Crónica de Roma

 

Francisco aborda el rol de la mujer en la Iglesia y los candidatos al sacerdocio homosexuales

 

No es la primera vez que la Iglesia dice claramente no a las personas con atracción al mismo sexo que opten a la vida sacerdotal y religiosa

 

 

03/12/1 | Mercedes de la Torre


 

 

Este 3 de diciembre se publica “La fuerza de la vocación” y sería equivocado reducir el libro a solo la cuestión de los candidatos homosexuales a la vida religiosa.

Tras el reciente Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes y el discernimiento vocacional, el Papa Francisco narra su propia llamada en el libro “La fuerza de la vocación” que aborda con claridad aspectos de la vida consagrada, como la mujer en la Iglesia y los candidatos homosexuales.

El volumen es fruto de un diálogo con al misionero claretiano Fernando Prado de casi cuatro horas en el que el Papa califica el camino de renovación postconciliar como “lento, fecundo y desordenado”.

Según la anticipación presentada por el diario italiano Avvenire, una de las denuncias más fuertes de Francisco es precisamente el rol de la mujer en la Iglesia, de las religiosas en particular, “en el imaginario colectivo las religiosas frecuentemente han sido consideradas injustamente de segundo nivel, a veces, han sido utilizadas como siervas”. Cuestión que recordarán fue muy polémica cuando el suplemento femenino de L’Osservatore Romano denunció esta misma cuestión.

Sobre esta cuestión, Religión Confidencial ha sabido que en un par de números, el mismo suplemento 'Mujeres, Iglesia y Mundo' cuestionará el por qué las mujeres no pueden predicar durante las Celebraciones Eucarísticas.

Por otro lado, uno de los temas que más han dado de que hablar han sido precisamente los relacionados con los criterios de selección de la vida religiosa. “No se pueden admitir personas que no sean adaptas o personas con problemas bastantes serios que crean encontrar apoyo a sus problemas en la vida consagrada”. Distintas cuestiones psicológicas que piden prudencia, no solo en la evaluación inicial, sino también en la formación posterior.

 

No a los homosexuales

Ha llamado la atención cómo se ha hecho alboroto sobre las palabras claras ante la admisión de candidatos al ministerio sacerdotal o la vida consagrada de personas homosexuales. Sin embargo, se sabe bien que este criterio no es nuevo. Estos conceptos se encuentran en diversos documentos de la Iglesia.

El más reciente fue publicado el 8 de diciembre de 2016 (PDF) “El don de la vocación presbiterial. Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis”, publicado por la Congregación para el Clero.

En tal texto se lee claramente que la Iglesia “no puede admitir al Seminario a las órdenes sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay”.

Previamente, en el 2005 la Congregación para la Educación Católica había publicado una instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al Seminario y a las órdenes sagradas.

En este documento se pide a los aspirantes a sacerdotes con orientación homosexual a no mentir a sus superiores y afirma que “sería gravemente deshonesto que el candidato ocultara la propia homosexualidad para acceder, a pesar de todo, a la Ordenación. Disposición tan falta de rectitud no corresponde al espíritu de verdad, de lealtad y de disponibilidad que debe caracterizar la personalidad de quien cree que ha sido llamado a servir a Cristo y a su Iglesia en el ministerio sacerdotal”.

Por este motivo, los expertos afirman que las recientes falsas acusaciones de homofobia al Pontificado actual carecen de fundamento porque estos principios eclesiales no son nuevos, pretender que no existieran, sería absurdo.

 

Hasta la próxima Crónica de Roma.

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