estriba en el verbo empleado: "no codiciarás"; con este verbo se subraya que, en el corazón del hombre —como dice Jesús en el evangelio—, "nace la impureza y los deseos malvados que rompen nuestra relación con Dios y con los hombres", ha matizado el Santo Padre en su reflexión.

 

 

21/11/2018-11:22
Rosa Die Alcolea

Audiencia general, 21 noviembre 2018 —Catequesis completa

(ZENIT – 21 nov. 2018).- La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar a las 9:20 horas en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre Francisco ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.

El Papa, continuando el ciclo de catequesis sobre los mandamientos ha hablado del mandamiento: “No codiciarás la mujer de tu prójimo […], ni los bienes de tu prójimo” a la luz del pasaje bíblico Éxodo, 17.

En este contexto, el Papa ha indicado que las palabras del último mandamiento “son el cumplimiento del viaje a través del Decálogo, que llegan al fondo de todo lo que encierra”.

El punto de llegada –el último mandamiento- de este viaje es el corazón, y si éste, si el corazón, no se libera, el resto sirve de poco. Este es el reto que anuncia el Papa: liberar el corazón de todas estas cosas malvadas y feas.

Para entender esto, el Pontífice ha aclarado que todos los mandamientos tienen la tarea de “indicar el límite de la vida”, el límite más allá del cual el hombre se destruye y destruye a su prójimo, estropeando su relación con Dios. “Si vas más allá –ha añadido– te destruyes, también destruyes la relación con Dios y la relación con los demás”.

 

Santa humillación

Debemos dejarnos desenmascarar por estos mandatos sobre el deseo, porque “nos muestran nuestra pobreza, para llevarnos a una santa humillación”, ha subrayado el Papa Francisco. El hombre necesita esta “bendita humillación”, ha asegurado, esa por la que descubre que “no puede liberarse por sí mismo, esa por la que clama a Dios para que lo salve”.

Exhorta el Papa: Cada uno de nosotros puede preguntarse: Pero ¿qué deseos feos siento a menudo? ¿La envidia, la codicia, el chismorreo? Todas estas cosas vienen desde dentro. Cada uno puede preguntárselo y le sentará bien.

 

Jornada pro Orantibus

Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo. A continuación, ha invitado a recordar a las comunidades religiosas de clausura con motivo de la Jornada pro Orantibus que se celebra hoy.

RD

La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

***

 

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Nuestros encuentros sobre el Decálogo nos llevan hoy al último mandamiento. Lo escuchamos al principio. Estas no son solo las últimas palabras del texto, sino mucho más: son el cumplimiento del viaje a través del Decálogo, que llegan al fondo de todo lo que encierra. En efecto, a simple vista, no agregan un nuevo contenido: las palabras «no codiciarás la mujer de tu prójimo […], ni los bienes de tu prójimo » están al menos latentes en los mandamientos sobre el adulterio y el  robo. ¿Cuál es entonces la función de estas palabras? ¿Es un resumen? ¿Es algo más?

Tengamos muy en cuenta que todos los mandamientos tienen la tarea de indicar el límite de la vida, el límite más allá del cual el hombre se destruye y destruye a su prójimo, estropeando su relación con Dios. Si vas más allá, te destruyes, también destruyes la relación con Dios y la relación con los demás. Los mandamientos señalan esto. Con esta última palabra, se destaca el hecho de que todas las transgresiones surgen de una raíz interna común: los deseos malvados. Todos los pecados nacen de un deseo malvado. Todos. Allí empieza a moverse el corazón, y uno entra en esa onda, y acaba en una transgresión. Pero no en una transgresión formal, legal: en una transgresión que hiere a uno mismo y a los demás.

En el Evangelio, el Señor Jesús dice explícitamente: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraudes, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre”.”(Mc 7,21-23).

Entendemos así que todo el itinerario del Decálogo no tendría ninguna utilidad si no llegase a tocar este nivel, el corazón del hombre. ¿De dónde nacen todas estas cosas feas? El Decálogo se muestra lúcido y profundo en este aspecto: el punto de llegada –el último mandamiento- de este viaje es el corazón, y si éste, si el corazón, no se libera, el resto sirve de poco. Este es el reto: liberar el corazón de todas estas cosas malvadas y feas. Los preceptos de Dios pueden reducirse a ser solo la hermosa fachada de una vida que sigue siendo una existencia de esclavos y no de hijos. A menudo, detrás de la máscara farisaica de la sofocante corrección, se esconde algo feo y sin resolver.

En cambio, debemos dejarnos desenmascarar por estos mandatos sobre el deseo, porque nos muestran nuestra pobreza, para llevarnos a una santa humillación. Cada uno de nosotros puede preguntarse: Pero ¿qué deseos feos siento a menudo? ¿La envidia, la codicia, el chismorreo? Todas estas cosas vienen desde dentro. Cada uno puede preguntárselo y le sentará bien. El hombre necesita esta bendita humillación, esa por la que descubre que no puede liberarse por sí mismo, esa por la que clama a Dios para que lo salve. San Pablo lo explica de una manera insuperable, refiriéndose al mandamiento de no desear (cf. Rom 7: 7-24).

Es vano pensar en poder corregirse sin el don del Espíritu Santo. Es vano pensar en purificar nuestro corazón solo con  un esfuerzo titánico de nuestra voluntad: eso no es posible. Debemos abrirnos a la relación con Dios, en verdad y en libertad: solo de esta manera nuestras fatigas pueden dar frutos, porque es el Espíritu Santo el que nos lleva adelante.

La tarea de la Ley Bíblica no es la engañar al hombre con que  una obediencia literal lo lleve a una salvación amañada  y, además, inalcanzable. La tarea de la Ley es llevar al hombre a su verdad, es decir, a su pobreza, que se convierte en apertura auténtica, en apertura personal a la misericordia de Dios, que nos transforma y nos renueva. Dios es el único capaz de renovar nuestro corazón, a condición de que le abramos el corazón: es la única condición; Él lo hace todo; pero tenemos que abrirle el corazón.

Las últimas palabras del Decálogo educan a todos a reconocerse como mendigos; nos ayudan a enfrentar el desorden de nuestro corazón, para dejar de vivir egoístamente y volvernos pobres de espíritu, auténticos ante la presencia del Padre, dejándonos redimir por el Hijo y enseñar por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el maestro que nos enseña. Somos mendigos, pidamos esta gracia.

“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5, 3). Sí, benditos  aquellos que dejan de engañarse creyendo que pueden salvarse de su debilidad sin la misericordia de Dios, que es la sola que  puede sanar el corazón. Solo la misericordia del Señor sana el corazón.  Bienaventurados los que reconocen sus malos deseos y con un corazón arrepentido y humilde, no se presentan ante Dios y ante los hombres como justos, sino como pecadores. Es hermoso lo que Pedro le dijo al Señor: “Aléjate de mí, Señor, que soy un pecador”. Hermosa oración ésta: “Aléjate de mí, Señor, que soy un pecador”.

Estos son los que saben tener compasión, los que saben tener misericordia de los demás, porque la experimentan en ellos mismos.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

21/11/2018-11:29
Redacción

España: Elegido Secretario General de la Conferencia Episcopal a Mons. Argüello García

(ZENIT — 21 nov. 2018).- La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha elegido esta mañana como Secretario General a Mons. Luis Argüello García. Según lo previsto en los estatutos de la CEE ocupará el cargo durante cinco años, hasta noviembre de 2023. En la actualidad, Mons. Luis Argüello García es obispo auxiliar de Valladolid.

 

Mons. Luis Argüello García

Nació el 16 de mayo de 1953 en Meneses de Campos (Palencia). Estudió en Valladolid, en el colegio de los Hermanos de La Salle y luego en la Universidad, donde obtuvo la Licenciatura en Derecho Civil. Cursó los estudios eclesiásticos en el centro de los Padre Agustinos en Valladolid.

Fue ordenado sacerdote el 27 de septiembre de 1986 para la archidiócesis de Valladolid, donde ha desempeñó los siguientes cargos: formador en el seminario diocesano (1986-1997); vicario episcopal de la ciudad y miembro del consejo episcopal, durante tres etapas: (1986-1997, 2003-2009 y 2010-2011); delegado de Pastoral Vocacional (1997-2012); moderador de la capellanía del Monasterio de la "Concepción del Carmen" (1997-2011); rector del seminario diocesano (1997-2011); y miembro electo de la Comisión Permanente del Consejo Presbiteral (2003-2008).

Hasta su nombramiento episcopal, fue vicario general y moderador de la Curia diocesana, desde 2011; miembro del colegio de consultores, desde 2000; miembro de la Comisión Permanente del Consejo Presbiteral, desde 2010; miembro del Consejo de Asuntos Económicos y del Consejo Episcopal, desde 2011; miembro de la Comisión Permanente del Consejo Pastoral, desde 2013, y miembro de la Comisión para el Diaconado Permanente, desde 2014.

 

Obispo auxiliar de Valladolid

El 14 de abril de 2016, el papa Francisco le nombró obispo auxiliar de la archidiócesis de Valladolid. Recibió la consagración episcopal el 3 de junio del mismo año.

En la CEE es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral y de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades desde 2017.

 

 

21/11/2018-14:27
Rosa Die Alcolea

México: Los obispos crean el 'Equipo Nacional para la Protección de Menores'

(ZENIT – 21 nov. 2018).- Los obispos de México han aprobado la conformación oficial de un Equipo Nacional para la Protección de Menores, conscientes de las “graves consecuencias” del abuso sexual infantil en el país y de la “enorme responsabilidad” de todas las instituciones en el tema de la prevención y atención, anuncian en un comunicado de prensa.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha informado este miércoles, 21 de noviembre de 2018, sobre este nuevo organismo, cuya formación se aprobó el 15 de noviembre, durante la CVI Asamblea Plenaria, y que será coordinado por la Secretaría General de la Conferencia.

El equipo multidisciplinario estará integrado por obispos, sacerdotes y laicos especializados e independientes con amplia experiencia en esta materia.

Desarrollará sus actividades, a partir de una “metodología integral” que atienda todos los aspectos, bajo una “mirada de 360 grados”, señalan los obispos en la nota. “Su naturaleza será de prevención, detección, apoyo y atención en casos de abuso sexual infantil en el ámbito eclesial, particularmente en el diocesano”.

El Equipo Nacional de Protección de Menores deberá trabajar incansablemente bajo la exigencia del Papa Francisco expresada en “la tolerancia cero” y en el “nunca más” a la cultura del abuso, así como al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse, promoviendo instancias de diálogo y constructiva confrontación para caminar hacia una cultura del cuidado y protección.

 

Objetivos

Algunos de los objetivos de este equipo para la Protección de Menores serán:

1.- Elaborar y mantener actualizadas las políticas, protocolos y/o manuales institucionales para la prevención y atención del abuso sexual infantil.

2.- Ofrecer apoyo a los Obispos para la implementación de dichos instrumentos, según las circunstancias particulares y realidad de cada Diócesis, coadyuvando para la integración y formación de los equipos diocesanos de protección de menores.

3.- Diseñar estrategias para la creación de ambientes seguros para menores de edad, conforme a los estándares nacionales e internacionales, así como la legislación aplicable.

4.-Brindar a los Obispos y a sus equipos pastorales, asesoría jurídica, canónica y psicológica para la atención integral de casos de abuso sexual infantil cometido por clérigos, incluyendo la necesaria atención a las víctimas de éstos.

5.- Ofrecer talleres y seminarios de capacitación para presbiterios, para los equipos de formadores en seminarios y para los agentes de pastoral que tengan contacto con menores de edad.

6.- Desarrollar y ofrecer -en conjunto con instituciones especializadas-, programas o materiales formativos para menores de edad y sus familiares, a fin de capacitar en la prevención y atención del abuso sexual.

7.-Diseñar mecanismos para la certificación de instituciones diocesanas dedicadas al trabajo con menores de edad.

8.- Recopilar, analizar y publicar información estratégica que ayude a la Conferencia del Episcopado Mexicano y a las Diócesis de México en la detección, prevención y atención integral del abuso sexual infantil.

9.- Establecer vínculos institucionales con dependencias públicas y organizaciones privadas especializadas en la protección de menores, para promover las mejores prácticas y fortalecer la cultura de la prevención y de la denuncia en todos los ámbitos.

 

 

 

21/11/2018-12:38
Rosa Die Alcolea

Presentación de la Santísima Virgen María: "Poderoso Auxilio de los cristianos"

(ZENIT – 21 nov. 2018).- En la memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María, el Papa Francisco ha exhortado a “mirar a aquella que generó a Cristo y venerarla como Madre y poderoso Auxilio de los cristianos”.

De la Virgen aprendemos "qué es consagrarnos por completo al proyecto que Dios tiene para cada uno de nosotros y para el mundo entero", ha señalado el Pontífice en la audiencia general, dirigiéndose de modo particular a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, en la audiencia general celebrada esta mañana en el Vaticano, miércoles, 21 de noviembre de 2018.

 

Peregrinos italianos

Asimismo, el Papa se ha mostrado contento de recibir a los grupos de fieles de las parroquias, especialmente a los de Sant'Elpidio a Mare y Salerno y al grupo Laboratorio del valor, acompañado por el arzobispo Renato Boccardo.

Igualmente, ha saludado a la delegación del Proyecto de baloncesto en Tierra Santa, al banco de alimentos, a la Asociación Internacional de Policía de Puglia y al Instituto Garibaldi-Leone de Trinitapoli.

 

 

21/11/2018-12:15
Rosa Die Alcolea

El Papa a los visitantes hispanos: "Sean testigos de la misericordia de Dios en medio del mundo"

(ZENIT — 21 nov. 2018).- El Papa ha animado a los peregrinos de lengua española a que celebrando el día de la Presentación de la Virgen María en el Templo, sean "testigos de la misericordia de Dios en medio del mundo, comunicando la ternura y la compasión que han experimentado en sus propias vidas".

Estas han sido las palabras del Santo Padre en su tradicional saludo a los visitantes hispanohablantes, de modo especial a los procedentes de España y Latinoamérica, al final del resumen pronunciado en español de la catequesis, en la audiencia general, este miércoles, 21 de noviembre de 2018.

El Pontífice Francisco se ha centrado hoy en el último mandamiento "No codiciarás la mujer de tu prójimo ni los bienes de tu prójimo", a la luz del pasaje bíblico Éxodo, 17.

 

 

21/11/2018-17:22
Rosa Die Alcolea

JMJ 2019: Por primera vez, en video el Mensaje del Papa para preparar la Jornada

(ZENIT — 21 nov. 2018).- Por primera vez, el Mensaje del Santo Padre en preparación para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se publica principalmente en forma de video-mensaje "para que pueda llegar al mayor número de jóvenes y responder a su deseo, expresado durante el reciente proceso del Sínodo, de comunicarse con la Iglesia a través de formas más cercanas a su lenguaje", señala el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

La Oficina de Prensa de la Santa ha dado a conocer este miércoles, 21 de noviembre de 2018 un comunicado del Dicasterio, organizador de la Jornada Mundial de la Juventud.

El Mensaje del Papa está dirigido a los jóvenes en preparación de la )000V Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en Panamá del 22 al 27 de enero de 2019, se centra en el tema: "He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38).

En la nota, dicho Dicasterio señala que el Mensaje del Papa Francisco, difundido el día de la celebración de la Presentación de la Santísima Virgen María, "concluye un ciclo de tres mensajes marianos dedicados a los jóvenes en camino entre la JMJ 2016 y la JMJ 2019".

En su discurso, el Santo Padre se dirige a todos los jóvenes del mundo, creyentes y no creyentes, animándoles a descubrir los valores característicos de la juventud. Reconoce su disposición a ponerse al servicio de los demás y los invita a poner en práctica esta actitud desde la perspectiva cristiana: "Ponerse al servicio de los demás no significa solamente estar listos para la acción, sino que también hay que ponerse en diálogo con Dios, en actitud de escucha, como lo hizo María. Ella escuchó lo que el ángel le decía y después respondió", dice el Santo Padre.

El mensaje de video sirve como instrumento de preparación espiritual para la próxima JMJ en Panamá 2019 y también como inspiración para la pastoral juvenil en todo el mundo. La próxima Jornada Mundial de la Juventud se celebrará del 22 al 27 de enero en Panamá.

Video mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá:

 

 

 

21/11/2018-07:00
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Felipe Arizmendi: "Lo que diga el pueblo..."

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristobal de Las Casas

 

VER

En la Iglesia y en la sociedad, es fundamental escuchar al pueblo. Pero hay que saber discernir, es decir, cernir dos veces, para captar realmente la voz comunitaria, las necesidades verdaderas, la voluntad de una mayoría que busca sinceramente el bien común y no tanto sus propios intereses, porque hay manipuladores que dicen hablar en nombre del pueblo, y sólo representan a unos cuantos y su beneficio egoísta. El hecho de que el 53% de los electores haya apoyado una opción partidista, no justifica despreciar y no tomar en cuenta al 47% restante que tiene otras preferencias, y que también es pueblo. No es democracia adulta legitimar una decisión ya predeterminada, diciendo que es la voluntad popular. Ni una mayoría de votos significa automáticamente la mejor opción. Veamos los casos de Estados Unidos, Venezuela y Brasil.

En algunas comunidades indígenas, aún no contaminadas por los partidos, la decisión no depende de mayorías, sino que se procura llegar a un consenso. Sus asambleas duran mucho tiempo, pues se intenta tomar en cuenta todas las opiniones, ya que todos forman el pueblo. Los procesos para decidir son lentos, porque se trata de escuchar las razones de las diferentes propuestas.
Es tarea, por cierto muy desgastante, de quien tiene la autoridad bien constituida, sopesar las distintas opciones de los contrastantes sectores de la sociedad, para tratar de armonizar las diferencias. Esa es la sabiduría es un gobernante. Lo contrario, es oportunismo convenenciero, como el de Pilato, que a pesar de estar convencido de la inocencia de Jesús, tomó una decisión en sentido contrario sólo porque una multitud manipulada se lo pidió. No todo lo que una mayoría de votos expresa, es justo y adecuado. Muchos gritaron exigiendo la crucifixión de Jesús, y se hicieron responsables de una injusticia. Aunque una mayoría expresara, por ejemplo, que el aborto es legítimo, no por eso es verdadero y justo, pues el asesinato de un inocente e indefenso es la mayor injusticia que se puede cometer, aunque muchos lo aprobaran en una posible consulta. Pilato se lavó las manos, escudándose en el griterío de muchas personas, pero él fue responsable de una injusticia.

La Iglesia no es una democracia, pero sí una comunidad donde también se deben escuchar las voces del pueblo. Para ello tenemos varios canales de consulta en las parroquias y diócesis, y si, por ejemplo, para erigir una nueva parroquia, el obispo no consultara a su Consejo Presbiteral, su decisión sería nula jurídicamente. Sin embargo, las decisiones más transcendentes no se toman por mayoría de votos, sino por responsabilidad de quien tiene la autoridad legítima en cualquier instancia. Para ello hay estatutos, reglamentos y cánones. Como cuando un grupo, más o menos numeroso, pide y exige al obispo cambio de párroco, no por ello se debe acatar su petición, sino que el obispo, en consulta con sus asesores, debe analizar las razones de tal exigencia y proceder en conciencia. No es el voto mayoritario lo que rige la vida de la Iglesia, sino principios evangélicos superiores. El obispo, o el párroco, deben asumir su responsabilidad pastoral en las decisiones. Es el servicio desgastante de ser autoridad. No es cuestión de quedar bien con todos, ni lavarse las manos, escudándose dizque en el pueblo.

 

PENSAR

Los obispos mexicanos, en nuestro Proyecto Global Pastoral 2031+2033, expresamos: "Nuestra forma de gobierno ha ido avanzando lentamente. Una participación ciudadana cada vez más madura y organizada da señales de la toma de conciencia de que los asuntos públicos son responsabilidad de todos. Numerosos grupos sociales y ciudadanos se organizan cada vez mejor para expresar, manifestar y defender sus ideas en los más diversos campos, así como para exigir la rendición de cuentas y el respeto por sus derechos" (No. 61).

En nuestro documento Educar para una nueva sociedad (octubre de 2012), dijimos: "Las instancias gubernamentales han de programar todas sus acciones pensando prioritariamente en los ciudadanos y abriéndoles espacios de participación" (No. 68).

Ya antes, en el documento Que en Cristo, nuestra Paz, México tenga vida digna(15 febrero 2009), constatábamos que es "muy difícil el diálogo entre los actores de la vida política, quienes ante los graves problemas de México, muchas veces se encierran en posiciones irreductibles, no se escuchan, se ofenden y descalifican, niegan sistemáticamente al adversario rechazando irreflexivamente sus propuestas, con la consiguiente dificultad para lograr acuerdos viables y consensos que capitalicen la buena voluntad de la mayoría de los ciudadanos para alcanzar el bien común de toda lanación" (40).

Ante esta realidad, nos comprometimos a: "Apoyar,mediante la animación, acompañamiento y formación, la organizacióncomunitariaparaquelascomunidadesparticipenenla construcción del bien común y sean capaces de dialogar con quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones y obtener nuevos marcos normativos o legislativos o para tener acceso a la rendición de cuentas" (213 e). "Animar a las comunidades a participar en la toma de las decisiones que afectan a su vida comunitaria y a la de la nación, interviniendo en los procesos locales, regionales, nacionales; analizando sus proyectos y propuestas; identificar los niveles de toma de decisiones y los responsables políticos, para dialogar y gestionar proyectos en forma democrática, por medio de estrategias de comunicación y participación" (214 e).

 

ACTUAR

Hay muchas formas de participar en la construcción del bien común. Una de ellas es respondiendo a las consultas que se hacen. Sobre todo cuando tengan sustento legal y efecto vinculante, nuestra conciencia nos orientará para colaborar en la toma de decisiones que afecten la vida, la familia, la justicia, el desarrollo y la paz.

 

 

21/11/2018-07:21
Isabel Orellana Vilches

San Pedro Esqueda Ramírez, 22 de noviembre

«Mártir mexicano. Un ejemplo de abandono en las manos de Dios, joven sacerdote generosamente entregado a su misión, y por ello ajusticiado con saña»

Nació en San Juan de los Lagos, Jalisco, México, el 29 de abril de 1887. Sus padres Margarito Esqueda y Nicanora Ramírezignoraban que habían traído al mundo a una persona auténtica, valiente, que sería testigo de Cristo ante el mundo. Con escasos recursos económicos, la familia vivía alumbrada por la fe que recibió el muchacho, y que se ocupó de acrecentar con la gracia divina.

Por eso, la conocida expresión «estamos en manos de Dios» que frecuentemente se formula cuando la incertidumbre ante un futuro incierto hace acto de presencia, sean cuales sean las razones, no fue para él un comentario lacónico, una especie de comodín verbal sin más pretensiones, como tantas veces ocurre. Este joven intrépido y valeroso sostuvo rigurosamente esta convicción, con la hondura que encierra de absoluta confianza en la voluntad divina, en el instante más álgido de su corta existencia.

Su temprana vinculación a la parroquia como niño de coro y monaguillo despertó su vocación al sacerdocio. Su expediente académico era impecable. Responsable y aplicado en sus estudios, siempre cosechando buenas notas, hicieron de él un alumno modélico para Piedad y Pedro, dos de sus profesores y directores de los centros en los que se educó. En esa infancia enriquecida por la piedad, y saludablemente gozosa, se habituó a rezar el rosario. Erigía altares en los que simulaba estar oficiando misa, el sueño que alimentaba en su espíritu.

Tenía 15 años cuando ingresó en el seminario auxiliar de San Julián, dejando el incipiente trabajo en una zapatería, porque su padre juzgó conveniente que iniciase la carrera eclesiástica. Allí siguió mostrando sus cualidades para el estudio, que eran tan solo un matiz de las muchas que le adornaban. En el seminario permaneció recibiendo formación hasta que las autoridades federales determinaron cerrarlo en 1914. No había podido ser ordenado, pero era ya diácono, y al regresar a su ciudad natal actuó como tal en la parroquia hasta que en 1916, después de haber completado estudios en el seminario de Guadalajara, se convirtió en sacerdote. Recibió el sacramento a finales de ese año en la capilla del hospital de la Santísima Trinidad.

A continuación fue designado vicario de la parroquia en la que trabajaba. En ella permaneció hasta su muerte; once años de intensa actividad pastoral, dando lo mejor de sí. Dinamizó la vida apostólica con una excelente labor catequética que tenía como objetivo a los niños, a la par que impulsaba la asociación Cruzada Eucarística inducido por su amor a la Eucaristía, devoción que, junto a la que profesaba a la Virgen, extendió entre los fieles. De la Eucaristía extraía su fortaleza y aliento. Fue también un ángel de bondad para los pobres.

Las fuerzas gubernamentales en una feroz campaña anticlerical habían dictado orden de persecución, y las buenas gentes del pueblo intentaron convencer a Pedro para que huyese a otro lugar. Sólo aceptó refugiarse de manera provisional en algunos lugares siempre cercanos a los fieles, a quienes de ese modo seguía atendiendo pastoralmente. Los sacerdotes y religiosos que han derramado su sangre por Cristo y su Iglesia en medio de conflictos políticos fueron caritativos y se caracterizaron por la libertad evangélica. No tuvieron acepción de personas, ni militaron en bandos determinados. Arraigados en Cristo se desvivían por las necesidades de sus fieles, con independencia de sus ideologías. Así era Pedro.

Al inicio de noviembre de 1927 buscó refugio en Jalostotitlán, Jalisco. Pero regresó a San Juan llevado por su amor a los feligreses; no quiso dejarles sin asistencia. Se alojó en el hospital del Sagrado Corazón. El pueblo quería a ese sacerdote que habían visto crecer entre ellos, pero temían a las represalias de las autoridades si le daban cobijo; por eso, a veces algunas personas no le franquearon la puerta de sus moradas. Sin embargo, la gran mayoría no ocultaba su preocupación por su destino. Y las anfitrionas de una casa en la que fue acogido, le rogaron seriamente que escapara. Pero Pedro no estaba dispuesto a ello, y dando testimonio de su gran fe, decía: «Dios me trajo, en Dios confío». Este sentimiento, que reiteró ante otros vecinos, en ningún modo puede ser espontáneo cuando la vida está en peligro; estaba asentado en un corazón orante firmemente clavado en el corazón del Padre, abierto a su gracia.

Fue detenido el 18 de noviembre de ese año 1927. En un mísero y oscuro cuartucho sufrió pacientemente la fiereza de los azotes y otras crueldades que le ocasionaron la fractura de uno de sus brazos; por ello los federales no pudieron verle expirar en la hoguera, como habían previsto. Pero el tormento más doloroso fue ver profanados ante sí los objetos sagrados, destruidos los ornamentos y saqueado el archivo parroquial. Una cruel e infame tortura para un hombre de Dios, una persona inocente que lo único que perseguía era amar a Cristo y a los demás.

Las incesantes vejaciones martiriales duraron hasta el 22 de noviembre. Maniatado y lleno de heridas le obligaron a subir por sí mismo a un árbol. Allí fue tiroteado sin piedad por un alto oficial que vertió en él su torrente de ira al ver que no podía sostenerse en la pira que habían dispuesto para ajusticiarlo prendiendo fuego al árbol en cuestión. Camino de su particular calvario, envuelto en un heroico silencio, dejó su testamento de fidelidad a la catequesis y al evangelio en unos niños que se acercaron a él. Juan Pablo II lo canonizó el 21 de mayo del 2000.