Tribunas

De obispos y política

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

 

Ahora que está de moda hablar de obispos y política, y textos de obispos sobre la política y los políticos, es posible que pase inadvertida la última carta del arzobispo de Burgos, monseñor Fidel Herráez, precisamente sobre la vocación política de los católicos.

Una carta en la que no se mete en charcos, aunque dice lo que quiere decir, aunque no lo parezca. Incluso lo dice en perspectiva electoral.

Por cierto que aclara el arzobispo de Burgos que su reflexión nace de una serie de encuentros que ha tenido, en las últimas semanas, tanto en el Consejo de Pastoral como en el arciprestazgo de Gamonal sobre esta materia.

Además, en Burgos hay una serie de frecuentes diálogos, enmarcados en las actividades del departamento de Formación Sociopolítica de la archidiócesis, entre el obispo y los políticos regionales.

Dice don Fidel que presenta un sentido agradecimiento a tantos alcaldes que tienen una clara vocación política de servicio a sus pueblos, con los que él se encuentra en sus visitas pastorales.

Y recuerda que “las encuestas del CIS plantean que los políticos y sus comportamientos se han convertido en un auténtico problema social que lastra incluso la vida democrática. Y todo ello, lo vivimos en la antesala de unas citas electorales que cambiarán el panorama político en los diferentes ámbitos municipales, provinciales, regionales, nacionales y europeos. ¿Qué podemos decir? ¿Qué podemos hacer?”

La política es una forma de caridad, un servicio. Debe tener como fin el bien común de la sociedad. “De ahí que –según el arzobispo de Burgos- sean necesarias muchas personas audaces e íntegras que, combinando virtud y competencia, estén presentes en las instituciones públicas para que sirvan y pongan en el centro de su quehacer a la persona. Y, ante un panorama de fragmentación y conflicto, que tengan espíritu de concordia y de diálogo que supere la confrontación y busque  siempre tender puentes para que triunfe el encuentro”. Por cierto párrafo éste de ineludibles resonancias del magisterio reciente del Papa Francisco.

Por último, monseñor Fidel Herráez dice que le gustaría animar “la presencia de más cristianos que, bien formados en la doctrina social y arropados en comunidad, se comprometan en la vida política que es donde se disputan las grandes cuestiones hoy, y vivan ésta como una forma sublime de caridad. Estamos llamados a construir un mundo más justo y más fraterno que tenga especial atención a las necesidades de los más pobres”.

 

José Francisco Serrano Oceja