De Libros

 

La grandeza de las preguntas del corazón

 

Robert Cheaib: , “En esta obra querría detenerme en la dimensión intuitiva, existencial, bíblica y contemplativa de la fe”

 

 

Jose Francisco Serrano 26/11/18 | Francisco Serrano Oceja

 

 

Robert Cheaib no es ciertamente muy conocido en España. Sin embargo, este libro, que mantiene al lector en la tensión de la interpelación y de las sugerencias permanentes, es un descubrimiento que servirá para acercarnos otras traducciones de obras suyas.

Profesor de teología en varias universidades italianas, con una notable capacidad de divulgación para la que clásicamente se ha denominado como teología fundamental, -la que dialoga con la cultura contemporánea-, tiene una interesante página web de numerosas visitas.

Su escritura se asemeja, en cierto sentido, a la de Fabrice Hadjadj y su pensamiento se nutre tanto de la hermenéutica bíblica, con profusión de análisis sobre el sentido etimológico de los términos, como de la espiritualidad judía, la filosofía contemporánea y, en no menor medida, los Padres de la Iglesia.

 

Provocador capítulo

Son estos los referentes que utiliza a la hora de hacer una meditación que tiene a Moisés como el interlocutor de ese viaje apasionado al amor de Dios, con todo el corazón –deseo-, con todo la mente –pensamiento- y con todas las fuerzas –el amor-.

Como confiesa el autor en las primeras páginas del libro, “en esta obra querría detenerme en la dimensión intuitiva, existencial, bíblica y contemplativa de la fe”. El hombre como corazón que busca sus propias razones del amor a Dios, y del amor de Dios.

Arranca el texto de un provocador capítulo sobre la muerte de Dios con Nietzsche al fondo. El silencio de Dios y el eclipse de Dios. El hombre loco de Nietzsche se encuentra inmerso en una doble búsqueda, la búsqueda de Dios y la búsqueda del hombre, porque no se había producido la muerte de Dios solo. Anunciaba también el final de su homicida.  Dice Robert Cheaib que “el hombre vale lo que la grandeza de su preguntas” y que “no es cierto que las “últimas preguntas” sean un lujo. Las peguntas últimas son el salario mínimo e indispensable para una existencia dignas del hombre”.

A partir de ahí, se plantea la cuestión del silencio de Dios, la pregunta por el mal, la pregunta por el dolor, el encuentro, la sorpresa, el deseo, la nostalgia, la acedia, la educación el deseo de Dios, el amor de Dios trascendido y trascendente, y por último, aunque también primero, el amor de Dios. Dios que se revela, al fin y al cabo el significado de la prueba de Dios.

 

Libro para creyentes

Sin lugar a dudas este es un libro para creyentes, en el que no se debe ir a buscar una teología especulativa. Lo que no quiere decir que no contenga afirmaciones teológicas y filosóficas.

Pero también este libro está destinado a increyentes, a personas inquietas, en búsqueda. A un público inmerso en ese proceso paralelo de primacía del corazón y de estética más que formal, en el que estamos inmersos.

De hecho, dentro de los momentos más impresionantes del libro, se encuentran las páginas dedicadas a los testimonios de conversión de André Frossard (1915-1919) y Olivier Clément.

Quien se ríe del hombre que busca a Dios es porque ese buscador está provocando a los ateos. “La buena noticia de la fe es una mala noticia para el hombre que no quiere comprometerse”. “El amor quiere eternidad y hace trasparente la eternidad”, ha dicho.

 

 

Más allá de la muerte de Dios. La fe ante la prueba de la duda.
Robert Cheaib
Palabra

 

 

 

pserrano@planalfa.es