Tribunas

Votos responsables

 

Jesús Ortiz


 

 

No todo se arregla con votar pues hay que hacerlo con cabeza informada y corazón sereno. Y seguir después a quienes hemos votado para que cumplan lo prometido.  La responsabilidad continúa. Ahora, la situación política y cultural es compleja y con bastante confusión pues parece que todas las propuestas son casi equivalentes -en políticas sociales, promesas económicas, y libertades-, como si fuera verdad aquello de que «todos los políticos son iguales». Algo injusto pues no se puede olvidar el espíritu de servicio de muchos.

Hay que distinguir entre ideas y personas. Las ideas tienen sus consecuencias, y por  ello el relativismo ético. No todas las ideas, que se convierten en programas y acciones, son lo mismo respecto a la antropología cristina. Aquí residen, en mi opinión, la importancia del voto de los católicos, según considera José Francisco Serrano en su reciente obra «A la caza del voto católico» (Freshbook). La doctrina social católica beneficia a la sociedad y apela a la libertad responsable, aunque no es una tercera vía entre los socialismos y los liberalismos, porque está en el plano de la moral y sentido cristiano de la vida.

Nuestro autor desea contribuir a una participación mejor informada y más responsable de los fieles laicos en la vida pública, y sin replegarse esperando tiempos mejores. Los católicos no son un bloque homogéneo, afortunadamente, pues de hecho votan a quienes les convencen. Sin embargo, sobra confianza y falta información contrastada sobre las ideas y programas de las formaciones políticas.

Hay temas claves a la hora de valorar el programa y la ejecutiva de los candidatos. La protección de la vida en todas sus etapas; el reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia basada en el matrimonio; la libertad religiosa sin ofensas; la libertad de los padres para educar a sus hijos; la protección de los débiles y de los derechos sociales básicos, son la base para desarrollar una sociedad sana, en paz y libertad. La experiencia de cada uno, así como la persona de un líder o de otro suelen dar una clave para decidirse.

En ese libro hay una llamada a los católicos a que sean coherentes con su fe, a no dejarse arrastrar por el cristianismo a la carta, por el pesimismo, ni por la suposición de ser conservadores. Se trata de identificar formas de gobierno más justas que unan sin dividir, que miren al futuro y no al pasado, que promuevan el desarrollo integral de la persona.

 

Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico