Papa Francisco | audiencia general

 

El Papa condecora a Sor Maria Concetta Esu por su vida como misionera

 

En el atrio de la Basílica de San Pedro, al final de Audiencia General Francisco entregó a la anciana misionera sarda, que en África ayudó a dar a luz a miles de niños, un signo de aprecio y de agradecimiento por los sesenta años gastados al servicio de la familia

 

 

27 marzo 2019, 14:00 | María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano


 

 

Al final de Audiencia General del último miércoles de marzo el Papa condecoró a la religiosa misionera Maria Concetta Esu, por su compromiso en favor de la vida y la familia. Francisco ya se había referido a esta monja durante la audiencia general del 2 de diciembre de 2015, a su regreso de su viaje apostólico a Kenia, Uganda y a la República Centroafricana. Esta religiosa había viajado a Bangui desde el Congo en una canoa con una niña que la llamaba “abuela”.

Y de hecho el Santo Padre, en esta ocasión, la presentó a los fieles y peregrinos diciendo textualmente: Hoy tenemos la alegría de tener con nosotros a una persona que quiero presentarles. Es la Hermana Maria Concetta Esu, de la Congregación de las Hijas de San José de Genoni.

Sor María Concetta tiene 85 años y ha sido misionera en África durante casi sesenta años, donde trabaja como partera. La conocí en Bangui cuando fui a abrir el Jubileo de la Misericordia. Allí me dijo que en su vida ayudó a dar a luz a unos tres mil niños. ¡Qué maravilla!

Estos días vino a Roma para un encuentro con sus hermanas, y hoy vino a la audiencia con su Superiora. ¡De modo que pensé en aprovechar esta oportunidad para darle una muestra de agradecimiento y darle las gracias por su testimonio!

Querida Hermana, en mi nombre y en el de la Iglesia, te ofrezco esta condecoración. Es un signo de nuestro afecto y de nuestra “gratitud” por todo el trabajo que hiciste en medio de las hermanas y hermanos africanos, al servicio de la vida, de los niños, de las mamás y de las familias.

Con este gesto dedicado a ti, deseo expresar mi reconocimiento también a todos los misioneros y a las misioneras, a los sacerdotes, religiosos y laicos, que esparcen las semillas del Reino de Dios en todas partes del mundo. El suyo es un trabajo grande. Ustedes “queman” la vida sembrando la Palabra de Dios con tu testimonio... Y en este mundo ustedes no son noticia.

El Papa también recordó que el Cardenal Hummes, brasileño, va a menudo a visitar las ciudades y las aldeas de Amazonía. Y cada vez que llega allí va al cementerio a visitar las tumbas de los misioneros, muchos de los cuales muertos jóvenes por las enfermedades contra las que no tienen anticuerpos. Y refirió que el Purpurado le dijo: “Todos estos se merecen que los canonicen, porque han quemado la vida en el servicio”.

Queridos hermanos y hermanas, Sor María Concetta, después de este compromiso volverá a África. Acompañémosla con la oración. Y que su ejemplo nos ayude a todos a vivir el Evangelio dondequiera que estemos. ¡Gracias, Hermana! Que el Señor te bendiga y que la Virgen te proteja.