IGLESIA | Haití

 

Haití: análisis de la situación y fuertes llamamientos por soluciones pacíficas

 

La situación de crisis que sufre el país está siendo objeto de análisis en los últimos días por muchos expertos y ha llevado a la Conferencia Episcopal Haitiana y a la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos a pronunciarse al respecto, invitando a la solidaridad, al discernimiento y a la defensa del bien común.

 

 

18 febrero 2019, 15:25 | Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano


 

 

Haití, el país más pobre de América, desde el pasado jueves 14 de febrero está siendo escenario de violentas protestas que tienen como objetivo la salida del poder del actual presidente Jovenel Moise, quien, según la mirada de Roberto Jaramillo Bernal, presidente de la CPAL, en los dos años que lleva en el poder “ha demostrado repetidamente su incapacidad para gobernar y para administrar”, pues – continúa –"no hay una sola promesa cumplida, ni una sola medida que él haya tomado en beneficio del pueblo Haitíano”. Por su parte, Jean Denis Saint-Félix, s.j. , Superior de los jesuitas en Haití asegura que tiene “grandes dificultades para ver cómo puede continuar este Gobierno” porque – puntualiza – “está siendo criticado por todas partes por su incompetencia y su incapacidad para reaccionar bien y a tiempo”.

 

Miedo e incertidumbre

El presidente de la CPAL además, utiliza dos palabras para detallar la situación en Haití: “miedo” e “incertidumbre”; dos léxicos que coinciden con el análisis de la situación observado por el Superior de los jesuitas en Haití: “la situación política y social del país es cada vez más explosiva, todo es miedo e incertidumbre”.

En este sentido, destaca la descripción minuciosa de los recientes hechos que han acaecido en el país, por parte del presidente de la CPAL: “Las manifestaciones cotidianas se convierten en escenas de violencia y saqueos. La mayoría de las gasolineras son objeto de actos de vandalismo, varias empresas han sido saqueadas; los vehículos, principalmente del servicio estatal (S.E) han sido quemados, al igual que algunas instituciones públicas y privadas; la policía está literalmente abrumada por los acontecimientos". A lo que el Superior de los jesuitas en Haití añade: “Han bloqueado el acceso a las diversas carreteras y arterias, levantando para ello barricadas con diversos escombros, quemando neumáticos usados, piedras”.

 

Bloqueo económico en medio del caos

El aumento de la crisis económica cae como un jarro de agua fría haciendo la vida imposible a un país donde 10 millones de habitantes sobreviven con menos de dos dólares diarios. La gourde, (moneda nacional en Haití) se ha visto afectada por una fortísima devaluación, pues tal y como señala Roberto Jaramillo: “la gourde que hace dos años se cambiaba 66 x 1 respecto del dólar hoy está en 83”. Y a esto se suma que “los servicios públicos no funcionan, la educación está en crisis, el 63% de la población está desempleada y la violencia en las calles se incrementa” puntualiza el presidente de la CPAL. Aunque sin duda lo más llamativo de todo esto es el panorama actual en el que “la banca está cerrada, el comercio funciona sólo informalmente, no hay servicios básicos de transporte, el agua es escasa, la energía (en las ciudades) es intermitente y las principales carreteras y vías de las ciudades están bloqueadas”.

 

El silencio del Presidente de la República desespera al pueblo

Desde el pasado 7 de febrero no ha habido ningún pronunciamiento oficial ni por parte del Presidente ni por parte del Primer Ministro, “no se sabe dónde están” dice Roberto Jaramillo. Un silencio que para Jean Denis Saint-Félix, s.j. se entiende como “un gran desprecio por toda una población”.

 

Conferencia Episcopal Haitíana pide unir fuerzas para salvar al país

El único organismo que se ha pronunciado hasta ahora ha sido la Conferencia Episcopal Haitíana quien, el pasado martes 13, publicó una breve nota en la que asegura que “la hora es grave” y es el momento de “unir nuestras fuerzas y nuestras inteligencias para salvar nuestra barca común, Haití”, que es – ha puntualizado – “nuestro orgullo”.

Así mismo exhortan a encontrar una solución de sabiduría que tenga en cuenta los intereses superiores de la nación y la defensa del bien común y hacen un llamamiento a la conciencia ciudadana de las diferentes partes “para una decisión patriótica, aunque sea a precio de grandes sacrificios".

 

La CLAR expresa que la situación “clama al cielo con voz potente”

“El hambre, la falta de salud y educación, la muerte injusta de los inocentes y una "justicia demasiado largamente esperada, que se extiende y se agrava hasta la marginación trágica de los más débiles, clama al cielo con voz potente”. Con estas palabras, la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos, denuncia el ambiente que viven los haitianos, llamando a todos los actores “a participar activamente en un proceso de diálogo, que los ayude a recurrir a formas pacíficas en la resolución de los conflictos”.