VATICANO | Limosnería Apostólica

 

Card. Krajewski: reactivé la luz por la supervivencia de las familias

 

El Limosnero Apostólico explica las razones que lo llevaron a reactivar la electricidad en un edificio ocupado en Roma. Un gesto desesperado y humanitario para ayudar a las familias que luchan por sobrevivir

 

 

13 mayo 2019, 11:28 | Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano


 

 

Después de haber estado en Lesbos para llevar la solidaridad del Papa Francisco a los migrantes de los campos de refugiados de la isla griega, el Cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, fue informado de la grave situación en la que se encontraban más de 400 personas, incluyendo muchos niños, en un palacio romano ocupado. Desde hace días el edificio estaba sin electricidad ni agua caliente. Tales servicios habían sido suspendidos por la compañía de energía debido a un problema de morosidad. El cardenal sintió el deber de realizar un gesto humanitario y así reactivó personalmente el suministro eléctrico del edificio, un gesto consciente de las posibles consecuencias a las que podía enfrentarse, con la convicción de que era necesario hacerlo por el bien de estas familias.

 

Un gesto desesperado

"Intervine personalmente - dijo el Limosnero Apostólico a la agencia de prensa Ansa - para volver a atacar los contadores. Fue un gesto desesperado. Había más de 400 personas sin electricidad, con familias, niños, sin siquiera la posibilidad de hacer funcionar los refrigeradores". En una entrevista concedida al periódico Corriere della Sera, el cardenal informó que conocía desde hacía tiempo las grandes dificultades de la gente que vive en ese edificio. "Desde el Vaticano -dijo- enviábamos la ambulancia, los médicos, la comida. Estamos hablando de vidas humanas".

 

Familias abandonadas

"Lo absurdo - subrayó el Limosnero Apostólico al diario italiano - es que estamos en el corazón de Roma. Casi quinientas personas abandonadas a su suerte". "Son familias -añadió el cardenal- que no tienen adónde ir, gente que lucha por sobrevivir". El primer problema, subrayó, no es el del dinero. Después de recordar que entre la gente del edificio hay muchos niños, el cardenal invita a preguntarse: "¿Por qué están allí, por cual motivo? ¿Cómo es posible que familias se encuentren en una situación similar? El Limosnero Apostólico reiteró finalmente que se asume toda la responsabilidad: "Si llegara, pagaré también la multa".