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Mons. Fernando Chica: «Falta voluntad para erradicar el hambre en el mundo»

 

El Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, explica qué relevancia tendrá la presencia del Santo Padre en la apertura de la 42° sesión del Consejo de los Gobernadores del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), en medio de un panorama social donde la noticia del hambre en el mundo ya no llama la atención.

 

 

12 febrero 2019, 18:47 | Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano


 

 

El próximo 14 de febrero, el Papa Francisco participará en la ceremonia de apertura de la 42° sesión del Consejo de los Gobernadores del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), organismo especial de las Naciones Unidas en Roma, cuyo mandato consiste en ayudar a las mujeres y los hombres de las zonas rurales, mejorar su seguridad alimentaria y la calidad de los alimentos; con el fin de aumentar sus ingresos y su capacidad de resistencia.

El FIDA se concentra sobre todo en la población con ingresos más humildes como los pequeños campesinos, pescadores y ganaderos así como los trabajadores sin tierra y los indígenas. Sus programas buscan mejorar el acceso a las prestaciones financieras, los mercados, las tecnologías, la tierra y otros recursos naturales; ya que otorga créditos muy favorables a quienes cuentan con escasas fuentes económicas.

En este contexto, Vatican News entrevistó a Mons. Fernando Chica Arellano, Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, quien explica qué relevancia tendrá la presencia del Santo Padre ante este Consejo, en medio de un panorama social donde la noticia del hambre en el mundo ya no llama la atención.

Ante la pregunta de por qué el hambre continúa aumentando (ya son 821 millones los pobres que sufren sus consecuencias, 160 millones son niños entre 0 y 5 años y muchos de ellos mueren por desnutrición), Mons. Chica Arellano afirma que la respuesta es vergonzosa:

«Falta voluntad para poder erradicar el hambre, que no es una "enfermedad" sino el resultado de una falta de interés y voluntad política para luchar por la igualdad. Se nos está paralizando el corazón, se está enfriando la solidaridad internacional porque estamos normalizando el problema de la pobreza. Las guerras, los conclictos y los efectos del cambio climático son los principales responsables del drama de la hambruna mundial. Por ello, es necesario trabajar juntos, invertir y afrontar los problemas. Se están dando pasos hacia adelante pero hace falta pasar a una acción urgente y coordinada para que el mundo no se acostumbre a la existencia de esta lacra social", concluye el Observador de la Santa Sede ante la FAO.