Servicio diario - 27 de marzo de 2019


 

Francisco viajará a Mozambique, Madagascar y Mauricio del 4 al 10 de septiembre
Rosa Die Alcolea

África: La misionera Sor Maria Concetta es premiada por su labor “al servicio de la vida”
Rosa Die Alcolea

‘Padre nuestro’: El Papa enseña que “dependemos de la bondad de Dios”
Rosa Die Alcolea

Inundaciones en Irán: El Papa encomienda el pueblo a la providencia del Todopoderoso
Rosa Die Alcolea

“Danos hoy nuestro pan de cada día” – Catequesis del Papa Francisco
Rosa Die Alcolea

El Papa invita a todas las diócesis a celebrar las “24 horas para el Señor”
Rosa Die Alcolea

Papa Francisco: La gracia divina “es más fuerte que cualquier pecado”
Rosa Die Alcolea

México: El Cardenal Aguiar habla de “comunión, colegialidad y sinodalidad”
Ana Paula Morales

Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios: Arzobispo coadjutor de Mosul
Rosa Die Alcolea

Jaime Mayor Oreja: “En Europa estamos obligados a una regeneración a través de una nueva cultura de la vida”
Redacción

Monseñor Felipe Arizmendi: “La Iglesia ya pidió perdón”
Arizmendi Esquivel

San José Sebastián Pelczar, 28 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

27/03/2019-11:52
Rosa Die Alcolea

Francisco viajará a Mozambique, Madagascar y Mauricio del 4 al 10 de septiembre

(ZENIT — 27 marzo 2019).- El Papa Francisco realizará un viaje apostólico a Mozambique, Madagascar y Mauricio, del 4 al 10 de septiembre de 2019, ha confirmado la Santa Sede este miércoles, 27 de marzo de 2019.

"Aceptando la invitación de los respectivos Jefes de Estado y Obispos", señala Alessandro Gisotti, director ad interim de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa visitará las ciudades de Maputo en Mozambique, Antananarivo en Madagascar, y Port Louis en Mauricio.

Asimismo, esta mañana se han presentado los logos y los lemas oficiales de las 3 visitas apostólicas: a Mozambique, a Madagascar y a Mauricio.

 

Mozambique

El lema de esta visita es: "Esperanza, paz y reconciliación".

En la imagen del logo se puede ver el mapa del país africano como señal de que el Papa visita la nación mozambiqueña y la Iglesia Católica en Mozambique.

También está reproducida la fotografía del Papa Francisco: una imagen más expresiva y orientada al mapa, "en la expresión del amor que tiene para con Mozambique y Pastor de la Iglesia de Cristo", detallan los creadores.

La paloma simboliza la paz, "muy necesaria para Mozambique", pues se encuentra a vivir el "momento de tregua del reciente conflicto militar" y hay situaciones de ataques a civiles en el norte del país, describe la organización del viaje.

Las dos manos indican la "acogida de Mozambique al Papa" y también el mensaje de "Esperanza, Paz y Reconciliación", que llevará el Pontífice para el pueblo de Mozambique.

 

Colores

Bordeando el mapa, se reflejan los cinco colores de la bandera de Mozambique: El verde, que está en la mano y en la inscripción, expresa la esperanza por los mejores tiempos para el pueblo mozambiqueño; el rojo, expresa la necesidad de la reconciliación entre el pueblo mozambiqueño; el blanco expresa la paz, la religiosidad del pueblo mozambiqueño, la verdad y santidad del Sumo Pontífice; y el amarillo es el color del Vaticano.

 

Madagascar

En el logo de la visita apostólica a Madagascar está representada la nación por la palma de la mano del "Papa viajero", la planta "ravinala", y el árbol baobab, simbolizando una tierra de misioneros discípulos y testigos de la fe en Jesucristo hasta el martirio, de los cuales se señala a los santos en el logotipo.

"Sembrador de paz y esperanza" es el lema del viaje del Santo Padre a Madagascar. "Paz y esperanza", hitos para que los malgaches (personas de Madagascar) sean los arquitectos de un país basado en el desarrollo auténtico y el bienestar espiritual y social, señalan los organizadores.

 

Mauricio

El logotipo de la visita del Papa Francisco a Mauricio ha sido diseñado "para reflejar la naturaleza de este evento único nacional e internacional", señalan los promotores.

“Elegimos usar la imagen del mismo Papa saludando a una multitud para darle un toque humano al logotipo”, explican.

La bandera de Mauricio es un fuerte “punto de anclaje” que une a todos los diferentes grupos étnicos que viven en Mauricio. “Lo usamos como elemento gráfico de fondo para mantener la imagen del Papa y reforzar el significado simbólico detrás de la visita del Papa a nuestra isla”, describen los organizadores del viaje.

La tipografía es muy legible e impactante. A propósito, utilizan un color neutro (marrón) para “mantener el énfasis en el Papa y la bandera”. La frase “Pélerin de paix” (Peregrina de paz) establece el tono para una “visita pacífica y positiva”.

En general, el logotipo proyecta una “imagen positiva” y su “simplicidad” hace que sea fácil de entender para todos.

 

 

 

 

27/03/2019-17:14
Rosa Die Alcolea

África: La misionera Sor Maria Concetta es premiada por su labor "al servicio de la vida"

(ZENIT – 27 marzo 2019).- Esta mañana, durante la audiencia general, el Papa Francisco ha concedido un reconocimiento honorífico a Sor Maria Concetta Esu, misionera de 85 años en África, de la Congregación de las Hijas de San José de Genoni, por su labor como obstétrica, ayudando a nacer a miles de niños.

"La conocí en Bangui, cuando fui a abrir el Jubileo de la Misericordia. Allí me dijo que en su vida ha ayudado a que nacieran miles de niños. ¡Qué maravilla! Ese día vino desde el Congo en canoa- con 85 años- a hacer la compra en Bangui", ha contado el Papa en la plaza de San Pedro.

Sor Maria Concetta lleva casi 60 años de misionera en África, ha indicado el Santo Padre, pidiendo un aplauso para ella a todas las personas que participaban en la audiencia general, este miércoles, 27 de marzo de 2019.

La monja ha venido estos días a Roma para reunirse con sus hermanas y hoy ha participado en la audiencia con su Superiora, ha detallado Francisco. “¡Así que pensé en aprovechar esta oportunidad para darle un signo de gratitud y decirle un gracias muy grande por su testimonio!”, ha exclamado.

 

Al servicio de la vida

“Querida hermana –le ha dicho Francisco– en mi nombre y en nombre de la Iglesia, te impongo una condecoración. Es un signo de nuestro afecto y nuestro ‘gracias’ por todo el trabajo que has hecho entre las hermanas y hermanos africanos, al servicio de la vida, de los niños, de las madres y de las familias”.

Con este gesto, el Pontífice ha querido también expresar su “gratitud a todos los misioneros, sacerdotes, religiosos y laicos, que han esparcido la semilla del Reino de Dios en todas las  partes del mundo”, ha afirmado. “Vuestro trabajo, queridos misioneros y misioneras, es grande”, les ha dicho.

El Papa ha dedicado unas palabras a todos los misioneros: “Vosotros ‘quemáis’ vuestra vida sembrando la palabra de Dios con vuestro testimonio… Y en este mundo no sois noticia. No salís en los periódicos”.

 

“Queman” la vida en el servicio

Así, Francisco ha compartido con todos en la audiencia que el cardenal Hummes, encargado del episcopado brasileño de toda Amazonía, va a menudo a visitar las ciudades y las aldeas de Amazonía. “Y cada vez que llega allí –me lo ha contado él mismo- va al cementerio a visitar las tumbas de los misioneros; tantos muertos jóvenes por las enfermedades contra las que no tienen anticuerpos. Y me ha dicho: ‘Todos estos se merecen que los canonicen’, porque han ‘quemado’ la vida en el servicio”.

Sor María Concetta, después de este compromiso, dentro de pocos días,  volverá a África. “Acompañémosla con la oración”, ha pedido el Santo Padre. “Y que su ejemplo nos ayude a todos a vivir el Evangelio allí donde estamos”.

“¡Gracias, hermana! El Señor te bendiga y Nuestra Señora te proteja”, ha concluido el Papa.

 

 

 

 

27/03/2019-11:01
Rosa Die Alcolea

`Padre nuestro': El Papa enseña que "dependemos de la bondad de Dios"

(ZENIT – 27 marzo 2019).- “No somos autosuficientes, sino que dependemos de la bondad de Dios”. El Papa Francisco ha reflexionado esta mañana, en la catequesis ofrecida en la audiencia general, sobre la segunda parte de la oración del ‘Padrenuestro’, que empieza con la palabra “pan”: “Danos hoy nuestro pan de cada día”.

Este miércoles, 27 de marzo de 2019, la audiencia general ha tenido lugar en la plaza de San Pedro, donde miles de visitantes y peregrinos se han congregado para escuchar la meditación del Santo Padre, pronunciada en diferentes idiomas.

En la segunda parte del Padrenuestro presentamos a Dios nuestras necesidades, ha señalado el Pontífice. La primera palabra es la del pan, que significa lo necesario para la vida: alimento, agua, casa, medicinas, trabajo. “Es una súplica que surge de la misma existencia humana, con sus problemas concretos y cotidianos, que pone en evidencia lo que a veces olvidamos: que no somos autosuficientes, sino que dependemos de la bondad de Dios”.

 

Encuentro con Jesús en la súplica

Los Evangelios nos muestran que “para mucha gente, el encuentro con Jesús se da, precisamente, a través de una súplica, de una necesidad”: desde la más elemental, “la del pan”, hasta otras no menos importantes, como la “liberación” y la “salvación”, ha indicado el Papa.

En la invocación: «Danos hoy nuestro pan de cada día», Jesús “nos enseña a pedir al Padre el pan cotidiano”, unidos a tantos hombres y mujeres, para quienes esta oración “es un grito doloroso que acompaña el ansia de cada día”, porque se carece de lo necesario para vivir, ha matizado Francisco.

 

Compartir el pan

Por eso –recuerda el Papa– Jesús invita a suplicar “nuestro” pan, “sin egoísmos, en fraternidad”.

“Si no lo rezamos de esta manera –ha advertido– el Padrenuestro deja de ser una oración cristiana”. Si decimos que Dios es nuestro Padre, “estamos llamados a presentarnos ante Él como hermanos”, “unidos en solidaridad” y “dispuestos a compartir el pan con los demás”.

En definitiva, el Pontífice ha explicado que al rezar el ‘Padrenuestro’, estamos llamados a “sentir en ‘mi hambre’ también el hambre de muchos que hoy en día carecen aún de lo necesario”.

 

 

 

 

27/03/2019-18:58
Rosa Die Alcolea

Inundaciones en Irán: El Papa encomienda el pueblo a la providencia del Todopoderoso

(ZENIT — 27 mazo 2019).- El Papa Francisco ha expresado su tristeza al conocer la pérdida de vidas —19 fallecidos—, de los heridos y los daños causados por las inundaciones que afectan a varias regiones de Irán, y ha transmitido su "sincera solidaridad" con todos los afectados.

Este miércoles, 27 de marzo de 2019, el Santo Padre ha enviado un telegrama de pésame, a través del Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, por las víctimas de los desprendimientos de tierras y las inundaciones repentinas que han afectado en estos días a varias regiones del país.

El número mayor de víctimas se registra en Shiraz, capital de la provincia meridional de Fars, según Vatican News en español. El país permanece "en alerta meteorológica", informa Vatican News, y las autoridades advierten a los ciudadanos de que no viajen en estos días de vacaciones por el nuevo año persa, comenzado con el equinoccio de primavera del 21 de marzo. En las próximas horas, están previstas nuevas lluvias torrenciales, especialmente en el norte y el este del país, y la alarma por posibles nuevas inundaciones fue lanzada en la mayor parte de las provincias, incluida la capital Teherán.

En este contexto, el Pontífice "encomienda las almas de los difuntos al amor del Misericordioso", e "invoca bendiciones divinas de consuelo y fortaleza para aquellos que sufren".

Asimismo, Parolin escribe en el mensaje que Francisco "reza por el personal de socorro" y "por todos los que se esfuerzan en brindar ayuda", y "encomienda el pueblo iraní a la providencia del Todopoderoso".

 

 

 

27/03/2019-16:24
Rosa Die Alcolea

"Danos hoy nuestro pan de cada día" Catequesis del Papa Francisco

(ZENIT – 27 marzo 2019).- “La comida no es propiedad privada – sino providencia que debe compartirse, con la gracia de Dios”, ha insistido el Santo Padre en la audiencia general. “El pan que el cristiano pide en oración no es ‘mío’, sino ‘nuestro’. Jesús “nos enseña a pedirlo no solo para nosotros, sino para toda la fraternidad del mundo”.

La audiencia general ha tenido lugar esta mañana a las 9:20 horas en la Plaza de San Pedro, donde el Papa ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo y, retomando el ciclo de catequesis sobre el Padre nuestro, se ha centrado en el tema "Danos hoy nuestro pan de cada día" (Pasaje bíblico: Evangelio según San Mateo, 14, 15-19).

La oración de Jesús comienza con una petición impelente, que se parece mucho a la imploración de un mendigo: “¡Danos nuestro pan de cada día!”: Esta oración proviene de una evidencia que a menudo olvidamos, es decir, que “no somos criaturas autosuficientes y que necesitamos alimentarnos todos los días”, ha recordado el Pontífice en la catequesis ofrecida.

Así, el Papa ha pedido a todos los presentes en la audiencia general detenerse un momento y pensar en los niños hambrientos: “Pensemos en los niños que están en los países en guerra: en los niños hambrientos de Yemen, en los niños hambrientos de Siria, en los niños hambrientos de todos esos países donde no hay pan, en Sudán del Sur”.

Pensando en los niños hambrientos del mundo, Francisco ha invitado a todos a decir juntos, en voz alta, la oración: “Padre, danos hoy nuestro pan de cada día”.

La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

***

 

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, buenos días :

Hoy pasamos a analizar la segunda parte del “Padre nuestro”, en la que presentamos nuestras necesidades a Dios. Esta segunda parte comienza con una palabra que huele a vida cotidiana: el pan.

La oración de Jesús comienza con una petición impelente, que se parece mucho a la imploración de un mendigo: “¡Danos nuestro pan de cada día!” Esta oración proviene de una evidencia que a menudo olvidamos, es decir, que no somos criaturas autosuficientes y que necesitamos alimentarnos todos los días.

Las Escrituras nos muestran que para tanta gente, el encuentro con Jesús se realiza partiendo de una petición. Jesús no pide invocaciones refinadas, al contrario, toda existencia humana, con sus problemas más concretos y cotidianos, puede convertirse en oración. En los evangelios encontramos una multitud de mendigos que suplican liberación y salvación. Hay quien pide pan, hay quien pide curación; algunos la purificación, otros la vista. o que un ser querido pueda volver a vivir … Jesús nunca pasa indiferente ante estas peticiones y estos dolores.

Así, Jesús nos enseña a pedirle al Padre el pan de cada día. Y nos enseña a hacerlo unidos con tantos hombres y mujeres para quienes esta oración es un grito, – que a menudo  se lleva dentro- y que acompaña la ansiedad de cada día. ¡Cuántas madres y padres, incluso hoy, se van a dormir con el tormento de no tener mañana pan suficiente para sus hijos! Imaginemos esta oración rezada no en la seguridad de un apartamento cómodo, sino en la precariedad de una habitación en la que uno se  las arregla,  donde falta lo necesario para vivir. Las palabras de Jesús adquieren nueva fuerza. La oración cristiana comienza desde este nivel. No es un ejercicio para ascetas; parte de la realidad, del corazón y de la carne de las personas que viven en necesidad, o que comparten la condición de quienes no tienen lo necesario para vivir. Ni siquiera los más altos místicos cristianos pueden prescindir de la simplicidad de esta pregunta. “Padre, haz que tengamos hoy el pan necesario para nosotros y para todos”. Y “pan” es también para agua, medicinas, hogar, trabajo… Pedir lo necesario para vivir.

El pan que el cristiano pide en oración no es “mío”, sino “nuestro”. Esto es lo que quiere Jesús. Nos enseña a pedirlo no solo para nosotros, sino para toda la fraternidad del mundo. Si no se reza de esta manera, el “Padre Nuestro” deja de ser una oración cristiana. Si Dios es nuestro Padre, ¿cómo podemos presentarnos a Él sin tomarnos de la mano? Todos nosotros. Y si el pan que Él nos da nos lo robamos entre nosotros ¿cómo podemos llamarnos hijos suyos ? Esta oración contiene una actitud de empatía una actitud de solidaridad. En mi hambre, siento el hambre de las multitudes, y por eso rezaré a Dios hasta que no obtengan lo que piden.

Así, Jesús educa a su comunidad, a su Iglesia, para poner ante Dios  las necesidades de todos: “¡Todos somos tus hijos, Padre, ten piedad de nosotros!”. Y ahora nos hará bien detenernos unos momentos y pensar en los niños hambrientos. Pensemos en los niños que están en los países en guerra: en los niños hambrientos de Yemen, en los niños hambrientos de Siria, en los niños hambrientos de todos esos países donde no hay pan, en Sudán del Sur. Pensemos en esos niños y pensando en ellos digamos juntos, en voz alta, la oración: “Padre, danos hoy nuestro pan de cada día”. Todos juntos.

El pan que pedimos al Señor en la oración es el mismo que un día nos acusará. Nos reprochará la poca costumbre de partirlo con los que nos rodean, la poca costumbre de compartirlo. Era un pan regalado a la humanidad y, en cambio, solamente lo han comido algunos: el amor no puede soportarlo. Nuestro amor no puede soportarlo; y tampoco el amor de Dios puede soportar este egoísmo de no compartir el pan.

Una vez había una gran multitud ante Jesús; era gente que tenía hambre. Jesús preguntó si alguien tenía algo, y solo se encontró un niño dispuesto a compartir lo que tenía: cinco panes y dos peces. Jesús multiplicó ese gesto generoso (ver Jn 6: 9). Ese niño había entendido la lección del “Padre Nuestro”: que los alimentos no son propiedad privada, -metamos este en nuestra mente: la comida no es propiedad privada – sino providencia que debe compartirse, con la gracia de Dios.

El verdadero milagro realizado por Jesús ese día no es tanto la multiplicación – que es verdad- sino el compartir: dad lo que tengáis y yo haré el milagro. Él mismo, multiplicando aquel pan ofrecido, anticipó la ofrenda de  sí mismo en el Pan Eucarístico. Efectivamente, solo la Eucaristía es capaz de saciar el hambre de  infinito y el deseo de Dios que anima a cada hombre, también en la búsqueda del pan de cada día.

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

 

27/03/2019-19:39
Rosa Die Alcolea

El Papa invita a todas las diócesis a celebrar las "24 horas para el Señor"

(ZENIT — 27 marzo 2019).- El próximo viernes, a las 17 horas, en la basílica vaticana, el Papa Francisco presidirá el Rito para la Reconciliación de varios penitentes con confesión y absolución individual, como todos los años, en Cuaresma, la tradicional iniciativa: "24 horas para el Señor".

"¡Qué significativo sería que también nuestras iglesias, en esta ocasión particular, estuvieran abiertas mucho tiempo, para pedir la misericordia de Dios y recibirla en el Sacramento del Perdón", el Santo Padre ha hecho esta invitación desde la plaza de San Pedro este miércoles, 27 de marzo de 2019, durante la audiencia general.

Esta celebración surgió en Roma hace cinco años, pero que pronto se extendió a nivel mundial, uniendo espiritualmente al Sucesor de Pedro con las Iglesias repartidas en los cinco continentes, con el fin de ofrecer a todos la oportunidad de vivir la experiencia personal de la infinita misericordia de Dios.

 

 

 

27/03/2019-19:48
Rosa Die Alcolea

Papa Francisco: La gracia divina "es más fuerte que cualquier pecado"

(ZENIT — 27 marzo 2019).- Francisco ha dedicado un pensamiento especial para los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, durante la celebración de la audiencia general, el miércoles 27 de marzo de 2019, por la mañana, en la plaza de San Pedro, en Roma.

"¡Qué la visita a las tumbas de los Apóstoles sea para todos vosotros la oportunidad de crecer en el amor de Dios y dejarse transformar por la gracia divina, que es más fuerte que cualquier pecado!", les ha animado.

La audiencia general ha tenido lugar esta mañana a las 9:20 horas, donde el Papa ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo y, retomando el ciclo de catequesis sobre el Padre nuestro, se ha centrado en el tema "Danos hoy nuestro pan de cada día" (Pasaje bíblico: Evangelio según San Mateo, 14, 15-19).

 

 

 

27/03/2019-20:47
Ana Paula Morales

México: El Cardenal Aguiar habla de "comunión, colegialidad y sinodalidad"

(ZENIT — 27 marzo 2019).-El 25 de marzo de 2019 se celebró la Ordenación Episcopal de Mons. Carlos Enrique Samaniego López y Mons. Salvador González Morales, en la Basílica de Guadalupe, Ciudad de México.

La ceremonia fue presidida por el Cardenal Carlos Aguiar Arretes, Arzobispo Primado de México, acompañado del Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, algunos obispos, el clero regular, religiosos, fieles y laicos.

En la homilía, el Arzobispo Primado de México mencionó como primera característica una analogía entre el contexto de la celebración episcopal con las lecturas del día (la figura del Rey Ajaz y las figuras de Jesús y María), y señaló que los ordenados han meditado y reflexionado durante su retiro espiritual la misión que Dios les ha encomendado, guiados por el Espíritu Santo, que ya han ido experimentando como presbíteros.

Una segunda característica es "la colegialidad" que han ido experimentando desde su presbiterio, en la cual se aprende que "solos y aislados no somos capaces de llevar a cabo la misión", afirmó el Cardenal.

La tercera característica es "la sinodalidad", donde se vive la comunión entre todos los miembros de la Iglesia, continúa el purpurado: "promoviendo la participación, la escucha y compartiendo las realidades bajo el discernimiento y promoviendo iniciativas para responder a las necesidades que más destacan".

La "comunión, colegialidad y sinodalidad" ayudan a conocer las realidades de las Diócesis, pudiendo presentar así decisiones "que respondan a la voz del Espíritu Santo, puesto que Él guía a la Iglesia", dijo el arzobispo de México.

El obispo "es un sacerdote que recibe el sacramento del orden sacerdotal en su máximo grado, que es el episcopado", se vuelve miembro del Colegio Episcopal, teniendo como cabeza al Sumo Pontífice; cada miembro ejerce la potestad suprema y plena en toda la Iglesia, la cual se lleva a cabo de modo solemne en el Concilio Ecuménico (cf. CIC, c. 336, ss.).

 

Obispos ordenados

El obispo es sucesor de los Apóstoles y es encargado del gobierno de una Diócesis. Ahora bien, el caminar de formación de cada uno de los obispos ordenados es el siguiente:

 

— Carlos Enrique Samaniego López nació el 8 de octubre 1973 en el Distrito Federal, México. Fue ordenado presbítero el 4 de enero de 2001. Ha realizado diversos estudios de especialización sobre Doctrina Social de la Iglesia, Pastoral Educativa, Filosofía de la Educación y Bioética; además de realizar la licenciatura en Derecho Canónico.

Durante diez años, a partir del año 2001, fue formador del Seminario Menor y Mayor de Tlalnepantla, teniendo los cargos de Prefecto de Estudios, Maestro de Latín, Teología y Derecho Canónico. Actualmente es párroco de la Parroquia de San Francisco de Asís y Vicario episcopal de la zona IV de la Arquidiócesis de Tlalnepantla.

 

— Salvador González Morales nació el 20 de diciembre de 1971, en el Distrito Federal, México. Su ordenación presbiteral se celebró el 18 de mayo de 2002 en la Basílica de Guadalupe. Realizó estudios especializados en Teología Sistemática en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Entre los cargos que ha desempeñado se encuentran: Prefecto de disciplina del 3° de Filosofía en el Seminario Conciliar de México y Secretario General del Instituto Superior de Estudios Eclesiásticos; fue Vicerrector del Seminario Conciliar de México, Capellán del coro en la Basílica de Guadalupe; Coordinador de la Licenciatura en Teología y Cultura Guadalupana en la Universidad Pontificia de México. Actualmente, es párroco in solidum en la Unidad Pastoral San Bernardino de Siena, desde agosto de 2018.

 

 

 

27/03/2019-19:09
Rosa Die Alcolea

Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios: Arzobispo coadjutor de Mosul

(ZENIT — 27 marzo 2019).- El Santo Padre Francisco ha concedido su asenso al reverendo corobispo Nizar Semaan, para el oficio de arzobispo coadjutor de Mosul, elegido canónicamente por el Sínodo de los Obispos de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios, ha comunicado la Santa Sede este miércoles, 27 de marzo de 2019.

El patriarcado de Antioquía de los sirios católicos es la sede patriarcal y cabeza de la Iglesia católica siria, una Iglesia particular sui iuris oriental integrante de la Iglesia católica, que sigue la tradición litúrgica antioquena (o siria occidental) en la que utiliza como lenguaje litúrgico el siríaco occidental y como lengua auxiliar el árabe.

 

Nizar Semaan

El arzobispo electo nació en Qaraqosh (Irak) en 1965 y fue ordenado sacerdote en 1991. Tiene un doctorado en la Sección litúrgica de la Facultad de Ciencias Eclesiásticas y Orientales del Pontificio Instituto Oriental (Roma).

En su ministerio pastoral ha sido vicario parroquial en Beirut y Qaraqosh, y responsable de la comunidad siro-católica en Gran Bretaña.

 

 

 

27/03/2019-20:09
Redacción

Jaime Mayor Oreja: "En Europa estamos obligados a una regeneración a través de una nueva cultura de la vida"

(ZENIT — 27 marzo 2019).- Jaime Mayor Oreja, presidente de la plataforma europea One of Us, ha inaugurado las Jornadas "La vida humana. Ciencia y Verdad",

organizadas por el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, el Secretariado Diocesano para la Defensa de la Vida y la Plataforma Valencia 'Sí a la Vida'.

Mayor Oreja ha asegurado que "nunca han sido tan necesarios y decisivos la razón, los valores y los principios cristianos europeos y nunca habían sido tan atacados. Estamos obligados a una refundación y regeneración a través de una nueva cultura de la vida".

"Sin esta fortaleza moral —ha continuado— no habrá ambición política ni Europa tendrá desarrollo. Esta ha perdido el alma y el espíritu y estamos obligados a una regeneración. Hay que preguntarse por qué hemos pasado de una Europa con alma a una Europa sin espiritualismo".

El origen de esta decadencia, surge para el ponente "tras desnaturalizar a la persona. El momento en el que se olvida que de la misma forma que la familia es la institución de la verdad por excelencia, la dignidad humana es la verdad por excelencia. Esa verdad es la que hemos olvidado. En el instante en que se legaliza el aborto como un derecho en los años sesenta, como si se tratase de un plano inclinado, se van concatenando la eutanasia, la ideología de género, la maternidad subrogada... un cuadro de nuevos y falsos derechos que, esencialmente, sustituyen todos los valores cristianos europeos".

 

Espíritu esencial

"Nunca habíamos necesitado tanto una Unión Europea (UE) sólida ni habíamos estado tan divididos y fragmentados. Nunca había sido tan necesario recordar los orígenes de la unión de la vida frente a la destrucción de millones de europeos ni se había producido una situación como la actual, que esconde y secuestra estos orígenes", ha reflexionado el ponente.

Así, Mayor Oreja, que durante diez años ha pertenecido al Parlamento Europeo, ha recordado que "la UE nació como un grito democrático por la paz, porque durante más de treinta años, desde 1914 a 1945, los europeos nos odiamos y nos introdujimos en la guerra. El arranque de la UE fue la respuesta a esta expresión de la cultura de la muerte".

Por ello, "Europa ha sido la historia de un éxito que nos ha unido a europeos del este y del oeste y hemos ido abandonando determinados regímenes políticos en la búsqueda de la verdad, de la libertad. Sin embargo, el desenlace es que hoy la Unión Europea tiene un cuerpo considerable —tenemos un Parlamento, un Consejo, un Tribunal de Justicia...- pero hemos perdido el espíritu, esencial para que un proyecto político fructifique".

"Europa no está presidida por la extrema izquierda ni por la extrema derecha, sino por el extremo desorden y en las elecciones del próximo mes de mayo vamos a ver una expresión del mismo", ha advertido el impulsor de One uf Us.

En el acto, que ha presidido el Gran Canciller, Antonio Cañizares, han participado el rector, José Manuel Pagán; el director del Master en Bioética de la UCV, Julio Tudela; y el responsable de la Comisión Diocesana para la Familia y la Defensa de la Vida, Juan Andrés Talens.

 

Cardenal Cañizares

Previamente a la conferencia de Mayor Oreja, el cardenal Cañizares ha apremiado "a trabajar y luchar hasta que consigamos, frente a la cultura de la muerte que nos oprime, una cultura de la vida, que es una cultura de esperanza, alegría y futuro. Nosotros apostamos por la vida como Dios ha apostado por la vida del hombre".

Asimismo, el prelado ha citado a san Juan Pablo II para asegurar que "el tema de la vida es el tema fundamental del siglo )00. Hablar en favor de la vida parece que sea remitirse a un pasado oscurantista; al contrario, la vida es realmente la luz. Y es una cuestión que en estos momentos ocupa las mejores cabezas y los mejores centros de pensamiento de Europa".

Por su parte, Pagán ha expresado que "como Universidad, nos corresponde la tarea de poner de relieve las razones -especialmente las antropológicas- que fundamentan y sustentan el respeto de cada vida humana. Es importante que eduquemos a nuestros jóvenes para el amor y la vida; una educación así nos garantizará una sólida cultura de defensa de la vida y de la familia, tan necesaria hoy. Que no nos preocupe ir contracorriente; quizá más que nunca esto sea el signo más evidente de que estamos cumpliendo con nuestra misión personal e institucional".

 

Jornadas

Las Jornadas se celebrarán cada martes hasta el 14 de mayo para profundizar en "un sí a la vida, atendiendo a los riesgos a los que se somete a la vida humana hoy", tanto por los avances científicos como por "teorías inquietantes" que atentan contra la dignidad del hombre. Igualmente, abordarán el aborto, la eutanasia, la sedación y los cuidados paliativos, temas "que están en la mesa de los políticos, frente a los que hay que ofrecer una respuesta desde la antropología cierta y la ciencia bien fundada", ha añadido Tudela.

Las sesiones, de acceso libre, serán impartidas por Justo Aznar, director del Instituto de Ciencias de la Vida de la UCV; Tudela, y los expertos de la UCV, Ignacio Gómez y Enrique Burguete.

 

 

 

27/03/2019-20:55
Felipe Arizmendi Esquivel

Monseñor Felipe Arizmendi: "La Iglesia ya pidió perdón"

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

El Presidente de nuestro país, en un gesto populista y desconociendo la historia reciente, ha pedido que el gobierno español y el Papa Francisco pidan perdón por los abusos, crímenes y atropellos contra los pueblos originarios, con ocasión de que, en 2021, se cumplirán 500 años de la conquista de la antigua Tenoxtitlan, hoy Ciudad de México. España ya le contestó, y nuestra Iglesia en varias ocasiones, sobre todo en torno al año 1992, lo ha hecho.

No hay que hablar sin tener datos concretos. No es más sabio, justo y prudente quien mucho habla y ataca, pues el control de la lengua es el principio de la sabiduría. No tener en cuenta la historia, pasada y reciente, nos puede llevar a emitir juicios no siempre acertados. Por ello, traigo a colación algunas de las ocasiones en que la Iglesia ya ha pedido perdón.

 

PENSAR

El Papa San Juan Pablo II, en Santo Domingo, República Dominicana, dijo a los indígenas: "La Iglesia, que con sus religiosos, sacerdotes y obispos ha estado siempre al lado de los indígenas, ¿cómo podría olvidar en este V Centenario los enormes sufrimientos infligidos a los pobladores de este Continente durante la época de la conquista y la colonización? Hay que reconocer con toda verdad los abusos cometidos debido a la falta de amor de aquellas personas que no supieron ver en los indígenas a hermanos e hijos del mismo Padre Dios... En nombre de Jesucristo, como Pastor de la Iglesia, os pido que perdonéis a quienes os han ofendido, que perdonéis a todos aquellos que durante estos quinientos años han sido causa de dolor y sufrimiento para vuestros antepasados y para vosotros. El mundo siempre tiene necesidad del perdón y de la reconciliación entre las personas y los pueblos. Solamente sobre estos fundamentos se podrá construir una sociedad más justa y fraterna" (12-X-1992).

Los obispos latinoamericanos, reunidos en Santo Domingo en 1992, dijimos: " Después de haber pedido perdón con el Papa a nuestros hermanos indígenas y afroamericanos ante la infinita santidad de Dios por todo lo que ha estado marcado por el pecado, la injusticia y la violencia, queremos desarrollar una evangelización inculturada"(SD 248). Y asumimos compromisos concretos.

San Juan Pablo II, al convocar para el Jubileo de la Encarnación (29-XI-1998), expresó: "Se ha de reconocer que en la historia hay también no pocos acontecimientos que son un antitestimonio en relación con el cristianismo. Por el vínculo que une a unos y otros en el Cuerpo místico, y aún sin tener responsabilidad personal ni eludir el juicio de Dios, el único que conoce los corazones, somos portadores del peso de los errores y de las culpas de quienes nos han precedido. Además, también nosotros, hijos de la Iglesia, hemos pecado, impidiendo así que el rostro de la Esposa de Cristo resplandezca en toda su belleza. Como Sucesor de Pedro, pido que la Iglesia se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos. Todos han pecado y nadie puede considerarse justo ante Dios. Que se repita sin temor: 'Hemos pecado'; pero manteniendo firme la certeza de que 'donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" (Bula Incarnationis mysterium, 11).

El Papa Benedicto XVI reconoció: "Ciertamente el recuerdo de un pasado glorioso no puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del Continente latinoamericano: no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales. Pero la obligatoria mención de esos crímenes injustificables —por lo demás condenados ya entonces por misioneros como Bartolomé de las Casas y por teólogos como Francisco de Vitoria, de la Universidad de Salamanca— no debe impedir reconocer con gratitud la admirable obra que ha llevado a cabo la gracia divina entre esas poblaciones a lo largo de estos siglos" (16-V-2007).

El Papa Francisco, en Bolivia, manifestó: "Les digo, con pesar: Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios. Lo han reconocido mis antecesores, lo ha dicho el CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano, y también quiero decirlo. Al igual que San Juan Pablo II, pido que la Iglesia -y cito lo que dijo él- `se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos'. Y quiero ser muy claro, como lo fue San Juan Pablo II: Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América. Y junto a este pedido de perdón, para ser justos, también quiero que recordemos a millares de sacerdotes, obispos, que se opusieron fuertemente a la lógica de la espada con la fuerza de la cruz. Hubo pecado, hubo pecado y abundante, y por eso pedimos perdón, pero allí también donde hubo pecado, donde hubo abundante pecado, sobreabundó la gracia a través de esos hombres que defendieron la justicia de los pueblos originarios. Les pido también a todos, creyentes y no creyentes, que se acuerden de tantos obispos, sacerdotes y laicos, que predicaron y predican la Buena Nueva de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y paz, sin olvidar a las monjitas que anónimamente recorren nuestros barrios pobres llevando un mensaje de paz y de bien, que en su paso por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor, muchas veces junto a los pueblos indígenas incluso hasta el martirio" (9-VII-2015).

Y en San Cristóbal de Las Casas: "Muchas veces, de modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!, perdón hermanos. El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes" (15-11-2016)

 

ACTUAR

Pidamos perdón también por nuestros pecados presentes, que son los que dependen de nosotros. En vez de seguir atropellando y discriminando a los pueblos originarios, démosles el lugar que Dios mismo les ha dado.

 

 

 

27/03/2019-08:59
Isabel Orellana Vilches

San José Sebastián Pelczar, 28 de marzo

«Su vida muestra los frutos que nacen de una íntima relación con Dios. Fue cofundador de la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, que tuvo como objetivo a los jóvenes, enfermos y todo el que precisase ayuda»

Nació el 17 de enero del 1842 en Korczyna, Polonia. Sus padres tuvieron muy en cuenta sus grandes dotes para el estudio, haciendo posible que recibiese esmerada formación, sin descuidar su educación en la fe. Muy pronto descubrió que deseaba seguir a Cristo. Aún no había terminado la primera fase de su preparación académica y ya anotó en su diario: «Los ideales de la tierra palidecen, el ideal de la vida lo veo en el sacrificio y el ideal del sacrificio en el sacerdocio». Eligió esta vía sin pensar que tal decisión implicaría asumir íntimas renuncias.

En 1860 inició los estudios eclesiásticos en el seminario de Przemyśl; cuatro años más tarde era sacerdote. Puso en manos de Jesús y de María su acontecer humano, espiritual y apostólico, y se dispuso a cumplir la voluntad divina bajo esta consigna: «Todo por el sacratísimo Corazón de Jesús, a través de las manos inmaculadas de la Santísima Virgen María».

Primeramente fue vicario parroquial de Sambor. Pero no se podían desperdiciar sus altas cualidades intelectuales. Por ello, fue enviado a Roma para cursar estudios que simultaneó en dos universidades, la Gregoriana, entonces Collegium Romanum, y la Lateranense, que en esa época era Instituto de san Apolinar. Fueron dos intensos años de dedicación que luego le permitieron impartir clases en el seminario de Przemyśl y en la universidad Jagellónica de Cracovia.

Se doctoró en teología y en derecho canónico. Entre sus méritos académicos se halla haber sido decano de la facultad de teología, que se ocupó de renovar, vicerrector de la universidad y rector del Almae Matris de Cracovia. Es obvio que su labor recibía gran estima. Pero la tarea universitaria fundamentalmente fue para él otro instrumento apostólico que le permitió acercarse a docentes y alumnos. Realizó con ellos una importante labor en los veintidós años de actividad profesional. En su ejercicio pastoral tuvo siempre presentes las necesidades de los demás que encauzó con su ingente acción caritativo-social. Colaboró con distintas asociaciones educativas católicas.

Fue presidente de la Asociación de la educación popular y formaba parte de la Asociación de san Vicente de Paúl. Además, impulsó «La Fraternidad de la Inmaculada Virgen María, Reina de Polonia». A través de ella daba cobijo a trabajadores, pobres, alcohólicos, emigrantes, huérfanos, empleadas domésticas, en particular las que se hallaban en paro, y enfermas, para las que abrió una escuela. Impartió numerosas conferencias y distribuyó gratuitamente entre la gente miles de obras. Se le debe la existencia de un nutrido número de bibliotecas y salas de lectura. Supo aunar su labor científica y académica con la misión apostólica.

Fue un insigne predicador y confesor. Todo en él fue un afán de adecuar su vida a la voluntad divina: «El acuerdo con la voluntad de Dios trae una paz inquebrantable. ¿Qué puede inquietar al que todo lo recibe con alegría, sabiendo que todo proviene de la voluntad de Dios llena de amor?».Su austeridad y espíritu de entrega le instaba a repartir sus bienes entre los necesitados, pero siempre mirando a esa frontera del amor a todos en Cristo, sin la cual nada tiene sentido.

Tuvo claro el cariz espiritual de su compromiso apostólico: «No basta dar dinero a los pobres. El dinero no tiene ojos, labios, ni corazón. El dinero no hablará, no consolará, no aconsejará. Mientras que el pobre necesita el consuelo, alivio, consejo y esperanza. La verdadera prueba del amor y misericordia para con los pobres es visitarlos» […]. «Servir a Dios es nuestra tarea principal. Tarea más importante frente a la cual todo lo demás es nada».

Su devoción al Sagrado Corazón de Jesús le llevó a fundar en 1894, junto a la Madre Klara Szczesna, la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús. Tenían como objetivo los jóvenes, enfermos y los que precisasen cualquier tipo de ayuda. Humilde, y con el sentido de indignidad que acompaña a los genuinos discípulos de Cristo, pasado el tiempo manifestó: «Que Dios me perdone este atrevimiento, porque hasta hoy, fundadores eran las personas santas, pero lo que me justifica son las circunstancias en las cuales he visto claramente la voluntad de Dios».

En 1899 fue nombrado obispo auxiliar y un año más tarde prelado titular de la diócesis de Przemyśl. No desperdició ningún momento de su tiempo. Sabía del valor de la oración y su repercusión en la vida espiritual y apostólica. Es la característica comúnmente compartida por todos los que alcanzaron la santidad.

En la oración se plantearon las grandes cuitas de su existencia, suplicaron la conversión personal y pidieron ardientemente la gracia de saber tocar el corazón de las gentes para llevarlas a Cristo. Fue uno de los manjares que gustaron junto a la Eucaristía, nutriéndose a la par con la Palabra de Dios. Sebastián no fue una excepción.

Uno de los testigos de su fecunda vida sintetizó con estas palabras lo que había aprendido de él: «Las personas laboriosas, especialmente las que pasan más tiempo en la intimidad con Dios que con los hombres, tienen tiempo para todo».Este es otro fruto de la oración: la multiplicación del mismo de una forma sorprendente. No hay más que ver las biografías de los santos con trayectorias tan intensas como insólitamente creativas.

Pelczcar, cuyo lema fue: «Todo para el único Dios», escribió numerosas cartas pastorales, impartió charlas y homilías que encadenó junto a obras teológicas, históricas, textos sobre la ley canónica, manuales y devocionarios. Viendo su quehacer en conjunto está claro que una gracia tuvo que dilatar sus horas. Murió la madrugada del 28 de marzo de 1924.

Fue beatificado por Juan Pablo II el 2 de junio de 1991. No había sido un teórico de la vida espiritual, sino un fidelísimo seguidor de Cristo. Por eso, el pontífice dijo en la ceremonia: «He aquí un hombre que no solamente decía ‘Señor, Señor’ sino que cumplía la voluntad de Dios». Él mismo lo canonizó el 18 de mayo de 2003.