De Libros

 

Las memorias del cardenal Scola

 

La aportación más significativa del libro es la libertad de juicio con la que el purpurado habla sobre su vida y la historia presente de la Iglesia

 

 

Jose Francisco Serrano 28/01/19 | Francisco Serrano Oceja


 

 

El cardenal Angelo Scola no necesita mucha presentación. Su nombre está ligado a Comunión y Liberación, al Pontificio Instituto Juan Pablo II para el matrimonio y la Familia, a la Pontifica Universidad Lateranense, a las diócesis de Venecia y de Milán, a la historia contemporánea de la Iglesia, por tanto.

Su nombre también está unido a los de Luigi Giussani, Von Balthasar, Ratzinger-Benedicto XVI, Corecco, Juan Pablo II, Ruini, etc.

Se dice que fue el contrincante del cardenal Bergoglio en el último Cónclave. Especie que, como señala en este libro, le ha acarreado una cierta marginación eclesial al considerarle el cardenal nostálgico de los papas precedentes, el candidato del pasado.

Ahora, la editorial Encuentro publica, al fin, en español sus memorias escritas en forma de diálogo con el conocido periodista italiano Luigi Geninazzi.

 

Etapas de su vida

Un libro en el que va recorriendo las etapas de la vida del cardenal Scola, desde sus orígenes familiares –su padre de ideas socialistas-, sus estudios, el encuentro con don Giussani y los suyos, la Gioventù Studantesca, Comunión y Liberación posteriormente, los años que estuvo desterrado de la diócesis de Milán, los episodios duros de incomprensión eclesial, los estudios en Friburgo, sus relaciones con los grandes teólogos de esa época, la fundación de la revista Communio, la situación eclesial italiana anterior y posterior a Juan Pablo II, su nombramiento como obispo de Grosseto, la Lateranense, y así hasta los días actuales de la Iglesia del Papa Francisco.

La aportación más significativa del libro es la libertad de juicio con la que el cardenal Scola habla no solo sobre su vida sino sobre la historia presente de la Iglesia. El cardenal Scola dice que ha apostado por la libertad, un tema por cierto del que echa en falta más reflexión en el actual momento, a la hora de hablar y de reflexionar sobre su pasado y sobre las corrientes profundas de la vida de la Iglesia.

Con este libro la figura del cardenal Scola se engrandece, incluso cuando reconoce sus equivocaciones, y sobre todo cuando se refiere a cuestiones disputadas actuales, como por ejemplo, la del encuentro con los alejados, la dimensión social del pontificado o lo referido a la “Amoris laetitia” desde su pensamiento acerca de las relaciones entre eucaristía y matrimonio en perspectiva de la cuestión del acceso a la eucaristía de los divorciados y vueltos a casar.

A lo largo de estas páginas nos encontramos también con unos papas contemporáneos quizá inéditos para el gran público. Este libro ayuda a percibir la magnitud del pontificado de Juan Pablo II y la singularidad del de Benedicto XVI. Son dos horizontes que contribuyen, si cabe, a introducirnos en la singularidad del pontificado del Papa Francisco, del que el cardenal Scola habla con auténtica libertad, agradeciendo al Señor ese “benéfico puñetazo que el Espíritu Santo nos ha dado para despertarnos” y destacando el valor de las características singulares del Papa actual al que demuestra un profundo afecto.

Esa libertad de la que hace gala el cardenal Scola se palpa también a la hora de afrontar otros temas no fáciles. Como por ejemplo, la historia reciente de Comunión y liberación y sus problemas internos, el papel de los medios de comunicación y su influencia en la Iglesia, o cuando recuerda lo que él hizo en Venecia y Milán. De ahí que sorprenda que hable sobre lo que ha ocurrido con su gran proyecto educativo del Marcianum o sobre esa magnífica iniciativa que puso en marcha con el alcalde siempre genial Cacciari de los “Diálogos de la vida buena” o de sus relaciones con el cardenal Martini.

Esa libertad se convierte, por tanto, a lo largo del libro también en crítica y autocrítica. Este texto debe ser leído con el detenimiento que supone toparse con algunas muletillas, al final de la argumentación en determinadas respuestas, que dan mucho juego, y que nacen de una experiencia de humanidad y de fe que se ha sabido formular de forma pedagógica para que el lector reflexione sobre ellas.

Un caso. Cuando habla de los escándalos financieros del IOR en época de Benedicto XVI –del que señala que muy pronto se ha olvidado su magisterio-, comentando sobre las finanzas en la Iglesia, afirma que “la Iglesia, desde el punto de vista de la gestión financiera, sigue siendo una especie de gran centro parroquial en el que se echa una mano, a menudo gratuitamente, pero en le que falta todavía una competencia adecuada. Y cuanto más grande es el centro parroquial, más se cuelan fanfarrones expertos y aventureros que navegan por las aguas de nuestra ingenuidad”.

Serían muchos los párrafos que tendría que reproducir en esta reseña para demostrar al lector que estas memorias del cardenal Scola son oportunas para serenar ánimos, para clarificar estados de opinión, para colocar determinadas ideas que circulan en el imaginario eclesial en su sitio y para profundizar en la piedad y en la necesaria formación personal.

Muestra de ello son unas páginas preciosas dedicadas a los problemas contemporáneos que afectan a la antropología, a las cuestiones relacionadas con las migraciones o las relaciones con el Islam, o las de la eucaristía, o la oración. Un libro, por tanto, necesario, de un cardenal que rompe un cierto silencio sobre determinados temas. Un silencio que se nos hacía, a sus lectores habituales, algo pesado.

 

 

 

 

 

 

He apostado por la libertad
Angelo Scola y Luigi Geninazzi
Encuentro

 

 

pserrano@planalfa.es