Servicio diario - 28 de noviembre de 2018


 

Francisco aplaude al niño autista que subió al estrado: "Es indisciplinadamente libre"
Rosa Die Alcolea

Mandamientos: El amor de Dios "nos libera de la esclavitud de los deseos mundanos"
Rosa Die Alcolea

Audiencia general, 28 noviembre 2018 — Catequesis del Papa
Rosa Die Alcolea

'Los grandes papas': La serie de los cuatro pontífices contemporáneos
Rosa Die Alcolea

Adviento: "Reconozcamos en la Navidad el encuentro de Cristo con la humanidad"
Rosa Die Alcolea

República Dominicana: El Papa saluda a obispos y sacerdotes que celebran 40 años de sacerdocio
Rosa Die Alcolea

Dirigentes de empresa cristianos: El Papa les recuerda el "valor moral y económico del trabajo"
Rosa Die Alcolea

Los primeros bebés modificados genéticamente podrían haber nacido en China
Redacción

Mons. Felipe Arizmendi: "Confianza en la Iglesia"
Felipe Arizmendi Esquivel

Beato Bernardo Francisco Hoyos, 29 de noviembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

28/11/2018-12:21
Rosa Die Alcolea

Francisco aplaude al niño autista que subió al estrado: “Es indisciplinadamente libre”

(ZENIT – 28 nov. 2018).- Vencel, un niño autista argentino, de unos 6-7 años, ha subido durante la audiencia general –celebrada esta mañana en el Aula Pablo VI– al lugar donde estaba sentado el Papa Francisco, para tocar la mano de un miembro de la Guardia Suiza y corretear alrededor del Papa y del arzobispo Georg Gäenswein.

Ante esta escena, el Santo Padre y Mons. Gäenswein han sonreído al niño, que a pesar de los intentos de de su hermana, primero, y luego de su madre, no ha querido abandonar la tarima.

La madre del chico, al acudir a buscarlo al estrado, ha explicado al Papa que el niño tiene “algunos problemas, tiene autismo” y ha añadido “somos de Argentina”, dirigiéndose a su compatriota, el Papa Francisco. El Papa le ha respondido serenamente que lo dejara jugar allí si quería, quitándole importancia a esta interrupción.

El Pontífice ha bromeado, comentándole a Mons. Georg Gäenswein: “Es argentino, ¡es indisciplinado!”.

 

“¿Yo soy libre delante de Dios?”

Cuando el Papa ha hablado en español, como hace en cada audiencia general, para dirigirse a los peregrinos de lengua española, ha dicho: “Queridos hermanos, este chico no puede hablar, es mudo. Pero sabe comunicar, sabe expresarse. Y tiene una cosa que me hizo pensar, es libre. Indisciplinadamente libre”.

El Santo Padre ha reflexionado: “Pero es libre y me hizo pensar a mí: ¿Yo soy también libre así delante de Dios? Cuando Jesús dice que tenemos que hacernos como niños, nos dice que tenemos que tener la libertad que tiene un niño delante de su padre. No sé, creo que nos predicó a todos este chico, y pidamos la gracia de que pueda hablar”.

 

 

 

28/11/2018-11:27
Rosa Die Alcolea

Mandamientos: El amor de Dios "nos libera de la esclavitud de los deseos mundanos"

(ZENIT – 28 nov. 2018).- A través de los mandamientos, el amor de Dios invita a la “confianza” y a la “obediencia”, y “nos rescata del engaño de las idolatrías”, del “deseo de acaparar cosas” y “dominar a las personas”, buscando seguridades terrenales que en realidad “nos vacían y esclavizan”, ha recordado el Papa.

En la catequesis pronunciada esta mañana, en la audiencia general, –miércoles, 28 de noviembre de 2018–, el Santo Padre ha concluido el itinerario a través del decálogo y lo ha hecho a modo de recapitulación.

En primer lugar, ha observado que “brota en nosotros un sentimiento de gratitud a Dios, que nos ha amado primero, y se ha dado totalmente sin pedirnos nada a cambio”.

 

Hijos de Dios

“Dios nos ha hecho sus hijos, ha colmado nuestro anhelo más profundo, siendo Él nuestro descanso”, explica el Pontífice.

Como consecuencia de esto –señala Francisco–, al liberarnos de la esclavitud de los deseos mundanos, podemos recomponer nuestra relación con las personas y las cosas siendo fieles, generosos y auténticos.

Es un nuevo corazón, habitado por el Espíritu Santo, que se nos da a través de su gracia, el don de unos deseos nuevos que nos impulsa a una “vida auténtica, adulta, sincera”, ha enseñado el Santo Padre en la audiencia general.

 

Vida verdadera

La ley inscrita en el decálogo “vista desde el Espíritu nos muestra el camino que nos conduce a la vida verdadera”, ha asegurado el Papa.

Cristo da cumplimiento a la ley, porque, desde la perspectiva de la carne, el decálogo con sus prohibiciones “es una condena, un titánico esfuerzo para ser coherentes con la norma”.

Sin embargo, se trata de una “feliz simbiosis entre nuestra alegría de ser amados y el gozo de Dios que nos ama”, ha matizado el Obispo de Roma.

 

 

 

28/11/2018-13:28
Rosa Die Alcolea

Audiencia general, 28 noviembre 2018 —Catequesis del Papa

(ZENIT – 28 nov. 2018).- Esta mañana, la audiencia general se ha celebrado en el interior del Aula Pablo VI, debido a las bajas temperaturas que se perciben en Roma estos días. La audiencia ha comenzado a las 9:30 horas, cuando el Papa Francisco ha entrado a la sala saludando a los peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.

El Papa ha concluido hoy el ciclo de catequesis sobre los Diez Mandamientos, hablando del tema La ley nueva en Cristo y los deseos según el Espíritu (Pasaje bíblica: de la Carta a los Gálatas de San Pablo Apóstol, 5, 16-18, 22-23).

“Dios, como hemos visto, no pide nada antes de haber dado mucho más. Nos invita a la obediencia para rescatarnos del engaño de las idolatrías que tienen tanto poder sobre nosotros” ha anunciado el Papa.

Así, el Padre nos invita con el decálogo a un “proceso de bendición y de liberación, que es el descanso verdadero, auténtico”.

Esta vida liberada se convierte en “aceptación de nuestra historia personal”, –ha aclarado Francisco– y “nos reconcilia con lo que, desde la infancia hasta el presente, hemos vivido”, haciéndonos adultos y capaces de dar el justo peso a las realidades y las personas de nuestras vidas.

Por este camino –indica– entramos en la relación con el prójimo que, a partir del amor que Dios muestra en Jesucristo, es una llamada a la belleza de la fidelidad, la generosidad y la autenticidad.

Después de haber resumido su catequesis en diversas lenguas, el Papa ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo. Como de costumbre, la audiencia ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

RD

A continuación, ofrecemos la catequesis completa:

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Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En la catequesis de hoy, que concluye el itinerario de los Diez Mandamientos, podemos usar como tema clave el de los deseos, que nos permite volver a recorrer el camino hecho y resumir las etapas cumplidas leyendo el texto del Decálogo, siempre a la luz de la plena revelación en Cristo.

Habíamos empezado con la gratitud como la base de la relación de confianza y obediencia: Dios, como hemos visto, no pide nada antes de haber dado mucho más. Nos invita a la obediencia para rescatarnos del engaño de las idolatrías que tienen tanto poder sobre nosotros. En efecto, intentar realizarse a través de los ídolos de este mundo nos vacía y nos esclaviza, mientras que lo que nos da estatura y consistencia es la relación con Aquel que, en Cristo, nos hace hijos a partir  de su paternidad (cf. Ef. 3,14). 16).

Esto implica un proceso de bendición y de liberación, que es el descanso verdadero, auténtico. Como dice el salmo: “En Dios solo el descanso de mi alma; de él viene mi salvación” (Sal 62, 2).

Esta vida liberada se convierte en aceptación de nuestra historia personal y nos reconcilia con lo que, desde la infancia hasta el presente, hemos vivido, haciéndonos adultos y capaces de dar el justo peso a las realidades y las personas de nuestras vidas. Por este camino entramos en la relación con el prójimo que, a partir del amor que Dios muestra en Jesucristo, es una llamada a la belleza de la fidelidad, la generosidad y la autenticidad.

Pero para vivir así – o sea, en la belleza de la fidelidad, de la generosidad y de la autenticidad-necesitamos un corazón nuevo, habitado por el Espíritu Santo (cf. Ez 11,19; 36,26). Yo me pregunto: ¿cómo se produce este “trasplante” de corazón, del corazón viejo al corazón nuevo? A través del don de los nuevos deseos (cf. Rom 8: 6), que se siembran en nosotros por la gracia de Dios, especialmente a través de los Diez Mandamientos que Jesús llevó a su cumplimento, como enseña en el “sermón de la montaña” (cf., 17-48). De hecho, al contemplar la vida descrita en el Decálogo, o sea una existencia agradecida, libre, bendecidora, adulta, defensora y amante de la vida, fiel, generosa y sincera, nos encontramos ante Cristo, casi sin darnos cuenta de ello. El Decálogo es su “radiografía”, lo describe como un negativo fotográfico que deja que su rostro aparezca, como en la Sábana Santa. Y así, el Espíritu Santo fecunda nuestro corazón poniendo en él los deseos que son un don suyo, los deseos del Espíritu. Desear según el Espíritu, desear al ritmo del Espíritu, desear con la música del Espíritu.

Mirando a Cristo vemos la belleza, el bien, la verdad. Y el Espíritu genera una vida que, secundando estos deseos, activa en nosotros la esperanza, la fe y el amor.

Así descubrimos mejor lo que significa que el Señor Jesús no vino a abolir la ley sino a cumplirla, a hacer que creciera y mientras la ley según la carne era una serie de prescripciones y prohibiciones, según el Espíritu esta misma ley se convierte en vida (cf. Jn.. 6, 63, Ef. 2:15), porque ya no es una norma, sino la carne misma de Cristo, que nos ama, nos busca, nos perdona, nos consuela y en su Cuerpo recompone la comunión con el Padre, perdida por la desobediencia del pecado. Y así la negatividad literaria, la negatividad en la expresión de los mandamientos- “no robarás”, “no insultarás”, “no matarás” –ese “no” se transforma en una actitud positiva: amar, dejar sitio a los otros en mi corazón-, todos deseos que siembran positividad. Y esta es la plenitud de la ley que Jesús vino a traernos.

En Cristo, y solo en él, el Decálogo deja de ser una condena (cf. Rom 8, 1) y se convierte en la auténtica verdad de la vida humana, es decir, el deseo de amor -aquí nace un deseo de bien, de hacer el bien- deseo de gozo, deseo de paz, de magnanimidad, de benevolencia, de bondad, de fidelidad, de mansedumbre, dominio de sí mismo. De esos “noes” se pasa a este “sí”: la actitud positiva de un corazón que se abre con la fuerza del Espíritu Santo.

He aquí para lo que sirve buscar a Cristo en el Decálogo: para fecundar nuestro corazón para que esté henchido de amor y se abra a la obra de Dios. Cuando el hombre secunda el deseo de vivir según Cristo, está abriendo la puerta a la salvación que no puede sino llegar, porque Dios Padre es generoso y, como dice el Catecismo, “tiene sed de que tengamos sed de él” (No. 2560).

Si son los malos deseos los que arruinan al hombre (cf. Mt 15, 18-20), el Espíritu deposita en nuestros corazones sus santos deseos, que son la semilla de una nueva vida (cf. 1 Jn 3,9). De hecho, la nueva vida no es el esfuerzo titánico de ser coherente con una norma, sino que la vida nueva es  el mismo Espíritu de Dios que comienza a guiarnos hacia sus frutos, en una feliz sinergia entre nuestra alegría de ser amados y su alegría de amarnos. Se encuentran las dos alegrías: la alegría de Dios por amarnos y nuestra alegría de ser amados.

Esto es  lo que significa el Decálogo para nosotros, los cristianos: contemplar a Cristo para abrirnos a recibir su corazón, para recibir sus deseos, para recibir su Santo Espíritu.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

28/11/2018-18:24
Rosa Die Alcolea

`Los grandes papas': La serie de los cuatro pontífices contemporáneos

(ZENIT – 28 nov. 2018).- La historia de cuatro de las figuras más importantes en la historia del catolicismo contemporáneo llega a la televisión italiana (en el Canal Nueve), en forma de serie titulada Los grandes papas, en la que se destaca al hombre detrás de cada papa y cómo este hombre ha influido en la dirección del papado.

Esta mañana se ha presentado en Roma la serie Los grandes papas (4 episodios, de 75 minutos), una producción Discovery Italia, la Oficina de la Comunicación y Vatican Media, en colaboración con el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede.

El estreno será exclusivo en televisión el próximo jueves, 13 de diciembre de 2018, a las 21:25 horas.

La serie narra los momentos más significativos del pontificado de Bergoglio, Ratzinger, Wojtyla y Roncalli, a través de los testimonios directo de los que estaban cerca de ellos, de quienes los conocieron en eventos y situaciones oficiales, de quienes han estudiado sus pensamientos o de quienes los ven como inspiración para sus acciones.

“La historia de la vida de un pontífice no termina con la descripción de su influencia dentro de la Iglesia. Cada papa, con sus acciones, ha cambiado el curso de la historia, a menudo favoreciendo los cambios de época”, dice el comunicado emitido por el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede.

 

Testimonios

“Un viaje emocionante que a través de las vidas de 4 protagonistas de la fe, se amplía para contar nuestro presente, examinando las contradicciones importantes que han caracterizado los últimos 60 años de historia común”, señala el Dicasterio para la Comunicación.

Cada uno de los testigos involucrados relatan anécdotas vividas en primera persona y se refiere a momentos íntimos que trazan un retrato inesperado de estos hombres, aprovechando su parábola humana y espiritual.

Entre ellos también Claudio Baglioni (entrevistado en Bergoglio); Lino Banfi (entrevistado en Ratzinger); Giorgio Pasotti (entrevistado en Wojtyla) y Carlo Verdone (entrevistado en Roncalli).

 

Francisco – Bergoglio, el papa de la revolución

La serie comienza con la historia de la vida del Papa Bergoglio en el documental Francisco – Bergoglio, el papa de la revolución (jueves 13 diciembre, a las 21:25 horas). El papa de la informalidad, independientemente de los protocolos de seguridad, el papa que va a una tienda romana a comprar zapatos y que lleva su bolsa para viajar en avión en la mano; pero también el pontífice propuso reformas en las estructuras económicas de la Santa Sede al cerrar 5.000 cuentas del IOR; el pontífice que dijo: “¿Quién soy yo para juzgar a un homosexual que busca a Dios?”.

 

Benedicto XVI – Ratzinger, el papa de la renuncia

Continúa con Benedicto XVI – Ratzinger, el papa de la renuncia (jueves 20 de diciembre, a las 21:25 horas). El papa con una dulzura oculta, el papa que en Madrid, en la vigilia que precede a la Jornada Mundial de la Juventud, permanece bajo una tormenta solo para permanecer en la multitud de jóvenes que lo han recibido, el Papa que encuentra en la música un camino a Dios, pero también el pontífice que es respetuoso y descalzo visitando la Mezquita Azul en Estambul. El pontífice que, ante los muchos desafíos de su pontificado, reaccionó con una humildad fuera de lo común y que también será recordado por la decisión sin precedentes de renunciar a su papel, renunciando en 2013.

 

Juan Pablo II – Woytjla, el atleta de Dios

Luego es el turno de Juan Pablo II – Woytjla, el atleta de Dios (jueves 27 de diciembre, a las 9:25 pm). El papa forjado a partir de la relación con la montaña, el joven papa acogido por multitudes de jóvenes de todo el mundo, el papa que hizo de los viajes una misión. También el pontífice que visita la Casa Blanca por primera vez, el que solo inspira la revolución polaca con su presencia en el trono, que agrieta al bloque soviético. Elegido con el objetivo de transportar a la Iglesia en el tercer milenio, se puede considerar legítimamente a Juan Pablo II como el papa de la paz, cuya vida se dedicó a un intento de lograr una armonía entre las diferentes orientaciones de la fe, cristiana y de otro tipo.

 

Juan XXIII – Roncalli, el papa bueno

Se cierra con Juan XXIII – Roncalli, el papa bueno (jueves 3 de enero, a las 9:25 pm). Testigo de ambos conflictos mundiales antes de convertirse en papa, Roncalli redimió una infancia campesina a través del estudio y el compromiso; viajó a Europa, conociendo el mundo ortodoxo y musulmán, los salones parisinos y los pobres ambientes venecianos. Es el papa del Concilio Vaticano II, un evento capaz de trasladar a la Iglesia católica al mundo de la modernidad, y su marcado sentido de la humanidad le valió la denominación del “papa bueno”, un ejemplo para todos sus sucesores pontífices.

 

 

 

28/11/2018-16:19
Rosa Die Alcolea

Adviento: "Reconozcamos en la Navidad el encuentro de Cristo con la humanidad"

(ZENIT — 28 nov. 2018).- "Preparemos nuestros corazones para recibir a Jesús el Salvador; reconozcamos en la Navidad el encuentro de Cristo con la humanidad" ha invitado el Papa Francisco a los jóvenes, ancianos, enfermos y recién casados, en la audiencia general.

El próximo domingo —2 de diciembre de 2018— comenzaremos el tiempo litúrgico de Adviento, ha dicho el Santo Padre esta mañana, 28 de noviembre de 2018, en la audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI.

Dirigiéndose especialmente a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados presentes en la audiencia general, el Pontífice ha exhortado a preparar nuestros corazones "para recibir a Jesús el Salvador" en Navidad.

Así, ha pedido de manera particular tener presentes a las personas que "viven todavía al margen de la sociedad, en medio de la necesidad y del sufrimiento y de tantas guerras".

 

 

28/11/2018-16:42
Rosa Die Alcolea

República Dominicana: El Papa saluda a obispos y sacerdotes que celebran 40 años de sacerdocio

(ZENIT – 28 nov. 2018).- El Santo Padre ha saludado de manera particular a un grupo de Obispos y sacerdotes de la República Dominicana, que han celebrado sus cuarenta años de sacerdocio participando en la audiencia general, este miércoles, 28 de noviembre de 2018.

“Animo a todos a descubrir a Cristo en el decálogo, a dejar que nuestro corazón, pleno de amor, se abra a su acción y podamos acoger así el deseo de vivir la vida que él nos propone”.

De este modo, el Papa ha pronunciado unas palabras en español al resumir la catequesis, dirigiéndose a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina, improvisando un saludo a un grupo de jóvenes mexicanos “que veo ahí” ha dicho.

 

 

 

28/11/2018-17:47
Rosa Die Alcolea

Dirigentes de empresa cristianos: El Papa les recuerda el "valor moral y económico del trabajo"

(ZENIT — 28 nov. 2018).- "Nunca debemos perder de vista el valor moral y económico del trabajo, que es nuestro medio de cooperar con Dios en una 'creación continua'.

Estas son algunas palabras del Mensaje que el Papa Francisco envío a los participantes en el XXVI Congreso Mundial de la Unión Cristiana Internacional de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC), celebrado en Lisboa del 22 al 24 de noviembre de 2018, y dedicado al tema: Business as a Noble Vocation.

Esta perspectiva del trabajo —contunió el Papa— impulsa la venida del reino de Dios mediante la "promoción de la justicia" y la "caridad social", y el "respeto" de las dos dimensiones, "individual y social", de la persona humana.

El mensaje del Santo Padre fue leído en la apertura de los trabajo por Mons. Bruno Marie Duffé, Secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

En su carta a los empresarios cristianos, el Papa les recuerda tres principios rectores presentes en el Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia: la centralidad de las personas individuales, con sus capacidades, sus aspiraciones y sus problemas y dificultades; la búsqueda de resultados siempre guiados por la regla del bien común; y el valor moral y económico del trabajo.

La fidelidad a vuestra vocación y misión —indica el Pontífice en el texto— requiere que se mantenga un "delicado equilibrio" entre el "abrazo" de una "innovación y una producción cada vez más competitivas", y la perspectiva de un "progreso dentro del horizonte más vasto del bien común, de la dignidad humana y del justo empleo de los recursos naturales" confiado a nuestros cuidados.

RD

Sigue el texto completo del Mensaje del Santo Padre a los dirigentes cristianos de empresa:

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Mensaje del Santo Padre

Señoras y señores:

Un cordial saludo a todos vosotros, ejecutivos de negocios y líderes de la vida económica, reunidos en el 26° Congreso Mundial de UNIAPAC, cuyo tema es Business as a Noble Vocation (Los negocios como una vocación noble). Desde su origen, hace casi ocho décadas, vuestra federación ha tratado de traducir en términos económicos y financieros los principios y directrices de la doctrina social cristiana a la luz de los tiempos cambiantes.

El contexto actual de la globalización de la actividad económica y del intercambio ha afectado profundamente las perspectivas, los objetivos y las formas de hacer negocios. Vuestra decisión de reflexionar sobre la vocación y misión de los líderes económicos y empresariales es, por lo tanto, más esencial y necesaria que nunca. En efecto, con "la intensificación de ritmos de vida y de trabajo... los objetivos de ese cambio veloz y constante no necesariamente se orientan al bien común y a un desarrollo humano, sostenible e integral", e incluso pueden causar el "deterioro del mundo y de la calidad de vida de gran parte de la humanidad" (Laudato Si `, 18).

En medio de esos cambios tan complejos, la fidelidad a vuestra vocación y misión requiere que se mantenga un delicado equilibrio entre el abrazo de una innovación y una producción cada vez más competitivas, y la perspectiva de un progreso dentro del horizonte más vasto del bien común, de la dignidad humana y del justo empleo de los recursos naturales confiado a nuestros cuidados. En vuestra vida profesional, a menudo os encontráis con situaciones en las que hay tirantez entre estos valores y, en consecuencia, debéis tomar decisiones prácticas importantes concernientes a la inversión y a la gestión. Aquí puede resultar útil recordar tres principios rectores presentes en el Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia.

El primero es la centralidad de las personas individuales, con sus capacidades, sus aspiraciones y sus problemas y dificultades. La Iglesia siempre se las ha arreglado para hacer grandes cosas con escasos recursos, como un recordatorio de que los resultados son de Dios y no de los hombres (cf. 2 Cor. 4: 7). Cuando una empresa se convierte en una "familia", en la que la dirigencia se preocupa porque las condiciones de trabajo estén siempre al servicio de la comunidad, los trabajadores a su vez se convierten en una "fuente de enriquecimiento". Se les alienta a poner sus talentos y habilidades al servicio del bien común, sabiendo que su dignidad y circunstancias son respetadas y no simplemente explotadas.

Al ejercer este discernimiento económico, los resultados que se quieren lograr deben siempre guiarse por la regla del bien común. Este principio fundamental del pensamiento social cristiano ilumina y, como una brújula, guía la responsabilidad social de las empresas, su investigación y tecnología, y sus servicios de control de calidad, hacia la construcción de una sociedad más humana y fraterna que pueda " volver más accesibles para todos los bienes de este mundo."(Evangelii Gaudium, 203). El principio del bien común señala el camino hacia un crecimiento equitativo en el que "decisiones, programas, mecanismos y procesos (estén) específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo."(ibíd., 204). De esta manera, el horizonte puede ampliarse para abarcar el mundo entero y fomentar una nueva mentalidad política y económica abierta a valores más altos (cf. ibíd., 205). La vocación de los líderes empresariales se convertirá en "un noble compromiso" en la medida en que esté abierta a ser interpelada "por un sentido más amplio de la vida" (ibíd., 203).

Por último, nunca debemos perder de vista el valor moral y económico del trabajo, que es nuestro medio de cooperar con Dios en una "creación continua", que impulsa la venida del reino de Dios mediante la promoción de la justicia y la caridad social, y el respeto de las dos dimensiones, individual y social, de la persona humana. La noble vocación de los líderes empresariales será evidente en la medida en que toda actividad humana se convierta en testimonio de esperanza en el futuro y en incentivo para una mayor responsabilidad e interés social a través del uso sabio, por parte de cada persona, de sus talentos y habilidades. Como la primera comunidad de los apóstoles, que fueron elegidos para acompañar a Jesús en su camino, vosotros también estáis llamados, como ejecutivos cristianos y líderes de negocios, a emprender un camino de conversión y testimonio ante el Señor, permitiéndole inspirar y guiar el crecimiento de nuestro orden social contemporáneo.

Con mis mejores deseos y oraciones por la fecundidad de vuestras deliberaciones, pido a María, Madre de la Iglesia, que os sostenga con esperanza y dócil apertura al Espíritu, para que podáis ser un instrumento eficaz del Señor que constantemente "hace nuevas todas las cosas" (Ap. 21: 5). Al impartiros mi bendición, os pido, por favor, que os acordéis de rezar por mí.

Del Vaticano, 22 de noviembre de 2018.

 

 

28/11/2018-17:18
Redacción

Los primeros bebés modificados genéticamente podrían haber nacido en China

(ZENIT – 28 nov. 2018).- Múltiples medios de comunicación se han hecho eco de la noticia: científicos chinos producen por primera vez bebés modificados genéticamente (Ver más). Según afirma He Jiankui, científico chino responsable de este hecho, su equipo ha conseguido obtener los primeros bebés modificados genéticamente desde su estado embrionario.

Se trata de dos gemelas, Lulu y Nana, obtenidas por fecundación in vitro, cuyo genoma fue modificado tras la fecundación con la herramienta de edición genética CRISPR. El objetivo era hacer a las niñas resistentes al SIDA, puesto que su padre es portador del virus causante de esta enfermedad.

De momento, este caso no ha sido recogido en forma de artículo científico en ninguna revista, pero el genetista chino ha hecho el anuncio a través de un vídeo en Youtube. No obstante, las críticas por parte de la comunidad científica, no se han hecho esperar, con numerosas declaraciones por parte de científicos y bioeticistas de gran relevancia calificando los hechos de precipitados, irresponsables y contrarios a la ética, cuanto menos.

 

Edición genética germinal

Ciertamente, desde el punto de vista ético, y también científico, el nacimiento de estas niñas supone un gran impacto, ya que sería la primera vez que la edición genética germinal (en gametos o embriones tempranos) da lugar al nacimiento de seres humanos.

Cabe mencionar aquí la diferencia entre la edición genética somática y la edición genética germinal. En la primera, se modifica el genoma en individuos que ya han alcanzado un cierto grado de desarrollo, normalmente ya nacidos, aunque también puede realizarse en fetos intraútero. Esto impedirá que las modificaciones genéticas sean transmisibles a la descendencia o que se puedan producir aberraciones genéticas que trunquen o afecten gravemente el desarrollo del organismo.

La edición genética germinal, por el contrario, implica que los cambios realizados pasarán de generación en generación, y conlleva serios riesgos de seguridad, ya que la acción de CRISPR todavía no está del todo bien controlada (ver AQUÍ) y nuestro conocimiento del genoma es limitado (ver AQUÍ).

Asimismo, abre la puerta a la producción de los llamados “bebés de diseño”, en los que las modificaciones no se realizarían para curar una enfermedad, sino para obtener distintas “mejoras” en el bebé. Las implicaciones éticas de esta segunda posibilidad son, por tanto, de enorme gravedad. Por ello las experiencias de Jiankui han sido tan criticadas. Además, el caso de las gemelas se enmarcaría en el ámbito de la mejora, pues no padecían la enfermedad, de manera que lo que se ha hecho no es curarlas, sino dotarlas de un rasgo genético preventivo, lo que plantea inconvenientes éticos adicionales.

 

Modificación del genoma de embriones humanos no viables

Por último, señalar que la edición genética de seres humanos lleva produciéndose más de tres años, desde que en abril de 2015 científicos, también chinos, anunciaran haber modificado el genoma de embriones humanos no viables (ver AQUÍ). Aunque en un principio estas experiencias también fueron ampliamente cuestionadas, pronto otros países se sumaron a estas investigaciones (como Inglaterra , o Estados Unidos), y ya no solo utilizando embriones inviables, sino también embriones sanos, perfectamente viables, que son destruidos intencionadamente a los pocos días tras la modificación de su genoma. Algunos son embriones sobrantes de tratamientos de fecundación in vitro, mientras que otros son producidos expresamente como sujetos de investigación  (ver más).

Por ello, lo ocurrido en China era de esperar, ya que constituye el siguiente paso lógico, aunque ciertamente es precipitado desde el punto de vista médico.

 

Nuestra valoración bioética

A nuestro juicio, el uso y destrucción de embriones humanos en investigación es moralmente inaceptable (ver estatuto biológico del embrión humano y estatuto antropológico). Si la edición genética germinal podría algún día ser segura basándonos solo en estudios con animales es algo incierto, pero ello no justifica el sacrificio de vidas humanas con este fin, máxime teniendo en cuenta que la modificación genética germinal no responde a las necesidades médicas de pacientes existentes, sino al deseo de los padres de concebir hijos, como mínimo, perfectamente sanos. Si bien este deseo es legítimo, los medios no se justifican por el fin, sino que deben ser justificados en sí mismos.

En conclusión, no existen las necesarias evidencias de seguridad para justificar el desarrollo de estas experiencias. No obstante, el avance técnico en este campo no debe sustentarse en la experimentación con embriones humanos, sino en modelos animales, aunque no existen garantías de que pueda alcanzarse un grado de seguridad suficiente en el futuro. Por otra parte, al margen de las cuestiones de seguridad, aparece el problema de la distinción entre terapia y mejora, abriéndose la puerta a la producción de bebés de diseño. Por último, es esta una práctica por el momento ineludiblemente asociada a la fecundación in vitro.

La puesta en marcha de intervenciones sobre el genoma humano embrionario que implican proyectos de mejora, diseño o selección, pueden ser un paso más para el desarrollo de los proyectos trans y posthumanista, que constituyen, a nuestro juicio, el mayor ataque a la persona humana en este siglo XXI.

 

 

 

28/11/2018-13:42
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Felipe Arizmendi: "Confianza en la Iglesia"

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

Pareciera que ha decaído mucho la confianza en nuestra Iglesia, sobre todo por los variados casos de pederastia clerical, por las fallas morales, por las divisiones internas, por los malos manejos económicos, por el mal trato que a veces reciben los fieles. Hay quienes se consideran católicos, pero despotrican contra su Madre la Iglesia, fijándose sólo en nuestras deficiencias, que son reales.

Un sacerdote que dejó el ministerio tiene tal inquina contra su arzobispo, que pareciera que no descansará hasta verlo refundido en la cárcel, o en el desprestigio total. Eso no es anhelo de justicia y de verdad, sino odio y mal corazón, indigno de un cristiano.

A pesar de esto, que es escandaloso, la confianza en la institución eclesial se mantiene entre las más altas, porque la sostiene Jesucristo y porque hay muchos ministros santos, que deshilachan su vida en el servicio a la comunidad.

Una empresa especializada en encuestas, Consulta Mitofsky, muy seria y confiable, acaba de publicar los resultados de su investigación en ambientes rurales, urbanos y universitarios, entre jóvenes y adultos, hombres y mujeres, sobre confianza del pueblo en 18 instituciones, comparando los datos de 2008 a 2018, con una escala de calificación del O al 10.

Las tres que gozan de la confianza más alta somos: Las universidades (7.4), la Iglesia (7.2) y el Ejército (7.0). Cierto que no llegamos a 8 de calificación, menos a 9 ó 10, pues, además de nuestras fallas, el sentimiento antisistémico y antiinstitucional es ya casi una cultura global. El que nosotros alcancemos sólo un 7.2, nos debe forzar a un proceso de conversión permanente.

En el polo más bajo de confianza, están la Policía (5.5), los Sindicatos (5.4), los Senadores (5.3), la Presidencia de la República (5.1), los Diputados (5.1) y los Partidos Políticos (5.1). ¡Y éstos son los que tienen más poder, y los que se consideran a sí mismos como los líderes que nos van a sacar adelante! Son resultados de octubre reciente, cuando ya ha empezado el cambio de régimen.

Las instituciones que gozan de una confianza media son: medios de comunicación (6.9), estaciones de radio (6.9), Comisión Nacional de Derechos Humanos (6.7), Instituto Nacional Electoral (6.5), empresarios (6.4), bancos (6.3), canales de televisión (6.3) y Suprema Corte de Justicia de la Nación (6.1). Esta última cifra es muy indicativa y preocupante. ¿Cómo es que la Suprema Corte goza de tan poca confianza, si sus ministros son la última palabra que define la marcha del país?

 

PENSAR

La encuesta habla de la Iglesia, y entre nosotros este término se refiere a la Católica. Y por Iglesia, muchos siguen entendiendo a obispos y sacerdotes, siendo que el término abarca a todos los fieles. Por ello, es interesante lo que los obispos mexicanos, en nuestro Proyecto Global Pastoral 2031+2033, expresamos: "Vemos con gratitud a Dios que su pueblo valora la persona y el trabajo de los presbíteros, que en la riqueza ministerial de toda la comunidad cristiana, son los principales colaboradores del obispo en su misión de enseñar, santificar y guiar a la Iglesia. Son muchos los testimonios de presbíteros que lejos de los reflectores ejercen de manera callada, generosa y fiel su ministerio, muchas veces opacados por los escándalos provocados por los mismos ministros que se apartan de su verdadera misión. A lo largo de la historia de nuestros pueblos han sido fundamentales para su progreso la presencia y la acción de los presbíteros, muchos de ellos dejando y marcando de manera indeleble su vida, en campos como la cultura, el desarrollo humano, el deporte, etc., pero de manera especial en el conocimiento y vivencia de su fe" (No. 70).

 

ACTUAR

Sintámonos legítimamente contentos y casi orgullosos por la alta confianza que el pueblo mexicano tiene a su Iglesia, a pesar de todo. Los ministros, sigamos esforzándonos por ser buenos pastores, al estilo de Jesús, servidores humildes y sacrificados por la comunidad, fieles a nuestros compromisos hechos en la ordenación. Y los fieles, ayúdennos con su oración, su consejo y su corrección fraterna, cuando la mundanidad se nos pegue. Ustedes también, que son Iglesia, procuren ser santos en la vida diaria, en el amor y la justicia.

Consultar el estudio de confianza

 

 

28/11/2018-07:26
Isabel Orellana Vilches

Beato Bernardo Francisco Hoyos, 29 de noviembre

«Joven jesuita español. Su breve existencia se caracterizó por una intensa vida mística. Fue agraciado con numerosos favores sobrenaturales. Es el impulsor del culto al Sagrado Corazón de Jesús que extendió en España y América»

Este místico nació el 20 de agosto de 1711 en Torrelobatón, Valladolid. Y en esta región española situada en el corazón de Castilla discurrió su breve existencia. Cuando el jesuita Juan de Loyola publicó su biografía en 1735, emergió con luz propia la intensísima experiencia de amor al Sagrado Corazón de Jesús que había jalonado su vida. No obstante, en esa fecha ya era sobradamente conocido por haber extendido esta devoción en España y en América, secundando en esta acción a la que venían realizando en Francia los santos Margarita María de Alacoque, y su director espiritual, Claudio de la Colombiére.

Tuvo la fortuna de contar con unos padres piadosos que le legaron el preciado patrimonio de su fe, le pusieron bajo el amparo de san Francisco Javier y le alentaron en su vocación religiosa. Desde los 9 años y hasta su temprana muerte siempre estuvo con los jesuitas. Con ellos estudió en varias localidades vallisoletanas y se integró en la Compañía a los 14 años, época en la que ya experimentaba favores celestiales. Éste fue uno de los rasgos preponderantes de su existencia, agraciada con una profunda y singular vida interior que recuerda a la de los grandes místicos como Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Una de esas personas cuyo acontecer no parece encerrar grandes misterios, sencilla, inocente, devota de la Virgen María, diligente en la obediencia, dócil a las indicaciones recibidas, con los brazos tendidos siempre a Dios en espíritu de ofrenda, guiado por el santo temor que le precavía de cualquier falta que pudiera ofenderle. Un apóstol que se afligía por las almas que vivían alejadas del amor divino y por las que estaba dispuesto a entregarse: «Se me parte el corazón de dolor, cuando considero hay quien ofenda a mi Dios; y diera mil vidas para sacar una alma de pecado».

El maligno intentó por distintas vías socavar su bondad, y al joven no le faltaron sus zarpazos externos e internos. Atentados contra su vida espiritual a mansalva y agresiones físicas. Quería sembrar en su ánimo la duda haciéndole creer en su impiedad: «¿Dónde va el deshonesto, el soberbio, el blasfemo? Apártese, que, si llega, será luego confundido en el profundo del infierno». Confiaba a su director espiritual el inmenso sufrimiento en el que vivía: «Esta carta va regada con lágrimas que brotan de mis ojos; y me parece que soy la criatura más infeliz que de mujeres ha nacido». Pero era un elegido de Dios y, con su gracia, lo superó todo. Tenía muy presente esta máxima de Santa Teresa: «Sólo se puede seguir o que Dios sea alabado o yo despreciado: de todo me consuelo».

En su biografía hallamos claramente expresado el instante concreto que marcó lo que iba a ser su misión en honor del Sagrado Corazón de Jesús. No cabe tomar como coincidencia sino como algo providencial lo que le sucedió a los 21 años mientras cursaba teología en Valladolid. Y así lo reconoció él mismo más tarde. Un amigo sacerdote y profesor, algo mayor que él, le pidió el favor de que tomase de la biblioteca el texto «De cultu Sacratissimi Cordis lesu», escrito por el padre José de Gallifet, y copiase algunos fragmentos que precisaba para preparar un sermón que tenía encomendado. La lectura de esta obra dedicada a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, y de la que Bernardo no tenía noción alguna, le produjo una conmoción interior inenarrable. En ese mismo momento hizo ofrenda de su vida ante el Sagrario prometiendo que se dedicaría por entero a extender este culto. Al día siguiente a través de una locución divina supo que era elegido para esta misión: «Yo, envuelto en confusión renové la oferta del día antes, aunque quedé algo turbado, viendo la improporción del instrumento y no ver medio para ello».Esa misma jornada durante la oración vivió otro hecho singular. Se le mostró el Sagrado Corazón «todo abrasado en amor, y condolido de lo poco que se le ama. Repitióme la elección que había hecho de este su indigno siervo para adelantar su culto, y sosegó aquel generillo de turbación que dije, dándome a entender que yo dejase obrar a su providencia, que ella me guiaría...». En otra visión el arcángel san Miguel le aseguró su asistencia para llevar a cabo esta misión.

Hacia los 19 años su ascenso espiritual había sido coronado con el «desposorio místico».Los favores sobrenaturales se sucedían unidos a la experiencia de la purificación. En ella se incluía la aludida insidia del maligno, y sus mezquinos intentos de engañarle mediante falsas locuciones y apariciones. Entre tanto, promovía una intensa cruzada a favor del Sagrado Corazón de Jesús en la que implicó a religiosos, comenzando por su propia comunidad. Dirigió cartas a prelados y miembros de la realeza, imprimió estampas, y logró que el pontífice señalara esta fiesta para España. En una de las locuciones Cristo le había asegurado que reinaría en «España, y con más veneración que en otras muchas partes». Hay que decir que el arzobispo de Burgos le apoyó en esta misión desde un primer momento, y ello propició el florecimiento de congregaciones del Corazón de Jesús y la realización de numerosas novenas que acrecentaban la veneración de las gentes.

A través de los jesuitas que se hallaban en América también allí llegaron los ecos de esta cruzada emprendida por Bernardo y de la que únicamente pudo apartarle su muerte. Ésta se produjo en Valladolid el 29 de noviembre de 1735 como consecuencia del tifus. Tenía 24 años y había sido ordenado sacerdote en enero de ese mismo año. Fue beatificado en Valladolid el 18 de abril de 2010.