Vaticano

 

El Papa prohíbe al cardenal Pell el ejercicio del sacerdocio al ser condenado por abusos

 

El purpurado sigue declarándose inocente y sus abogados apelarán contra esta sentencia

 

 

27/02/19


 

 

El Papa Francisco ha confirmado la prohibición del ejercicio público del ministerio y de cualquier contacto con menores al cardenal australiano George Pell  al ser declarado culpable de abuso sexual de niños por el tribunal de Mlerbourne. El cardenal sigue declarándose inocente y sus presentarán apelación, informa Vatican News.

Pell, de 77 años, Prefecto de la Secretaría Económica Vaticana desde 2014, fue condenado por agresión sexual a dos niños menores de 12 y 13 años cuando, en los años 90, era obispo auxiliar de Melbourne, antes de convertirse en arzobispo de la ciudad en 1996. Cardenal desde 2003, fue llamado por el Papa Francisco en 2013 para unirse al Consejo de Cardenales, el cuerpo que asiste al Papa en la reforma de la Curia Romana.

Tras conocerse la sentencia, el Santo Padre confirmó las mismas medidas dispuestas por los obispos australianos cuando entró en Australia, de manera cautelar y en espera del cumplimiento del juicio final contra el purpurado.

"Una noticia dolorosa que, somos bien conscientes, ha impactado a muchísimas personas, no sólo en Australia. Como ya se ha indicado en otras ocasiones,- afirma el director de la Oficina de prensa vaticana ad interim, Alessandro Gisotti- insistimos en el máximo respeto por las autoridades judiciales australianas. En nombre de este respeto, esperamos el resultado del proceso del recurso de la apelación, recordando que el Cardenal Pell ha insistido en ser inocente y tiene el derecho de defenderse hasta el último grado".

 

Proteger a otros sacerdotes

En 2014, el cardenal fue llamado por primera vez a testificar ante la Comisión Real Australiana que investiga el abuso sexual, y entre diciembre de 2015 y febrero de 2016, fue acusado de proteger a otros sacerdotes de los abusos cometidos contra niños en los años setenta. Por videoconferencia desde Roma, el 29 de febrero de 2016, respondió a la Comisión Australiana y negó estar al tanto de los acontecimientos en la diócesis de Ballarat.

En octubre de 2016, el cardenal fue interrogado en Roma por abogados australianos, esta vez acusados de pedofilia en su antigua diócesis de Melbourne. A finales de junio de 2017, fue acusado formalmente de violencia sexual contra un menor. La policía de Ballarat sólo proporcionó información parcial y habló de varias quejas sin dar más detalles.

Llamado a comparecer ante un tribunal el 26 de julio, el Cardenal Pell dejó la Secretaría de Economía del Vaticano para ser libre de defenderse. De hecho, afirma que los cargos en su contra son infundados y recuerda que considera el abuso sexual como "crímenes horribles".

 

El compromiso del cardenal contra los abusos

El cardenal ha condenado de manera consistente y severa el abuso infantil como "inmoral e intolerable". También apoyó la creación en Roma por el Papa Francisco de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, y en Australia, cuando era obispo, había establecido procedimientos para la protección de menores y para la asistencia a las víctimas.

Los abogados de George Pell señalan que todos los cargos en su contra - con la excepción de los que son objeto de la apelación - han sido retirados.

 

Solidaridad de la Conferencia Episcopal Australiana

El Presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, Mons. Mark Coleridge, ha anunciado que la noticia de la condena del Card. Pell por el abuso sexual de niños conmocionó no sólo a Australia y al mundo, sino también a los obispos católicos australianos.

Los prelados afirman que todos deben ser iguales ante la ley, expresan respeto por el sistema legal australiano y dicen que están convencidos de que el mismo sistema legal que pronunció el veredicto tendrá en cuenta la apelación que los abogados del cardenal han presentado. "Nuestra esperanza en este momento es que a través de este proceso se haga justicia. Al mismo tiempo, los obispos oran por todos los que han sufrido la violencia y por sus seres queridos, y se comprometen a hacer todo lo posible para que la Iglesia sea un lugar seguro para todos, especialmente para los jóvenes y los más vulnerables", expresan desde la Conferencia Episcopal Australiana.